Hoy, 25 de octubre, se cumplen 32 años de la aprobación del Estatuto de Gernika. Resulta cuando menos curioso que en estos 32 años nunca se hallan realizado celebraciones, más allá de las institucionales y ahora que en Euskal Herria se nos abre un nuevo ciclo político que debe marcar las bases para superar la situación de negación que vive el pueblo vasco, nuestros mandatarios nos imponen una fecha festiva que reproduce en toda su crudeza la imposición y la negación que durante décadas viene denunciando y sufriendo nuestro pueblo.
La celebración que nos han impuesto en el día de hoy nada tiene que ver con el escenario político actual de Euskal Herria. Con la celebración de hoy vuelve a quedar más patente que nunca que mientras unos miran y se recrean en el pasado la mayoría social de Euskal Herria está mirando al futuro con esperanza e ilusión.
Durante estos últimos días hemos asistido a un espectáculo bochornoso por parte de los que hoy celebran esta fiesta. A algunos les hemos visto realizar verdaderas filigranas circenses para poder resituarse ante unos acontecimientos que les han superado; a otros les hemos visto poniendo palos en las ruedas haciendo el ridículo, no ya solo ante la sociedad vasca (cosa a la que nos tienen acostumbrados), sino internacionalmente, demostrando sin ningún tipo de pudor su nula capacidad de leer entre líneas la importancia del momento político actual, manteniéndose en discursos caducos y estériles.
La situación actual deja muy a las claras la falta de legitimidad y liderazgo del Gobierno de Patxi López, y la escasa capacidad del mismo para interpretar la situación política del momento y de situarse con perspectiva ante la misma.
Por desgracia de esa falta de capacidad del ejecutivo de Gasteiz sabemos mucho la clase trabajadora vasca. Su actitud e inoperancia ante la crisis que asola nuestro país nos lo ha demostrado una y otra vez en estos últimos años.
La clase trabajadora vasca hoy no tiene nada que festejar. Y esperamos que hoy sea la primera y última vez que esta fecha se utiliza en el calendario laboral para marcar una posición política por parte de unos pocos por encima de los intereses de la mayoría social.
LAB lleva años reclamando la necesidad de un calendario laboral propio que dé por superado estas situaciones de imposición donde determinadas fechas se usan para recordarnos a todos y a todas las bases de un conflicto que una gran mayoría de la sociedad vasca quiere dar por superado.
Euskal Herria, 25 de octubre de 2011