Lle­gar al gobierno o trans­for­mar el Esta­do – Fetrapi

Introducción“Si no vives como pien­sas aca­ba­ras pen­san­do como vives”[1].

Esta céle­bre con­sig­na que se hizo uni­ver­sal tras ser graf­fi­tea­da en los muros de las uni­ver­si­da­des pari­si­nas en mayo de 1968, ha reco­bra­do su actua­li­dad de la mano de los gobier­nos de cen­tro izquier­da en Amé­ri­ca Latina.

La des­mo­vi­li­za­ción en la que se encuen­tran los movi­mien­tos socia­les en Lati­noa­mé­ri­ca está per­mi­tien­do que gobier­nos teó­ri­ca­men­te afi­nes estén impo­nien­do agen­das polí­ti­co-eco­nó­mi­cas de per­fil “prag­má­ti­co”, basa­das en el inme­dia­tis­mo y un cadu­co con­cep­to del desa­rro­llo. Los giros pro­gra­má­ti­cos sufri­dos por los gobier­nos “pro­gre­sis­tas” del sub­con­ti­nen­te son una aler­ta que recuer­da como en Euro­pa la social­de­mo­cra­cia eje­cu­tó las refor­mas más agre­si­vas con­tra los dere­chos de las y los trabajadores[2].

Si tene­mos en cuen­ta que inclu­so en los paí­ses que fue­ron defi­ni­dos como del “socia­lis­mo real” lo que se repro­du­jo fue el rol del Esta­do como herra­mien­ta de domi­na­ción y con­trol social, lle­ga­re­mos a la con­clu­sión que en la his­to­ria de la Huma­ni­dad encon­tra­re­mos muy pocas, por no decir nin­gu­na, expe­rien­cias de trans­for­ma­ción del Esta­do des­de den­tro del pro­pio Estado.

En Amé­ri­ca Lati­na los actua­les gobier­nos pro­gre­sis­tas lle­gan tras dos déca­das y media de apli­ca­ción de polí­ti­cas neo­li­be­ra­les, las cua­les deja­ron su heren­cia: bru­tal incre­men­to de los nive­les de pobre­za, con­cen­tra­ción de la rique­za en manos de las corrup­tas éli­tes oli­gár­qui­cas, des­man­te­la­mien­to del Esta­do, estan­ca­mien­to y depen­den­cia de las eco­no­mías nacio­na­les, aban­dono de polí­ti­cas socia­les, pri­va­ti­za­cio­nes del sec­tor públi­co, fle­xi­bi­li­za­ción labo­ral, des­em­pleo y sala­rios de mise­ria, incre­men­to de la deu­da exter­na y aper­tu­ra indis­cri­mi­na­da al capi­tal extran­je­ro y especulativo.

Con estos ante­ce­den­tes, el repo­si­cio­na­mien­to de los gobier­nos nacio­na­les y la recons­truc­ción del Esta­do no es cues­tión bala­dí, pero hay que enten­der­los en la actual corre­la­ción de fuer­zas a nivel mun­dial. Esta situa­ción hace que tam­bién estos gobier­nos estén sien­do coop­ta­dos por el lobis­mo en decre­men­to de las alter­na­ti­vas de desa­rro­llo y la demo­cra­cia real.

Sin la trans­for­ma­ción del Esta­do ‑Esta­do Libe­ral que pro­vee las cir­cuns­tan­cias para que los indi­vi­duos por sus pro­pios medios adqui­rie­ran los bie­nes y ser­vi­cios que necesiten‑, se man­tie­nen sus lógi­cas estruc­tu­ra­les: pro­te­ger las rela­cio­nes de pro­pie­dad y el sis­te­ma repre­sen­ta­ti­vo social burgués.

Estos lla­ma­dos gobier­nos “revo­lu­cio­na­rios” están cana­li­zan­do de tal mane­ra sus con­tra­dic­cio­nes que estas dejan de ser con­tra­dic­cio­nes sis­té­mi­cas, gene­rán­do­se pro­ce­sos de asi­mi­la­ción que fijan los techos para las refor­mas polí­ti­cas en cada una de las expe­rien­cias en mar­cha. Este pro­ce­so de asi­mi­la­ción tam­bién actúa de for­ma indi­vi­dua­li­za­da sobre las diri­gen­cias “revo­lu­cio­na­rias”, gene­ran­do des­lum­bra­mien­to per­so­nal y clientelismo.

Así las cosas, un cri­te­rio impor­tan­te para la cons­truc­ción de polí­ti­cas alter­na­ti­vas debe­ría basar­se en la vin­cu­la­ción de cohe­ren­tes prác­ti­cas eco­nó­mi­cas con la cons­truc­ción de un poder alter­na­ti­vo. No se tra­ta tan solo de que los intere­ses popu­la­res estén debi­da­men­te repre­sen­ta­dos en la estruc­tu­ra esta­tal, el obje­ti­vo debe ser cons­truir contrapoder.

Sin igno­rar los logros en mate­rias diver­sas pro­ta­go­ni­za­dos por los gobier­nos de cen­tro izquier­da en la región, sus reaco­mo­dos hacen nece­sa­rio reorien­tar su inter­ven­ción en aras a desa­rro­llar, des­de las bases, nue­vas for­mas de poder popu­lar con apro­pia­ción y empo­de­ra­mien­to democrático.

Se tra­ta enton­ces de un cam­bio de orien­ta­ción de las polí­ti­cas gene­ra­das des­de lo ins­ti­tu­cio­nal, dado que rede­fi­ne la vía del cam­bio: este deja de ser úni­ca­men­te des­de el Esta­do (ver­ti­cal), para posi­cio­nar un espa­cio de inter­lo­cu­ción y com­pli­ci­dad entre Esta­do y ciu­da­da­nía. Trans­for­mar el Esta­do a par­tir de los pro­ce­sos ciudadanos.
Para ello, la izquier­da debe enten­der que encuen­tra su rol cuan­do se con­vier­te en garan­te de las deman­das socia­les y los pro­ce­sos demo­crá­ti­cos. Reen­fo­car las hojas de ruta guber­na­men­ta­les de los pro­ce­sos en cur­so, de tal mane­ra que estas con­ten­gan de for­ma trans­ver­sal cri­te­rios de cons­truc­ción social y la visión que des­de lo social se deriva.

Lejos de lo ante­rior, la rede­fi­ni­ción de estos pro­ce­sos se desa­rro­lla bajo la pers­pec­ti­va de polí­ti­cas “prag­má­ti­cas” que no trans­for­man los sis­te­mas de acu­mu­la­ción ni la estruc­tu­ra del poder here­da­da. Esta rede­fi­ni­ción se acom­pa­ña tam­bién con la rede­fi­ni­ción de con­tra­dic­to­res y antagonistas.

