El chan­ta­je per­ma­nen­te de las mul­ti­na­cio­na­les- Juan­jo Basterra

No quie­ro dejar esca­par la oca­sión para comen­tar el via­je que el con­se­je­ro de Indus­tria del Gobierno de Gas­teiz, Ber­na­bé Unda, ha rea­li­za­do estos días atrás por Cen­tro­euro­pa, en espe­cial por Ale­ma­nia. Apro­ve­chó para decir­nos, antes inclu­so que la empre­sa, que los tra­ba­ja­do­res de Mer­ce­des Benz de Gas­teiz deben apre­tar­se el cin­tu­rón para con­se­guir el con­tra­to del nue­vo vehícu­lo. Siguió el manual del empre­sa­rio, que no es otro que el de uti­li­zar el chan­ta­je, la ame­na­za y la mani­pu­la­ción para ame­dren­tar a los tra­ba­ja­do­res que ven, un día sí y otro tam­bién, la fal­ta de escrú­pu­los de los empre­sa­rios y de con­se­je­ros como Unda, mien­tras pier­den el empleo, bajan sus sala­rios y les hacen tra­ba­jar más.

Abier­ta la bre­cha, el direc­tor gene­ral de la plan­ta de la mul­ti­na­cio­nal, Emi­lio Titos, fue más lejos. Pidió redu­cir un 10% el sala­rio que los tra­ba­ja­do­res tenían en 2008, hace tres años, en la plan­ta de Gas­teiz. Terri­ble. Si no es así, dijo que no habrá futu­ro para Mer­ce­des Benz. Si acep­tan, la plan­ta esta­rá segu­ra entre diez y quin­ce años, aun­que no se ponen de acuer­do en el pla­zo. Esta tác­ti­ca no es nue­va. Tam­bién Volks­wa­gen la emplea en Iru­ñea. Creo, aun­que sé que es difí­cil, que hay que rom­per esa diná­mi­ca de esas mul­ti­na­cio­na­les sin escrúpulos.

Obtie­nen enor­mes bene­fi­cios a cos­ta de pagar menos a los tra­ba­ja­do­res y, bajo ese chan­ta­je per­ma­nen­te, logran que las admi­nis­tra­cio­nes les den toda cla­se de para­bie­nes: exen­cio­nes fis­ca­les, ayu­das para la inver­sión o lo que sea.

El pro­ce­so es como las pie­zas de domi­nó. A las mul­ti­na­cio­na­les le sigue el lobby de Con­fe­bask, que nos dice, al con­tra­rio de lo que refle­jan los datos de Eus­tat, INE o Euros­tat, que tene­mos que ganar com­pe­ti­ti­vi­dad y pro­duc­ti­vi­dad. Los tra­ba­ja­do­res vas­cos están en el gru­po de cabe­za de la Unión Euro­pea en pro­duc­ti­vi­dad, pero, sin embar­go, no lo están en mate­ria sala­rial. Es una reali­dad, mani­pu­le lo que mani­pu­le el lobby empresarial.

Creo que esta nue­va Eus­kal Herria que está apa­re­cien­do tras el inten­so siri­mi­ri debe abor­dar una rela­cio­nes labo­ra­les y eco­nó­mi­cas más jus­tas. No se pue­de per­mi­tir que quien más tie­ne siga hur­gan­do en el bol­si­llo del trabajador.

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