Ser­pien­tes de verano- Alva­ro Reizabal

Se va mar­chan­do poco a poco el vera­ni­to. Las maña­nas son más fres­cas, las noches mas lar­gas, y el cachon­deo esti­val va sien­do sus­ti­tui­do por la serie­dad de un oto­ño que no se sabe si va a ser calien­te o nos deja­rá hela­dos a todos. Duran­te el verano, ha habi­do ser­pien­tes infor­ma­ti­vas que han lle­na­do las pági­nas de los rota­ti­vos. La más pre­sen­te, sin duda, ha sido la de los mer­ca­dos. Cada maña­na, al levan­tar­nos, los medios de comu­ni­ca­ción nos infor­ma­ban de que esta­mos más jodi­dos que ayer pero menos que maña­na, en esta carre­ra alo­ca­da hacia la meda­lla del horror, que nadie sabe cuán­do aca­ba. Y, lo que todos dejan cla­ro es que todo es por cul­pa de los mer­ca­dos y su insa­cia­ble voracidad.

Es tal su astu­cia que nadie les enga­ña. Da lo mis­mo que los man­da­ma­ses de dife­ren­tes paí­ses hagan decla­ra­cio­nes tran­qui­li­za­do­ras, dicien­do que aguan­ta­rán el tirón por­que nues­tra eco­no­mía es fuer­te, que a los mer­ca­dos no se la dan con que­so y a tras dos días de leve ali­vio, vuel­ve a cun­dir el páni­co en una carre­ra hacia el abis­mo que pare­ce no pue­de detenerse.

Por eso resul­ta más absur­do toda­vía el nume­ri­to de la refor­ma cons­ti­tu­cio­nal. Duran­te más de trein­ta años se ha dicho que la Car­ta Mag­na era un tótem into­ca­ble y bue­na prue­ba de ello es que aún no se ha corre­gi­do la dis­cri­mi­na­ción hacia la mujer que con­tie­ne en su tex­to. Pero, de repen­te, estan­do con­vo­ca­das las elec­cio­nes para den­tro de nada, los dos par­ti­dos mayo­ri­ta­rios del Esta­do, que en sie­te años no se habían pues­to de acuer­do en nada, pac­tan nada menos que una refor­ma exprés, intro­du­cien­do topes de gas­to impro­pios de un tex­to pro­gra­má­ti­co y colan­do el asun­to de ron­dón, sin refe­rén­dum y a gol­pe de rodi­llo. Todo con la excu­sa de mejo­rar la ima­gen, es decir, de sose­gar a los depre­da­do­res. Y, mien­tras tan­to, éstos pasan­do olím­pi­ca­men­te del tema como dicien­do a otro perro con ese hue­so. Total, que con esa excu­sa se da car­ta de natu­ra­le­za cons­ti­tu­cio­nal a la polí­ti­ca de recor­tes socia­les ya en mar­cha y a los que vienen.

Impre­sio­nan­te el des­plie­gue de los segui­do­res de Ratzin­ger por toda la piel de toro, con su esté­ti­ca «Viva la Gen­te», hacien­do el papel de cor­de­ros dego­lla­dos mien­tras la made­ra sacu­día de lo lin­do a los lai­cos que osa­ban mani­fes­tar­se. Y sor­pren­den­te que al final no se pudie­ran comer una ros­ca por­que la des­co­mu­nal tor­men­ta que des­car­ga­ron los cie­los sobre Madrid empa­pó las hos­tias que que­da­ron inser­vi­bles, aun­que se dice que muchos de los asis­ten­tes ya habían comul­ga­do con abun­dan­te san­gre de Cris­to en los bote­llo­nes previos.

Para final el asun­to EITB, que más que ser­pien­te es cule­brón. El rumor es ya noti­cia y los res­pon­sa­bles del ente van a tener que com­pa­re­cer en el Par­la­men­to. Se habla de cien­to cin­cuen­ta des­pi­dos y del cie­rre de Mira­món. No se si esto es lo que se pro­po­nían des­de que se hicie­ron car­go del inven­to. Pero que­rien­do o sin que­rer la alian­za PSOE-PP ha lle­va­do a la rui­na a la joya de la coro­na. En eso con­sis­te su efi­ca­cia en la gestión.

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