En este sen­ti­do, el caso ecua­to­riano es emble­má­ti­co. En el gobierno del pre­si­den­te Correa cer­ca de 200 diri­gen­tes indí­ge­nas son acu­sa­dos injus­ta­men­te de “sabo­ta­je y terro­ris­mo”, vién­do­se varios de ellos obli­ga­dos a la clan­des­ti­ni­dad. De igual mane­ra, varios de los fun­da­do­res del ofi­cia­lis­ta Alian­za PAIS, así como los prin­ci­pa­les ideó­lo­gos del pro­yec­to ori­gi­nal son des­ca­li­fi­ca­dos por el man­da­ta­rio de for­ma públi­ca y acu­sa­dos “trai­do­res a la revo­lu­ción” y copart­ners de dere­cha. El pre­si­den­te Rafael Correa ha mani­fes­ta­do públi­ca­men­te y en reite­ra­das oca­sio­nes que sus prin­ci­pa­les enemi­gos del pro­ce­so son los eco­lo­gis­tas, “la izquier­da infan­til” y la CONAIE[3]. 

El caso ecua­to­riano evi­den­cia el deba­te real de fon­do: ¿El obje­ti­vo de la lucha se mate­ria­li­za con lle­gar al Esta­do o el ele­men­to fun­da­men­tal y más com­ple­jo es como se trans­for­ma el Estado?

Los gobier­nos pro­gre­sis­tas ins­tau­ra­dos en la región, sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te en el caso ecua­to­riano, siguen bajo la mis­ma arqui­tec­tu­ra del Esta­do here­da­do, lo que hace que cada día sean más pare­ci­dos a las vie­jas éli­tes que por ellos fue­ron des­pla­za­das. Sobre esta reali­dad se defi­ne el actual pro­ce­so de asi­mi­la­ción que sufren estos gobier­nos, los cua­les olvi­dan con faci­li­dad que fue­ron posi­cio­na­dos en sus res­pec­ti­vos pala­cios pre­si­den­cia­les por pobla­cio­nes que deman­da­ban alter­na­ti­vas radi­ca­les ante las con­ti­nuas agre­sio­nes neoliberales.

Algu­nos de estos gobier­nos, como el caso ecua­to­riano, ni siquie­ra ya están en dispu­ta. Su pro­pia con­for­ma­ción y los ani­llos de poder gene­ra­dos entorno al des­pa­cho pre­si­den­cial evi­den­cian que sec­to­res polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos han toma­do posi­cio­nes en Caron­de­let, y lo leja­nos que están de los intere­ses y luchas populares.

La nece­si­dad de recon­duc­ción de estos pro­ce­sos polí­ti­cos no debe dar­se tan solo des­de la matriz guber­na­men­tal. En los pro­ce­sos de recu­pe­ra­ción pro­gra­má­ti­ca deben tener un rol deter­mi­nan­te la socie­dad civil a tra­vés de la recom­po­si­ción de sus orga­ni­za­cio­nes socia­les. Este mode­lo de par­ti­ci­pa­ción social está reco­no­ci­do en las dife­ren­tes cons­ti­tu­cio­nes post-neo­li­be­ra­les del con­ti­nen­te, si bien su imple­men­ta­ción está sien­do inten­cio­na­da­men­te débil.

Eco­no­mía: logros y falen­cias del gobierno correísta

Las lógi­cas cau­di­llis­tas y pater­na­lis­tas del gobierno, expre­sa­das de for­ma per­ma­nen­te en su accio­nar coti­diano gene­ran des­mo­ti­va­ción entre la ciudadanía.

Según el Baró­me­tro de las Amé­ri­cas, en Ecua­dor la par­ti­ci­pa­ción en reunio­nes de una aso­cia­ción pro­fe­sio­nal se esti­ma en un 7,4% en el año 2010, muy por deba­jo del 10,7% exis­ten­te en el 2001 e inclu­so por deba­jo tam­bién 7,5% con­si­de­ra­do en el año 2006, inme­dia­ta­men­te antes de que Rafael Correa fue­ra inves­ti­do como pre­si­den­te. De igual mane­ra compu­ta la par­ti­ci­pa­ción en reunio­nes de un comi­té o jun­ta de mejo­ras, sien­do del 12,9% el dato de 2010, ante el 19,4% exis­ten­te en 2001 o el 17,0% del 2006.

La lec­tu­ra no deja lugar a malas inter­pre­ta­cio­nes: exis­te una caí­da de par­ti­ci­pa­ción en los espa­cios de la socie­dad civil. Dicho de otro modo, el actual gobierno ha des­in­cen­ti­va­do la par­ti­ci­pa­ción social a pesar de que este sea uno de los man­da­tos fun­da­men­ta­les de la Cons­ti­tu­ción de Montecristi.
Si tras­la­da­mos el ámbi­to al plano eco­nó­mi­co, según datos ofi­cia­les (INEC, sep­tiem­bre de 2009), la situa­ción en el mun­do labo­ral ecua­to­riano es la siguien­te: Ver CUADRO en anexo
Actual­men­te, la Pobla­ción Eco­nó­mi­ca­men­te Acti­va (PEA) en Ecua­dor es de más de 4,4 millo­nes de per­so­nas y se con­si­de­ra que están en este gru­po las per­so­nas de diez años o más con capa­ci­dad de trabajar.

Tan solo el 45,59% tie­ne ocu­pa­ción, y en este por­cen­ta­je se inclu­yen a las per­so­nas eco­nó­mi­ca­men­te acti­vas que tra­ba­jan como míni­mo la jor­na­da legal de tra­ba­jo y tie­nen ingre­sos supe­rio­res al sala­rio uni­fi­ca­do legal, o bien que tra­ba­jan menos de 40 horas y sus ingre­sos son supe­rio­res al sala­rio uni­fi­ca­do legal y no desean tra­ba­jar más horas.

La tasa de sub­em­pleo esta en 46,74%, inclu­ye a las per­so­nas que están ocu­pa­das pero que desean tra­ba­jar más horas, están dis­po­ni­bles para tra­ba­jar más horas, tra­ba­jan menos de 40 horas a la sema­na, ganan el sala­rio míni­mo legal o menos de él.

Que­dan­do la tasa de des­em­plea­dos en 6,39%.

Los grá­fi­cos reco­gen una dis­mi­nu­ción por deba­jo de 4 pun­tos en el sub­em­pleo entre diciem­bre de 2009 (año de mayor afec­ta­ción de la cri­sis finan­cie­ra inter­na­cio­nal) y el cie­rre del pri­mer semes­tre del pre­sen­te año. En este ámbi­to ha de compu­tar­se tam­bién una sig­ni­fi­ca­ti­va reduc­ción de meno­res en el mun­do labo­ral –cer­ca de 150.000 niños han pasa­do del mer­ca­do labo­ral al estudio‑, aun­que se man­tie­nen cifras muy altas, 612 mil, de explo­ta­ción infantil.

El empleo no es de cali­dad para la mayo­ría de la pobla­ción, a lo que hay que agre­gar que en el ámbi­to labo­ral hay des­pro­tec­ción de las y los tra­ba­ja­do­res, el dere­cho a huel­ga en la prác­ti­ca es inexis­ten­te, se ha eli­mi­na­do en la prác­ti­ca tam­bién el con­tra­to colec­ti­vo y mini­mi­zan­do el papel de las orga­ni­za­cio­nes sin­di­ca­les exis­ten­tes, que pre­ten­de ser sus­ti­tui­do en su coti­dia­ni­dad por tec­nó­cra­tas guber­na­men­ta­les sin expe­rien­cia en el movi­mien­to obre­ro y con una visión téc­ni­co-pro­fe­sio­nal en su intervención.

