Terro­ris­mo polí­ti­co orga­ni­za­do: La masa­cre norue­ga, el esta­do, los medios e Israel- James Petras

«Luche­mos jun­to a Israel, con nues­tros ami­gos sio­nis­tas con­tra todos los anti­sio­nis­tas, con­tra los mar­xis­tas cul­tu­ra­les y los multiculturalistas.»
Mani­fies­to de Anders Beh­ring Breivik

«… exis­ten dos célu­las más en mi organización…»
Anders Beh­ring Brei­vik en decla­ra­ción bajo cus­to­dia poli­cial (Reuters 25/​7/​2011)

Intro­duc­ción

El aten­ta­do con explo­si­vos en las ofi­ci­nas del Pri­mer Minis­tro de Norue­ga, el labo­ris­ta Jen Stol­ten­berg, del 22 de julio de 2011 en el que mue­ren 8 civi­les, y el sub­si­guien­te ase­si­na­to polí­ti­co de 68 acti­vis­tas de la Juven­tud del Par­ti­do Labo­ris­ta en la Isla de Uto­ya, a 20 minu­tos de Oslo, eje­cu­ta­dos por el mili­tan­te neo-fas­cis­ta/­cris­tiano-sio­nis­ta, gene­ran inte­rro­gan­tes fun­da­men­ta­les sobre el cre­cien­te víncu­lo entre la extre­ma dere­cha legal, los medios cor­po­ra­ti­vos, la poli­cía norue­ga, Israel y el terro­ris­mo de extre­ma derecha.

Los medios cor­po­ra­ti­vos y el ascen­so del terro­ris­mo de derecha

Los prin­ci­pa­les perió­di­cos en idio­ma inglés, The New York Times (NYT), el Washing­ton Post (WP), el Wall Street Jour­nal (WSJ) y el Finan­cial Times (FT), al igual que el Pre­si­den­te Oba­ma res­pon­sa­bi­li­za­ron a «extre­mis­tas islá­mi­cos», ante los pri­me­ros comu­ni­ca­dos poli­cia­les de los ase­si­na­tos, publi­can­do una serie de titu­la­res y repor­tes incen­dia­rios (y fal­sos), rotu­lan­do los suce­sos como «el 119 de Norue­ga», en tér­mi­nos que repli­ca­ban las jus­ti­fi­ca­cio­nes y moti­va­cio­nes ideo­ló­gi­cas cita­dos por el mis­mo ase­sino polí­ti­co cris­tiano-sio­nis­ta Anders Beh­ring Brei­vik. La por­ta­da del 2324 de julio del Finan­cial Times (de Lon­dres) dice «Temor ante extre­mis­mo musul­mán: Peor gol­pe en Euro­pa des­de 2005». Oba­ma de inme­dia­to men­cio­nó el ata­que terro­ris­ta en Norue­ga para jus­ti­fi­car su gue­rra con­tra los paí­ses musul­ma­nes. El FT, NYT, WP, y WSJ saca­ron a relu­cir a sus «exper­tos» para que deba­tie­ran qué líde­res o movi­mien­tos árabes/​musulmanes fue­ron res­pon­sa­bles del ata­que ‑a pesar de los repor­tes de pren­sa norue­gos anun­cian­do el «arres­to de un hom­bre nór­di­co vis­tien­do uni­for­me policial».

Obvia­men­te, los medios cor­po­ra­ti­vos de EE.UU. y la éli­te polí­ti­ca esta­ban ansio­sos por usar el ata­que con bom­bas y los ase­si­na­tos para jus­ti­fi­car las gue­rras impe­ria­les igno­ran­do las orga­ni­za­cio­nes extre­mis­tas domés­ti­cas en expan­sión y a los indi­vi­duos vio­len­tos pro­du­ci­dos por la pro­pa­gan­da ofi­cial de fobia al Islam.

