Retra­to urgen­te de la lucha de los estu­dian­tes chi­le­nos- Andrés Figue­roa Cornejo

(Mien­tras escri­bo este artícu­lo, el 4 de agos­to de 2011 a las 13:30 h., en todo Chi­le y en espe­cial en San­tia­go, los estu­dian­tes de secun­da­ria son dura­men­te repri­mi­dos, cien­tos son dete­ni­dos, los gases lacri­mó­ge­nos se res­pi­ran en todo el cen­tro de la capi­tal y el gobierno aca­ba de pro­mul­gar la prohi­bi­ción de reu­nión de esco­la­res en luga­res públi­cos. Mien­tras esta­mos a un paso del Esta­do de Excep­ción, los jóve­nes que lle­van meses luchan­do por la edu­ca­ción públi­ca, gra­tui­ta y esta­tal, son la van­guar­dia social y la expre­sión de un abier­to ciclo de com­ba­te con­tra el mal gobierno y el Esta­do ultra­li­be­ral que rei­na en Chi­le des­de la tira­nía militar.)

1. El con­te­ni­do del Esta­do chi­leno corres­pon­de al libre­to ultra­li­be­ral esta­ble­ci­do por las ins­ti­tu­cio­nes rec­to­ras del capi­ta­lis­mo es su fase glo­ba­li­za­da y de pre­emi­nen­cia finan­cie­ra. Su pro­gra­ma es el de los intere­ses del capi­tal trans­na­cio­nal y nati­vo, más allá de las dispu­tas entre frac­cio­nes de la mis­ma cla­se gran pro­pie­ta­ria y sobre todo, por los lazos de depen­den­cia his­tó­ri­ca entre el capi­tal crio­llo y los polos imperialistas.

Pero el Esta­do es una pro­duc­to humano, resul­ta­do de la las rela­cio­nes de poder, de la lucha de cla­ses. Por eso es un terreno en dispu­ta. Tan­to para el some­ti­mien­to de una cla­se sobre otra, como para el esta­ble­ci­mien­to de refor­mas pro­gre­si­vas o limi­ta­das, o la trans­for­ma­ción radi­cal de sus cimien­tos y pro­yec­to, la lucha de cla­ses es movi­mien­to vivo que impac­ta en el com­ple­jo esta­tal, en la eco­no­mía y, por tan­to, en la política.

El Esta­do no es un arte­fac­to inmó­vil de rela­cio­nes socia­les fata­les. El Esta­do es un orga­nis­mo amplia­do que tie­ne poros frá­gi­les y cus­to­dios blin­da­dos. Y a más lucha social más opor­tu­ni­da­des de pro­vo­car cam­bios en su com­por­ta­mien­to. Asi­mis­mo, el lar­go reflu­jo del movi­mien­to popu­lar en Chi­le revier­te con más o menos cele­ri­dad su conducta.

Natu­ral­men­te que los estu­dian­tes por sí solos no rea­li­zan las suble­va­cio­nes popu­la­res vic­to­rio­sas. Sin el con­cur­so pro­ta­gó­ni­co del pue­blo tra­ba­ja­dor y la nece­sa­ria for­ma­ción orgá­ni­ca de un ins­tru­men­to polí­ti­co a la altu­ra del actual esta­dio de lucha de cla­ses y capaz de con­du­cir par­ti­ci­pan­do des­de las venas pro­fun­das del movi­mien­to gene­ral, sin­te­ti­zan­do la doc­tri­na, pro­yec­to y pro­gra­ma polí­ti­co de los intere­ses de las gran­des mayo­rías, sólo es posi­ble espe­rar esta­lli­dos poten­tes, pero sin la mira pues­ta en el poder. No obs­tan­te los levan­ta­mien­tos, en este caso estu­dian­ti­les, son la con­di­ción sin la cual tam­po­co es pro­ba­ble lo anterior.

Y sólo la con­ver­gen­cia más amplia polí­ti­ca y social, con el lími­te en la alian­za impo­si­ble con los intere­ses de los repre­sen­tan­tes del gran capi­tal, crio­llo, trans­na­cio­nal o entre­ve­ra­do, es el paso sub­si­guien­te nece­sa­rio para la cons­truc­ción de una alter­na­ti­va polí­ti­ca entre la Con­cer­ta­ción y la dere­cha tradicional.

2. La res­pues­ta del Eje­cu­ti­vo piñe­ris­ta a las deman­das estu­dian­ti­les está com­pi­la­do en el tex­to “Polí­ti­cas y Pro­pues­tas de Acción para el Desa­rro­llo de la Edu­ca­ción Chi­le­na, fecha­do el 1 de julio de 2011. La con­tra­pro­pues­ta de los estu­dian­tes de secun­da­ria, uni­ver­si­ta­ria y los docen­tes agru­pa­dos en el gre­mio magis­te­rial se entre­ga­rá en La Mone­da el vier­nes 5 de agosto.

