El comer­cio de la gue­rra y la demo­cra­cia neo­li­be­ral- Nico­le Schuster

Occi­den­te quie­re hacer­nos creer que su apo­yo a las fuer­zas “rebel­des” de Libia y el lan­za­mien­to por par­te de la OTAN de las ofen­si­vas de bom­bar­deo en Libia se rea­li­za­ron para pre­ci­pi­tar la caí­da del “dic­ta­dor” Mua­mar Gad­da­fi e “ins­tau­rar la demo­cra­cia”, que la gen­te tan­to recla­ma­ría en este país. Lo que occi­den­te no quie­re que sepa­mos, es que la crea­ción del caos y la des­truc­ción en este país han sido pre­pa­ra­das des­de hace más de una déca­da por el Pentágono.

Pese al dis­cur­so cíni­co difun­di­do por los gobier­nos occi­den­ta­les para jus­ti­fi­car sus inter­ven­cio­nes mili­ta­res, las gue­rras que se están libran­do en Medio orien­te y en el nor­te de Áfri­ca ponen al des­cu­bier­to la estra­te­gia del Impe­rio y las apues­tas geo­es­tra­té­gi­cas, eco­nó­mi­cas e ideo­ló­gi­cas que esas ofen­si­vas sig­ni­fi­can para occi­den­te. Apa­re­ce con cla­ri­dad que, den­tro de la polí­ti­ca neo­co­lo­nial de occi­den­te, Libia es sólo una eta­pa de un plan de recon­fi­gu­ra­ción que afec­ta direc­ta­men­te a los paí­ses posee­do­res de recur­sos natu­ra­les, los cua­les son indis­pen­sa­bles a la repro­duc­ción del mode­lo capi­ta­lis­ta. Por lo tan­to, la par­ti­ci­pa­ción direc­ta de la OTAN en los con­flic­tos ára­bes – y par­ti­cu­lar­men­te en Libia – no tie­ne nada de espon­tá­neo ni altruista.

LA GEOPOLÍTICA DEL ESTADO DE GUERRA PERMANENTE

En su artícu­lo titu­la­do “Une “gue­rre huma­ni­tai­re” con­tre la Syrie?”, Michel Chossudovsky(1) cita al Gene­ral Wes­ley Clark, quien reve­ló que en el 2001 exis­tía ya un plan ela­bo­ra­do por el Pen­tá­gono para derro­car en el espa­cio de cin­co años a los gobier­nos de Irak, Líbano, Libia, Irán, Siria, Soma­lia y Sudan. Clark con­fir­ma­ba con ello la deter­mi­na­ción de Washing­ton de rea­li­zar una gue­rra total en Medio Orien­te, Asia y Áfri­ca, a fin de “reor­ga­ni­zar” esas regio­nes en fun­ción a los intere­ses esta­dou­ni­den­ses. En reali­dad, esos pla­nes no datan del año 2001, pues­to que habían sido urdi­dos des­de los tiem­pos en que gober­na­ba Bush padre. Pero es en 1997, a tra­vés de la crea­ción de un cen­tro de refle­xión (think-tank) lla­ma­do “Pro­yec­to para un Nue­vo Siglo Ame­ri­cano” (PNAC- Pro­ject for a New Ame­ri­can Cen­tury), que se pre­ci­sa­ron la visión impe­ria­lis­ta de Esta­dos Uni­dos y su con­se­cuen­te polí­ti­ca de con­trol de los paí­ses pro­duc­to­res de energía(2). Del docu­men­to publi­ca­do en el 2000 por la PNAC y titu­la­do “Rebuil­ding America’s defen­sas. Stra­tegy, For­ces and Resour­ces for a New Cen­tury”, sobre­sa­le la pre­ten­sión de Esta­dos Uni­dos de fomen­tar la paz y hacer­se el garan­te de la segu­ri­dad en las regio­nes ricas en hidro­car­bu­ros y en el mun­do en gene­ral. El infor­me, pre­pa­ra­do por un equi­po cuyos miem­bros neo­con­ser­va­do­res ocu­pa­rán lue­go pues­tos cla­ve en el gobierno de Bush hijo, pone de relie­ve el rol de las fuer­zas arma­das y pre­vé su even­tual invo­lu­cra­mien­to en varios tea­tros de guerra(3). Asi­mis­mo, se esta­ble­ce de for­ma cla­ra la arti­cu­la­ción entre el sec­tor comer­cial y el sec­tor mili­tar, lo cual no tie­ne nada de sor­pren­den­te si con­si­de­ra­mos que, para la demo­cra­cia occi­den­tal, la exten­sión de sus mer­ca­dos, ergo la impo­si­ción del mode­lo eco­nó­mi­co neo­li­be­ral, es un ins­tru­men­to de dominación.