Cuan­do Anders Brei­vik, auto­pro­cla­ma­do neo-fas­cis­ta, entre­gó sus armas a la poli­cía norue­ga sin resis­ten­cia hacién­do­se res­pon­sa­ble por el aten­ta­do con explo­si­vos y la masa­cre, tuvo lugar la segun­da fase del encu­bri­mien­to ofi­cial: Fue des­crip­to de inme­dia­to como «un ase­sino soli­ta­rio», que «actuó solo» (BBC, 24 de julio de 2011) o como per­tur­ba­do sico­ló­gi­ca­men­te, mini­mi­zan­do sus cone­xio­nes polí­ti­cas, las influen­cias de ideó­lo­gos de EE.UU., Euro­pa e Israel en su for­ma­ción y su com­pro­mi­so con ellos, lo que con­du­jo a sus actos de terro­ris­mo. Inclu­so más indig­nan­te aún, los medios y los fun­cio­na­rios igno­ra­ron el hecho de que un ata­que terro­ris­ta com­ple­jo y de varias fases esta­ba fue­ra del alcan­ce de un «tras­tor­na­do mental».

Anders Berh­ring Brei­vik había paga­do la mem­bre­sía de un par­ti­do de extre­ma dere­cha, el Par­ti­do del Pro­gre­so y había sido cola­bo­ra­dor y con­tri­bu­yen­te de un sitio web abier­ta­men­te neo-nazi. Fre­cuen­te­men­te diri­gió su odio con­tra el gober­nan­te Par­ti­do Labo­ris­ta por su tole­ran­cia rela­ti­va de los inmi­gran­tes. Mani­fes­tó a menu­do su des­pre­cio hacia los inmi­gran­tes, los musul­ma­nes en par­ti­cu­lar, y fue un ardien­te cris­tiano-sio­nis­ta sim­pa­ti­zan­te de la repre­sión de Israel y de su polí­ti­ca terro­ris­ta con­tra el pue­blo pales­tino. Su accio­nar cri­mi­nal fue esen­cial­men­te polí­ti­co y enmar­ca­do en una red polí­ti­ca muy amplia.

La éli­te polí­ti­ca y los medios han hecho mala­ba­res para negar las cone­xio­nes yux­ta­pues­tas entre la isla­mo­fo­bia ideo­ló­gi­ca «legal», entre los que se cuen­tan los sio­nis­tas esta­dou­ni­den­ses Daniel Pipes, David Horo­witz, Robert Spen­cer y Pame­la Geller, el Par­ti­do de la Liber­tad de Holan­da de extre­ma dere­cha lide­ra­do por el pro­pa­gan­dis­ta del odio Geert Wil­ders y su con­tra­par­te, el Par­ti­do del Pro­gre­so de Norue­ga que hace lla­ma­dos con­tra la «ame­na­za musul­ma­na». Los terro­ris­tas de «acción direc­ta» res­pon­den a par­ti­dos lega­les, como el Par­ti­do del Pro­gre­so, el que reclu­ta y adoc­tri­na a acti­vis­tas, como Brei­vik. Cuan­do estos aban­do­nan el «camino legal» para eje­cu­tar masa­cres, los «res­pe­ta­bles» pro­pa­gan­dis­tas del odio los con­de­nan hipó­cri­ta­men­te… des­pués del hecho consumado.

El ase­sino soli­ta­rio: Un Super­man fas­cis­ta más rápi­do que una bala con­tra la poli­cía más len­ta que una tor­tu­ga artrítica

El caso de «terro­ris­ta lobo soli­ta­rio» es difí­cil de sos­te­ner. Es una red de men­ti­ras para cubrir la com­pli­ci­dad del esta­do, los erro­res de inte­li­gen­cia y el agu­do giro a la dere­cha en la polí­ti­ca inter­na y exte­rior de los paí­ses de la OTAN.

