Méxi­co: Nue­vas ame­na­zas de muer­te con­tra Lydia Cacho – Cli­mac noticias

En Méxi­co, la impu­ni­dad ha pro­pi­cia­do que las ame­na­zas de muer­te con­tra perio­dis­tas y defen­so­ras de Dere­chos Huma­nos sean una cons­tan­te; en lo que va de este año 14 muje­res perio­dis­tas han sido agre­di­das y nin­gún caso ha sido resuel­to, según repor­ta Comu­ni­ca­ción e Infor­ma­ción de la Mujer (CIMAC), a tra­vés de su pro­gra­ma de Liber­tad de Expre­sión y Dere­chos humanos.
Según el infor­me 2010 sobre el esta­do de la liber­tad de expre­sión en Méxi­co, del Cen­tro de Perio­dis­mo y Éti­ca públi­ca (CEPET), en el país cada dos días una comu­ni­ca­do­ra o comu­ni­ca­dor fue agre­di­do. En ese año se regis­tra­ron 139 víc­ti­mas de las cua­les al menos 18 (13 por cien­to) fue­ron mujeres.

En diver­sos foros, perio­dis­tas han adver­ti­do del peli­gro que repre­sen­ta ejer­cer la labor perio­dís­ti­ca en el país, pero sobre todo del que repre­sen­ta la impu­ni­dad ya que si no se cas­ti­ga a los res­pon­sa­bles de las agre­sio­nes y ame­na­zas, “el men­sa­je es que pue­den vol­ver a hacer­lo y no les va a pasar nada”.

Esta situa­ción la cono­ce muy bien la perio­dis­ta y defen­so­ra de dere­chos huma­nos Lydia Cacho, quien fue ame­na­za­da de muer­te nue­va­men­te el pasa­do 14 de junio a tra­vés de su correo elec­tró­ni­co y de lla­ma­das tele­fó­ni­cas que hacen refe­ren­cia a su tra­ba­jo periodístico.

Por ello la orga­ni­za­ción inter­na­cio­nal Artícu­lo 19 hizo un lla­ma­do al Esta­do mexi­cano para que cum­pla cabal y efec­ti­va­men­te con la imple­men­ta­ción de las medi­das cau­te­la­res otor­ga­das en 2009 por la Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos (CIDH) para pro­te­ger a la perio­dis­ta, así como para que inves­ti­gue las recien­tes ame­na­zas de mane­ra pun­tual y que se lle­ve a jui­cio y con­de­na ha los responsables.

Cabe recor­dar que la CIDH pidió las medi­das para la perio­dis­ta debi­do al hos­ti­ga­mien­to y ame­na­zas de las que fue obje­to por par­te de hom­bres arma­dos des­de 2005. Des­de enton­ces, dice artícu­lo 19, las agre­sio­nes no han cesa­do y se ha podi­do cons­ta­tar que las medi­das dic­ta­das por la CIDH no han sido cum­pli­das ni en un 50 por ciento.

En 2005 Cacho Ribei­ro publi­có el libro “Los Demo­nios del Edén, el poder que pro­te­ge a la por­no­gra­fía infan­til”, en don­de reve­ló la exis­ten­cia de una red de explo­ta­ción sexual y por­no­gra­fía infan­til que ope­ra­ba bajo la pro­tec­ción de polí­ti­cos y empre­sa­rios. Por ello fue hos­ti­ga­da, dete­ni­da, tor­tu­ra­da y amenazada.

Otra perio­dis­ta ame­na­za­da en sema­nas ante­rio­res, fue Ánge­les Maris­cal, quien fue rete­ni­da mien­tras cubría la audien­cia públi­ca del exgo­ber­na­dor de Chia­pas, Pablo Sala­zar Mendiguchía.

En lo que va de este año se han regis­tra­do al menos cua­tro agre­sio­nes a perio­dis­tas en la enti­dad, quie­nes ya inter­pu­sie­ron su denun­cia, sin embar­go con­ti­núan las amenazas.

Ange­les Maris­cal y su espo­so, Isaín Man­du­jano, han sido víc­ti­mas de hos­ti­ga­mien­to y ame­na­zas des­de hace cua­tro años, aho­ra éstas se han tra­du­ci­do en cam­pa­ñas de des­pres­ti­gio en redes socia­les, sin que has­ta el momen­to las auto­ri­da­des com­pe­ten­tes les hayan garan­ti­za­do la segu­ri­dad ni a su fami­lia, y el dere­cho a la liber­tad de expresión.

En el infor­me 2010, el CEPET seña­la que si bien la vio­len­cia gene­ra­li­za­da en el país impac­ta en el tra­ba­jo de las y los perio­dis­tas, la delin­cuen­cia orga­ni­za­da no es el úni­co agre­sor, en 33 de los 139 casos regis­tra­dos, el Ejér­ci­to, poli­cías muni­ci­pa­les, esta­ta­les, fede­ra­les, jefes poli­cía­cos y escol­tas per­so­na­les de auto­ri­da­des, fue­ron seña­la­dos por ejer­cer algún tipo de vio­len­cia con­tra las y los periodistas.
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