Gra­cias a Bush junior y su equi­po de hal­co­nes neo­li­be­ra­les, los obje­ti­vos estra­té­gi­cos ela­bo­ra­dos por el PNAC, y que se plas­man en la reali­dad en el “pro­yec­to para un Gran Medio Oriente”(4), se ini­cia­ron a par­tir de 2001. El deto­na­dor, que per­mi­tió a Bush y sus acó­li­tos enta­blar la serie de con­flic­tos que esta­mos toda­vía sufrien­do, fue el recha­zo de los tali­ba­nes en cuan­to a la cons­truc­ción por la empre­sa petro­lí­fe­ra esta­dou­ni­den­se UNOCAL de un oleo­duc­to que pasa­ría a tra­vés de Afga­nis­tán. El derrum­be de las torres geme­las fue sólo un pre­tex­to que per­mi­tió inva­dir el país afgano e impo­ner un gobierno títe­re. No es enton­ces una casua­li­dad que Khar­zai, el repre­sen­tan­te de UNOCAL en las nego­cia­cio­nes con los tali­ba­nes que tuvie­ron lugar en la déca­da de los noven­ta, ate­rri­ce a la cabe­za de este gobierno(5). La pos­te­rior inva­sión en Irak per­mi­tió a Esta­dos Uni­dos reor­ga­ni­zar la pro­duc­ción y comer­cia­li­za­ción del petró­leo y gas, y pro­mo­ver el des­man­te­la­mien­to de la eco­no­mía local a tra­vés de la implan­ta­ción de trans­na­cio­na­les occidentales.

Como vemos, la gue­rra en Libia y la que, muy pro­ba­ble­men­te está por venir en Siria, se sitúan en la línea de la vas­ta rees­truc­tu­ra­ción geo­po­lí­ti­ca ela­bo­ra­da des­de el PNAC. El úni­co cam­bio que sufrió este plan de domi­na­ción resi­de en un deta­lle de orden cro­no­ló­gi­co. Como lo nota Michel Chos­su­dovsky: que la “pri­ma­ve­ra ára­be” no haya lle­ga­do antes se debe a un retra­so téc­ni­co pro­vo­ca­do por la vic­to­ria de Hez­bo­llah sobre Israel en el 2006(6).

LA “PRIMAVERA ÁRABE” Y EL NEGOCIO DE LA GUERRA

En esos momen­tos en que la ideo­lo­gía occi­den­tal pre­do­mi­na, las reglas del mer­ca­do son defi­ni­das por gru­pos de poder neo­li­be­ra­les que ejer­cen una fuer­te pre­sión sobre los gobier­nos. Entre ellos, encon­tra­mos a la indus­tria finan­cie­ra, ban­ca­ria, la indus­tria de gue­rra, la far­ma­céu­ti­ca y la de los trans­gé­ni­cos, para citar sólo algu­nas. Todas las gue­rras libra­das en el nom­bre de la demo­cra­cia, y por lo tan­to del mer­ca­do, tie­nen por úni­co obje­ti­vo la satis­fac­ción de los intere­ses de la eli­te neo­li­be­ral y la fomen­ta­ción de una reser­va infi­ni­ta de tra­ba­ja­do­res dis­pues­tos a labrar por un sala­rio bajo. La situa­ción actual de gue­rras en Áfri­ca ha pues­to cla­ra­men­te al des­cu­bier­to que la polí­ti­ca exte­rior de occi­den­te es regi­da por la lógi­ca de las ganan­cias, y que los tea­tros béli­cos son la expre­sión per­fec­ta de un mer­ca­do polí­ti­co don­de rei­na la ley del costo-beneficio.

