Otra per­la del Dic­cio­na­rio Bio­grá­fi­co: Los maquis eran «terro­ris­tas y bandoleros».

La his­to­rio­gra­fía con­tem­po­rá­nea ha defi­ni­do el fenó­meno del maquis uti­li­zan­do tér­mi­nos como «gue­rri­lle­ros» o «resis­ten­cia». Pero dos de los his­to­ria­do­res que par­ti­ci­pan en el Dic­cio­na­rio Bio­grá­fi­co Espa­ñol han pre­fe­ri­do des­em­pol­var la visión ultra­mon­ta­na sobre los maquis: eran «terro­ris­tas» y «ban­do­le­ros».
Car­los Inies­ta y José Mar­tín Bro­cos han escri­to la entra­da sobre Cami­lo Alon­so Vega, capi­tán gene­ral del Ejér­ci­to fran­quis­ta. Alon­so Vega fue nom­bra­do direc­tor gene­ral de la Guar­dia Civil al aca­bar la Gue­rra Civil, cuan­do «lle­vó a cabo una impor­tan­tí­si­ma acti­vi­dad con­tra las par­ti­das de ban­do­le­ros-terro­ris­tas, común­men­te lla­ma­dos maquis».
«La his­to­rio­gra­fía espa­ño­la retro­ce­de 60 años al des­cri­bir así a los maquis»
«Los estu­dios sobre el maquis de los últi­mos 20 años habían con­se­gui­do demos­trar que los cali­fi­ca­ti­vos usa­dos por el fran­quis­mo para des­cri­bir­los, ses­ga­dos por intere­ses polí­ti­cos, eran fal­sos. Escri­bir aho­ra que los maquis eran terro­ris­tas y ban­do­le­ros supo­ne un tre­men­do paso atrás para la his­to­rio­gra­fía. Como si retro­ce­dié­ra­mos 60 años», razo­na José Luis Ledes­ma, pro­fe­sor de His­to­ria Con­tem­po­rá­nea en la Uni­ver­si­dad de Zaragoza.
No es el úni­co his­to­ria­dor estu­pe­fac­to con el cali­fi­ca­ti­vo usa­do en el dic­cio­na­rio de la Real Aca­de­mia de la His­to­ria. «Es el mis­mo tipo de resis­ten­cia que hubo en Fran­cia, con De Gau­lle, con­tra la inva­sión nazi. A nadie se le ocu­rre lla­mar a la Resis­ten­cia fran­ce­sa terro­ris­tas. Es absur­do y pro­pio de la Aca­de­mia. Con­tra todo poder ile­gí­ti­mo, cual­quier for­ma de resis­ten­cia es legí­ti­ma. El terro­ris­mo suce­de cuan­do se ata­ca a un Esta­do fun­da­men­ta­do en las urnas», afir­ma Fer­nan­do Her­nán­dez, autor de Gue­rra o revo­lu­ción (Crí­ti­ca) y pro­fe­sor en la UAM.
Ledes­ma acla­ra que los man­dos fran­quis­tas que cali­fi­ca­ban a los maquis de «ban­do­le­ros» lo hacían para neu­tra­li­zar el com­po­nen­te «polí­ti­co» de su lucha: «Tra­ta­ban de enviar­los al terri­to­rio de la cri­mi­na­li­dad cual vul­ga­res ladro­nes. Los maquis roba­ron, sí, pero no para lucrar­se, sino para con­ti­nuar su lucha, ayu­dar a los enla­ces y apo­yar a los presos».
«A nadie se le ocu­rre lla­mar terro­ris­tas a la Resis­ten­cia francesa»
El tex­to sobre Alon­so Vega es un buen ejem­plo del cri­te­rio segui­do por la Real Aca­de­mia de la His­to­ria con los altos man­dos fran­quis­tas. José Mar­tín Bro­cos, pro­fe­sor de la Uni­ver­si­dad San Pablo-CEU, con­vier­te la bio­gra­fía en un enfer­vo­re­ci­do epi­so­dio de Haza­ñas béli­cas de sie­te pági­nas de exten­sión (dos más que la entra­da de Luis Suá­rez sobre Fran­co). Bro­cos trans­for­ma a Vega en una espe­cie de Ram­bo espa­ñol que se enfren­tó a los marro­quíes en la Gue­rra del Rif («Debió actuar sólo con tres ame­tra­lla­do­ras fren­te al durí­si­mo asal­to de la har­ka enemi­ga»), se mos­tró rápi­do de refle­jos tras el «pro­nun­cia­mien­to» del 18 de julio 1936 («Redu­jo, ayu­da­do por un peque­ño gru­po y en un gol­pe de auda­cia, la resis­ten­cia de algu­nos ofi­cia­les») y lo dio abso­lu­ta­men­te todo duran­te la Gue­rra Civil: 1) «Bri­llan­tí­si­ma actua­ción en dicha bata­lla». 