No hay nin­gu­na base para acep­tar el recla­mo ini­cial de Brei­vik de que actuó solo por varias razo­nes esen­cia­les: Pri­me­ro, el coche bom­ba, que devas­tó el cen­tro de Oslo, fue un arma de alta com­ple­ji­dad cuya pre­pa­ra­ción reque­ría cono­ci­mien­tos espe­cia­li­za­dos y coor­di­na­ción ‑del tipo dis­po­ni­ble por el esta­do o los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia, como el Mos­sad, que se espe­cia­li­za en coches bom­ba de gran capa­ci­dad des­truc­ti­va. Ama­teurs, como Brei­vik, sin entre­na­mien­to en explo­si­vos, por lo gene­ral sufren acci­den­tes con los explo­si­vos o care­cen de la des­tre­za nece­sa­ria para conec­tar los relo­jes elec­tró­ni­cos de los dis­po­si­ti­vos o de los deto­na­do­res a dis­tan­cia (como lo demos­tra­ron los fra­ca­sos del por­ta­dor de explo­si­vos en los zapa­tos, el de la ropa inte­rior o el lla­ma­do terro­ris­ta de Times Squa­re). En segun­do lugar, los por­me­no­res de a) trans­por­tar una bom­ba, b) obte­ner (robar) un vehícu­lo, c) colo­car el dis­po­si­ti­vo en un sitio estra­té­gi­co, d) hacer­lo deto­nar exi­to­sa­men­te, y e) ves­tir­se con un uni­for­me espe­cial de la poli­cía y lle­var un arse­nal de cien­tos de muni­cio­nes, y con­du­cir un vehícu­lo has­ta la Isla de Uto­ya, f) espe­rar pacien­te­men­te un ferry, arma­do has­ta los dien­tes, g) cru­zar con otros pasa­je­ros vis­tien­do uni­for­me poli­cial, h) agru­par a los acti­vis­tas de la juven­tud labo­ris­ta y comen­zar la masa­cre de nume­ro­sos jóve­nes des­ar­ma­dos y final­men­te i) dar el tiro de gra­cia para matar a los heri­dos y per­se­guir a los que tra­ta­ron de huir nadan­do o escon­dién­do­se – Esta no es la acti­vi­dad de un faná­ti­co soli­ta­rio. Ni siquie­ra la com­bi­na­ción de Super­man, Eins­tein y un tira­dor de pri­me­ra cla­se hubie­ra podi­do rea­li­zar todas estas tareas.

Los medios y los líde­res de la OTAN deben pen­sar que el públi­co está for­ma­do por idio­tas pasi­vos que cree­rán que Anders Beh­ring Brei­vik «actuó solo». El está dis­pues­to a acep­tar la con­de­na de 20 años si eso sig­ni­fi­ca, como él sos­tie­ne, que su acción es la chis­pa que encen­de­rá a sus cama­ra­das y movi­li­za­rá los obje­ti­vos de los par­ti­dos vio­len­tos y lega­les de la extre­ma dere­cha. Fren­te a un juez norue­go el 25 de julio, decla­ró públi­ca­men­te la exis­ten­cia de «dos célu­las más en mi orga­ni­za­ción». De acuer­do con los tes­ti­mo­nios de tes­ti­gos en la Isla de Uto­ya, se escu­cha­ron dis­pa­ros de dos armas dife­ren­tes des­de dis­tin­tas direc­cio­nes duran­te la masa­cre. La poli­cía dice que está… «inves­ti­gan­do». No hace fal­ta acla­rar que la poli­cía no halló nin­gún indi­cio; en su lugar han mon­ta­do un «show» para cubrir su fal­ta de accio­nar hacien­do una reda­da en dos casas, ale­ja­das de la masa­cre y rápi­da­men­te libe­ra­ron a los sospechosos.