En efec­to, el esta­lli­do de las revo­lu­cio­nes diz­que “espon­tá­neas”, a las que Occi­den­te defi­nió con el eufe­mis­mo román­ti­co de “pri­ma­ve­ra ára­be”, bene­fi­ció en pri­mer lugar a los ban­cos occi­den­ta­les. Ape­nas des­en­ca­de­na­do el pro­ce­so de revuel­tas en los paí­ses ára­bes, la Unión euro­pea y Esta­dos Uni­dos pro­ce­die­ron a la con­ge­la­ción de los fon­dos tune­ci­nos y egipcios(7), y se encar­ga­ron de reem­pla­zar los gobier­nos “anti­de­mo­crá­ti­cos” y “dic­ta­to­ria­les” de esos dos paí­ses con nue­vos equi­pos que sean favo­ra­bles a Occidente.

Libia, en tan­to como uno de los paí­ses más ricos de Áfri­ca, cono­ció la mis­ma suer­te y se con­fis­ca­ron apro­xi­ma­da­men­te 70 billo­nes de dóla­res pro­ve­nien­tes de la Lib­yan Invest­ment Autho­rity (LIA), un fon­do cons­ti­tui­do por los ingre­sos pro­ve­nien­tes de los recur­sos petroleros(8). El día de hoy, este ban­co ha sido sim­ple­men­te trans­for­ma­do en una filial del Ban­co HSBC de Lon­dres y del Gold­man Sachs de Nue­va York mien­tras que el FMI está ofre­cien­do prés­ta­mos al nue­vo gobierno de Libia para “ayu­dar” en la recons­truc­ción del país(9). Como se podrá apre­ciar, el nego­cio es pro­ve­cho­so, pues Occi­den­te se apo­de­ró de más de un cen­te­nar de billo­nes que los paí­ses de Áfri­ca ten­drán even­tual­men­te que recom­prar al FMI a tra­vés de prés­ta­mos. Es pro­ba­ble que la ope­ra­ción de des­es­ta­bi­li­za­ción en Siria(10) se reve­le igual­men­te muy ren­ta­ble en esos momen­tos de cri­sis finan­cie­ra que Occi­den­te está sufriendo.

Asi­mis­mo, en cuan­to se ini­cia­ron los “bom­bar­deos huma­ni­ta­rios” en Libia, uno de los pri­me­ros obje­ti­vos de la OTAN y Fran­cia fue de ase­gu­rar los pozos petro­lí­fe­ros en bene­fi­cio de las trans­na­cio­na­les occi­den­ta­les. Este país dis­po­ne de la mayor reser­va de gas y de petró­leo en Áfri­ca, de una cali­dad supe­rior, y con un cos­to de extrac­ción mínimo(11). A la fecha, las trans­na­cio­na­les ori­gi­na­rias de Esta­dos Uni­dos, Ita­lia, Fran­cia, Gran Bre­ta­ña, Espa­ña, Ale­ma­na, entre otras, se están dispu­tan­do las licen­cias de explo­ta­ción y comer­cia­li­za­ción de los recur­sos petro­lí­fe­ros y de gas libios(12).

Otra indus­tria que se rego­ci­jó con la gue­rra en Libia fue la del arma­men­to, tal como lo mues­tra Myret Zaki en el perió­di­co sui­zo Bilan(13). La decla­ra­ción de la «no-flying zone» y el des­plie­gue de la avia­ción de gue­rra occi­den­tal en los cie­los libios cons­ti­tu­ye­ron una publi­ci­dad inmen­sa para empre­sas como Das­sault Avia­tion SA, la cual man­tie­ne estre­chos lazos con el Pre­si­den­te Sarkozy(14). Es así que Das­sault pudo pre­sen­tar las ven­ta­jas de sus avio­nes de caza, los Rafa­les. Por su par­te, la empre­sa Lockheed Mar­tin exhi­bió el F‑16 Figh­ting Fal­con, el cual com­pi­tió con el F/​A‑18 E/​F Super Hor­net de Boeing, así como con el Euro­figh­ter Typhoon del gru­po Euro­figh­ter (un con­sor­tium de com­pa­ñías euro­peas de ori­gen bri­tá­ni­co, ale­mán, ita­liano y español)(15). Este des­plie­gue de arma­men­to béli­co en el cie­lo libio fue estu­dia­do de cer­ca por paí­ses como la India, el Japón, Omán, Qatar, Koweit, Ara­bía Sau­di­ta y Sui­za, entre otros, que están espe­ran­do el des­en­la­ce del con­flic­to para deci­dir qué mar­ca comprar(16).

