A pri­me­ra vis­ta OTAN = Al Qae­da – Juan Barreto

El com­por­ta­mien­to buca­ne­ro del impe­rio, al con­fis­car a los libios más de 200 mil millo­nes de dóla­res en reser­vas no acer­ca la “deci­sión final”. Hay una papa calien­te en las manos de la OTAN. Cito del aná­li­sis del escri­tor argen­tino Juan Gel­man algu­nas con­si­de­ra­cio­nes para dibu­jar­les el panorama.

La opo­si­ción libia pier­de terreno y pide más bom­bar­deos, dejan­do en evi­den­cia su inca­pa­ci­dad. En la OTAN no están libres de preo­cu­pa­cio­nes: han des­cu­bier­to que en las filas rebel­des está Al Qae­da, como lo denun­cia­ra Gad­da­fi. Así lo admi­tió el almi­ran­te J. Sta­vri­dis, jefe de ope­ra­cio­nes en Libia. Pero sub­ra­yó que “la con­duc­ción está inte­gra­da por gen­te res­pon­sa­ble”, refi­rién­do­se a los deser­to­res del régi­men, tan res­pon­sa­bles de lo que allí pasa como el pro­pio mandatario.

Por ejem­plo, el pri­mer minis­tro del Con­se­jo Libio de Tran­si­ción, Mah­moud Jibril, ex mano dere­cha de Gad­da­fi y ex direc­tor de la Jun­ta Nacio­nal de Desa­rro­llo des­de 2007, que impul­só la inver­sión extran­je­ra (capi­ta­les esta­dou­ni­den­ses y bri­tá­ni­cos) y las pri­va­ti­za­cio­nes, quien pare­ce que hace ape­nas unas sema­nas des­cu­brió que Gad­da­fi es un tirano. Ali Tah­rou­mi, minis­tro del gobierno pro­vi­sio­nal en asun­tos petro­le­ros, ingre­só a Libia hace un mes, tras 35 años de exi­lio en EEUU; un des­co­no­ci­do en Libia. Gali­fa Hif­ter, ex coro­nel del ejér­ci­to y agen­te de la CIA, auto desig­na­do por los medios jefe mili­tar rebel­de, vivió en EEUU 20 años; enca­be­za el Ejér­ci­to Libio Nacio­nal, gru­po opo­si­tor de ultra­de­re­cha, con asien­to en Vir­gi­nia. Son las 3 pie­zas “con­fia­bles”, den­tro de un mosai­co que no tie­ne nada que ver con los libios que salie­ron a la calle a media­dos de febre­ro, pro­duc­to de los con­flic­tos intes­ti­nos entre cla­nes, ati­za­dos por las potencias.

El Depar­ta­men­to de Esta­do envió a Bengha­zi, a Chris Ste­vens, ex miem­bro de la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se en Trí­po­li, a fin de “hacer­se una mejor idea, com­ple­tar la ima­gen y lle­nar las lagu­nas de lo que sobre ellos (los rebel­des) sabe­mos”. De allí un infor­me de la CIA: “Hay mucha influen­cia ira­ní, tie­nen la ini­cia­ti­va mili­tar los islá­mi­cos radi­ca­les, pero el sec­tor que diri­ge públi­ca­men­te la insu­rrec­ción es la Con­fe­ren­cia Nacio­nal de la Opo­si­ción Libia”. Una mili­cia arma­da aus­pi­cia­da por EEUU, entre­na­da en Túnez y Egip­to, inte­gra­da por mer­ce­na­rios de todo el mun­do ára­be, expa­tria­dos y tri­bus opues­tas a Gaddafi.

Otro gru­po que preo­cu­pa a los alia­dos es: Com­ba­tien­tes Libio-Islá­mi­cos, fun­da­do en 1995 por mujai­di­nes que lucha­ron con­tra la ex URSS en Afga­nis­tán, se dedi­can des­de enton­ces a derro­car a Gad­da­fi, “algu­nos uni­dos a Al Qae­da, para lan­zar la Jihad con­tra los intere­ses libios y occi­den­ta­les en todo el mun­do”. En febre­ro de 2004, el direc­tor de la CIA, G. Tenet, tes­ti­fi­có en el Sena­do y seña­ló que “una de las ame­na­zas más inme­dia­tas pro­vie­ne de gru­pos extre­mis­tas suni­tas vin­cu­la­dos a Osa­ma (Bin Laden), que com­ba­ten a Gad­da­fi por­que lo con­si­de­ran un após­ta­ta que ha blas­fe­ma­do con­tra el Señor Todo­po­de­ro­so”. Su acción más noto­ria fue el san­grien­to inten­to de ase­si­na­to con­tra Al Gad­da­fi, en febre­ro de 1996. “Reci­bie­ron has­ta 50.000 dóla­res del terro­ris­ta sau­di­ta Bin Laden, por cada uno de sus már­ti­res caídos”.

Para el pre­si­den­te de la Repú­bli­ca de Chad, Idriss Deby Itno, pro EEUU, “Al Qae­da ha saquea­do arse­na­les mili­ta­res libios en la zona rebel­de, misi­les tie­rra-aire, que des­pués con­tra­ban­deó a sus san­tua­rios en otros paí­ses”. La secre­ta­ria Clin­ton, ante el con­gre­so, admi­tió que “la opo­si­ción libia es pro­ba­ble­men­te más anti­es­ta­dou­ni­den­se que Gad­da­fi”. D. McDo­nough, direc­tor de Segu­ri­dad de Oba­ma, dijo que “La Casa Blan­ca no toma deci­sio­nes sobre una inter­ven­ción si no está segu­ra. Esto expli­ca por qué solo bom­bar­deos. En La Casa Blan­ca no saben qué harán, si como pare­ce, los ver­des aplas­tan la rebe­lión. ¿Dejar a Gad­da­fi, debi­li­ta­do y nego­ciar? ¿O per­mi­tir que este se acer­que a Chi­na y Rusia, aban­do­nan­do Occi­den­te? Mien­tras, ¡Dios sea loa­do! la OTAN es aho­ra cama­ra­da de armas de Osa­ma y de Al Qaeda.

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