A esta situa­ción se debe aña­dir que el cos­to de la canas­ta bási­ca fami­liar se sitúa en 559,41 dóla­res (datos INEC, julio 2011), mien­tras el sala­rio nomi­nal pro­me­dio se encuen­tra en 307,83 dóla­res y el ingre­so fami­liar medio men­sual en 448 dólares.

De igual mane­ra, cabe rese­ñar que la eco­no­mía ecua­to­ria­na es esen­cial­men­te ren­tis­ta (el 56% Comer­cio), la cual se limi­ta en muchas oca­sio­nes a impor­tar e inter­me­diar. Bajo esta reali­dad se evi­den­cia las polí­ti­cas clien­te­la­res del gobierno, las cua­les siguen sien­do fun­cio­na­les al mode­lo de acu­mu­la­ción here­da­do del neo­li­be­ra­lis­mo. Ape­nas un 9% de la eco­no­mía ecua­to­ria­na es industria.

Para más gra­ve­dad, en el recien­te cen­so eco­nó­mi­co ela­bo­ra­do por el Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca y Cen­sos (INEC), se visua­li­za una enor­me con­cen­tra­ción en ven­tas, sien­do en 95,81% desa­rro­lla­das a tra­vés de los esta­ble­ci­mien­tos de mayo­res ven­tas (decil 10). De igual mane­ra, den­tro del decil 10 el 90% de las ven­tas se con­cen­tran en el gru­po de esta­ble­ci­mien­tos de mayo­res ven­tas (per­cen­til 99).
Con­tra­dic­to­ria­men­te, son los esta­ble­ci­mien­tos peque­ños los que gene­ran mayor por­cen­ta­je de empleo aun­que los esta­ble­ci­mien­tos gran­des gene­ren osten­si­ble mayor ingreso.

La lec­tu­ra es evi­den­te: a mayor con­cen­tra­ción de mer­ca­do mayor nivel de pobreza.

Ana­li­zan­do la com­po­si­ción de la dis­tri­bu­ción del ingre­so entre los perío­dos 2006 – 2010, encon­tra­re­mos según datos del INEC-ENEMDU, que si bien es cier­to que el 10% más rico del país pasó del 42,72% al 36,93%, los sec­to­res más pobres (decil 1 al 4) ape­nas pros­pe­ra­ron dos pun­tos en cua­tro años de “revo­lu­ción” (10,67% en 2006 al 12,78% en 2010).

Se visua­li­za­mos la dis­tri­bu­ción del ingre­so per cápi­ta del hogar ecua­to­riano seg­men­ta­do por deci­les, vere­mos que la situa­ción ape­nas ha sufri­do trans­for­ma­cio­nes des­de el 2006 has­ta el cie­rre del ejer­ci­cio 2010. VER CUADRO 2 EN anexo
 
La anqui­lo­sa­da eco­no­mía ecua­to­ria­na se arti­cu­la sobre una estruc­tu­ra pro­duc­ti­va de poco valor agre­ga­do, con enor­me depen­den­cia de los ingre­sos petro­le­ros, com­bi­na­do con un alto con­su­mo de bie­nes y ser­vi­cios impor­ta­dos que fomen­ta una eco­no­mía ren­tis­ta en un sis­te­ma pro­duc­ti­vo hiper-concentrado.
Los 62 gru­pos eco­nó­mi­cos más impor­tan­tes del país con­cen­tran el 41% del PIB, dejan­do la rique­za no petro­le­ra en manos de gran­des impor­ta­do­res, inter­me­dia­rios finan­cie­ros y gran­des gru­pos del sec­tor comer­cial. El gobierno del pre­si­den­te Correa ha obte­ni­do esca­sos logros en mate­ria de diver­si­fi­ca­ción eco­nó­mi­ca, man­te­nién­do­se las expor­ta­cio­nes de bajo nivel tec­no­ló­gi­co y sin sus­ti­tu­ción de impor­ta­cio­nes. La apues­ta sobre las com­pras públi­cas, herra­mien­ta que debe­ría haber rever­ti­do la ten­den­cia al con­su­mo de impor­ta­dos y haber dina­mi­za­do la eco­no­mía nacio­nal, no ha fun­cio­na­do, a la par que las eco­no­mías domés­ti­cas man­tie­nen una cul­tu­ra de con­su­mo externo y esca­so por no decir nulo ahorro.

Tam­bién son nota­bles los esca­sos logros del gobierno en el Plan Tie­rras, sobre el cual se pre­ten­de redis­tri­buir las tie­rras bal­días y las que están en manos del Esta­do. El Minis­te­rio de Agri­cul­tu­ra, Gana­de­ría, Acua­cul­tu­ra y Pes­ca (MAGAP) se había plan­tea­do como meta para el ejer­ci­cio 2010 que cien mil fami­lias fue­ran bene­fi­cia­das con la titu­la­ción de tie­rras, sin embar­go los resul­ta­dos ape­nas supe­ra­ron la can­ti­dad de mil. Las hec­tá­reas pro­pie­dad del Esta­do redis­tri­bui­das a pro­duc­to­res fami­lia­res no lle­ga­ron a tres mil; y las hec­tá­reas de tie­rras lega­li­za­das con títu­los de pro­pie­dad estu­vie­ron en torno a 83 mil, cuan­do el obje­ti­vo guber­na­men­tal se decla­ra­ba en 350.000 hectáreas.
De igual mane­ra, sec­to­res con­si­de­ra­dos de futu­ro por el gobierno ecua­to­riano desa­rro­llan una pro­gre­sión muy len­ta. El sec­tor turís­ti­co por ejem­plo, expe­ri­men­tó un cre­ci­mien­to de ape­nas dos­cien­tas mil per­so­nas los últi­mos cua­tro años (de 840.600 turis­tas en 2006 a 1.044.600 al cie­rre del 2010), lo cual cues­tio­na la capa­ci­dad de trans­for­ma­ción en las líneas estra­té­gi­cas del plan­tea­das por el gobierno del pre­si­den­te Correa.

Todo ello enmar­ca­do en un gobierno que ha obte­ni­do entre enero de 2007 y mayo de 2011 ingre­sos petro­le­ros por valor 22.529,2 millo­nes de dóla­res y que ha sido capaz de incre­men­tar sus ingre­sos tri­bu­ta­rios (cons­truc­ción de cul­tu­ra fis­cal) de 4.686 millo­nes en 2006 a 7.396 millo­nes al cie­rre del 2010.

Tenien­do en cuen­ta la inci­den­cia (por por­cen­ta­je) de la pobre­za y la extre­ma pobre­za en Ecua­dor por ingre­sos (datos INEC), obte­ne­mos que: VER CUADRO 3 EN ANEXO 
Duran­te el gobierno de Alfre­do Pala­cios (ante­rior inqui­lino del Pala­cio Pre­si­den­cial de Caron­de­let), entre el año 2005 a 2006 la pobre­za se redu­jo en 4,6% y la pobre­za extre­ma pobre­za en 4,7%.
Si extra­po­la­mos estas cifras al perío­do com­pren­di­do entre 2003 y 2006 (4 años), vere­mos que la pobre­za se redu­ce un 12,3%, mien­tras que la extre­ma pobre­za lo hace en 10,1%.