Y la cere­za en el pas­tel la cons­ti­tu­ye el glo­rio­so retorno de la empre­sa Kellog Brown & Root (KBR), la sub­si­dia­ria de Halli­bur­ton liga­da a los neo­con­ser­va­do­res de la épo­ca de Bush Junior. KBR se encar­ga­rá de nada menos que de la recons­truc­ción de los acue­duc­tos e infra­es­truc­tu­ras bom­bar­dea­dos por la OTAN en Libia(17). Es decir que Esta­dos Uni­dos, pre­si­di­do por un demó­cra­ta Nobel de la paz, ha fomen­ta­do una gue­rra para que las empre­sas lide­ra­das por noto­rios repu­bli­ca­nos y cues­tio­na­das por sus acciones(18) regre­sen con todos los hono­res en un país des­trui­do en el nom­bre de la demo­cra­cia neoliberal.

LOS PROCESOS DE COLONIZACIÓN ECONÓMICOS, SOCIALES E IDEOLÓGICOS EN LA ÉPOCA POS-OPERACIONES MILITARES

Es evi­den­te que, en un mun­do don­de una éli­te se vuel­ve siem­pre más rapaz y explo­ta­do­ra, la opre­sión de las pobla­cio­nes sólo se pue­de lograr en base a la des­agre­ga­ción social, mate­rial y cul­tu­ral de éstas. Las gue­rras tie­nen este obje­ti­vo. Pre­pa­ran el terreno para que, a tra­vés de la devas­ta­ción mate­rial de un país, se des­com­pon­ga tam­bién el teji­do social y cul­tu­ral de su socie­dad, y se ins­tau­re el mode­lo neo­li­be­ral que muchos rechazan.

Ello se efec­túa siguien­do una serie de eta­pas estra­té­gi­ca­men­te pla­nea­das por occi­den­te. En pri­mer lugar, las ofen­si­vas mili­ta­res, median­te prin­ci­pal­men­te ope­ra­cio­nes de bom­bar­deo, con­tri­bu­yen en des­truir el hábi­tat de la mayor par­te de la pobla­ción. Ello pro­vo­ca la dis­lo­ca­ción de la pobla­ción, pues­to que gran par­te de ella se encuen­tra redu­ci­da a aban­do­nar sus vivien­das des­trui­das por los bom­bar­deos y a reubi­car­se en barrios popu­la­res, que, con la gue­rra, han sufri­do un pro­ce­so de exten­sión y pau­pe­ri­za­ción inten­so. Con el tiem­po, esta gen­te logra recons­truir su vida, pese a que el des­mem­bra­mien­to de la eco­no­mía tra­di­cio­nal había gene­ra­do una rup­tu­ra trau­ma­ti­zan­te para con su entorno ante­rior. Pero ello sig­ni­fi­ca gran­des sacri­fi­cios, ya que el refor­za­mien­to de la infor­ma­li­za­ción de nume­ro­sos sec­to­res obli­ga a la mayor par­te de la pobla­ción des­pla­za­da a resig­nar­se a acep­tar tra­ba­jos tem­po­ra­les mal pagados.

Una vez que se lle­ga a este pun­to, Occi­den­te, asis­ti­do de las cúpu­las espu­rias que ins­ta­lan a la cabe­za de esos paí­ses, des­plie­ga toda su capa­ci­dad de alie­na­ción e ideo­lo­gi­za­ción para que esta gen­te, alo­ja­da en tugu­rios, no logre orga­ni­zar­se, ya que este tipo de hábi­tat siem­pre ha demos­tra­do ser un even­tual foco de rebelión(19). Así que, a fin de evi­tar el sur­gi­mien­to de movi­mien­tos socia­les que la des­igual­dad podría ori­gi­nar, y de inci­tar a las pobla­cio­nes inva­di­das a olvi­dar­se de los prin­ci­pios de cla­se que hacían de ella un con­jun­to soli­da­rio con una con­cien­cia polí­ti­ca y un espí­ri­tu crí­ti­co, se le dará a la pobla­ción, a tra­vés de prés­ta­mos usu­re­ros, la faci­li­dad de acce­der a bie­nes de con­su­mo occi­den­ta­les. De esa mane­ra, esos nue­vos con­su­mi­do­res ten­drán la impre­sión de poder des­cu­brir la feli­ci­dad y de per­te­ne­cer al mun­do glo­ba­li­za­do, una creen­cia que se refor­za­rá con su par­ti­ci­pa­ción en las redes socia­les vir­tua­les occi­den­ta­les. Y todo esta­rá bien en el mejor de los mun­dos, como decía Voltaire.