2) «El 5 fue gra­ve­men­te heri­do en Celo­rio. El día 28, sin estar res­ta­ble­ci­do, se rein­cor­po­ró al man­do de la Bri­ga­da». 3) Tras una mar­cha espec­ta­cu­lar, ocu­pó Colun­ga y Sales». 4) «Esta­ble­ció con­tac­to con el enemi­go, enfren­tán­do­se en la Sie­rra de Pan­dols, cuya cima ocu­pó el 14 de agos­to, des­pués de durí­si­mos com­ba­tes». 5) «Cru­zó el Llo­bre­gat aguas arri­ba de Mar­to­rell, para entrar fugaz­men­te a Bar­ce­lo­na…». 6) «El 19 de mayo des­fi­ló por el paseo de la Cas­te­lla­na, ante el jefe del Esta­do y gene­ra­lí­si­mo de los ejér­ci­tos, y fue felicitado…».
Vis­to lo vis­to, se podría decir sin temor a equi­vo­car­se que Cami­lo Alon­so Vega ganó la gue­rra él solo. ¿Y de la repre­sión? Ni una sola palabra.
Bro­cos tam­bién escri­be la entra­da sobre el tenien­te gene­ral del Ejér­ci­to fran­quis­ta Asen­sio Caba­ni­llas, don­de dice que su bio­gra­fia­do sopor­tó en una oca­sión «inten­so bom­bar­deo de avia­ción y arti­lle­ría roja». En la rese­ña se defi­ne de un modo pecu­liar el gol­pe del 36: «El 17 de julio con las fuer­zas a sus órde­nes tomó par­te, según reza hoja de ser­vi­cios en el Glo­rio­so Alza­mien­to Mili­tar, Sal­va­dor de la Patria” ».
Pero Mar­tín Bro­cos y Suá­rez no son los úni­cos his­to­ria­do­res dere­chis­tas encar­ga­dos de ala­bar la maqui­na­ria de gue­rra fran­quis­ta en el dic­cio­na­rio. Ángel David Mar­tín Rubio, sacer­do­te, pro­fe­sor de His­to­ria en la Uni­ver­si­dad San Pablo-CEU (2002−2008) y autor de Los mitos de la repre­sión en la Gue­rra Civil, se ha encar­ga­do de la entra­da del tenien­te gene­ral Anto­nio Mar­tín Aranda.
Mar­tín Rubio ase­gu­ra que Aran­da «con­si­guió en poco tiem­po la paci­fi­ca­ción» de Astu­rias tras ser envia­do por el minis­tro de la Gue­rra y el gene­ral Fran­co a des­ar­ti­cu­lar la Revo­lu­ción de 1934. Paci­fi­ca­ción que, como Mar­tín Rubio evi­ta men­cio­nar, se cobró entre 2.000 y 4.000 muer­tos y entre 15.000 y 30.000 dete­ni­dos, según diver­sas estimaciones.
El «alza­mien­to nacio­nal» pilló a Aran­da en Ovie­do, una ciu­dad que «pare­cía des­ti­na­da a con­ver­tir­se en baluar­te del Fren­te Popu­lar» pero en la que la «pre­vi­sión y la auda­cia de Aran­da incli­na­ron defi­ni­ti­va­men­te hacia la suble­va­ción». Pues nada, de segu­ro que este «his­to­ria­dor» en otros paí­ses euro­peos lo hubie­sen meti­do en la cár­cel, pero esto es Espa­ña, don­de los fas­cis­tas y sus crí­me­nes siguen impunes.

CNT Chi­cla­na de la Fron­te­ra (Cádiz)

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