El lega­do que nos deja el deba­te Joa­quín-Con­ra­do- Mar­ta Ortega

Como mili­tan­tes por el socia­lis­mo y como mate­ria­lis­tas, cree­mos que nos halla­mos con­di­cio­na­dos por el pro­ce­so de las fuer­zas pro­duc­ti­vas y por las rela­cio­nes eco­nó­mi­cas que estas fuer­zas gene­ran, la expe­rien­cia del día a día, la vida real cau­san la con­cien­cia las con­vic­cio­nes que posee­mos, y nues­tras opi­nio­nes, las cua­les están siem­pre en evo­lu­ción. Esto es lo bási­co en lo cual nos apo­ya­mos todos los que deci­mos que que­re­mos derrum­bar el sis­te­ma imperante.

Por esta con­vic­ción exa­mi­na­mos el pasa­do e iden­ti­fi­ca­mos la lucha de cla­ses, como la fuer­za que hace mar­char a la his­to­ria. Cri­ti­ca­mos el pre­sen­te y opi­na­mos que el sis­te­ma capi­ta­lis­ta explo­ta al tra­ba­ja­dor y está des­tru­yen­do el medio ambien­te colo­can­do en peli­gro la con­ti­nui­dad de la vida en el pla­ne­ta. Plan­tea­mos un pro­yec­to de futu­ro, el socia­lis­mo, en el cual trans­for­me el sis­te­ma de explo­ta­ción del hom­bre por el hombre.

La con­cien­cia, actual­men­te domi­na­da por la lógi­ca del capi­tal, es la que no per­mi­te que este pro­ce­so avan­ce; el cam­bio de sis­te­ma no pue­de ser deci­di­do por una per­so­na, el coman­dan­te como la per­so­na que diri­ge este pro­ce­so, por más esfuer­zos que haga no pue­de ins­tau­rar por el solo un nue­vo sis­te­ma, por­que las revo­lu­cio­nes las hacen los pue­blos, ni tam­po­co pue­de trans­for­mar la socie­dad solo con las bue­nas accio­nes del Esta­do, esto es así, por­que este pro­ce­so nece­si­ta de todos y cada uno de noso­tros. El pro­ce­so ha avan­za­do gra­cias a la acción y el con­ven­ci­mien­to del coman­dan­te en empu­jar la trans­for­ma­ción social hacia un sis­te­ma más jus­to. Este pro­ce­so segui­rá avan­zan­do si el pue­blo asu­me su rol y con la cons­tan­te cri­ti­ca al capi­tal, (nues­tro pre­sen­te, y nues­tro con­tra­rio), esta expe­rien­cia y el esfuer­zo que rea­li­za el coman­dan­te de mane­ra con­jun­ta con el pue­blo, se con­vier­te en orga­ni­za­ción colec­ti­va, en con­tra de la cla­se explo­ta­do­ra, y todos defen­da­mos e impul­se­mos los fun­da­men­tos de esa nue­va socie­dad que deci­mos que­rer instaurar,

La cla­se domi­nan­te que se rela­cio­na con el impe­rio y que están pre­sen­tes por diver­sos medios en la socie­dad vene­zo­la­na: gran­des cor­po­ra­cio­nes y empre­sas trans­na­cio­na­les y, indu­da­ble­men­te, obtie­nen ganan­cias de este pro­ce­so boli­va­riano. Si habla­mos del pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio des­de una pers­pec­ti­va de cla­se, tene­mos que cono­cer cómo se com­por­tan las cla­ses socia­les, en espe­cial la domi­nan­te, en rela­ción al pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio. El com­ba­te ideo­ló­gi­co, fun­da­men­tal en un pro­ce­so de trans­for­ma­ción, nues­tros opo­si­to­res, tie­nen una gran ven­ta­ja, ya que dis­po­nen de los medios y las téc­ni­cas comu­ni­ca­ción de masas y su cons­tan­te defen­sa a su cla­se. La lucha de cla­ses, se mani­fies­ta no solo en lo eco­nó­mi­co, lo ideo­ló­gi­co es base fun­da­men­tal en esta con­fron­ta­ción por aho­ra pací­fi­ca. Es por esto que los socia­lis­tas iden­ti­fi­ca­mos nues­tra con­tra­dic­ción prin­ci­pal con la cla­se explo­ta­do­ra, y esas con­tra­dic­ción solo la resol­ve­re­mos con la ins­tau­ra­ción del sis­te­ma socia­lis­ta; las con­tra­dic­cio­nes en el par­ti­do, entre socia­lis­tas las solu­cio­na­mos bajo el méto­do mate­ria­lis­ta de la crí­ti­ca y auto­crí­ti­ca, así encon­tra­mos las par­ti­cu­la­ri­da­des y las rela­cio­nes que se desa­rro­llan en el pro­ce­so de un hecho determinado.