En reali­dad, como se des­pren­de de lo ante­rior, la difu­sión de los valo­res neo­li­be­ra­les, que se reali­ce a tra­vés de tra­ta­dos de comer­cio pací­fi­cos o de gue­rras, bus­ca con­ver­tir la pobla­ción mun­dial en una masa de con­su­mi­do­res divi­di­da e indi­vi­dua­lis­ta, mani­pu­la­da a tra­vés de la publi­ci­dad por las indus­trias de pro­duc­ción de bie­nes de con­su­mo occi­den­ta­les. Se incul­ca a la gen­te que la feli­ci­dad se basa en la ideo­lo­gía del con­su­mo, mien­tras que ésta sólo apun­ta a inva­dir todos los aspec­tos de la vida e ins­ti­gar a los indi­vi­duos a hipo­te­car su exis­ten­cia a tra­vés de un endeu­da­mien­to cre­cien­te para que pier­dan la capa­ci­dad de deci­dir sobe­ra­na­men­te sobre cual­quier esfe­ra de su vida(20). Como vemos, este pro­ce­so que se lle­va a cabo en los paí­ses emer­gen­tes (y siem­pre más en occi­den­te), se rea­li­za den­tro de un mar­co de repro­duc­ción social de la pobre­za, de la pro­mo­ción del indi­vi­dua­lis­mo, la repre­sión y de un vas­to pro­gra­ma de alie­na­ción que desem­bo­ca en un esta­do de abu­lia mental.

CONCLUSIÓN

Las gue­rras en Medio Orien­te, en Áfri­ca del nor­te y las arti­ma­ñas de Occi­den­te en Siria(21) demues­tran que el neo­li­be­ra­lis­mo se encuen­tra en una eta­pa en que el beli­cis­mo neo­co­lo­nial es un aspec­to cen­tral de su pro­ce­so de acu­mu­la­ción mun­dial y de domi­na­ción geo­po­lí­ti­ca. Ade­más, este cua­dro cons­tan­te de con­flic­tos béli­cos nece­si­ta de meca­nis­mos siem­pre más sofis­ti­ca­dos y tor­tuo­sos a fin que la gen­te lo acep­te como una fata­li­dad. Para satis­fa­cer sus intere­ses, occi­den­te no duda en jus­ti­fi­car sus gue­rras min­tien­do ines­cru­pu­lo­sa­men­te y man­te­nien­do a la pobla­ción mun­dial en un esta­do de mie­do per­ma­nen­te. Con gober­nan­tes de esta cala­ña, y en tiem­pos de cri­sis eco­nó­mi­ca y finan­cie­ra como la que azo­ta al mun­do occi­den­tal, nin­gún país en el mun­do está a sal­vo de las polí­ti­cas depre­da­do­ras de Washing­ton y de sus laca­yos. Esos mis­mos paí­ses han acu­mu­la­do una deu­da colo­sal que demues­tra la poca com­pe­ten­cia de sus sis­te­mas y de sus diri­gen­tes y su cla­ra sumi­sión a otros intere­ses que los de la pobla­ción, que pre­ten­den repre­sen­tar. Y sin embar­go, se per­mi­ten eri­gir­se en mora­li­za­do­res y ase­so­res de paí­ses emer­gen­tes que han logra­do acu­mu­lar un sóli­do acti­vo y rea­li­zar una mejor repar­ti­ción de las rique­zas públi­cas, como fue el caso de Libia. Por­que, aun si Gad­da­fi fue un “dic­ta­dor”, nadie le pue­de res­tar el méri­to de haber dado a su pue­blo una dig­ni­dad que no exis­te en muchos paí­ses ára­bes. Asi­mis­mo, logró refor­mas socia­les que ya ni exis­ten en Occi­den­te y menos aun en paí­ses como Qatar, Bah­rein, Ara­bia Sau­di­ta, etc., que son “gran­des ami­gos” de occi­den­te. El impre­sio­nan­te pro­yec­to de irri­ga­ción que Gad­da­fi reali­zó para lle­var agua a las zonas desér­ti­cas de su país (y que la OTAN des­tru­yó parcialmente(22)) es un desa­fío a los paí­ses occi­den­ta­les, sobre todo cuan­do se con­si­de­ra que occi­den­te se las inge­nia en pri­va­ti­zar el agua, lo que bene­fi­cia prin­ci­pal­men­te a sus transnacionales.