Sin embar­go, la impli­ca­ción polí­ti­ca más gra­ve del acto terro­ris­ta es la obvia com­pli­ci­dad de los jefes de alto ran­go de la poli­cía. La poli­cía se demo­ró 90 minu­tos en lle­gar a la Isla de Uto­ya, ubi­ca­da a menos de 20 kiló­me­tros de Oslo, a 12 minu­tos en heli­cóp­te­ro y a 25 – 30 minu­tos en coche o en lan­cha. La demo­ra le per­mi­tió a los ase­si­nos de extre­ma dere­cha ago­tar sus muni­cio­nes, maxi­mi­zan­do la can­ti­dad de muer­tos entre los jóve­nes acti­vis­tas anti­fas­cis­tas y devas­tan­do el movi­mien­to juve­nil labo­ris­ta. El jefe de poli­cía, Svei­nung Sponheim, pre­sen­tó la más débil de las excu­sas ale­gan­do «pro­ble­mas de trans­por­te». Sponheim dijo que no había nin­gún heli­cóp­te­ro «dis­po­ni­ble» y que «no podían hallar una lan­cha» (Asso­cia­ted Press, 24 de julio, 2011). Sin embar­go había un heli­cóp­te­ro dis­po­ni­ble; este sobre­vo­ló Uto­ya y fil­mó la car­ni­ce­ría mien­tras suce­día, y más de la mitad de norue­gos, gen­te de mar por mile­nios, posee o tie­ne acce­so a un bote o lan­cha. Una fuer­za poli­cial, enfren­ta­da a lo que el Pri­mer Minis­tro lla­mó «la peor atro­ci­dad des­de la ocu­pa­ción nazi», que se mue­ve a paso de tor­tu­ga artrí­ti­ca para res­ca­tar a jóve­nes acti­vis­tas, gene­ra la sos­pe­cha de algún gra­do de com­pli­ci­dad. El inte­rro­gan­te obvio que sur­ge se refie­re al gra­do de infil­tra­ción de la ideo­lo­gía extre­mis­ta de dere­cha ‑neo-fas­cis­mo- en la poli­cía y las fuer­zas de segu­ri­dad, espe­cial­men­te en las altas esfe­ras. Este gra­do de «inac­ti­vi­dad» gene­ra más pre­gun­tas que res­pues­tas. Sugie­re que los social­de­mó­cra­tas solo con­tro­lan una par­te del gobierno ‑el poder legis­la­ti­vo, mien­tras que los neo-fas­cis­tas tie­nen influen­cia en el apa­ra­to estatal.

El hecho es que la poli­cía no sal­vó ni una sola vida. Cuan­do final­men­te lle­ga­ron, Anders Beh­ring Brei­vik se había que­da­do sin balas y se entre­gó a la poli­cía. La poli­cía no dis­pa­ró un solo tiro, lite­ral­men­te; ni siquie­ra tuvie­ron que per­se­guir o cap­tu­rar al ase­sino. Un esce­na­rio casi de coreo­gra­fía: Cien­tos de acti­vis­tas heri­dos, 68 acti­vis­tas des­ar­ma­dos y pací­fi­cos ase­si­na­dos y la juven­tud del movi­mien­to labo­ris­ta diezmada.

La poli­cía pue­de decir «caso resuel­to» mien­tras los medios cor­po­ra­ti­vos par­lo­tean sobre un «ase­sino soli­ta­rio». La extre­ma dere­cha tie­ne un «már­tir» para enmas­ca­rar el avan­ce de la cru­za­da anti­mu­sul­ma­na y pro-israe­li­ta. (Que trae a la memo­ria al ase­sino serial israe­li­ta-esta­dou­ni­den­se Dr. Baruch Golds­tein, quien mató a doce­nas de hom­bres y niños pales­ti­nos duran­te una ple­ga­ria en 1994.)

Sólo dos días antes de los ase­si­na­tos polí­ti­cos, el jefe del Movi­mien­to Juve­nil del Par­ti­do Labo­ris­ta, Eskil Peder­son, dió una entre­vis­ta a Dag­bla­det, el segun­do tabloi­de en tira­da, en la que anun­ció «un embar­go eco­nó­mi­co uni­la­te­ral a Israel por par­te de Norue­ga» (Gilad Ats­mon, 24 de julio, 2011).

El hecho es que los mili­ta­res norue­gos no tie­nen pro­ble­mas en enviar 500 tro­pas a Afga­nis­tán, en la otra mitad del mun­do y pro­veer seis avio­nes y pilo­tos de la Fuer­za Aérea de Norue­ga para bom­bar­dear y ate­rro­ri­zar Libia. Y sin embar­go, ¿no pudie­ron hallar un heli­cóp­te­ro o un bote a remo para trans­por­tar poli­cías un par de cien­tos de yar­das para dete­ner un terro­ris­ta de extre­ma dere­cha en su país ‑cuya locu­ra ase­si­na era des­crip­ta segun­do a segun­do por las ate­rro­ri­za­das víc­ti­mas a sus deses­pe­ra­dos padres por telé­fono celular?

