De armas inte­li­gen­tes y seres desalmados

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El arse­nal de los seño­res de la gue­rra cre­ce por día, mien­tras la publi­ci­dad acer­ca de los pro­gre­sos cien­tí­fi­cos refle­ja­dos en las nue­vas armas borra las fron­te­ras entre la fic­ción y la realidad.

La supues­ta inte­li­gen­cia de bom­bas, fusi­les de lar­go alcan­ce y arti­lu­gios nano-tec­no­ló­gi­cos, es pre­pon­de­ra­da sin reca­to por seres des­al­ma­dos, liga­dos de diver­sas mane­ras a la indus­tria de la muer­te y a los millo­na­rios bene­fi­cios que gene­ra cada año con su andar ince­san­te por el planeta.

Estos alien­tan el per­fec­cio­na­mien­to cons­tan­te de los arte­fac­tos mor­tí­fe­ros, a par­tir de los logros de la bio­in­ge­nie­ría, la gené­ti­ca, la robó­ti­ca, de las tec­no­lo­gías de la infor­ma­ción y la comu­ni­ca­ción, y otras cien­cias, con un úni­co afán: impul­sar la acu­mu­la­ción sos­te­ni­da de capitales.

Los éxi­tos eco­nó­mi­cos de los con­sor­cios esta­dou­ni­den­ses Boeing, North­rop ‑Grum­man, Lockheed Mar­tin, Gene­ral Dyna­mics, L‑3 Com­mu­ni­ca­tions y Raytheon, expli­can por qué este país lide­ra las lis­tas de pro­duc­to­res de arma­men­tos y de pro­mo­to­res de la guerra.

Pero en honor a la ver­dad, tam­bién ocu­pan luga­res des­ta­ca­dos indus­trias como BAE Sys­tems, del Rei­no Uni­do; Fin­mec­ca­ni­ca, de Ita­lia; Tha­les, de Fran­cia, y la trans­na­cio­nal euro­pea EADS, según el Ins­ti­tu­to de Inves­ti­ga­cio­nes para la Paz, en Esto­col­mo, Suecia.

La trans­na­cio­na­li­za­ción del cri­men y de la desidia huma­na cons­pi­ran a favor de estos empo­rios, pese a los lla­ma­dos a reorien­tar los recur­sos para mul­ti­pli­car el arse­nal de gue­rra hacia la solu­ción de pro­ble­má­ti­cas socia­les glo­ba­les como la pobre­za o la desnutrición.

Los anun­cios sobre las nue­vas maqui­na­rias, en la red de redes y en espa­cios paga­dos en noti­cia­rios y publi­ca­cio­nes de todo el mun­do, prue­ban la com­pli­ci­dad del poder mediá­ti­co con los vin­cu­la­dos a este sector.

Pare­cie­ra que muchos obser­van de mane­ra pasi­va lo que acon­te­ce, al cons­ta­tar la mul­ti­pli­ci­dad de men­sa­jes que cada día pro­cu­ran sumar pal­ma­das fren­te a dise­ños que ape­lan a lo «más inte­li­gen­te» en tec­no­lo­gía digi­tal para cum­plir un úni­co obje­ti­vo: matar o dominar.

-CONTRASENTIDOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Hecho demos­tra­do es que las per­so­nas son las úni­cas dota­das de cere­bro y por ende, de la capa­ci­dad de pen­sar y razo­nar, a pesar de lo cual la publi­ci­dad al ser­vi­cio de quie­nes con­du­cen esta indus­tria insis­te en la pre­sun­ta facul­tad de cier­tas armas para actuar cual humanos.

Al cie­rre de 2010, pági­nas de cla­si­fi­ca­dos y anun­cios aplau­die­ron cuál noti­cia feliz de fin de año la lle­ga­da al mer­ca­do del rifle futu­ris­ta XM25 y has­ta su empleo en Afga­nis­tán por el ejér­ci­to de Esta­dos Unidos.

