Lec­tu­ras de una sen­ten­cia polí­ti­ca- Gio­van­ni Giacopuzzi

La sen­ten­cia que ha con­de­na­do a Sonia Jacin­to, Arkaitz Rodrí­guez, Rafa Díez, Arnal­do Ote­gi y Miren Zaba­le­ta se podría defi­nir como «algo más de lo mis­mo». No hay nove­da­des bajo el cie­lo ibé­ri­co, sino evi­den­cias, otra vez, de que en el fon­do esos actos jurí­di­cos polí­ti­cos sur­gen para enfren­tar «los pro­ble­mas de fon­do» des­de la ópti­ca espa­ño­la; es decir, el con­flic­to vas­co-espa­ñol y la exis­ten­cia de la izquier­da inde­pen­den­tis­ta y sobe­ra­nis­ta vasca.

La noti­cia de la con­de­na ha dado la vuel­ta al mun­do des­de la agen­cia chi­na Xhi­nua has­ta la ingle­sa BBC, sobre todo por la extra­ñe­za que con­lle­va leer que hom­bres y muje­res han sido con­de­na­dos como diri­gen­tes y miem­bros de una «ban­da arma­da» a la que piden el aban­dono de su prác­ti­ca arma­da. La magis­tra­tu­ra espa­ño­la, por con­tra, se cie­rra en una defen­sa cor­po­ra­ti­vis­ta del fallo.

Con­de Pum­pi­do, fis­cal gene­ral del Esta­do, dice por su par­te que esta sen­ten­cia «nos acer­ca más a la paz». Unas decla­ra­cio­nes en sin­to­nía con la del enton­ces minis­tro de Inte­rior Angel Ace­bes cuan­do defi­nió el cie­rre poli­cial del úni­co dia­rio en eus­ka­ra, Eus­kal­du­non Egun­ka­ria, como «una ope­ra­ción en defen­sa y pro­tec­ción de los dere­chos y de las liber­ta­des de los vas­cos, de su cul­tu­ra, de su pen­sa­mien­to, y de la expre­sión de su len­gua en liber­tad». Ideas pecu­lia­res las de la demo­cra­cia espa­ño­la: se encar­ce­la como «terro­ris­tas» a quie­nes piden el fin de la lucha arma­da igual que se «defien­de la cul­tu­ra vas­ca» cerran­do el úni­co dia­rio en euskera.

Para defen­der lo inde­fen­di­ble se uti­li­zan argu­men­ta­cio­nes más suti­les, emplean­do un len­gua­je jurí­di­co para difu­mi­nar unas tesis acu­sa­to­rias cla­ra­men­te polí­ti­cas. Este axio­ma apa­re­ce cons­tan­te­men­te en las sen­ten­cias y en el deba­te polí­ti­co: «Aquí no se juz­gan ideas, sino hechos cri­mi­na­les». Eso lo había «expli­ca­do» el mis­mo Gar­zón en el muchas veces cita­do auto 352002 cuan­do admi­tía que el pro­ble­ma en el fon­do no es ETA, «aun­que no hubie­ra exis­ti­do», sino ¡Bata­su­na!

Y qué decir del refe­rén­dum, con­sul­ti­vo, sobre la refor­ma del Esta­tu­to de Auto­no­mía de la CAV y del aban­dono de la lucha arma­da por par­te de ETA, que lle­vó al Gobierno Aznar a ame­na­zar con la cár­cel al lehen­da­ka­ri Iba­rretxe. El gol­pe de Hon­du­ras se «moti­vó» con la mis­ma argu­men­ta­ción: un refe­rén­dum con­sul­ti­vo pro­pues­to por el pre­si­den­te Manuel Zelaya.

La lis­ta de cri­mi­na­li­za­ción polí­ti­ca de las ideas es lar­ga a pesar de algu­nas sen­ten­cias del Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal, y tam­bién a veces de la Audien­cia Nacio­nal, inten­tan­do sal­var las for­mas, como en el caso de la lega­li­za­ción de Bil­du, que según repi­ten polí­ti­cos y medios infor­ma­ti­vos está en «sus­pen­so», o como en el caso de Ini­cia­ti­va Inter­na­cio­na­lis­ta, a cuya lega­li­za­ción pue­de no ser aje­na como «mone­da de cam­bio» la con­fir­ma­ción del Tri­bu­nal Euro­peo de Dere­chos Huma­nos de la ile­ga­li­za­ción de Bata­su­na. Se tra­ta de excep­cio­nes que con­fir­man la regla, hechas para cui­dar las for­mas. «Qui­zás nos hemos pasa­do», dijo el fis­cal gene­ral del Esta­do en 2007 a raíz de la ile­ga­li­za­ción de mitad de las lis­tas de ANV.