El docu­men­to del Eje­cu­ti­vo, edul­co­ra­do con fra­seo­lo­gía demo­cra­tis­ta y repu­bli­ca­na, en la super­fi­cie y bajo el tex­to, man­tie­ne incó­lu­me estruc­tu­ral­men­te la situa­ción de la edu­ca­ción en el país. Se man­tie­ne el cur­so de la pri­va­ti­za­ción de la ense­ñan­za, se pro­po­nen mayo­res posi­bi­li­da­des de endeu­da­mien­to cre­di­ti­cio para estu­diar en los Cen­tros de For­ma­ción Téc­ni­ca, Ins­ti­tu­tos Supe­rio­res y Uni­ver­si­da­des, tan­to tra­di­cio­na­les como pri­va­dos. Se habla de una refor­ma cons­ti­tu­cio­nal, vaga y abs­trac­ta, don­de la edu­ca­ción aho­ra sería “de cali­dad”, por lo demás, adje­ti­vo que con­sa­gra la ense­ñan­za como una mer­can­cía cual­quie­ra. Asi­mis­mo, se plan­tea una Super­in­ten­den­cia y Sub­se­cre­ta­ría de Edu­ca­ción –las exis­ten­tes se carac­te­ri­zan por rimar su actua­ción con los intere­ses de los due­ños de todo y sus pobres facul­ta­des fiscalizadoras‑, y una Agen­cia de Cali­dad, es decir, una suer­te de eva­lua­do­ra de ries­gos en el plano for­ma­ti­vo. Los con­te­ni­dos de las ins­ti­tu­cio­nes pro­pues­tas no son dis­tin­tos a las polí­ti­cas apli­ca­das des­de hace déca­das en la reali­dad. Sólo se lega­li­za­ría de modo mani­fies­to la super­seg­men­ta­ción del sis­te­ma edu­ca­ti­vo del país, la dis­cri­mi­na­ción y la ense­ñan­za cla­sis­ta pro­pia de una socie­dad de cla­ses tan níti­da y des­igual como la chilena.

El escri­to del Eje­cu­ti­vo, mien­tras repri­me con vio­len­cia a meno­res de edad, sig­ni­fi­ca un “pac­to por la edu­ca­ción”, mayor trans­pa­ren­cia del mode­lo gene­ral de ense­ñan­za; con­ten­ta a los rec­to­res de las uni­ver­si­da­des tra­di­cio­na­les con un “apor­te basal” para su fun­cio­na­mien­to. La últi­ma ini­cia­ti­va rom­pe el víncu­lo de lucha entre los jóve­nes y las auto­ri­da­des máxi­mas de las casas de estu­dios supe­rio­res, y la trans­pa­ren­cia se redu­ce a lo que ya exis­tía: poner nota de acuer­do con pará­me­tros no con­ve­ni­dos a los esta­ble­ci­mien­tos, lo que en las actua­les con­di­cio­nes, bene­fi­cia osten­si­ble­men­te al sec­tor pri­va­ti­za­do de la edu­ca­ción. En mate­ria téc­ni­ca-pro­fe­sio­nal subor­di­na los pro­gra­mas de estu­dio a los reque­ri­mien­tos del empre­sa­ria­do a cam­bio de un even­tual mayor empleo. El tex­to del gobierno aco­ge la exi­gen­cia estu­dian­til de des­mu­ni­ci­pa­li­zar la edu­ca­ción, pero en un sen­ti­do inver­so y con­fu­so. Los jóve­nes bus­can que la ense­ñan­za públi­ca de los muni­ci­pios, vuel­va al Esta­do; pero el docu­men­to expre­sa la gene­ra­ción de una des­mu­ni­ci­pa­li­za­ción par­cial que que­de en manos de una opa­ca “ins­ti­tu­cio­na­li­dad basa­da en orga­nis­mos públi­cos”. El absur­do que está en la base del lega­jo supo­ne la crea­ción de una Super­in­ten­den­cia que “fis­ca­li­ce el uso de los recur­sos y la no exis­ten­cia de lucro en la uni­ver­si­da­des (pri­va­das)”. Pero si lucro sig­ni­fi­ca “Ganan­cia, bene­fi­cio o pro­ve­cho que se con­si­gue en un asun­to o nego­cio” y es la moti­va­ción pri­me­ra y últi­ma de las ins­ti­tu­cio­nes pri­va­das, ¿cómo podría ‘regu­lar’ con­tra­dic­to­ria­men­te la natu­ra­le­za mis­ma que ha ori­gi­na­do la edu­ca­ción pri­va­da, la cual gene­ra uti­li­da­des has­ta multimillonarias?

3. Final­men­te, la res­pues­ta de los par­ti­dos de la Con­cer­ta­ción, que admi­nis­tra­ron el Esta­do duran­te 20 años, dice que “Por nues­tra par­te asu­mi­mos y somos auto­crí­ti­cos de que, en las polí­ti­cas edu­ca­ti­vas imple­men­ta­das, no logra­mos for­ta­le­cer de mane­ra efi­caz el rol del Esta­do, la cali­dad de la edu­ca­ción públi­ca y el dere­cho a la edu­ca­ción enten­di­do como un bien públi­co y dere­cho social”. Lue­go de ras­gar­se las ves­ti­du­ras, la Con­cer­ta­ción –la mis­ma com­po­nen­da que creó las con­di­cio­nes de la pre­sen­te cri­sis- pro­me­te en un futu­ro posi­ble gobierno lo que jamás hizo: “un sis­te­ma nacio­nal y arti­cu­la­do (…) que esta­blez­ca al Minis­te­rio de Edu­ca­ción como res­pon­sa­ble final de su fun­cio­na­mien­to.” El res­to de los pos­tu­la­dos no dis­tan sus­tan­ti­va­men­te del pro­yec­to piñe­ris­ta. Sin embar­go, para quie­nes tie­nen memo­ria, el docu­men­to sólo es un con­jun­to de pala­bras pega­das. Qué impor­ta. La últi­ma encues­ta Adi­mark de julio dio ape­nas un 20% de apro­ba­ción ciu­da­da­na a los par­ti­dos de la Concertación.

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