Según el tenien­te coro­nel al fren­te del pro­yec­to, Chris­topher Leh­ner, el arma «trae­rá un cam­bio en las reglas del jue­go, que otras nacio­nes inten­ta­rán copiar rápidamente».

El cos­to de un fusil de este tipo es de 25 mil a 30 mil dóla­res, en tan­to el de cada pro­yec­til ron­da los 30 dóla­res, lo que lo con­vier­te en un arte­fac­to mor­tí­fe­ro de lujo sólo ase­qui­ble a ejér­ci­tos de paí­ses aven­ta­ja­dos eco­nó­mi­ca­men­te, como Esta­dos Unidos.

El XM25 per­mi­te alcan­zar al blan­co en un tra­mo pro­me­dio de casi 700 metros, sin impor­tar dón­de esté escon­di­do el enemi­go, algo fue­ra del alcan­ce de los fusi­les con­ven­cio­na­les, y posee balas que pue­den ser pro­gra­ma­das para explo­tar al ter­mi­nar el reco­rri­do de una dis­tan­cia determinada.

Por pun­to de mira, este rifle cuen­ta con un telé­me­tro láser para deli­mi­tar el tre­cho exac­to a la obs­truc­ción, des­pués de lo cual el sol­da­do pue­de sumar o res­tar has­ta tres metros para per­mi­tir que los pro­yec­ti­les esqui­ven los obs­tácu­los y explo­ten por enci­ma o al lado del objetivo.

Como diría mi vecino: «lo últi­mo, de lo últi­mo en tec­no­lo­gía»: las balas del XM25 son guia­das por láser, a tra­vés de radios, y orien­ta­das por chips para ganar el mayor gra­do de pre­ci­sión con­tra los fran­co­ti­ra­do­res escon­di­dos en trin­che­ras, detrás de pare­des o en el inte­rior de los edificios.

Aun­que son muy pro­ba­bles los lla­ma­dos daños cola­te­ra­les ‑entién­da­se, muer­tes no pre­vis­tas (¿o sí?) de civiles‑, algu­nos sugie­ren usar esta arma para los lan­za­do­res de gra­na­da, don­de pue­den ser­vir para el mis­mo pro­pó­si­to, pero de for­ma menos precisa.

Otro pro­ble­ma con las balas «inte­li­gen­tes» es que, una vez dis­pa­ra­das, el por­ta­dor del rifle que­da sin con­trol sobre ellas, con­tra­rio a lo que ocu­rre con los pro­yec­ti­les tra­di­cio­na­les, tro­zos de metal con la for­ma, tama­ño y peso ade­cua­dos para volar direc­to de la boca o cañón a su blanco.

Si los comu­nes hacen el res­to del tra­ba­jo al alcan­zar su des­tino, esta nue­va gene­ra­ción de fusi­les uti­li­za balas que, al efec­to pro­du­ci­do duran­te el impac­to, suman una peque­ña explo­sión ori­gi­na­da en ellas.

Pero la his­to­ria no aca­ba allí, auto­ri­da­des mili­ta­res esta­dou­ni­den­ses ase­gu­ran que pron­to habrán balas pre-pro­gra­ma­das para dife­ren­tes fines: explo­tar, atur­dir o ser uti­li­za­das duran­te los entrenamientos.

De momen­to, lo últi­mo en armas atur­di­do­ras es el X12, capaz de para­li­zar a una per­so­na a más de 25 metros, por lo que algu­nos publi­cis­tas lo pre­sen­tan como «lo más pare­ci­do al rayo con­ge­la­dor de los comics».

Dicen sus pro­mo­to­res que lo mejor de este apa­ra­to es que la pará­li­sis gene­ra­da, en teo­ría, no due­le y no mata, así que cons­ti­tu­ye «una bue­na arma» para jus­ti­cie­ros modernos.