El edi­to­ria­lis­ta de El País ha comen­ta­do que la sen­ten­cia vuel­ve a inci­dir en esa par­ti­cu­lar con­cep­ción del Dere­cho Penal basa­da en «lógi­cos supues­tos», «pro­ba­bles cer­ti­dum­bres», «mul­ti­tu­des de infe­ren­cias lógi­cas que tras­cien­den las meras supo­si­cio­nes». Pero, ¿qué dice el dia­rio del Gru­po Pri­sa? Ya en el titu­lo, los impu­tados están bien con­de­na­dos: «¿Habría sali­do Ote­gi?». La tesis del artícu­lo es que esta­ría en la calle «si ETA hubie­ra anun­cia­do su diso­lu­ción», aun­que incons­cien­te­men­te el autor mati­za que eso ocu­rri­ría «casi segu­ra­men­te» o «si la izquier­da aber­tza­le (o el pro­pio Ote­gi y sus com­pa­ñe­ros) hubie­ra exi­gi­do de mane­ra creí­ble la des­apa­ri­ción de ETA y con­de­na­do su recur­so a la estra­te­gia terrorista».

A su vez El País”, para jus­ti­fi­car la con­de­na, bus­ca una inter­pre­ta­ción tem­po­ral «en las fechas de los hechos juz­ga­dos», seña­lan­do que era pal­ma­ria la ausen­cia en los pro­ce­sa­dos de cual­quier acti­tud que deno­ta­ra un real dis­tan­cia­mien­to de las tesis de la ban­da. ¿Sig­ni­fi­ca esa refe­ren­cia tem­po­ral que más tar­de sí ha habi­do sín­to­mas de dis­tan­cia­mien­to que no han sido con­si­de­ra­dos? Podría ser, por­que en los tres docu­men­tos de la ex Bata­su­na que ana­li­za la sen­ten­cia, redac­ta­dos entre octu­bre de 2009 y febre­ro de 2010, se reco­no­ce que hay una «evo­lu­ción en esa direc­ción». O sea, siem­pre según el dia­rio madri­le­ño, en diciem­bre y pri­me­ros meses de 2009 los impu­tados esta­rían a favor de «las tesis de estra­te­gia polí­ti­co mili­tar» mien­tras en octu­bre de 2009, no.

O sea, un movi­mien­to que tie­ne mas de cin­cuen­ta años de his­to­ria, que ha resis­ti­do y pues­to, a veces, con­tra la cuer­das a un Esta­do, pro­ta­go­ni­za­do por cen­te­na­res de miles de hom­bres y muje­res y basa­do en su pro­ta­go­nis­mo direc­to y su altruis­mo ten­dría un lide­raz­go que, en ape­nas tres o cua­tro meses, hace un giro estra­té­gi­co de seme­jan­te nivel, con­ven­cien­do a la mayo­ría del movi­mien­to. Y no sólo eso, sino ponien­do en mar­cha un pro­ce­so que en poco menos de dos años per­mi­te aglu­ti­nar una serie de fuer­zas polí­ti­cas y socia­les que lle­gan a ser actual­men­te las más impor­tan­tes elec­to­ral­men­te en las pro­vin­cias vas­cas. Lo sobre­na­tu­ral no es de este mundo.

En reali­dad El País admi­te que hay cues­tio­nes polí­ti­cas en la base de la sen­ten­cia: «No con­de­nan a ETA por­que jus­ti­fi­can el cam­bio de estra­te­gia con el argu­men­to de que la lucha arma­da ha impe­di­do la con­so­li­da­ción de la auto­no­mía, lo que hace posi­ble nego­ciar hoy un cam­bio de mar­co polí­ti­co a cam­bio de la reti­ra­da defi­ni­ti­va de la banda».

