¡No deje­mos que arran­que el TAV!

Comu­ni­ca­do final mani 2 de abril

aht ezLos Gobier­nos de UPN y PSN en Nava­rra y el Gobierno de Madrid siguen empe­ña­dos en la cons­truc­ción del Corre­dor nava­rro de alta velo­ci­dad. De hecho, ya está acor­da­da la finan­cia­ción del tra­mo Cas­te­jón-Eski­roz: 675 millo­nes de euros de los que el Gobierno de Nava­rra ade­lan­ta­rá más de la mitad pidien­do un prés­ta­mo cuyos intere­ses ron­dan los 60 millo­nes de euros. Y es que el Gobierno de Nava­rra acep­ta cual­quier con­di­ción en su ansie­dad por empe­zar esta macroinfraestructura.

Para ello no tie­nen pro­ble­mas en usar ter­gi­ver­sa­cio­nes, ocul­ta­ción de infor­ma­ción, men­ti­ras e inclu­so la repre­sión con­tra el movi­mien­to opo­si­tor, por ejem­plo, la prohi­bi­ción de una con­sul­ta popu­lar en Irur­zun o la peti­ción de dos años de cár­cel a 4 per­so­nas acu­sa­das de hacer unas pintadas.

Por todos los medios tra­tan de ocul­tar que la cons­truc­ción de esta línea de alta velo­ci­dad supo­ne un enor­me impac­to medioam­bien­tal: una nue­va barre­ra en el terri­to­rio, ocu­pa­ción de tie­rras, más escom­bre­ras, sobre­ex­plo­ta­ción y aper­tu­ra de nue­vas can­te­ras, más cemen­to y pro­duc­ción de CO2, rui­do… Una nue­va agre­sión al medio rural y a los pueblos.

Mover este avión terres­tre a 300 km por hora impli­ca más gas­to de ener­gía y que por lo tan­to nece­si­ta de las cen­tra­les tér­mi­cas como las de Cas­te­jón, decla­ra­das ile­ga­les, y de cen­tra­les nuclea­res cuyas con­se­cuen­cias las tene­mos a la vis­ta con el desas­tre de Fukushima.

Este tren ni qui­ta­rá camio­nes de las carre­te­ras ni redu­ci­rá el trá­fi­co de coches. En reali­dad está dise­ña­do para que una mino­ría de la pobla­ción, aque­llos que via­jan dia­ria­men­te entre capi­ta­les y que pue­den pagar el alto pre­cio del bille­te, aho­rren unos minu­tos en sus des­pla­za­mien­tos. Pero la obra, más de 3.000 millo­nes de euros, y su uso comer­cial que es com­ple­ta­men­te defi­ci­ta­rio lo paga­re­mos entre todas mien­tras nos recor­tan los ser­vi­cios socia­les y los dere­chos laborales.

Nos chan­ta­jean dicien­do que crea­rá pues­tos de tra­ba­jo, pero la reali­dad es que el esta­do espa­ñol es el país con más kiló­me­tros de alta velo­ci­dad de Euro­pa y al mis­mo tiem­po el que mayo­res tasas de paro tie­ne. Ade­más son solo tra­ba­jos even­tua­les que des­tru­yen el terri­to­rio, en con­di­cio­nes de explo­ta­ción labo­ral y de pre­ca­rie­dad. De hecho en la Y vas­ca ya ha habi­do nume­ro­sos acci­den­tes labo­ra­les y al menos cua­tro muer­tos, todos ellos per­so­nas inmi­gran­tes, y son más de 30 los muer­tos en las obras de alta velo­ci­dad en el Estado.

Este es sólo el pro­yec­to de las cla­ses diri­gen­tes eco­nó­mi­cas y polí­ti­cas, loca­les y glo­ba­les para ali­men­tar los bene­fi­cios de cons­truc­to­ras, cajas de aho­rros y bancos.
Este tren es el resu­men del mun­do al que nos quie­ren abo­car: some­ti­mien­to a tra­ba­jos basu­ra y con­su­mis­mo banal, degra­da­ción del entorno, ago­ta­mien­to de los recur­sos natu­ra­les, calen­ta­mien­to glo­bal, con­ta­mi­na­ción quí­mi­ca y radio­ac­ti­va, agri­cul­tu­ra indus­trial, depen­den­cia gene­ra­li­za­da de un mer­ca­do inde­pen­di­za­do de la colec­ti­vi­dad, auto­ri­ta­ris­mo polí­ti­co e indi­vi­dua­lis­mo. Y todo ello a mayor velo­ci­dad. La fe en el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co ili­mi­ta­do como solu­ción a los males socia­les ya ha demos­tra­do no ser más que una de sus prin­ci­pa­les causas.

En Nava­rra son muchas las infra­es­truc­tu­ras y los pro­yec­tos que nos lle­van hacia este desas­tre: el pan­tano de Itoitz, las tér­mi­cas de Cas­te­jón, la auto­pis­ta eléc­tri­ca, el pro­yec­to urba­nís­ti­co-espe­cu­la­ti­vo de Aroz­te­gia en Baz­tán, el urba­nis­mo espe­cu­la­ti­vo como el la nue­va esta­ción del TAV o el de Guen­du­lain, una inci­ne­ra­do­ra, el polí­gono de tiro en Bar­de­nas, la can­te­ra de Zil­be­ti, más cen­tra­les eóli­cas, las pre­sas de Sarria…

Las expro­pia­cio­nes en Val­tie­rra, Cadrei­ta y Villa­fran­ca ya han comen­za­do, paso pre­vio a las lici­ta­cio­nes y al ini­cio de obras. Des­de AHT Gel­di­tu Elkar­la­na hace­mos un lla­ma­mien­to a con­ti­nuar y exten­der las luchas des­obe­dien­tes con­tra esta impo­si­ción, más aún aho­ra que esta­mos toda­vía a tiem­po de dete­ner esta obra des­truc­to­ra y eli­tis­ta. Parar­lo es una nece­si­dad que requie­re el com­pro­mi­so de todas y todos.

¡NO DEJEMOS QUE ARRANQUE!

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