Las raí­ces impe­ria­les del fas­cis­mo interno: Conclusión

Cla­ra­men­te, las deci­sio­nes de Norue­ga y otras nacio­nes escan­di­na­vas de par­ti­ci­par en las cru­za­das impe­ria­les de EE.UU. con­tra los musul­ma­nes ‑espe­cial­men­te los pue­blos ára­bes del Medio Orien­te- han gene­ra­do un auge de la dere­cha neo-fas­cis­ta. Aho­ra quie­ren «traer la gue­rra a casa»; quie­ren que Norue­ga vaya más lejos aún, que «lim­pie la nación» expul­san­do a los musul­ma­nes. Quie­ren enviar­le un men­sa­je al Par­ti­do Labo­ris­ta: O acep­tan los obje­ti­vos neo-fas­cis­tas y pro-israe­li­tas o enfren­ta­rán más masa­cres, más fas­cis­tas elec­tos, más segui­do­res de Anders Beh­ring Breivik.

El Par­ti­do del Pro­gre­so es aho­ra el segun­do par­ti­do más gran­de de Norue­ga. Si una coa­li­ción «con­ser­va­do­ra» derro­ta al Par­ti­do Labo­ris­ta, los neo-fas­cis­tas ocu­pa­rán pro­ba­ble­men­te pues­tos en el gobierno. Quien sabe, des­pués de unos años de bue­na con­duc­ta, qui­zás hallen una excu­sa para con­mu­tar la sen­ten­cia de su ex cama­ra­da… o lo pro­cla­men men­tal­men­te reha­bi­li­ta­do y lo liberen.
Cla­ra­men­te, lo que se nece­si­ta hacer es reti­rar de inme­dia­to todas las tro­pas de las gue­rras impe­ria­les e ini­ciar una lucha sis­te­má­ti­ca, cohe­ren­te y orga­ni­za­da con­tra los terro­ris­tas de extre­ma dere­cha inter­nos y con­tra sus padri­nos inte­lec­tua­les en EE.UU., Israel y Europa.

Los jóve­nes labo­ris­tas deben poner pre­sión en sus deman­das de que el Gobierno Labo­ris­ta, enca­be­za­do por el Pri­mer Minis­tro Jen Stol­ten­berg, reco­noz­ca la nación Pales­ti­na e imple­men­te un boi­cot total a los pro­duc­tos y ser­vi­cios de Israel. Se debe orga­ni­zar una cam­pa­ña nacio­nal e inter­na­cio­nal de edu­ca­ción polí­ti­ca que expon­ga los víncu­los entre los fas­cis­tas lega­les res­pe­ta­bles y los terro­ris­tas vio­len­tos. Los már­ti­res de la juven­tud labo­ris­ta de la Isla de Uto­ya deben ser cele­bra­dos y sus idea­les ense­ña­dos en las escue­las. Los enemi­gos de la extre­ma dere­cha y sim­pa­ti­zan­tes decla­ra­dos, encu­bier­tos o cóm­pli­ces direc­tos, deben ser expues­tos y con­de­na­dos. La mejor arma con­tra el ata­que vio­len­to de los neo-fas­cis­tas es una ofen­si­va polí­ti­ca y edu­ca­ti­va, que reto­me las tra­di­cio­nes de lucha anti­fas­cis­ta, anti-Quis­ling (el noto­rio cola­bo­ra­dor nazi) de la era de sus abue­los. No es dema­sia­do tar­de si el Par­ti­do Labo­ris­ta, los sin­di­ca­tos norue­gos y los jóve­nes anti­fas­cis­tas actúan aho­ra, antes de la lle­ga­da de la ava­lan­cha fascista.

Artícu­lo ori­gi­nal: http://​petras​.lahai​ne​.org/​?​p​=​1​869 – Tra­du­ci­do por Sil­via Ara­na para Rebelión

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