Articu­lo de La Jor­na­da sobre la irre­gu­lar deten­ción del refu­gia­do polí­ti­co Luis Miguel Ipi­ña Doña en México

Luis Miguel Ipi­ña Doña, ciu­da­dano vas­co natu­ra­li­za­do mexi­cano des­de hace más de 26 años, fue dete­ni­do por la Poli­cía Fede­ral Minis­te­rial (cono­ci­da como Agen­cia Fede­ral de Inves­ti­ga­ción), en la colo­nia El Galli­to, muni­ci­pio de Eca­te­pec, esta­do de Méxi­co, por supues­tas decla­ra­cio­nes de un vecino, que lo seña­lan de dis­tri­bui­dor de armas, infor­mó el abo­ga­do Leo­nel Rive­ro Rodríguez.

De acuer­do con la infor­ma­ción reca­ba­da por el liti­gan­te, los agen­tes fede­ra­les arri­ba­ron al domi­ci­lio de Luis Miguel y Piña alre­de­dor de las cin­co de la maña­na del vier­nes, cuan­do saca­ba de su casa el taxi que con­du­ce; cua­tro ele­men­tos le gri­ta­ron que esta­ba dete­ni­do, lo espo­sa­ron y lo subie­ron a una de las dos camio­ne­tas que tenían logo­ti­pos de la AFI, mien­tras que de otros coches sin bali­zar des­cen­dían más ele­men­tos federales.

El abo­ga­do men­cio­nó que tras la cap­tu­ra, los agen­tes pene­tra­ron al domi­ci­lio del dete­ni­do y duran­te más de una hora rea­li­za­ron un cateo del cual tam­po­co mos­tra­ron orden judi­cial, y sus­tra­je­ron una compu­tado­ra y un dis­co duro, los cua­les no fue­ron pues­tos a dis­po­si­ción del Minis­te­rio Públi­co ads­cri­to a la Uni­dad Espe­cia­li­za­da en Inves­ti­ga­ción de Terro­ris­mo, Aco­pio y Trá­fi­co de Armas, depen­dien­te de la Sub­pro­cu­ra­du­ría de Inves­ti­ga­ción Espe­cia­li­za­da en Delin­cuen­cia Orga­ni­za­da (Sie­do).

Eso sí, en los infor­mes poli­cia­cos se men­cio­na que en la casa encon­tra­ron una arma, un AK-47, y algu­nos car­tu­chos den­tro de una bol­sa de plás­ti­co de color negro, pero nin­gu­na de esas cosas fue pues­ta a la vis­ta del dete­ni­do, dijo el abogado.

A las ocho de la maña­na del vier­nes Luis Miguel Ipi­ña Doña que­dó for­mal­men­te dete­ni­do, sin que se le die­ra el dere­cho de lla­mar a su abo­ga­do para ren­dir su decla­ra­ción minis­te­rial (la lla­ma­da pudo hacer­la has­ta las 10 de la noche). Sin embar­go, cuan­do iba a ini­ciar la dili­gen­cia se pre­sen­tó un defen­sor de ofi­cio y le dijo que decla­ra­ra, el Minis­te­rio Públi­co ini­ció la dili­gen­cia y duran­te cua­tro horas lo inte­rro­ga­ron, seña­ló el litigante.

La defen­sa del abo­ga­do no tuvo con­tac­to con su clien­te has­ta ayer (sába­do), alre­de­dor de las seis de la tar­de, toda vez que pri­me­ro pro­me­tie­ron que le deja­rían ver­lo duran­te la noche del vier­nes y lue­go que has­ta las nue­ve de la maña­na del día siguien­te, pero hubo que tra­mi­tar un docu­men­to revo­can­do al defen­sor de oficio.

Tras su visi­ta al dete­ni­do y una pri­me­ra revi­sión del expe­dien­te, el liti­gan­te encon­tró que para la Pro­cu­ra­du­ría Gene­ral de la Repú­bli­ca podría tra­tar­se de un dis­tri­bui­dor de armas ya que supues­ta­men­te un vecino decla­ró a los agen­tes fede­ra­les que tenían a su car­go la inves­ti­ga­ción que Luis Miguel Ipi­ña una vez, borra­cho, dijo que si no le intere­sa­ba com­prar una arma, seña­ló Leo­nel Rivero.

Asi­mis­mo, en el expe­dien­te se seña­la el ori­gen del dete­ni­do y se con­si­de­ra que podría tener víncu­los con la ETA; sin embar­go, él lle­gó a Méxi­co en cali­dad de refu­gia­do, indi­có el liti­gan­te, quien obtu­vo infor­ma­ción en la Sie­do de que el vas­co natu­ra­li­za­do mexi­cano podría ser con­sig­na­do por vio­la­cio­nes a la Ley Fede­ral de Armas de Fue­go y Explosivos.

Al res­pec­to, se soli­ci­tó infor­ma­ción a la Direc­ción de Comu­ni­ca­ción Social de la PGR, pero no hubo res­pues­ta alguna.

Gus­ta­vo Cas­ti­llo Gar­cía, La Jornada

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