Hacia el campamento ¡No más!
Queridos/as representantes de los procesos de cambios e3n Venezuela y Ecuador, países del ALBA.
Queridos/as camaradas y amigos/as:
La solidaridad no es solo una palabra hermosa. Es, sobretodo, unos de los principios mas nobles en la relaciones entre seres humanos, familias, pueblos y naciones.
Estamos aquí en esta combativa cuidad, a las que nos unen muchos luchas solidarias, patrióticas y libertarias ‑especialmente frente al pulpo depredador y saqueador de la Falconbrige- para compartir con ustedes, gracias a esta iniciativa del Frente Aniana Vargas y del proyectado Campamento ¡No Mas!, este necesario y emotivo momento de combate.
Nos convocan hay dos causas que confluyen en un proceso de extraordinario valor para el pueblo venezolano y los pueblos de nuestra América:
· La solidaridad humana y política con el comandante Chávez, en un momento en que él y sus médicos venezolanos y cubanos libran una trascendente batalla por su salud y fortaleza física.
· La solidaridad con el pueblo venezolano y con el proceso transformador por él emprendido al final del pasado siglo. Con sus valores políticos y sociales. Con sus aportes a la democracia, a la emancipación social y a la nueva independencia latino-caribeña.
La irrupción del pueblo venezolano contra la recolonización neoliberal y la partidocracia corrompida, por la liberación social y la autodeterminación de su patria frente a las garras imperialistas de los EEUU, es realmente inseparable del rol desempeñado por el comandante Chávez como líder de ese proceso.
Sin dudas el pueblo ha sido el protagonista principal de esa hazaña y el comandante Chávez su mejor interprete y el más firme y persistente propulsor de sus ansias libertarias en ese periodo, sobre todo a partir de aquella formidable insurgencia social, del denominado Caracazo; seguida del levantamiento militar que lo catapultó como líder popular como líder popular y principal conductor de sucesivas victorias y valiosas conquistas.
Los méritos históricos y presentes se entrelazan, se conjugan y complementan.
Los valores se comparten.
Por eso les decía que estas dos expresiones de solidaridad confluyen en una sola, porque en este caso lo humano y lo político, lo individual y lo colectivo, se abrazan y se confunden en un sentimiento muy especial; potenciando a la vez el respaldo, el afecto y el cariño colectivo hacia ese pueblo y el liderazgo que lo ha acompañado.
Es claro que en este instante latinoamericano pesa bastante y está bien presente todo lo relacionado con el estado de salud, así como los votos en favor de la recuperación de una de las principales figuras de este formidable, accidentado y esperanzador proceso –siempre cruel y pérfidamente embestido desde el imperio- que tempranamente se desplegó a escala continental en pro de nuestra segunda independencia.
Y no es para menos.
Los auténticos revolucionarios apreciamos la vida y la salud de los seres humanos. Nos conmueven las afecciones, tormentos y alteraciones de la salud e integridad física de los demás.
Somos capaces de combatir hasta la muerte en el campo de las guerras justas e imprescindibles, pero jamás de alegrarnos o ser indiferentes frente a las enfermedades que afecten a otros seres humanos, incluidos nuestros enemigos y adversarios políticos.
Nos duele de manera especial los padecimientos de nuestros familiares, amigos/as, camaradas, militantes y líderes del campo popular y revolucionario.
Nos alegra sobremanera su buen estado de salud y nos sentimos felices cuando logran recuperarse de una delicada y peligrosa afección.
Por eso, en el caso del comandante Chávez, nos hemos propuesto desplegar todas las energías positivas a favor de su salud y llamamos a hacerlo persistentemente por encima de cualquier diferencia o posicionamiento dentro de la diversidad revolucionaria y reformadora a la que pertenecemos.
La solidaridad humana, moral, política con los procesos de avanzada y sus protagonistas, con los/as camaradas de las más variadas trayectorias, no puede tener reparos ni en las diversas modalidades de lucha ni en los enfoques temporales disímiles. La solidaridad para los que luchan, enfrentan al imperialismo y sufren opresiones no debe tener límites ni sujetarse a regateo alguno.
Por eso siempre hemos sido solidarios con todas las insurgencias y rebeldía por más calumniadas y estigmatizadas que éstas sean, incluidas las del pueblo colombiano que encarnan hoy las FARC, el ELN y los movimientos civiles rebeldes y transformadores
Sabemos como agreden y asechan para peores fechorías el imperio y las derechas del continente y del mundo al proceso venezolano, catalizador inicial de la presente ola de cambios, confluyente ahora con el resultado de la heroica revolución cubana que hubo de irrumpir victoriosa hace ya mas de medio siglo.
Pertenecemos a una generación que compartió una insurgencia ciertamente parecida a la venezolana, encabezada entonces por nuestro prócer nacional, el coronel Francis Caamaño.
Padecimos ‑y todavía sufrimos- las funestas consecuencias de la contrarrevolución imperialista que nos arrebató la victoria.
Por eso tenemos la determinación de aportar ideas, impulsar luchas, desplegar solidaridad y hasta aportar nuestra sangre si fuera necesario, para impedir una ignominia el similar.
Estamos concientes del rol relevante del comandante Chávez en esta crucial batalla, por lo que su pueblo y los demás pueblos del continente seguimos de cerca su tenaz esfuerzo de recuperación.
Chávez es una creación de ese pueblo hermano que ha sido capaz de independizarse, liquidar el neoliberalismo, devolverle actualidad a la revolución y catapultar de nuevo al debate mundial la pertinencia de la superación del capitalismo y de la recreación de un socialismo a tono con la experiencias vividas y las realidades sufridas. Esto aun con serios límites y estancamientos y, sobretodo, con importantes desafíos pendientes en materia de revolución y nuevo modelo de desarrollo.
Esos aportes es una forma contundente de la solidaridad venezolana para con nuestros pueblos, todavía no debidamente reciprocada a escala continental.
Empeñémonos ahora en profundizar los procesos transformadores iniciados y en derrotar el contra-ataque imperialista y las derechas donde imperan,
¡No más neoliberalismo! ¡No más corrupción! ¡No más dependencia!
EN NUESTRA AMÉRICA: Más libertad, soberanía, democracia y socialismo!!!
Gracias. Narciso Isa Conde