La estra­te­gia de la izquier­da aber­tza­le, las mis­mas decla­ra­cio­nes de ETA, las ulti­mas elec­cio­nes muni­ci­pa­les, los pri­me­ros pasos de los gobier­nos de Bil­du debe­rían hacer enten­der que el cam­bio del esce­na­rio polí­ti­co lle­ga­rá a tra­vés de una nego­cia­ción -¿cómo si no?-, pero no «a cam­bio de la defi­ni­ti­va reti­ra­da de la ban­da» sino median­te la rela­ción de fuer­zas que el movi­mien­to polí­ti­co y social para la sobe­ra­nía y de izquier­das con­si­ga deter­mi­nar (si la polí­ti­ca del Esta­do espa­ñol sigue por esos derro­te­ros el hecho de que lle­gue a ser «mayo­ría sufi­cien­te» no está lejano).

La lec­tu­ra de la sen­ten­cia tras­lu­ce en sus 144 pági­nas una argu­men­ta­ción inqui­si­to­rial, sin que haya prue­bas de las acu­sa­cio­nes, solo inter­pre­ta­cio­nes que lle­gan has­ta la para­do­ja más sor­pren­den­te. Por ejem­plo, la con­de­na de Ote­gi y Díez es «por ser par­te de una orga­ni­za­ción con el gra­do de diri­gen­tes» y esa orga­ni­za­ción habría orde­na­do a ellos, los supues­tos diri­gen­tes, o sea se habrían orde­na­do a sí mis­mos, ¡desa­rro­llar la direc­ción en la izquier­da aber­tza­le para actuar en una polí­ti­ca subor­di­na­da a la super­vi­sión y tute­la de ETA! La sen­ten­cia, siguien­do esta tra­ma fan­tás­ti­ca, no expli­ca si ETA es una enti­dad extra­te­rres­tre o una orga­ni­za­ción hecha por per­so­nas, ya que no apa­re­cen en nin­gún párra­fo de la sen­ten­cia los nom­bres de supues­tos miem­bros de ETA que den órde­nes a los imputados.

Así que siguien­do la lógi­ca del tri­bu­nal, sien­do los úni­cos nom­bres de diri­gen­tes de ETA Ote­gi y Díez, éstos habrían ela­bo­ra­do un docu­men­to en don­de se plan­tea­ba el fin de la lucha arma­da, en con­tras­te con otro favo­ra­ble a man­te­ner como ins­tru­men­to de pre­sión la estra­te­gia polí­ti­co-mili­tar, ela­bo­ra­do por ETA (?!).

Pura y lla­na­men­te, esqui­zo­fre­nia. ¿Absur­do? Como evi­den­cia Iña­ki Irion­do en GARA, si toda la apues­ta estra­té­gi­ca de la izquier­da aber­tza­le a par­tir del docu­men­to «Zutik Eus­kal Herria», según el tri­bu­nal, se redu­ce a que «con los acu­sa­dos pri­va­dos de liber­tad, no resul­ta iló­gi­co per­ci­bir una evi­den­te tác­ti­ca defen­si­va ten­den­te a des­li­gar­los de la estra­te­gia polí­ti­co-mili­tar en la que has­ta enton­ces cla­ra­men­te se ali­nea­ban, con el pro­pó­si­to de con­se­guir la liber­tad y más tar­de la abso­lu­ción», es lógi­co supo­ner que los magis­tra­dos en cues­tión ten­gan más apre­cio a Tor­que­ma­da que a Montesquieu.

Lo recor­da­ba Vice­nç Fisas en las pági­nas de Públi­co”: «Des­de hace años me dedi­co a seguir y com­pa­rar los pro­ce­sos de paz que hay en el mun­do, y es difí­cil encon­trar tan­ta tor­pe­za como en Espa­ña, que quie­re aca­bar con ETA pero no entien­de que ello no es posi­ble sin dar espa­cio polí­ti­co al inde­pen­den­tis­mo vas­co, repi­to que des­de pará­me­tros demo­crá­ti­cos y de res­pe­to, no de coac­ción o amenaza».