En el gobierno del pre­si­den­te Correa, entre sus perío­dos 2007 a 2010, la pobre­za se redu­jo en 3,9%, mien­tras que la extre­ma pobre­za en 3,4% (la ter­ce­ra par­te res­pec­to al mis­mo perío­do de aná­li­sis anterior).

La pobre­za y la extre­ma pobre­za en Ecua­dor se con­cen­tra de for­ma agu­da en áreas rura­les, su com­po­si­ción es mayo­ri­ta­ria­men­te indí­ge­na segui­da por pobla­ción afro­des­cen­cien­te. Esta reali­dad impli­ca sig­nos de racis­mo, ele­men­to sobre el cual se ha avan­za­do poco, sien­do el Plan Plu­ri­na­cio­nal con­tra la Dis­cri­mi­na­ción Racial un docu­men­to que ni siquie­ra se cum­ple en las cuo­tas de fun­cio­na­rios públicos.

La lec­tu­ra triun­fa­lis­ta sobre la reduc­ción de la pobre­za rea­li­za­da con bom­bo y pla­ti­llo des­de las voce­rías del ofi­cia­lis­mo que­da en cues­tión cuan­do desa­rro­lla­mos el ante­rior aná­li­sis com­pa­ra­ti­vo o si este lo rea­li­za­mos res­pec­to a otros paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos duran­te perío­dos de gobier­nos progresistas[4]. Para muchos ana­lis­tas eco­nó­mi­cos, la reduc­ción de la pobre­za a tra­vés de pla­nes socia­les (apli­ca­bles en Ecua­dor y Bra­sil de igual mane­ra que en Colom­bia o Perú), se basa en pila­res débi­les, dado que los gobier­nos recu­rren a polí­ti­cas asis­ten­cia­lis­tas que no sir­ven para eli­mi­nar la pobre­za de mane­ra defi­ni­ti­va si no van acom­pa­ña­das con polí­ti­cas de cam­bio estructural.
Vis­to lo ante­rior, y com­pa­ran­do el nivel de esfuer­zo en inver­sión social con los resul­ta­dos obte­ni­dos, la con­clu­sión es inna­ta: mucha medio­cri­dad e inca­pa­ci­dad polí­ti­ca en el lla­ma­do gobierno de los PhD.

Comer­cio mino­ris­ta: un ejem­plo de rede­fi­ni­ción de la agen­da gubernamental

En el caso ecua­to­riano, el comer­cio mino­ris­ta ha sido y sigue sien­do la vál­vu­la de esca­pe para un sec­tor muy impor­tan­te de la socie­dad (cer­ca de tres millo­nes de per­so­nas) que no tie­nen en la actua­li­dad espa­cio en el mer­ca­do labo­ral formal.

Sin embar­go, los comer­cian­tes mino­ris­tas y tra­ba­ja­do­res autó­no­mos dedi­ca­dos al comer­cio, se encuen­tran des­pro­te­gi­dos y olvi­da­dos por un gobierno con el que se sin­tie­ron, al prin­ci­pio de su sin­gla­du­ra, fuer­te­men­te iden­ti­fi­ca­dos y sobre el que depo­si­ta­ron incon­ta­bles esperanzas.
Por el comer­cio mino­ris­ta y la eco­no­mía infor­mal, más allá de la ago­bian­te pro­pa­gan­da guber­na­men­tal, no ha lle­ga­do la mal lla­ma­da “revo­lu­ción ciu­da­da­na”. El sec­tor se encuen­tra en la mis­ma situa­ción de vul­ne­ra­bi­li­dad en el que se encon­tra­ba antes de la lle­ga­da de Rafael Correa al sillón pre­si­den­cial. Las orga­ni­za­cio­nes que repre­sen­tan a comer­cian­tes mino­ris­tas, antes ali­nea­das al ofi­cia­lis­mo y en el caso de Gua­ya­quil, inclu­so se con­vir­tie­ron en fren­te de cho­que y resis­ten­cia a las expre­sio­nes polí­ti­cas de la oli­gar­quía cos­te­ña, hoy se mani­fies­tan decep­cio­na­das y crí­ti­cas con el gobierno del pre­si­den­te Correa.

Con la prác­ti­ca de deter­mi­na­dos muni­ci­pios, espe­cial­men­te el de Gua­ya­quil, y el cóm­pli­ce silen­cio del Gobierno Cen­tral, se está vul­ne­ran­do el artícu­lo 329 de la Cons­ti­tu­ción de Mon­te­cris­ti en el cual se indi­ca que:

“(…) Se reco­no­ce­rá y pro­te­ge­rá el tra­ba­jo autó­no­mo y por cuen­ta pro­pia rea­li­za­do en espa­cios públi­cos, per­mi­ti­dos por la ley y otras regulaciones.
Se prohí­be toda for­ma de con­fis­ca­ción de sus pro­duc­tos, mate­ria­les o herra­mien­tas de trabajo.
Los pro­ce­sos de selec­ción, con­tra­ta­ción y pro­mo­ción labo­ral se basa­rán en requi­si­tos de habi­li­da­des, des­tre­zas, for­ma­ción, méri­tos y capa­ci­da­des. Se prohí­be el uso de cri­te­rios e ins­tru­men­tos dis­cri­mi­na­to­rios que afec­ten la pri­va­ci­dad, la dig­ni­dad e inte­gri­dad de las personas.
El Esta­do impul­sa­rá la for­ma­ción y capa­ci­ta­ción para mejo­rar el acce­so y cali­dad del empleo y las ini­cia­ti­vas de tra­ba­jo autónomo (…)”

Un sec­tor de sub­sis­ten­cia tan impor­tan­te como el comer­cio mino­ris­ta ha sido olvi­da­do en la agen­da polí­ti­ca ecua­to­ria­na. La regu­la­ri­za­ción de las con­di­cio­nes labo­ra­les de estos y estas tra­ba­ja­do­ras supo­ne un gas­to de 500 dóla­res por la vía legal, si por des­co­no­ci­mien­to o fal­ta de enten­di­mien­to de los pro­ce­sos a seguir inter­vie­ne un tra­mi­ta­dor, el cos­to pue­de ele­var­se has­ta los 2.000 dólares.

Aun así, los dere­chos reco­gi­dos en el artícu­lo 329 de la Cons­ti­tu­ción son letra muer­ta dado que para que estos ten­gan efec­to debe desa­rro­llar­se una ley espe­cí­fi­ca para el sec­tor. Cons­cien­tes de esta situa­ción, las y los comer­cian­tes mino­ris­tas lle­van pelean­do por una Ley del Mino­ris­ta des­de hace 40 años.

Fru­to de esta situa­ción la Asam­blea Nacio­nal apro­ba­ba el pasa­do mes de mar­zo de for­ma mayo­ri­ta­ria un pro­yec­to de Ley de Defen­sa y Desa­rro­llo del Tra­ba­ja­dor Autó­no­mo y del Comer­cian­te Mino­ris­ta. El 22 de ese mis­mo mes, el pre­si­den­te Correa en su ejer­ci­cio como cole­gis­la­dor, veta en su tota­li­dad el pro­yec­to de Ley, impo­si­bi­li­tan­do que el tema pue­da ser tra­ta­do por el pleno de la Legis­la­tu­ra duran­te al menos un año.

