La presencia de la coalición Bildu en las próximas elecciones municipales y forales es algo que ha sido acogido con lógica alegria por todas las personas que en Euskal Herria tenemos una voluntad democrática real, que es tanto como decir por todas aquellas personas que tenemos una voluntad de que todas las personas y todos los proyectos politicos tengamos los mismos derechos de ser y de realizarnos, que es tanto como decir por todas las personas que tenemos una verdadera voluntad de paz…
Esta presencia es sin duda producto de muchos factores y de muchas contradicciones en el bloque de la razón de estado española, pero sin duda ha sido más que nada producto de la existencia de una amplia percepción en la ciudadania vasca y no sólo vasca en muchas de sus multiples expresiones –sindical, politica, cultural, asociativa…- de que las próximas elecciones iban a ser la concreción de un verdadero golpe electoral en Euskal Herria, de unas elecciones absolutamente ajenas a cualquier modelo democrático y tras ellas de un reparto institucional absolutamente ajeno a la propia realidad social y politica vasca y por tanto absolutamente invalidado para solucionar de forma real y duradera los problemas de presente y de futuro de este país, asi como tambien algunos del pasado.
Esa percepción durante las semanas que duró el debate sobre su legalización habia conocido un creciente proceso de interiorización social y más aún, habia apuntado hacia un creciente proceso de denuncia social que incorporaba ya una tambien creciente asistencia a las movilizaciones convocadas, algo que no habia ocurrido con ilegalizaciones anteriores y de lo que los promotores de ese golpe electoral en ciernes han tomado debida nota, haciendoles recular en su intención. Que Bildu pueda estar en las elecciones del próximo domingo no es pues una expresión de una recuperación de calidad de la democracia española, ni siquiera de su predisposición definitiva a situarse en otras claves respecto al conflicto vasco en lo que a su nudo gordiano se refiere, sino un logro de los sectores que durante un ya largo proceso de ilegalizaciones, de excepcionalidad antidemocrática en Euskal Herria, han sufrido y a la par han denunciado esa situación, han reflexionado sobre ella y han diseñado un planteamiento para encarar estas elecciones que ha evidenciado hasta hacerselo realmente incómodo a la razón de estado el carácter antidemocrático de dicha razón y tambien del Estado que la impulsa, y los han llevado a una deslegitimación tan evidente como creciente. Esto, unido al tambien creciente hartazgo de una buena parte de la ciudadania ante la politica oficial de recorte de derechos laborales y sociales, corruptelas, desfalcos, trampas y demas comportamientos es algo que ha hecho al Estado encender varias de sus alarmas preventivas y sin duda ha beneficiado a Bildu.
Sin embargo siendo esto asi y diciendo que el domingo yo tambien meteré en una urna mi voto por Bildu si lo haré sabiendo y diciendo que Bildu no es mi opción real, sabiendo y diciendo que estas elecciones tambien son unas elecciones antidemocráticas porque Bildu no es lo que yo quiero votar ya que no es una opción en la que cualquier ciudadano vasco –yo mismo entre ellos- haya podido elegir a sus candidatos o haya podido ser candidato, sabiendo que muchas de las personas que más credibilidad me ofrecen por su larga trayectoria de lucha y compromiso no han podido estar en esa lista y que algunas de las que van no me ofrecen ninguna confianza precisamente por su trayectoria, sabiendo que este voto es obligado por la supresión de algunos de mis derechos civiles y politicos más básicos al igual que ocurre a decenas de miles de mis conciudadanos, sabiendo que al dia siguiente seguiré teniendo esos derechos igual de amputados y que si quiero recuperarlos habré de seguir luchando por ello, sabiendo en suma que Bildu no es lo que yo quiero votar sino que es –y hay una diferencia sustancial- lo que me dejan votar.
El domingo votaré y lo haré por Bildu pero consciente de lo que és y de lo que no es. Y para que esto no se me olvide ni el domingo ni después ire tarareando una canción del amigo Fermin Balentzia que viene al pelo para la ocasión y que creo que deberiamos aprendernos bien para los tiempos que vienen… Si hombre, esa que dice “por el tapón se ha escapado una gotica pequeña, pero pa´quitar la sed queremos toda la botella”.
Tanta sed acumulada no debiera conformarse con menos…
Marcelo Alvarez