En situación de enfermedad grave e incurable, al igual que las y los otros ocho presos políticos vascos en similar situación, se encuentra desde hoy en situación de prisión atenuada. Esto supone que será sometido a duras medidas de control, lo cual dificultará su el tratamiento médico y las condiciones que para su curación le son necesarias.
Hace pocas semanas, la asociación para la asistencia médico ‑psicológica de personas presas y represaliadas políticas de Euskal Herria daba cuenta de la situación que padecen las y los presos políticos vascos con enfermedades graves e incurables. Remarcaron en este sentido, al igual que la situación de Jose Ramón Foruria, que son especialmente graves las enfermedades que padecen Mila Ioldi, Ibon Iparragirre y Txus Martín, siéndo imprescindible su inmediata puesta en libertad, ya que incluso sus vidas se encuentran en peligro mientras sigan en prisión. Además advirtieron sobre la situación de enfermedad que padecen Gotzone Lopez de Luzuriaga, Inma Berriozabal, Jose Angel Biguri, Iñaki Etxeberria, Jesus Mari Mendinueta y Josetxo Arizkuren, siéndo necesario que sean trasladados a cárceles cercanas a su domicilio para poder garantizar mínimamente el tratamiénto médico que requiere su situación.
Jose Ramon Foruria (Markina, 1950), fué detenido el 14 de septiembre del año 2003 y entregado a España desde Venezuela. Estaba destinado en la cárcel de Dueñas pero se encontraba en la prisión de Basauri. Al pronto de entrar en prisión le fue diagnosticaron cáncer de vejiga y a partir de entonces ha sufrido varias recaídas en 2008 y 2010, en éste último caso con un diagnóstico sumamente grave.
Desde el año 2004, la audiencia nacional ha negado dos veces su puesta en libertad.
Hoy Jose Ramón se encuentra en casa, al igual que los otros presos y presas políticas con enfermedades graves e incurables. Ésto ha sido posible gracias al esfuerzo y trabajo de miles de ciudadanas y ciudadanos vascos que se movilizan y se compromenten con los derechos de las y los presos políticos vascos, así como del compromiso creciente que un sinfín de agentes llevan mostrando de cara a poner fín a la inaceptable política penitenciaria que padecen las y los presos vascos. Creemos por ello necesario seguir el camino emprendido, para que inmediatamente sean puestos en libertad las y los presos gravemente enfermos, sea derogada la doctrina que impone de facto la cadena perpetua y se ponga fín a la política de dispersión, ya que son además situaciones cada vez más insostenibles en Euskal Herria y ante la comunidad internacional, las que el Estado Español y Frances siguen manteniéndo con su política penitenciaria represiva.