Como vemos, este pro­ce­so de gue­rra, orga­ni­za­do por varios gobier­nos occi­den­ta­les, tie­ne por obje­to el refor­za­mien­to del poder de la éli­te que nos gobier­na a nivel mun­dial y de la éli­te emer­gen­te de los paí­ses títe­res, que res­pon­de a los intere­ses de esas potencias.

Notas de pie:

(1) Michel Chos­su­dovsky. Une “gue­rre huma­ni­tai­re” con­tre la Syrie? L’escalade mili­tai­re: vers une gue­rre élar­gie au Moyen-Orient et en Asie cen­tra­le ? en
http://​www​.mon​dia​li​sa​tion​.ca/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​?​c​o​n​t​e​x​t​=​v​a​&​a​i​d​=​2​6​064

(2) Sobre la geo­po­lí­ti­ca del petro­leo, ver Eco­no­mie et géo­po­li­ti­que du pétro­le. Points de vue du Sud. Edi­tions l’Harmattan. Paris. 2003.

(3) Ver P.IV Rebuil­ding America’s defen­sas. Stra­tegy, For­ces and Resour­ces for a New Cen­tury don­de se esti­pu­la que las fuer­zas arma­das deben “fight and deci­si­vely win mul­ti­ple, simul­ta­neo­us major thea­ter wars”.

(4) Zbig­niew Brze­zins­ki lla­ma­ba este Gran Medio Orien­te «El gran table­ro mun­dial” cuan­do ana­li­za­ba la supre­ma­cía esta­dou­ni­den­se y sus impe­ra­ti­vos geo­es­tra­té­gi­cos en Asia y Medio Orien­te. Ver Zbig­niew Brze­zins­ki. The Grand Chess­board: Ame­ri­can Pri­macy and its Geos­tra­te­gic Impe­ra­ti­ves. Basic Books, 1997.

(5) Ver Michel Chos­su­dovsky. Gue­rra y glo­ba­li­za­ción: antes y des­pués del XI/​IX/​MMI. Siglo XXI Edi­to­res. Argen­ti­na. 2002. P.95.

(6) Michel Chos­su­dovsky. Une “gue­rre huma­ni­tai­re” con­tre la Syrie? L’escalade mili­tai­re: vers une gue­rre élar­gie au Moyen-Orient et en Asie cen­tra­le ? http://​www​.mon​dia​li​sa​tion​.ca

(7) Ver La pré­cieu­se récol­te de Washing­ton : le pétro­le et les fonds blo­qués. New Orient News. 28 mars 2011 en http://​www​.ketleh​-chaa​bieh​.org/​N​e​w​s​D​e​t​a​i​l​s​/11 – 03-30/­news-30 – 3‑11 – 2155888530.aspx
Asi­mis­mo, ver Gui­llau­me Gui­chard. Lib­ye: 8 milliards de dollars dans les ban­ques fra­nçai­ses dans http://​www​.lefi​ga​ro​.fr/​c​o​n​j​o​n​c​t​u​r​e​/​2​0​1​1​/​0​4​/​0​1​/​0​4​016 – 20110401ARTFIG00573-libye-8-milliards-dans-les-banques-francaises.php

(8) Ver el artícu­lo de Man­lio Din­nuc­ci Taglio medio di Man­lio Dinuc­ci. Pro­tet­to­re uni­fi­ca­to. I volen­te­ro­si pun­tano al fon­do sovrano libi­co. http://​www​.ilma​ni​fes​to​.it/​a​r​e​a​-​a​b​b​o​n​a​t​i​/​i​n​-​e​d​i​c​o​l​a​/​m​a​n​i​p​2​n​1​/​2​0​1​1​0​4​2​2​/​m​a​n​i​p​2​p​g​/​0​9​/​m​a​n​i​p​2​p​z​/​3​0​1​8​57/

