La diputada de Hacienda, Helena Franco, y la portavoz foral, Larraitz Ugarte, han informado hoy de la situación presupuestaria de la Diputación en una rueda de prensa.
Franco ha dicho que, «sin entrar en alarmismos», la situación es delicada y «peor» de la que ellos esperaban encontrar en la institución foral, lo que, a su juicio, no se debe a un «error de cálculo» en la elaboración de las cuentas sino a una actitud «poco prudente y poco responsable» del anterior Gobierno foral, formado por PNV y Hamaika Bat.
Este desfase de 100 millones de euros (35 millones de incremento en gastos y 66 millones por bajada en recaudación) exige, según Franco, una reordenación de los gastos para «priorizar» las partidas de política social y fomento del transporte público y «sacrificar» otras inversiones que estaban en «fase de presupuesto» y que, en ningún caso, supone su olvido definitivo. En concreto, ha mencionado partidas destinadas, por ejemplo, a las variantes de Irun y Zarautz.
Ha explicado que se trata de una «paralización técnica para cuatro meses» por problemas presupuestarios que han heredado a su llegada a la Diputación, en la que su intención es «no recurrir a más endeudamiento», aunque pueden llegar imprevistos que tal vez lo pudieran hacer necesario.
En los tiempos en que la CAV era un batzoki jamás se tuvieron estos datos, el maquillaje de las cuentas se acompañó del ferreo control «informativo».