SIRIA: Los enemi­gos del pue­blo sirio

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El pue­blo sirio y su gobierno se encuen­tran hoy ante un dile­ma difí­cil de resol­ver. Es com­ple­jo enten­der el con­flic­to en Siria, en gran medi­da, por­que en el se con­ju­gan múl­ti­ples fac­to­res y enemi­gos (exter­nos e inter­nos) y otros pro­pios de su Esta­do. En oca­sio­nes el peor enemi­go se encuen­tra dentro.

Siria, cuna de la civi­li­za­ción ára­be, ha sido des­de siem­pre el bas­tión más impor­tan­te de la resis­ten­cia ára­be que ha man­te­ni­do en alto las ban­de­ras del pan­ara­bis­mo y del anti­im­pe­ria­lis­mo. Muchos pen­sa­do­res coin­ci­di­mos en la idea de que la caí­da del gobierno sirio repre­sen­ta­ría, sin lugar a dudas, el extra­vío de esas ban­de­ras, la per­di­da del bas­tión más impor­tan­te por el cual hoy se nutre la resis­ten­cia popu­lar del Líbano (el Hiz­ba­llah, el PCL, entre otros) que hace fren­te a Israel y a los Esta­dos Uni­dos. Por otro lado, con Siria des­trui­da, el impe­ria­lis­mo pre­pa­ra­ría mejor el terreno para la gue­rra con­tra Irán.

La ofen­si­va que hoy enfren­ta el gobierno sirio de Bashar Al Asad es qui­zás la más com­pli­ca­da de toda su his­to­ria. En el actual con­flic­to sirio se mez­clan todos los fac­to­res que antes su gobierno enfren­ta­ba por sepa­ra­dos: la agre­sión de Israel-EE.UU.; la dispu­ta del poder con los suni­tas (ellos siem­pre han recla­ma­do el poder por ser mayo­ría en Siria); la cri­sis inter­na­cio­nal del capi­tal que reper­cu­te con mucha fuer­za en la peri­fe­ria del sis­te­ma capi­ta­lis­ta mun­dial con la espe­cu­la­ción en los pre­cios de los ali­men­tos y el des­em­pleo; la intro­mi­sión de los sau­di­tas (los waja­bis­tas apo­yan la divi­sión de Siria con la crea­ción de un Emi­ra­to en la ciu­dad de Daraa); la pre­ten­sión de un sec­tor polí­ti­co de crear en la región de Deir El Zor un Comi­té Nacio­nal de Tran­si­ción ins­pi­ra­do en los mer­ce­na­rios libios y apo­ya­dos por EE.UU., des­de Irak; las cons­pi­ra­ción del exvi­ce­pre­si­den­te sirio, Abdel Halim Kad­dam quien en el pasa­do jugo al derro­ca­mien­to del gobierno sirio; la ven­gan­za de su tio, Refat Al Asad, por ser exclui­do del poder; los mer­ce­na­rios (arma­dos por Israel, EUA, Jor­da­nia y Ara­bia Sau­di­ta). Pero tam­bién exis­te otro fac­tor no menos impor­tan­te, y muy poco ana­li­za­do, que influ­ye sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te en el des­con­ten­to y las movi­li­za­cio­nes del pue­blo sirio. Es la anti­cul­tu­ra del irres­pe­to a la dig­ni­dad huma­na que se mani­fies­ta en los exce­sos come­ti­dos por par­te de las fuer­zas de segu­ri­dad del Esta­do sirio, par­ti­cu­lar­men­te de la infa­me poli­cía secre­ta cono­ci­da como el Mujabarad.

Si bien es cier­to que Siria vive en esta­do de gue­rra con Israel, y que por ello nece­si­ta de un robus­to ser­vi­cio de inte­li­gen­cia (del Muja­ba­rad) para hacer fren­te a las accio­nes terro­ris­tas de esa enti­dad geno­ci­da, en oca­sio­nes, ese ins­tru­men­to de segu­ri­dad ter­mi­na super­po­nién­do­se al res­to de las estruc­tu­ras del Esta­do e inclu­so ter­mi­na some­tien­do al gobierno. Su accio­nar se hace incon­tro­la­ble. En oca­sio­nes los abu­sos de los cuer­pos de segu­ri­dad con­tri­bu­yen como deto­nan­te de la rebel­día de los pueblos.

Hoy el Muja­ba­rad se suma tam­bién a la lis­ta de los enemi­gos más leta­les que hacen fren­te al gobierno sirio. Esa infa­me y no menos estú­pi­da orga­ni­za­ción ha juga­do tam­bién un papel des­es­ta­bi­li­za­dor del gobierno sirio. Si habrá de juz­gar al gobierno sirio por algún error, y sólo por eso, será qui­zás por haber deja­do en sus manos de sus fuer­zas de segu­ri­dad la acción que en muchos casos pudo mane­jar­se a tra­vés de la ges­tión del par­ti­do de gobierno (el Baths) y los par­ti­dos de la coa­li­ción (entre ellos el par­ti­do Comu­nis­ta Sirio que his­tó­ri­ca­men­te ha apo­ya­do al gobierno sirio de for­ma crí­ti­ca, pero sin vaci­la­ción) e impli­can­do tam­bién a los clé­ri­gos más res­pe­ta­dos por las diver­sas comu­ni­da­des que com­po­nen a Siria.

Nos pre­gun­ta­mos ¿Cómo expli­ca­ría el Muja­ba­rad la apa­ri­ción de tan­to arma­men­to en manos de gru­pos mer­ce­na­rios? ¿A qué se ha dedi­ca­do en todo este tiempo?

El gobierno sirio debe evi­tar, como de lugar, que la tor­pe­za de su Muja­ba­rad le abra otros fren­tes inne­ce­sa­rios y muy per­ju­di­cia­les polí­ti­ca­men­te. Para ello debe enfren­tar, limi­tar y cas­ti­gar los exce­sos pro­du­ci­dos por ese órgano en algu­nos luga­res del país, y a la vez, per­sua­dir al pue­blo de que su ver­da­de­ro enemi­go (el impe­ria­lis­mo y el sio­nis­mo inter­na­cio­nal) está apro­ve­chan­do la con­fu­sión y la rabia tam­bién des­ata­da por cul­pa de esos cuer­pos para des­truir al país.

El gobierno sirio debe tener mucho olfa­to polí­ti­co para encon­trar las vías de sali­da a esta terri­ble encru­ci­ja­da. De resul­tar vic­to­rio­so, el gobierno sirio, y su pue­blo con­cien­te de que la ver­da­de­ra lucha resi­de con­tra el impe­ria­lis­mo y el sio­nis­mo, le habrán rega­la­do al mun­do una gran lec­ción de uni­dad y con­cien­cia polí­ti­ca. Para ello, nece­sa­ria­men­te, el pre­si­den­te sirio Bashar Al Asad debe­rá com­pren­der que en algu­nas regio­nes del país pri­ma la acción polí­ti­ca y no la mili­tar, con la movi­li­za­ción de todos los fac­to­res polí­ti­cos que ten­gan influen­cia y lide­raz­go en el pue­blo y, a la vez, ace­le­rar las refor­mas polí­ti­cas y eco­nó­mi­cas que exi­ge el momen­to his­tó­ri­co. Tam­bién Bashar debe­rá com­pren­der que las genui­nas ban­de­ras del socia­lis­mo ára­be deben ser nue­va­men­te des­em­pol­va­das y levan­ta­das con fuer­za. Siria debe ser sal­va­da por sus ver­da­de­ros y más con­cien­tes hijos y por la soli­da­ri­dad internacional.

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