Nues­tro coman­dan­te, lo ha decla­ra­do en varias opor­tu­ni­da­des, es uno más, un sol­da­do que tra­ba­ja por la revo­lu­ción, tie­ne un doble rol, pre­si­den­te de la Repú­bli­ca, y diri­ge un pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio, hay que saber iden­ti­fi­car cuan­do actúa como pre­si­den­te, cuan­do como coman­dan­te. Él no es infa­li­ble, sus res­pon­sa­bi­li­da­des por tan­to tiem­po lo pre­sio­nan, las trai­cio­nes, los com­plots a sus polí­ti­cas, las indi­fe­ren­cias, la car­ga con una can­ti­dad de cosas que noso­tros no tene­mos; como corres­pon­sa­bles de este pro­ce­so, y no pre­sen­ta­mos un tra­ba­jo que equi­pa­re el rea­li­za­do por el coman­dan­te. El como miem­bro de un pro­ce­so colec­ti­vo no está exen­to de la crí­ti­ca, es más, es salu­da­ble, y nece­sa­ria hacer­la, no pode­mos salir gri­tan­do NOO el coman­dan­te no se equi­vo­ca él es into­ca­ble, es mi per­cep­ción, que el al pro­pio coman­dan­te recha­za inter­na­men­te estas acti­tu­des. Al emi­tir una crí­ti­ca, y más aún en este pro­ce­so, en el cual se está cons­tru­yen­do un para­dig­ma, sabe­mos que lo hace­mos en base a nues­tra par­ti­cu­la­rí­si­ma expe­rien­cia y bus­ca­mos solo unir­las a otras crí­ti­cas y así en colec­ti­vo con­for­mar la opi­nión y cri­te­rio MAYORITARIO. Por lo cual no pode­mos cues­tio­nar a .las “per­so­nas que en un deba­te de igua­les, (por lo ser lucha­do­res por el socia­lis­mo) abier­to publi­co emi­ten una opi­nión no coin­ci­den­te con la nues­tra. Al estu­diar una opi­nión, tome­mos en cuen­ta a quien defien­de: a nues­tros opo­si­to­res, posee intere­ses eco­nó­mi­cos, está rela­cio­na­do con miem­bros de la cla­se domi­nan­te, su opi­nión pre­ten­de divi­dir­nos, poner­nos a pelear entre noso­tros y no con­tra la cla­se domi­nan­te, pre­ten­de esta opi­nión jus­ti­fi­car algu­na acción del impe­rio; o esta per­so­na que se deno­mi­na lucha­dor por el socia­lis­mo, domi­na­do por la lógi­ca capi­ta­lis­ta con­fun­de, no iden­ti­fi­ca, no rela­cio­na es un tra­ba­ja­dor que le fal­ta más prác­ti­ca y estu­dio en nues­tros pos­tu­la­dos para ubi­car­se en el momen­to polí­ti­co y en la situa­ción en la cual esta opi­nan­do. Creer­nos que nos las sabe­mos todas por tener títu­los, pos­gra­dos, y posi­cio­nes esto nos hace arro­gan­tes e insen­si­bles, los aná­li­sis más cer­te­ros los he escu­cha­do de per­so­nas muy sen­ci­llas y sin nin­gu­na posi­ción, por eso son tan sabios los refra­nes popu­la­res, si que­re­mos una revo­lu­ción popu­lar debe­mos empe­zar por ser humil­des, res­pe­te­mos las opi­nio­nes, com­ba­ta­mos los erro­res, pero par­ti­ci­pe­mos en las luchas del pue­blo, con los tra­ba­ja­do­res de las empre­sas bási­cas, en los comu­ni­da­des con los con­se­jos comu­na­les y deje­mos la como­di­dad de las casas de par­ti­do, tra­te­mos de alcan­zar la obra del coman­dan­te y que lan­ce la pie­dra quien lo haya hecho, esta es la lec­ción que nos están legan­do los cama­ra­das Joa­quín y Conrado.

“la demo­cra­cia de eli­tes, repre­sen­ta­ti­va, es contrarrevolucionario.

Un gobierno toman­do deci­sio­nes ence­rra­do en cua­tro paredes

Expro­pian­do al pue­blo su sobe­ra­nía es contrarrevolucionario”

Hugo Chá­vez

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