El gol­pe de esta­do silen­cio­so de Euro­pa – Leigh Phillips

Es asom­bro­sa la poca cober­tu­ra mediá­ti­ca que ha habi­do en el Rei­no Uni­do sobre unas medi­das abso­lu­ta­men­te revo­lu­cio­na­rias y poli­fa­cé­ti­cas reve­la­das recien­te­men­te por la UE, como res­pues­ta a la cri­sis de la euro­zo­na y que entran den­tro de lo que Bru­se­las lla­ma ‘gober­nan­za económica’.

Sólo se ha habla­do de este tema en un par de artícu­los de la pren­sa sen­sa­cio­na­lis­ta y aun así, su impor­tan­cia ha que­da­do sepul­ta­da bajo la anec­dó­ti­ca pre­ten­sión por par­te de la Unión Euro­pea de armo­ni­zar el tama­ño de los con­do­nes, de prohi­bir las pata­tas fri­tas con sabor a bei­con ahu­ma­do por­que el ahu­ma­do pue­de cau­sar cán­cer y de cam­biar el nom­bre del cho­co­la­te a ‘vege­la­te’.

Según una fuen­te cer­ca­na al Minis­te­rio de Finan­zas ale­mán, el emba­ja­dor del Rei­no Uni­do en la UE, Kim Darroch, le comen­tó que era mejor que el par­ti­do por la inde­pen­den­cia del Rei­no Uni­do (UKIP, por sus siglas en inglés) y la pren­sa se ocu­pa­ran antes de la cur­va­tu­ra de los plá­ta­nos que de las pro­pues­tas de la gober­nan­za eco­nó­mi­ca, y en par­ti­cu­lar de algo lla­ma­do el ‘Semes­tre Euro­peo’. “Si supie­ran lo que está pasan­do…”, afir­mó el ministro.

Es noto­rio que el quid pro quo para los res­ca­tes de Gre­cia e Irlan­da por par­te de la UE y el FMI ha sig­ni­fi­ca­do en los dos paí­ses la ampu­tación de la toma de deci­sio­nes sobre las polí­ti­cas fis­ca­les inter­nas. Esa ampu­tación ha sido rea­li­za­da sin anes­te­sia por un equi­po de ciru­ja­nos de la Comi­sión Euro­pea, entre­na­dos por el Minis­te­rio de Finan­zas ale­mán, uti­li­zan­do sie­rras y for­mo­nes pres­ta­dos por el Depar­ta­men­to de Eco­no­mía de la Uni­ver­si­dad de Chica­go. Por­tu­gal, aun antes de soli­ci­tar el res­ca­te, lle­va­ba tiem­po cum­plien­do el pro­gra­ma de gobierno dic­ta­do por Bru­se­las y Berlín.

Pero todas estas medi­das son supues­ta­men­te de emer­gen­cia y sí han apa­re­ci­do en los medios. Lo que es menos cono­ci­do es cómo la UE ha sus­cri­to, al ampa­ro de Bru­se­las, una cen­tra­li­za­ción simi­lar de la toma de deci­sio­nes sobre los pre­su­pues­tos nacio­na­les en todos los Esta­dos miem­bros a par­tir de 2011.

Aun­que el Rei­no Uni­do toda­vía no se ha ente­ra­do, la Comi­sión Euro­pea es ple­na­men­te cons­cien­te de lo que impli­ca este cam­bio cen­trí­pe­to de poderes.

“Lo que está ocu­rrien­do es la revo­lu­ción silen­cio­sa y gra­dual de una gober­nan­za eco­nó­mi­ca más fuer­te”, dijo el Pre­si­den­te de la Comi­sión José Manuel Durão Barro­so en junio del año pasa­do, des­pués de que el Con­se­jo de la UE apro­ba­ra los con­cep­tos ini­cia­les de la Comi­sión para la gober­nan­za eco­nó­mi­ca. “Los Esta­dos miem­bros han acep­ta­do ‑y espe­ro que lo hayan enten­di­do bien- pode­res muy impor­tan­tes para las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas res­pec­to a la vigi­lan­cia, y un con­trol mucho más estric­to de las finan­zas públicas.”

Pero, en reali­dad, es más un gol­pe de esta­do silen­cio­so que una revo­lu­ción silenciosa.

Con­for­me a la legis­la­ción ya apro­ba­da, la Comi­sión Euro­pea y su coro­la­rio, el Con­se­jo Euro­peo, simi­lar a un sena­do, diri­gen un pro­gra­ma, de un año de dura­ción, de vigi­lan­cia pre­su­pues­ta­ria nacio­nal lla­ma­do el ‘Semes­tre Euro­peo’. La Comi­sión redac­ta pri­me­ro un esbo­zo gene­ral lla­ma­do ‘encues­ta anual de cre­ci­mien­to’ (AGS, por sus siglas en inglés) que son pau­tas rela­ti­vas al tipo de pre­su­pues­to que se espe­ra de los Esta­dos miem­bros para el año siguien­te. En enero se publi­ca­ron ya las pau­tas para el año 2012, sin nin­gu­na apor­ta­ción o con­sul­ta demo­crá­ti­ca por par­te de los Esta­dos miembros.

