Argen­ti­na: Otro tes­ti­go des­apa­re­ci­do – Pági­na 12

Víc­tor Mar­tí­nez, tes­ti­go en la cau­sa en la que se inves­ti­ga la muer­te del obis­po Car­los Hora­cio Pon­ce de León, ase­si­na­do duran­te la dic­ta­du­ra en un acci­den­te simu­la­do, se encuen­tra des­apa­re­ci­do des­de el lunes. Así lo denun­cia­ron sus fami­lia­res, que pre­sen­ta­ron un hábeas corpus.

En el pedi­do de inter­ven­ción a la Jus­ti­cia advir­tie­ron que Mar­tí­nez había teni­do años atrás ame­na­zas de muer­te. A las dos de la tar­de del lunes salió de su casa, en la ciu­dad de Bue­nos Aires, para ir a una escri­ba­nía ubi­ca­da en el micro­cen­tro, a la que nun­ca llegó.

«Tenía des­pués un turno con su tera­peu­ta a las 17.30 y tam­po­co fue. Esta­mos preo­cu­pa­dos», rela­tó ano­che la abo­ga­da Gabrie­la Sco­pel. Ves­tía cami­sa blan­ca, pan­ta­lón y zapa­tos negros y un puló­ver oscu­ro. La letra­da agre­gó que en los hos­pi­ta­les de la ciu­dad, tan­to como en el SAME y en la Poli­cía Fede­ral dije­ron no tener ras­tros de él.

Mar­tí­nez era el úni­co acom­pa­ñan­te de Pon­ce de León cuan­do el 11 de julio de 1977 el obis­po sufrió el acci­den­te que le cau­só la muer­te. Tenía enton­ces 19 años ‑hoy tie­ne 52- y esta­ba hacien­do el ser­vi­cio mili­tar en la Pre­fec­tu­ra Naval, don­de estu­vo secues­tra­do des­pués del accidente.

Como obis­po de la dió­ce­sis de San Nico­lás, Pon­ce de León había acom­pa­ña­do a los tra­ba­ja­do­res de Villa Cons­ti­tu­ción per­se­gui­dos por el terro­ris­mo de Esta­do e inter­ce­dió por varios des­apa­re­ci­dos. Su muer­te con­mo­cio­nó a la zona por su simi­li­tud con la del obis­po de La Rio­ja, Enri­que Ange­le­lli, que había ocu­rri­do un año antes.

La inves­ti­ga­ción del ase­si­na­to fue reabier­ta lue­go de la anu­la­ción de las leyes de impu­ni­dad, pero se topó con con­ti­nuos obs­tácu­los en su avan­ce. El prin­ci­pal inves­ti­ga­do es el ex tenien­te coro­nel Manuel Fer­nan­do Saint Amant, jefe de la repre­sión en la zona, hoy pro­ce­sa­do (pero en liber­tad) en nume­ro­sas cau­sas de des­apa­ri­ción de personas.

En el año 2008, el fis­cal fede­ral Juan Patri­cio Murray tuvo un fuer­te cru­ce con el juez de la cau­sa, Car­los Villa­fuer­te Ruzo, cuan­do tras ente­rar­se de que el cadá­ver del obis­po había sido saca­do de su tum­ba en la Cate­dral, pidió un aná­li­sis de ADN para cer­ti­fi­car que el cuer­po den­tro del ataúd no hubie­ra sido suplan­ta­do, pero se topó con una orden del juez sus­pen­dien­do la exhumación.

Mar­tí­nez decla­ró en el expe­dien­te y fue acu­sa­do por fal­so tes­ti­mo­nio y pro­ce­sa­do. Por esto, ini­ció una que­re­lla con­tra Villa­fuer­te Ruzo. «A fines de diciem­bre pre­sen­ta­mos una deman­da por per­se­cu­ción reli­gio­sa con­tra el juez, en enero hici­mos una pre­sen­ta­ción de jui­cio polí­ti­co en el Con­se­jo de la Magis­tra­tu­ra y el 24 de mar­zo, en el acto en la Pla­za de Mayo, hubo un gru­po que col­gó una ban­de­ra con la con­sig­na ‘jui­cio polí­ti­co al juez Villa­fuer­te Ruzo” », rese­ñó la abo­ga­da Scopel.

El hábeas cor­pus fue pre­sen­ta­do «en aten­ción a las cau­sas pena­les que lo tie­nen como víc­ti­ma, tes­ti­go, denun­cian­te y que­re­llan­te», que son «emi­nen­te­men­te pro­ce­sos en los que se inves­ti­gan vio­la­cio­nes a los dere­chos humanos».

El tes­ti­go esta­ba reci­bien­do aten­ción psi­co­ló­gi­ca por estrés post trau­má­ti­co, des­pués de la reaper­tu­ra de las cau­sas de San Nico­lás. Sus fami­lia­res con­ta­ron que sufre de alta pre­sión, pero con­tro­la­da con medi­ca­men­tos, y que tam­bién sue­le usar bas­tón por pro­ble­mas en su columna.

Por las ame­na­zas de muer­te que reci­bió fue abier­ta una inves­ti­ga­ción en el juz­ga­do fede­ral de Nor­ber­to Oyar­bi­de, aun­que el expe­dien­te fue cerra­do el año pasa­do por fal­ta de pruebas.

Pági­na 12

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