Aná­li­sis de la situa­ción en Fukushi­ma y del peli­gro para pobla­ción japonesa

reactor fukushimaEl acci­den­te nuclear oca­sio­na­do en Fukushi­ma por el sis­mo y el tsu­na­mi que el 11 de mar­zo devas­ta­ron al nores­te de Japón plan­tea nume­ro­sas pre­gun­tas sobre los peli­gros que corre la pobla­ción y los ries­gos futu­ros que genera.

Estas son las opi­nio­nes de tres exper­tos fran­ce­ses: Jac­ques Repus­sart, direc­tor gene­ral del Ins­ti­tu­to de Radio­pro­tec­ción y Segu­ri­dad Nuclear (IRSN), Phi­lip­pe Jamet, comi­sa­rio de la Auto­ri­dad de Segu­ri­dad Nuclear (ASN) y Ber­nard Bigot, admi­nis­tra­dor gene­ral del Comi­sa­ria­do de Ener­gía Ató­mi­ca (CEA).

PREGUNTA: ¿Cuál es la situa­ción en la cen­tral nuclear de Fukushi­ma? ¿La fusión del com­bus­ti­ble fue dete­ni­da a tiempo?

RESPUESTA: Jac­ques Repus­sart: el esta­do de ese empla­za­mien­to segui­rá sien­do pro­ble­má­ti­co duran­te lar­go tiem­po, pero no se espe­ran más fenó­me­nos muy vio­len­tos en los pró­xi­mos días. Por lo tan­to, hay una situa­ción que está en vías de ser resuel­ta. (…) apa­ren­te­men­te, la fusión del com­bus­ti­ble fue dete­ni­da por el riego.

Es urgen­te eva­cuar el agua que fue con­ta­mi­na­da des­pués de estas ope­ra­cio­nes, pues gene­ra una radiac­ti­vi­dad ambien­te que impi­de tra­ba­jar en esta ins­ta­la­ción. Hay que bom­bear­la, tra­tar­la o en el peor de los casos, echar­la al mar para que se diluya.

Tam­bién hay que con­ti­nuar regan­do, pues si las pis­ci­nas que con­tie­nen com­bus­ti­ble gas­ta­do se vacia­sen, se regis­tra­rían incen­dios y ema­na­cio­nes muy importantes.

Ber­nard Bigot: se entra­rá en la eta­pa de con­trol de las ins­ta­la­cio­nes cuan­do se hayan pues­to en ser­vi­cio los sis­te­mas habi­tua­les de enfria­mien­to, la prio­ri­dad actual del ope­ra­dor Tok­yo Elec­tric Power (TEPCO).

P: La Agen­cia Inter­na­cio­nal de Ener­gía Ató­mi­ca reco­mien­da al gobierno japo­nés que amplíe la zona de eva­cua­ción más allá de un radio de 20 km alre­de­dor de la cen­tral. ¿Qué pien­san ustedes?

R: Jac­ques Repus­sard: hay dese­chos radiac­ti­vos en for­ma de aero­sol más allá de la zona eva­cua­da, sobre todo por­que llo­vió. Esos depó­si­tos plan­tean un ries­go para los alimentos.

Pero se pue­de tener una con­ta­mi­na­ción sig­ni­fi­ca­ti­va en una par­te del terri­to­rio sin que eso obli­gue a des­pla­zar a las pobla­cio­nes, una ope­ra­ción que tie­ne impac­tos huma­nos, sen­ti­men­ta­les y finan­cie­ros. No hay que igno­rar esta con­ta­mi­na­ción, sino tomar­la en cuen­ta sobre todo en lo que res­pec­ta a la cade­na ali­men­ta­ria. En lugar de ale­jar a la gen­te, se pue­de ale­jar la ali­men­ta­ción con­ta­mi­na­da para redu­cir las dosis absorbidas.

Phi­lip­pe Jamet: sin embar­go, los veci­nos no regre­sa­rán a sus casas a 2 km de la cen­tral, y tam­bién habrá res­tric­cio­nes ali­men­ta­rias a lar­go plazo.

P: ¿Qué suce­de con la con­ta­mi­na­ción del agua marina?

R: Jac­ques Repus­sart: Para pro­te­ger a las pobla­cio­nes, es mejor que las radia­cio­nes vayan al Océano Pací­fi­co que al aire que está sobre Japón. La radiac­ti­vi­dad que par­te al agua mari­na no se esca­pa hacia la atmós­fe­ra. Se dilui­rá, se encon­tra­rán ras­tros a miles de kiló­me­tros, pero sin gran­des consecuencias.

P: ¿Cuá­les son las lec­cio­nes de alcan­ce inter­na­cio­nal que se pue­den sacar de la catás­tro­fe actual?

R: Phi­lip­pe Jamet: Se reque­ri­rán varios años para com­pren­der y saber cómo evi­tar que se repro­duz­ca un acci­den­te de esta gravedad.

Ber­nard Bigot: uno de los temo­res está vin­cu­la­do a que la ins­ta­la­ción se ha vuel­to muy frá­gil debi­do al sis­mo y al tsu­na­mi. Por lo tan­to, es más vulnerable.

(Con infor­ma­ción de AFP)

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