La pro­pues­ta veta­da des­de el des­pa­cho pre­si­den­cial esta­ble­cía que son dere­chos de las y los tra­ba­ja­do­res autó­no­mos y comer­cian­tes mino­ris­tas el tra­ba­jo, uti­li­zan­do espa­cios ade­cua­dos en con­for­mi­dad con las nor­ma­ti­vas pro­ce­den­tes de Gobier­nos Autó­no­mos Des­cen­tra­li­za­dos (GADs), la capa­ci­ta­ción gra­tui­ta en los diver­sos sec­to­res ocu­pa­cio­na­les con la fina­li­dad de pro­pi­ciar el desa­rro­llo indi­vi­dual y mejo­rar las con­di­cio­nes de vida de los impli­ca­dos, el acce­so a la segu­ri­dad social y la obten­ción de líneas pre­fe­ren­cia­les de finan­cia­mien­to en las enti­da­des finan­cie­ras del sec­tor públi­co para el fomen­to y desa­rro­llo de sus actividades.

De igual mane­ra, este pro­yec­to defi­nía el acce­so a pla­nes y pro­gra­mas pre­fe­ren­cia­les para vivienda[5] a tra­vés de la ban­ca públi­ca, del sec­tor finan­cie­ro popu­lar y soli­da­rio y de los minis­te­rios invo­lu­cra­dos. Tam­bién deter­mi­na­da el cons­ti­tu­cio­nal acce­so a la silla vacía cuan­do se tra­ta­sen temas, direc­ta o indi­rec­ta­men­te, que pudie­ra afec­tar al sec­tor y otros dere­chos deri­va­dos de la Cons­ti­tu­ción y nor­ma­ti­vas de ran­go inferior.

Por su par­te, los comer­cian­tes y autó­no­mos se com­pro­me­tían a desa­rro­llar sus acti­vi­da­des res­pe­tuo­sos con el orde­na­mien­to de espa­cio públi­co, comer­cia­li­zar pre­fe­ren­te­men­te bie­nes y ser­vi­cios gene­ra­dos por la pro­duc­ción nacio­nal con el fin de poten­ciar­la, suje­tar­se a los pro­ce­sos de con­trol esta­ble­ci­dos por la Ley, y el res­pe­to a las nor­mas de cali­dad, pesos, medi­das y pre­cios de los bie­nes que se comercialicen.

Entre sus obje­ti­vos, el pro­yec­to de Ley pre­ten­día que los GADs, median­te nor­mas jurí­di­cas, reco­no­cie­ran y pro­te­gie­ran el tra­ba­jo autó­no­mo y el comer­cio mino­ris­ta, deter­mi­nan­do y regu­lan­do espa­cios públi­cos ade­cua­dos para el sector.

El veto de la ley de los comer­cian­tes mino­ris­tas y autó­no­mos rea­li­za­do por el pre­si­den­te Correa les dejó a mer­ced de los alcal­des, poli­cías y fun­cio­na­rios metro­po­li­ta­nos abusivos.

Según los con­tra­ria­dos repre­sen­tan­tes del sec­tor, el pre­si­den­te Correa pac­tó con la ban­ca pri­va­da para no entre­gar­les cré­di­tos y con alcal­des auto­ri­ta­rios como Jai­me Nebot que los per­si­gue, deco­mi­san­do sus pro­duc­tos y herra­mien­tas de tra­ba­jo de for­ma coti­dia­na. De igual mane­ra, denun­cian que el pre­si­den­te del Con­se­jo Direc­ti­vo del Ins­ti­tu­to Ecua­to­riano de la Segu­ri­dad Social (IESS), el minis­tro Rami­ro Gon­zá­lez, los per­si­gue a tra­vés de sus feda­ta­rios, obli­gán­do­los a filiar­se con el pago que osci­la entre 45 y 55 USD mensuales.

Para com­pren­der este dra­ma se hace nece­sa­rio cono­cer que muchos de estos mino­ris­tas, como los ven­de­do­res de agua por poner un ejem­plo, ape­nas con­si­guen levan­tar tras toda la jor­na­da labo­ral (por lo gene­ral supe­rio­res a las 8 horas esta­ble­ci­das por ley) ingre­sos que osci­lan entre 5 y 8 dóla­res diarios.
En muni­ci­pios como el de Gua­ya­quil, bas­tión del con­ser­va­du­ris­mo más ran­cio, ni siquie­ra se les pro­por­cio­na espa­cios públi­cos dig­nos para desa­rro­llar su tra­ba­jo. Esta situa­ción vul­ne­ra sus dere­chos como ciu­da­da­nos, al tiem­po que son apa­lea­dos por la Poli­cía Metro­po­li­ta­na y deco­mi­sa­das sus mercancías[6].

Mien­tras las y los comer­cian­tes mino­ris­tas son pre­sa fácil de los chulqueros[7] dadas sus difi­cul­ta­des para acce­der al sis­te­ma de cré­di­tos del Ban­co Nacio­nal de Fomen­to (BNF)[8]. La situa­ción de infor­ma­li­dad de un ele­va­do sec­tor de los comer­cian­tes mino­ris­tas impi­de su acce­so a cré­di­tos públi­cos al no ser con­si­de­ra­dos por la ban­ca públi­ca como “suje­tos de crédito”[9].

Para­le­la­men­te a esta situa­ción, los bene­fi­cios acu­mu­la­dos por los gru­pos eco­nó­mi­cos duran­te el perío­do 2007 – 2009 se ha cuan­ti­fi­ca­do en un 54% más que en el perío­do 2004 – 2006 (gobier­nos con­ser­va­do­res). Según datos del Ser­vi­cio de Ren­tas Inter­nas del Ecua­dor (SRI), el bene­fi­cio de los gru­pos eco­nó­mi­cos ecua­to­ria­nos en 2006 se ele­va­ba a 529 millo­nes de dóla­res, mien­tras en 2009 dicho bene­fi­cio alcan­zó los 701 millo­nes de dólares.

En el sec­tor de la ban­ca pri­va­da los datos son aún más preo­cu­pan­tes, sien­do sus uti­li­da­des duran­te el perío­do 2007 – 2009 un 70% supe­rior a las per­ci­bi­das en el perío­do 2004 – 2006.

La pro­li­fe­ra­ción de la meritocracia[10] y la tec­no­cra­cia en las ins­ti­tu­cio­nes públi­cas ecua­to­ria­nas tie­nen como resul­ta­do un abis­mal dis­tan­cia­mien­to entre la polí­ti­ca públi­ca y la ciu­da­da­nía. En el caso de las y los comer­cian­tes mino­ris­tas, su sec­tor que­da en manos de fun­cio­na­rios mio­pes, téc­ni­cos y toda una suer­te de jóve­nes pro­ve­nien­tes de fami­lias aniñadas[11] que han goza­do de la posi­bi­li­dad eco­nó­mi­ca para desa­rro­llar sus maes­trías en el exte­rior, pero que poco o nada cono­cen sobre la reali­dad que les compete.