Jac­ques Delors, el ante­rior Pre­si­den­te de la Comi­sión y nada sos­pe­cho­so de ser crí­ti­co con el neo­li­be­ra­lis­mo, defi­nió la AGS como “el docu­men­to más reac­cio­na­rio que haya pre­sen­ta­do jamás la Comisión”.

A pesar de la aus­te­ri­dad seve­ra impues­ta en cada Esta­do miem­bro de la UE des­de 2007, el docu­men­to dio a enten­der que, a pesar de los miles de millo­nes de euros, libras, coro­nas y zloty eli­mi­na­dos de los pre­su­pues­tos, tan­ta mise­ria aún no es suficiente.

La AGS exi­ge aún más refor­mas en temas de bien­es­tar, lo que inclu­ye bene­fi­cios con­di­cio­na­dos a otros fac­to­res y el retra­so en la edad de la jubi­la­ción ‘pre­ma­tu­ra’. Los mer­ca­dos labo­ra­les tam­bién deben fle­xi­bi­li­zar­se y se debe man­te­ner una ‘mode­ra­ción sala­rial estric­ta y sostenida’.

El Par­la­men­to Euro­peo, la úni­ca ins­ti­tu­ción de la UE ele­gi­da direc­ta­men­te, pue­de dar su opi­nión sobre el estu­dio pero la cáma­ra no pue­de modi­fi­car­lo. El estu­dio reci­bi­rá pos­te­rior­men­te luz ver­de, con las enmien­das inclui­das por el Con­se­jo, a fina­les de marzo.

Es en ese momen­to cuan­do los Esta­dos miem­bros deben pre­sen­tar sus pla­nes pre­su­pues­ta­rios para apro­ba­ción por par­te de la Comi­sión y el Con­se­jo, antes de que los pre­sen­ten ni siquie­ra a sus pro­pias cáma­ras legis­la­ti­vas. El Rei­no Uni­do ha con­se­gui­do arran­car una cláu­su­la que le per­mi­te pre­sen­tar el pre­su­pues­to pri­me­ro a su Par­la­men­to, pero sigue obli­ga­do a pre­sen­tar en Bru­se­las el borra­dor con ante­la­ción, lo que pro­du­ce el mis­mo efecto.

Enton­ces, si los pla­nes pre­su­pues­ta­rios no son apro­ba­dos al pasar revis­ta, la Comi­sión emi­te unas ‘reco­men­da­cio­nes’ deta­lla­das, espe­cí­fi­cas para cada país sobre nive­les sala­ria­les y gas­tos sociales.

Si un país no aca­ta estas reco­men­da­cio­nes, la UE toma­rá medi­das puni­ti­vas. Aun­que la Comi­sión y el Con­se­jo euro­peos no pue­den blo­quear el pre­su­pues­to nacio­nal pro­pues­to por un gobierno, sí pue­den dar la aler­ta, san­cio­nar y, en los paí­ses de la euro­zo­na, pue­den impo­ner mul­tas por valor de 0,2% del PNB de un país. La fal­ta de cum­pli­mien­to con las deman­das del Semes­tre Euro­peo duran­te tres años con­se­cu­ti­vos pue­de aca­rrear mul­tas de has­ta 0,5% del PNB.

Tenien­do en cuen­ta las cifras de 2009, para un país del tama­ño de Espa­ña, la mul­ta sería de 5,25 mil millo­nes de euros.

El Rei­no Uni­do, fue­ra de la euro­zo­na, no sería san­cio­na­do; sin embar­go, es obje­to de pre­sión por par­te de los otros Esta­dos miem­bros. Reci­bir pre­sio­nes pue­de no pare­cer gran cosa, pero hay que recor­dar que fue­ron pre­ci­sa­men­te las pre­sio­nes y no las mul­tas lo que for­zó a Irlan­da a acep­tar el res­ca­te de la UE y el FMI que Dublín no qui­so soli­ci­tar. Inclu­so sin san­cio­nes, exis­te la posi­bi­li­dad de que se reti­ren los fon­dos estruc­tu­ra­les de la UE, lo que equi­va­le a una san­ción por­que se dis­mi­nu­yen los ingre­sos. Tam­bién exis­te la idea, aun­que por el momen­to no está enci­ma de la mesa, de negar el voto en el Con­se­jo al país en cues­tión. Es decir, se le obli­ga­ría a imple­men­tar las leyes de la UE, pero no ten­dría dere­cho a inter­ve­nir en la apro­ba­ción de las mismas.