No obs­tan­te las nove­da­des, los pio­ne­ros fun­da­do­res de esta fami­lia de armas viven toda­vía orgu­llo­sos de sus «smart bombs» o bom­bas «inte­li­gen­tes», reco­no­ci­das por su alto gra­do de pre­ci­sión y efec­ti­vi­dad letal.

Estas fue­ron crea­das en los últi­mos dece­nios del siglo pasa­do por la indus­tria mili­tar esta­dou­ni­den­se y son uti­li­za­das en ope­ra­cio­nes muy espe­cia­les por su alto cos­to, pero ade­más por su poder destructor.

Están dota­das de la capa­ci­dad de diri­gir­se hacia el blan­co u obje­ti­vo, aumen­tan­do con­si­de­ra­ble­men­te su exac­ti­tud para alcan­zar los pun­tos con­ce­bi­dos, median­te dis­po­si­ti­vos elec­tro- ópti­cos, infra­rro­jos, láser o guía iner­cial y Sis­te­ma de Posi­cio­na­mien­to Sate­li­tal (GPS).

Tales bom­bas y misi­les, cuyo cos­to pue­de ascen­der a 4,5 millo­nes de dóla­res, tie­nen guía tele­vi­si­va o por infra­rro­jo para que des­de un avión el pilo­to selec­cio­ne a qué pun­to lan­zar­las y pro­gra­me su sis­te­ma para dar en la diana.

Tras el lan­za­mien­to, el pro­yec­til se diri­ge de for­ma auto­má­ti­ca hacia su obje­ti­vo, al tiem­po que el pilo­to pue­de seguir su reco­rri­do antes inclu­so del impacto.

El show mediá­ti­co pro­mo­cio­nal alre­de­dor de esta maqui­na­ria ape­ló a todos los recur­sos posi­bles para con­fun­dir a la opi­nión públi­ca y hacer­le creer que la pre­ci­sión alcan­za­da exclu­ye la posi­bi­li­dad de erro­res que pudie­ran redun­dar en la muer­te de ino­cen­tes en medio de las guerras.

Pero, como recuer­dan enten­di­dos en la mate­ria, tan­to la exac­ti­tud como la con­tun­den­cia de las deno­mi­na­das bom­bas inte­li­gen­tes depen­de en par­ti­cu­lar de la aero­na­ve uti­li­za­da para lan­zar­la y de la peri­cia del pilo­to encar­ga­do de hacerlo.

La bom­ba nece­si­ta que el obje­ti­vo esté desig­na­do, es decir, ilu­mi­na­do por el láser que la guía has­ta el momen­to de impac­tar, y de no ser así pue­de per­der­se en el camino.

Nie­bla, nubes, humo, o gran­des tor­men­tas pue­den inter­fe­rir igual con el rayo del láser, dejan­do el pro­yec­til a cie­gas y, por ende, capaz de ani­qui­lar cual­quier ser vivo no pre­vis­to por sus disparadores.

Cues­tión de sen­ti­do común: todas las armas tie­nen sus pará­me­tros de con­fia­bi­li­dad, pero pue­den fallar en la bús­que­da de su objetivo.

En ello radi­ca la ame­na­za esen­cial repre­sen­ta­da en estos dis­po­si­ti­vos dota­dos de inte­li­gen­cia arti­fi­cial, que por lo gene­ral son mani­pu­la­dos por igno­ran­tes con­ven­ci­dos de una pre­sun­ta supe­rio­ri­dad de los de su ban­do en rela­ción con los de otro.

Esa con­vic­ción tam­bién mue­ve el accio­nar de los agen­tes per­ver­sos con ros­tros de ove­jas que obran detrás de ellos y que, ante el cla­mor gene­ral con­tra el desar­me, cla­man por un ter­gi­ver­sa­do dere­cho a la liber­tad de ele­gir y deci­dir des­de púl­pi­tos esta­ta­les, finan­cie­ros, mediá­ti­cos o empresariales.

* La auto­ra es perio­dis­ta de la redac­ción de Temas Glo­ba­les, de Pren­sa Latina.

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