El desa­rro­llo de nue­vos cen­tros comer­cia­les está obli­gan­do a los comer­cian­tes mino­ris­tas a des­pla­zar­se en un radio de dos a tres kiló­me­tros de los sitios don­de han esta­do tra­di­cio­nal­men­te ubi­ca­dos. Un cen­tro comer­cial, shop­ping o mall es una cons­truc­ción que cons­ta de uno o varios edi­fi­cios, por lo gene­ral de gran tama­ño, que alber­gan loca­les y ofi­ci­nas comer­cia­les aglu­ti­na­dos en un espa­cio deter­mi­na­do para redu­cir espa­cio y tener mayor can­ti­dad de clien­tes potenciales.
Si bien los comer­cian­tes mino­ris­tas no recla­man la eli­mi­na­ción de estas gran­des super­fi­cies, si deman­dan que la com­pe­ten­cia sea de igual a igual. Este tipo de mono­po­lios lle­van años sien­do apo­ya­dos por los dis­tin­tos gobier­nos centrales[12] y los muni­ci­pios don­de se ubi­can, evi­den­cián­do­se así una nota­ble fal­ta de cri­te­rio social y humano por par­te de los eje­cu­to­res de la polí­ti­ca pública.

Cabe des­ta­car que en Amé­ri­ca del Sur, sólo Ecua­dor, Para­guay y Boli­via care­cen de leyes anti­mo­no­po­lio, aun­que en los dos últi­mos se apli­can nor­mas comu­ni­ta­rias que regu­lan la con­cen­tra­ción eco­nó­mi­ca. Aun­que el gobierno ecua­to­riano lle­va más de un año anun­cian­do que pre­pa­ra una ley para regu­lar los mono­po­lios en el país, la per­cep­ción de los acto­res socia­les es que esta deja­rá mucho que desear dado el rum­bo que ha toma­do el gobierno.

Las gran­des super­fi­cies comer­cia­les en Ecua­dor han alcan­za­do un impor­tan­te nivel de desa­rro­llo en los últi­mos años. Des­de que se ubi­ca­ra el pri­me­ro de ellos en la ciu­dad de Gua­ya­quil en 1976, han alcan­za­do un gra­do de pene­tra­ción supe­rior al 40%, situán­do­se en el sép­ti­mo pues­to en Sudamérica.

En el aná­li­sis del sec­tor comer­cial nacio­nal son iden­ti­fi­ca­bles dos gru­pos eco­nó­mi­cos que domi­nan los espa­cios en los cen­tros comer­cia­les, así como en el nego­cio retail[13]. Ambos cuen­tan con empre­sas cons­truc­to­ras que desa­rro­llan pro­yec­tos de cen­tros comer­cia­les y ven­den los espacios.

Así, la Cor­po­ra­ción Favo­ri­ta CA, cuya pro­pie­ta­ria es la fami­lia Wright, englo­ba el siguien­te impe­rio empre­sa­rial: Super­ma­xi, Mega­ma­xi, Akí, Gran Akí, Kiwy, Mega­kiwy, Todoho­gar, Suka­sa, Salón de Navi­dad, Radio Shack, TVen­tas, Mrs. Books, Jugue­tón, Bebe­mun­do y Tatoo, en lo corres­pon­dien­te a su ámbi­to comer­cial; Ener­max, Maxi­pan, Agro­pe­sa y Pofa­sa, en el ámbi­to indus­trial; Villa­ge Pla­za, Mul­ti­pla­za Por­to­vie­jo, Mall El Jar­dín, Mall del Sol, Mall del Sur, Mall de los Andes, Mul­ti­pla­za Esme­ral­das, Cen­tro Comer­cial La Pra­de­ra y Cen­tro Comer­cial Mira­flo­res, en lo corres­pon­dien­te al sec­tor inmobiliario.

En el caso de la Cor­po­ra­ción El Rosa­do SA, pro­pie­dad de la fami­lia Czar­nins­ki, la com­po­si­ción del hol­ding se arti­cu­la a tra­vés de super­mer­ca­dos, jugue­te­rías, cines, tien­das depar­ta­men­ta­les y ferre­te­rías, en las que se iden­ti­fi­can: Mi Comi­sa­ria­to, Ferri­sa­ria­to, Hiper Mar­ket, Mi Jugue­te­ría, Super­ci­nes, Rio Sto­re, Rock and Roll y los cen­tros comer­cia­les El Paseo en Man­ta y Por­to­vie­jo y Rio Cen­tro Shopping.
Adi­cio­nal­men­te a estos dos empo­rios empre­sa­ria­les exis­ten otras dos enti­da­des comer­cia­les ecua­to­ria­nas de gran enver­ga­du­ra: Casa Tosi y De Pratty, que son las prin­ci­pa­les tien­das por depar­ta­men­to del país.

Estos gru­pos son los que mane­jan las con­di­cio­nes del mer­ca­do y las enti­da­des finan­cie­ras del sec­tor, y prue­ba de ello es el cono­ci­do caso de la empre­sa esta­dou­ni­den­se PC Penny, la tien­da por depar­ta­men­tos más gran­de de EEUU, que inten­tó ingre­sar al mer­ca­do ecua­to­riano, pero estos gru­pos eco­nó­mi­cos se unie­ron para evi­tar la con­so­li­da­ción de esa cade­na extran­je­ra. Las empre­sas loca­les con­di­cio­na­ron los con­tra­tos con los pro­vee­do­res para evi­tar que sumi­nis­tra­ran al com­pe­ti­dor; por ello, dicha empre­sa no pudo esta­ble­cer­se en Ecuador[14].

De esta mane­ra, mien­tras la Cor­po­ra­ción Favo­ri­ta C.A. decla­ra­ba en el año 2010 unos ingre­sos de 1.640 millo­nes de dóla­res y un bene­fi­cio neto de 91,61 millo­nes de dóla­res, los comer­cian­tes mino­ris­tas de Gua­ya­quil se pre­gun­tan: ¿qué pasó con la pro­pues­ta pro­gra­má­ti­ca de la revo­lu­ción ciu­da­da­na des­ti­na­da a for­ta­le­cer la orga­ni­za­ción popu­lar y las eco­no­mías de los más débiles?

Las y los comer­cian­tes mino­ris­tas de Ecua­dor dis­po­nen de orga­ni­za­ción, han desa­rro­lla­do pro­pues­tas, sin embar­go estas no han sido toma­das en cuen­ta por par­te de este gobierno auto­de­no­mi­na­do “revo­lu­cio­na­rio”.