Se están dis­cu­tien­do otras pro­pues­tas, ade­más del Semes­tre Euro­peo, que fija­rían pau­tas simi­la­res del com­por­ta­mien­to espe­ra­do por par­te de los Esta­dos miem­bros y así impe­dir ‘des­equi­li­brios macro­eco­nó­mi­cos’ a lar­go pla­zo. Se pro­du­ce en este sen­ti­do un sola­pa­mien­to con el Semes­tre Euro­peo, pero don­de éste se refie­re a un úni­co pre­su­pues­to anual, las pro­pues­tas para impe­dir des­equi­li­brios entre Esta­dos miem­bros no están aco­ta­das en el tiempo.

Estas pro­pues­tas pue­den refe­rir­se a pro­ble­mas como el défi­cit comer­cial, la fal­ta de com­pe­ti­ti­vi­dad en los pre­cios, los nive­les de deu­da públi­ca y pri­va­da, las bur­bu­jas inmo­bi­lia­rias, la ‘adju­di­ca­ción inde­bi­da de recur­sos’ y ‘los nive­les insos­te­ni­bles de con­su­mo’, pero, en teo­ría, las pro­pues­tas podrían cubrir cual­quier cosa.

Esto se debe a que, en la Merien­da de Locos de los fun­da­men­ta­lis­tas del mer­ca­do, toda­vía fal­ta esta­ble­cer los indi­ca­do­res cuan­ti­fi­ca­bles y defi­ni­dos que fijen qué polí­ti­ca pro­du­ce y en qué pun­to se pro­du­ce un des­equi­li­brio macro­eco­nó­mi­co en un país, ya que, como la Comi­sión sos­tie­ne que la impor­tan­cia de los dis­tin­tos des­equi­li­brios varía en el tiem­po, los indi­ca­do­res sólo serán defi­ni­dos ad hoc des­pués de que la Comi­sión des­cu­bra que un miem­bro es cul­pa­ble de haber come­ti­do este delito.

Para ser cla­ros, pri­me­ro se le decla­ra­rá cul­pa­ble a un esta­do de des­equi­li­brios macro­eco­nó­mi­cos para lue­go defi­nir qué sig­ni­fi­can estos.

La Comi­sión ini­cia enton­ces un ’pro­ce­di­mien­to de des­equi­li­brio exce­si­vo’, lo que sig­ni­fi­ca tomar medi­das puni­ti­vas igual que en el Semes­tre Euro­peo, con mul­tas y san­cio­nes de índo­le parecido.

El pro­yec­to euro­peo de ‘gober­nan­za eco­nó­mi­ca’ es tam­bién impo­si­ble de ras­trear o modi­fi­car por par­te de ciu­da­da­nos, perio­dis­tas o socie­dad civil. Todo el pro­ce­so es eje­cu­ta­do por exper­tos y abo­ga­dos a puer­ta cerra­da en la Comi­sión o el Con­se­jo. Sus nom­bres no son públi­cos y a los perio­dis­tas no se les per­mi­te hacer pre­gun­tas a los tec­nó­cra­tas que toman deci­sio­nes que afec­tan tan dra­má­ti­ca­men­te a cien­tos de millo­nes de personas.

Jyr­ki Katai­nen, el Minis­tro de Finan­zas de Fin­lan­dia, expli­có en enero por qué era nece­sa­ria una medi­da tan radi­cal: el nue­vo sis­te­ma de gober­nan­za eco­nó­mi­ca tra­ta de hacer fren­te a los pode­ro­sos com­pe­ti­do­res orien­ta­les y del otro lado del Atlán­ti­co: “Si con­se­gui­mos coor­di­nar nues­tros esfuer­zos con este pro­ce­so, la UE será más fuer­te y más fle­xi­ble ante posi­bles pre­sio­nes pro­ce­den­tes de los mer­ca­dos mundiales”.

El pro­yec­to cons­ti­tu­ye un inten­to de con­se­guir nada menos que una defla­ción masi­va a tra­vés de la UE – median­te mer­ca­dos labo­ra­les más fle­xi­bles, sala­rios y pen­sio­nes más bajos, la comer­cia­li­za­ción de los ser­vi­cios públi­cos cuan­do no su pri­va­ti­za­ción, y una re-con­fi­gu­ra­ción de la edu­ca­ción y la inves­ti­ga­ción para que estén al ser­vi­cio de las nece­si­da­des del mer­ca­do, en un inten­to de devol­ver la com­pe­ti­ti­vi­dad a la UE ante los Esta­dos Uni­dos, sin esta­do de bien­es­tar, y la Chi­na pla­ga­da de talle­res don­de se explo­ta y se esclaviza.

Nota de la Traductora: 

La ver­sión del artícu­lo tra­du­ci­da es la que apa­re­ció en la edi­ción en papel de Red Pep­per. En la fuen­te se reco­ge una ver­sión más larga.

Leigh Phi­llips es perio­dis­ta en Bru­se­las y corres­pon­sal para Euro­pa de Red Pepper.

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