La cla­se polí­ti­ca espa­ño­la en lugar de acep­tar el desa­fío polí­ti­co, en el que ten­dría muchas car­tas que jugar, ensa­ya un pan­to­mi­ma de la dia­léc­ti­ca polí­ti­ca en don­de, al final, todos coin­ci­den en las mis­mas opi­nio­nes. Toda­vía paté­ti­co fue el deba­te-polé­mi­ca sobre la lega­li­za­ción de Bil­du por el Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal, con un PP que acu­sa al PSOE de haber «con­di­cio­na­do» la deci­sión cuan­do fue el mis­mo PSOE el que le dio el impul­so a tra­vés de sus inefa­bles minis­tros de Inte­rior y de Jus­ti­cia, con la impug­na­ción de las listas.

Quien por con­tra entien­de cla­ra­men­te que «las rece­tas del pasa­do ya no valen» y abo­ga por un diá­lo­go inclu­yen­te y a todo terreno es la abru­ma­do­ra mayo­ría de la socie­dad vas­ca, has­ta el pun­to de que los mis­mos anta­go­nis­tas de la izquier­da aber­tza­le se dan por alu­di­dos. Patxi López admi­te que hay «sor­pre­sa y frus­tra­ción» des­pués de la sen­ten­cia para, ense­gui­da, mani­fes­tar su prin­ci­pal preo­cu­pa­ción: que Bata­su­na «apa­rez­ca como victima».

Y en esa pes­ca­di­lla que se muer­de la cola, aho­ra ése es pre­ci­sa­men­te el mie­do que inva­de los esta­men­tos polí­ti­cos espa­ño­les. Como mues­tra aña­di­da están los comen­ta­rios de los lec­to­res en los dia­rios espa­ño­les, por no hablar de los vas­cos, que sub­ra­yan que ya son muchos los que entien­den que esta estra­te­gia de aco­so per­ma­nen­te hue­le a podri­do. Y que en la pró­xi­mas elec­cio­nes del 20‑N, como admi­te Luis R. Aiz­peo­lea en El País”, «Bil­du, (con el aña­di­do Ara­lar) pue­de arra­sar aún más de lo que ya se preveía».

Por cier­to, los men­sa­jes de la izquier­da aber­tza­le y de los pro­pios Ote­gi y Díez des­pués de la sen­ten­cia son reve­la­do­res de la con­fian­za en sus pro­yec­tos polí­ti­cos: «Que nadie aban­do­ne el camino por­que vamos a ganar», escri­be en Twit­ter Ote­gi. El mis­mo Rafa Díez seña­la en una entre­vis­ta en GARA, aun reco­no­cien­do que la sen­ten­cia pue­de «gene­rar inte­rro­gan­tes», que «no debe­mos entrar en res­pues­tas clá­si­cas pro­pias de otros momen­tos, sino lograr que sea la socie­dad en su con­jun­to la que res­pon­da, y que lo haga en un sen­ti­do deter­mi­na­do: para con­ver­tir todo esto en irre­ver­si­ble. Hay que lograr ese pro­ta­go­nis­mo de la socie­dad, para que nadie pue­da con­di­cio­nar o negar su futu­ro. Nadie se lo pue­de robar». Que el día des­pués de la sen­ten­cia 27.000 per­so­nas se den cita en Donos­tia para recla­mar dere­chos huma­nos y polí­ti­cos para los pre­sos y pre­sas vas­cas ates­ti­gua que está cla­ro que una par­te impor­tan­te de la socie­dad vas­ca quie­re protagonismo.

Por eso, las cosas son como son y no como dic­tan en la Zar­zue­la, la Audien­cia Nacio­nal, Ferraz o la calle Géno­va. Que las cosas están cam­bian­do, por los menos en Eus­kal Herria, es noto­rio. Y lo que inten­tan es atra­sar el momen­to de algo que va a venir. Como escri­be Alber­to Moyano en El Dia­rio Vas­co, «en cual­quier caso, a fal­ta de saber si el fallo de la AN com­pli­ca el pano­ra­ma polí­ti­co, pare­ce cla­ro que des­pe­ja enor­me­men­te el elec­to­ral. Aho­ra mis­mo, enfren­ta­do a los “ultra­li­ge­ros” López, Basa­goi­ti y ¿Erko­re­ka? en unos comi­cios se corría el ries­go de que un Ote­gi en liber­tad sin car­gos se los meren­da­ra como buñue­los de viento».

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