Sin minus­va­lo­rar las posi­bi­li­da­des que se abren para otro tipo de eco­no­mía con la apro­ba­ción, el pasa­do 13 de abril, de la Ley Orgá­ni­ca de la Eco­no­mía Popu­lar y Soli­da­ria y del Sec­tor Finan­cie­ro Popu­lar y Soli­da­rio, se hace nece­sa­rio seña­lar que en lo que com­pe­te al comer­cio mino­ris­ta, este sec­tor ape­nas apa­re­ce refe­ren­cia­do en dos oca­sio­nes (artícu­los 134 y 135). En ellos el nue­vo tex­to legal se limi­ta a indi­car que “las muni­ci­pa­li­da­des con­for­man­do regí­me­nes de admi­nis­tra­ción en con­do­mi­nio, con comer­cian­tes mino­ris­tas, podrán cons­truir mer­ca­dos (…) de apo­yo a la pro­duc­ción y comer­cia­li­za­ción de pro­duc­tos y ser­vi­cios (…)” y que “las muni­ci­pa­li­da­des podrán median­te Orde­nan­za regu­lar la orga­ni­za­ción y par­ti­ci­pa­ción de los peque­ños comer­cian­tes en acti­vi­da­des pro­duc­ti­vas, comer­cia­les o de ser­vi­cios (…)”.[15]

Es por ello que Car­los Cas­te­lla­nos, pre­si­den­te de la Con­fe­de­ra­ción Uni­ta­ria de Comer­cian­tes Mino­ris­tas y Tra­ba­ja­do­res Autó­no­mos del Ecua­dor (CUCOMITAE) decla­ra­ba en esas fechas: “ya bas­ta, se le aca­bó la dema­go­gia, la men­ti­ra y el doble dis­cur­so de Correa y Alian­za País. La Ley de Eco­no­mía Popu­lar y Soli­da­ria no defien­de a los comer­cian­tes mino­ris­tas y tra­ba­ja­do­res autó­no­mos como en la esta­bi­li­dad, cré­di­tos a bajo intere­ses, segu­ri­dad social con régi­men espe­cial, la silla vacía, polí­ti­cas de apo­yo al sis­te­ma de comer­cia­li­za­ción, cen­tros de desa­rro­llo infantil”[16] y aña­día “(…) no reco­ge el tema de la esta­bi­li­dad labo­ral en nues­tros sitios de tra­ba­jo (pla­zas, par­ques, mer­ca­dos…) y el de las polí­ti­cas de comer­cia­li­za­ción den­tro de los can­to­nes y las parro­quias del país”.[17]

Con­clu­sión

Loa­ble es esfuer­zo en inver­sión social desa­rro­lla­do por el gobierno, el cual tri­pli­ca la inver­sión desa­rro­lla­da duran­te el res­to de la déca­da. De igual mane­ra, el incre­men­to –pro­ce­so de uni­ver­sa­li­za­ción- en mate­ria de acce­so a los ser­vi­cios públi­cos y socia­les es un logro impor­tan­te, aun­que lamen­ta­ble­men­te la cali­dad de estos ape­nas haya mejo­ra­do. Los pro­ce­sos de rear­ti­cu­la­ción y moder­ni­za­ción del Esta­do eran una nece­si­dad del pro­pio sis­te­ma inde­pen­dien­te­men­te de la sen­si­bi­li­dad polí­ti­ca del gobierno, sin embar­go fue este y no otro, el gobierno que lo está desa­rro­llan­do. Sin embar­go se evi­den­cia la caren­cia de cam­bios estruc­tu­ra­les en el sis­te­ma polí­ti­co, social y eco­nó­mi­co del país.

La moti­va­ción y desa­rro­llo de la par­ti­ci­pa­ción social, volun­ta­ria o invo­lun­ta­ria­men­te, es un fra­ca­so. Inclu­so las herra­mien­tas con las que la Cons­ti­tu­ción de Mon­te­cris­ti dotó a la socie­dad para tal fin han sido vio­len­ta­das por una prác­ti­ca polí­ti­ca que poco se dife­ren­cia de lo se pre­ten­día haber des­te­rra­do. La inca­pa­ci­dad para alte­rar las lógi­cas de poder gene­ra­das por el mer­ca­do se evi­den­cian en el man­te­ni­mien­to intac­to del sis­te­ma de acu­mu­la­ción here­da­do del neo­li­be­ra­lis­mo, a tra­vés del cual las éli­tes del Capi­tal no solo han man­te­ni­do sus pri­vi­le­gios sino que inclu­so han incre­men­ta­do sus bene­fi­cios eco­nó­mi­cos. La apues­ta por el extrac­ti­vis­mo es en sí una con­tra­dic­ción res­pec­to al dis­cur­so de sobe­ra­nía nacio­nal desa­rro­lla­do des­de el gobierno, ya que con­vier­te al país en un Esta­do de trans­fe­ren­cia de recur­sos natu­ra­les –per­ver­so meca­nis­mo de trans­fe­ren­cia de capi­tal- hacia el capi­ta­lis­mo glo­bal (reafir­man­do la posi­ción de Esta­do subalterno).

La reorien­ta­ción polí­ti­ca efec­tua­da por el pre­si­den­te Correa, espe­cial­men­te a par­tir de su segun­da inves­ti­du­ra, ha veni­do acom­pa­ña­da con un dis­cur­so pan­fle­ta­rio de pro­fun­di­za­ción y radi­ca­li­za­ción de la revo­lu­ción ciudadana.

Citan­do a Max Horkhei­mer y Theo­dor Adorno, ”la pro­pa­gan­da hace de la len­gua un ins­tru­men­to, una máqui­na (…).La pro­pa­gan­da mani­pu­la a los hom­bres; al gri­tar liber­tad se con­tra­di­ce a sí mis­ma. La fal­se­dad es inse­pa­ra­ble de la pro­pa­gan­da. Los jefes y los hom­bres gre­ga­rios se reen­cuen­tran en la comu­ni­dad de la men­ti­ra a tra­vés de la pro­pa­gan­da, aun cuan­do los con­te­ni­dos sean justos”.[18]

La pro­pa­gan­da con­vir­tió inclu­so a la ver­dad en una herra­mien­ta cuyo valor se mide por su capa­ci­dad de cap­tar más adeptos.

En esta situa­ción se hace nece­sa­ria la legi­ti­ma­ción de los acto­res que pro­pug­nan el reen­cuen­tro del pro­ce­so polí­ti­co con sus líneas pro­gra­má­ti­cas fun­da­cio­na­les. Pero esa legi­ti­ma­ción social tie­ne un cos­to, y obli­ga a dichos acto­res a ser con­se­cuen­tes y dife­ren­cia­bles de las for­mas de inter­ven­ción desa­rro­lla­das por la izquier­da clá­si­ca, don­de como se indi­ca­ba con ante­rio­ri­dad, inclu­so el valor de la ver­dad que­da rela­ti­vi­za­do y se jus­ti­fi­can las prác­ti­cas en fun­ción de los resul­ta­dos obtenidos.

De hecho ha sido esta for­ma de inter­ven­ción y valo­res las que han faci­li­ta­do los pro­ce­sos de asi­mi­la­ción de las diri­gen­cias auto­de­fi­ni­das como revo­lu­cio­na­rias y hoy ins­ta­la­das en el poder.