(9) Man­lio Dinuc­ci. Après les bom­bes les réfor­mes du FMI.
en http://​www​.mon​dia​li​sa​tion​.ca/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​?​c​o​n​t​e​x​t​=​v​a​&​a​i​d​=​2​6​537

(10) Ver La des­es­ta­bi­li­za­ción de Siria y de la gue­rra del gran Orien­te Medio. Michel Chos­su­dovsky en http://​www​.mon​dia​li​sa​tion​.ca

(11) Ver Michel Chos­su­dovsky. L’«Opération Lib­ye» et la batai­lle du pétro­le: Redes­si­ner la car­te de l’Afrique. http://​www​.mon​dia​li​sa​tion​.ca/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​?​c​o​n​t​e​x​t​=​v​a​&​a​i​d​=​2​3​869

(12) Ver Les enjeux des chan­ge­ments en Lib­ye : Et si on par­lait pétro­le en http://​www​.alge​rie360​.com/​a​l​g​e​r​i​e​/​l​e​s​-​e​n​j​e​u​x​-​d​e​s​-​c​h​a​n​g​e​m​e​n​t​s​-​e​n​-​l​i​b​y​e​-​e​t​-​s​i​-​o​n​-​p​a​r​l​a​i​t​-​p​e​t​r​o​le/. Asi­mis­mo, ver Lib­ye : les pétro­liers occi­den­taux à quit­te ou dou­ble enhttp://​petro​le​.blog​.lemon​de​.fr/​2​0​1​1​/​0​3​/​2​2​/​l​i​b​y​e​-​l​e​s​-​p​e​t​r​o​l​i​e​r​s​-​o​c​c​i​d​e​n​t​a​u​x​-​a​-​q​u​i​t​t​e​-​o​u​-​d​o​u​b​le/

(13) L’a­par­té. Tuer pour du mar­ke­ting. L’intervention en Lib­ye aura sur­tout été la plus belle opé­ra­tion mar­ke­ting pour l’industrie de l’armement depuis la gue­rre en Irak. Par Myret Zaki, le 13 avril 2011 en http://www.bilan.ch/lapart%C3%A9/tuer-pour-du-marketing.

(14) Ver Tha­lès, Das­sault, DCNS… l’Elysée joue au mécano indus­triel. Lego /​ven­dre­di 19 décem­bre 2008 par Nico­las Beau, Eric Laf­fit­te en http://​www​.bak​chich​.info/​a​r​t​i​c​l​e​6​2​2​9​.​h​tml.

(15) Ver La gue­rre en Lib­ye. Une vitri­ne pour l’Occident. La zone d’exclusion aérien­ne per­met aux pays expor­ta­teurs d’armes com­me la Fran­ce, l’Italie, le Royau­me Uni et les Etats-Unis de valo­ri­ser leurs pro­duits en http://​www​.ici​ce​mac​.com

(16) Ver La gue­rre en Lib­ye. Op. cit.

(17) Man­lio Dinuc­ci. Après les bom­bes les réfor­mes du FMI. Op. cit.

(18) Ver Pra­tap Chat­ter­jee. Halli­bur­to­n’s Army: How a Well-Con­nec­ted Texas Oil Com­pany Revo­lu­tio­ni­zed the Way Ame­ri­ca Makes War. Nation Books. 2010.

(19) Ver mi artícu­lo La con­cep­ción cien­tí­fi­ca de la gue­rra urba­na en los tugurios.

(20) Ver Diver­tir pour domi­ner. La cul­tu­re de mas­se con­tre les peu­ples. Edi­tions l’Echappée. Mon­treuil. 2010.

(21) Michel Chos­su­dovsky. Une “gue­rre huma­ni­tai­re” con­tre la Syrie? L’escalade mili­tai­re: vers une gue­rre élar­gie au Moyen-Orient et en Asie cen­tra­le ? http://​www​.mon​dia​li​sa​tion​.ca

(22) Ver Man­lio Dinuc­ci. Après les b ombes les réfor­mes du FMI. Op. cit.

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