Valo­ra­ción de LAB sobre la incor­po­ra­ción del las emplea­das de hogar en el régi­men gene­ral de la segu­ri­dad social

El Con­gre­so dio el pasa­do 27 de junio luz ver­de a la refor­ma de las pen­sio­nes. Entre las medi­das anun­cia­das, la incor­po­ra­ción de las emplea­das de hogar en el régi­men gene­ral de la segu­ri­dad social requie­re sin duda, espe­cial atención.

Esta incor­po­ra­ción, supo­ne entre otras, la obli­ga­ción de coti­zar des­de el pri­mer momen­to ‑actual­men­te era obli­ga­to­rio si tra­ba­ja­bas 20 horas o más a la sema­na- o per­ci­bir la pres­ta­ción por inca­pa­ci­dad tem­po­ral des­de el cuar­to día ‑actual­men­te es a par­tir del día 25-.

Tras muchos años de lucha por con­se­guir mejo­rar y regu­lar su situa­ción labo­ral, esta medi­da es posi­ti­va, por­que como vemos, mejo­ra cier­tos aspec­tos labo­ra­les impor­tan­tes. Pero, lamen­ta­ble­men­te, es una opor­tu­ni­dad pér­di­da para ata­jar de raíz la explo­ta­ción a la que están some­ti­das y para regu­lar un sec­tor don­de la usur­pa­ción de dere­chos es la tóni­ca habitual.

Por­que, y a pesar de la urgen­te nece­si­dad de este sec­tor femi­ni­za­do por regu­lar su situa­ción, las des­igual­da­des per­sis­ten en com­pa­ra­ción con el res­to de las per­so­nas tra­ba­ja­do­ras inclui­das en el régi­men gene­ral. El ejem­plo más cla­ro lo tene­mos en la pres­ta­ción de des­em­pleo, o que se esta­ble­ce un perio­do tran­si­to­rio (has­ta el 2018) para equi­pa­rar sus coti­za­cio­nes a las del régi­men general.

Ade­más, nin­gún tipo de medi­da se esta­ble­ce para erra­di­car la eco­no­mía sumer­gi­da, que es más de la mitad, y tam­po­co para aque­llas per­so­nas inter­nas extran­je­ras sin pape­les, que es un núme­ro elevado.

Por otra par­te, no pode­mos ni debe­mos olvi­dar el con­tex­to en el que se da. Se tra­ta de una refor­ma que difi­cul­ta­rá toda­vía más el acce­so a una pen­sión para poder lle­var ade­lan­te una vida en con­di­cio­nes dig­nas, a la mayo­ría de las muje­res. Un gol­pe a todas las muje­res, y que, no pue­de maqui­llar­se con una medi­da que debía de haber­se toma­do hace tiempo.

En defi­ni­ti­va, incor­po­ra­ción sí, pero de una mane­ra muy redu­ci­da y des­igual, y sin esta­ble­cer meca­nis­mos de con­trol para erra­di­car las irre­gu­la­ri­da­des labo­ra­les carac­te­rís­ti­cas de este sec­tor. Por lo tan­to, opor­tu­ni­dad pér­di­da para ata­jar la dis­cri­mi­na­ción que sufre la mujer en el mer­ca­do labo­ral, tenien­do en cuen­ta, que la carac­te­rís­ti­ca prin­ci­pal de este sec­tor es que la gran mayo­ría son muje­res, y las con­di­cio­nes labo­ra­les están indis­cu­ti­ble­men­te uni­das a la con­di­ción de género.

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