[1] Atri­bui­da erró­nea­men­te a Paul Valery y a Ghan­di, en reali­dad “Il faut vivre com­me on pen­se, sinon tot ou tard on finit par pen­ser com­me on a vecu” (hay que vivir como pen­sa­mos, sino tar­de o tem­prano aca­ba­mos pen­san­do cómo vivi­mos) apa­re­ció por pri­me­ra vez en el capí­tu­lo final de Le demon de midi, una nove­la de Paul Bour­get (Plon-Nou­rrit, 1914).
[2] Hacia el final de la déca­da de 1950, los par­ti­dos socia­lis­tas de Euro­pa occi­den­tal comien­zan a acep­tar la eco­no­mía mix­ta, renun­cian­do al mar­xis­mo, la lucha de cla­ses y la idea de un sec­tor nacio­na­li­za­do en expan­sión. El desa­rro­llo eco­nó­mi­co capi­ta­lis­ta de post­gue­rra pone fin a las tesis revo­lu­cio­na­rias en la social­de­mo­cra­cia y defi­ne sus nue­vos obje­ti­vos: la redis­tri­bu­ción de la rique­za con cri­te­rios de igual­dad y jus­ti­cia social. La social­de­mo­cra­cia acep­ta que el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co con­ti­nua­do desa­rro­lla­ría un flo­re­cien­te sec­tor públi­co, con pleno empleo y Esta­do de bien­es­tar. La cri­sis de 1973 pone fin a esta hipo­té­ti­ca edad de oro. Se pien­sa enton­ces que para res­tau­rar el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co, patro­nos y gobier­nos deben gene­rar enten­di­mien­to con los sin­di­ca­tos (con­sen­so social). Es enton­ces cuan­do la social­de­mo­cra­cia lle­ga a gobier­nos en Por­tu­gal, Esta­do espa­ñol, Gre­cia o Fran­cia (paí­ses en los que rara vez habían gober­na­do). La cri­sis del des­em­pleo debi­li­tó a los sin­di­ca­tos y lo que fue apro­ve­cha­do para comen­zar el des­man­te­la­mien­to del Esta­do de bien­es­tar (hacer retro­ce­der al Esta­do). En 1980 el pro­le­ta­ria­do indus­trial ya era mino­ri­ta­rio en toda Euro­pa, y las nue­vas tec­no­lo­gías agra­va­ban la divi­sión exis­ten­te en sus filas (obre­ros de cue­llo blan­co). A pesar de los aumen­tos de pro­duc­ti­vi­dad, las nue­vas tec­no­lo­gías ope­ra­ban en detri­men­to del empleo (recon­ver­sio­nes indus­tria­les): cre­cían los tra­ba­ja­do­res tem­po­ra­les y no cua­li­fi­ca­dos (pre­ca­rios, migran­tes y muje­res), así como los emplea­dos a tiem­po par­cial. La cre­cien­te inter­de­pen­den­cia eco­nó­mi­ca puso en cues­tión las polí­ti­cas macro­eco­nó­mi­cas del key­ne­sia­nis­mo y la refla­ción inter­na gene­ra­ba pro­ble­mas con la balan­za de pagos, así como medi­das infla­cio­na­rias. En la déca­da de los 70 y 80, la social­de­mo­cra­cia comien­za a pro­ta­go­ni­zar el des­man­te­la­mien­to del Esta­do de bien­es­tar, desa­rro­llar pri­va­ti­za­cio­nes en el sec­tor públi­co y toda una bate­ría de polí­ti­cas de fle­xi­bi­li­za­ción y ajus­te, aten­ta­to­rias con­tra los intere­ses de los y las tra­ba­ja­do­ras en Europa.
[3] La Con­fe­de­ra­ción Nacio­nal Indí­ge­na del Ecua­dor (CONAIE) se cons­ti­tu­yó en 1986, fru­to de un pro­ce­so orga­ni­za­ti­vo impul­sa­do des­de las comu­ni­da­des de todas las nacio­na­li­da­des indí­ge­nas del Ecua­dor. Actúa como su máxi­ma repre­sen­tan­te (es la orga­ni­za­ción social e indí­ge­na más impor­tan­te del país).
[4] Duran­te el gobierno de Lula da Sil­va, 24 millo­nes de bra­si­le­ños deja­ron la pobre­za y otros 31 millo­nes esca­la­ron social­men­te, lo que equi­va­le a toda la pobla­ción de Chi­le o al 40% de Argen­ti­na. La lla­ma­da Bol­sa Fami­lia, el prin­ci­pal pro­yec­to del pre­si­den­te Lula da Sil­va para com­ba­tir el ham­bre y la pobre­za bene­fi­cia­ba a más de 12 millo­nes de fami­lias (40 millo­nes de bra­si­le­ños). De igual for­ma, el res­to de la región que se ha vis­to bene­fi­cia­da por el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co, la esta­bi­li­dad finan­cie­ra, la res­pon­sa­bi­li­dad fis­cal y un con­jun­to de polí­ti­cas socia­les que han per­mi­ti­do que 37 millo­nes de lati­no­ame­ri­ca­nos hayan sali­do de la pobre­za, des­de 2002.
[5] Duran­te el perío­do de gobierno del pre­si­den­te Correa se han desa­rro­lla­do más de 200.000 vivien­das socia­les, mul­ti­pli­can­do con cre­ces la inver­sión desa­rro­lla­da por gobier­nos ante­rio­res. Aun así, el défi­cit cuan­ti­ta­ti­vo de vivien­da esti­ma­do al cie­rre del ejer­ci­cio 2009 era de 738.201. Al ini­ciar su man­da­to pre­si­den­cial el défi­cit en vivien­da era esti­ma­do en 756.806 viviendas.
[6] El deco­mi­sa­do de mer­can­cías a los comer­cian­tes mino­ris­tas supo­ne en la prác­ti­ca deco­mi­sar lo poco y úni­co que tie­nen para su sos­tén familiar.
[7] Son popu­lar­men­te cono­ci­dos como chul­que­ros quie­nes se dedi­can a pres­tar dine­ro a otras per­so­nas cobran­do altos intere­ses. Hay muchos casos de per­so­nas que les deben dine­ro y man­tie­nen sus nego­cios gra­cias a los prés­ta­mos. Esta situa­ción tie­ne gene­ra gra­ves con­se­cuen­cias, ya que los intere­ses que cobran son tan altos que muchas veces las deu­das se hacen impa­ga­bles. Los pres­ta­mis­tas mue­ven la eco­no­mía en el mer­ca­do chi­co. Los comer­cian­tes hacen prés­ta­mos des­de $50 has­ta $2 000 todos los meses. El usu­re­ro se gana entre el 15% y el 30% de ese mon­to, los cobros son dia­rios y el deu­dor debe cum­plir a caba­li­dad los pagos con ries­go de vida en caso de incum­pli­mien­to. Tan solo en la ciu­dad de Gua­ya­quil se esti­ma la exis­ten­cia de apro­xi­ma­da­men­te 45 chul­que­ros en la zona de comer­cio mino­ris­ta de la Bahía. Cada uno tie­ne de 25 a 30 clien­tes fijos todos los meses.
[8] El BNF es una ins­ti­tu­ción finan­cie­ra de carác­ter públi­co des­ti­na­da a fomen­tar el desa­rro­llo socio-eco­nó­mi­co y sos­te­ni­ble del país. Está enfo­ca­da a los peque­ños y media­nos pro­duc­to­res a tra­vés de ser­vi­cios y pro­duc­tos finan­cie­ros que pre­ten­den estar al alcan­ce del con­jun­to de la pobla­ción. En el pre­sen­te año, la Secre­ta­ria Nacio­nal de Trans­pa­ren­cia y la pro­pia enti­dad finan­cie­ra sus­cri­bie­ron un con­ve­nio de coope­ra­ción ins­ti­tu­cio­nal con­se­cuen­cia de la detec­ción de casos de corrup­ción den­tro de dicha institución.

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