La mayo­ría sin­di­cal ins­ta al Esta­do espa­ñol a que pro­ce­da, sin más dila­ción, a la lega­li­za­ción de SORTU

Los sin­di­ca­tos que com­po­nen la mayo­ría sin­di­cal vas­ca hemos exi­gi­do la dero­ga­ción de la ley de par­ti­dos des­de su apro­ba­ción, y hemos recha­za­do públi­ca­men­te en nume­ro­sas oca­sio­nes los diver­sos pro­ce­sos de ile­ga­li­za­ción de siglas polí­ti­cas y pla­ta­for­mas elec­to­ra­les que se han pro­du­ci­do al ampa­ro dicha ley y del pac­to anti­te­rro­ris­ta de diciem­bre de 2001.

La Ley de Par­ti­dos fue crea­da ex pro­fe­so para cri­mi­na­li­zar colec­ti­va­men­te a quie­nes pro­fe­san deter­mi­na­das ideas y anu­lar la expre­sión polí­ti­ca de una par­te de la socie­dad vas­ca. Es una ley pro­pia de un esta­do de excep­ción, incom­pa­ti­ble con un esta­do demo­crá­ti­co de derecho.

El deba­te que se ha gene­ra­do en el Esta­do espa­ñol tras la crea­ción y pos­te­rior soli­ci­tud de regis­tro del par­ti­do polí­ti­co SORTU, ha deja­do más cla­ro toda­vía, la excep­cio­na­li­dad de esta norma.

La mayo­ría sin­di­cal vas­ca des­aprue­ba los dis­cur­sos y las manio­bras polí­ti­cas que se están suce­dien­do: las con­di­cio­nes que el pro­pio esta­do esta­ble­cía como nece­sa­rias y sufi­cien­tes para lega­li­zar una sigla aho­ra se han con­ver­ti­do en algo anec­dó­ti­co. Eso sig­ni­fi­ca que, en reali­dad, para ellos care­ce de impor­tan­cia si SORTU cum­ple la ley o no.

El fal­so deba­te de la sufi­cien­cia pre­ten­de ocul­tar los espu­rios intere­ses polí­ti­cos y elec­to­ra­les del Par­ti­do Socia­lis­ta Obre­ro Espa­ñol y del Par­ti­do Popu­lar. Esto deja en evi­den­cia nue­va­men­te la esca­sa cata­du­ra demo­crá­ti­ca de los par­ti­dos hege­mó­ni­cos del esta­do que pre­ten­den poner al poder judi­cial a su servicio.

La lega­li­za­ción de SORTU es una exi­gen­cia, de la mayo­ría polí­ti­ca, sin­di­cal y social de este país. Pero antes que eso es, sim­ple­men­te, un dere­cho y un deber demo­crá­ti­co para con la par­te de la socie­dad vas­ca pri­va­da de expre­sión política.

No pue­de hablar­se de un país nor­ma­li­za­do mien­tras una sola de sus sen­si­bi­li­da­des polí­ti­cas no ten­ga garan­ti­za­da la posi­bi­li­dad de con­cu­rrir elec­to­ral­men­te en con­di­cio­nes de igual­dad, así como de par­ti­ci­par en las ins­ti­tu­cio­nes. La izquier­da aber­tza­le ile­ga­li­za­da debe rein­cor­po­rar­se, sin más dila­ción, a la vida polí­ti­ca e institucional.

Sor­tu debe ser lega­li­za­da para que en las ins­ti­tu­cio­nes (ayun­ta­mien­tos, dipu­tacio­nes, par­la­men­tos…) pue­da corre­gir­se la situa­ción anti­de­mo­crá­ti­ca que se ha gene­ra­do por apli­ca­ción de una ley y juris­pru­den­cia injus­ta. En ese sen­ti­do, debe poner­se así fin a la sobre­rre­pre­sen­ta­ción de la que gozan el res­to de fuer­zas, lo cual des­fi­gu­ra la volun­tad mani­fes­ta­da por el pueblo.

Por todo ello, la mayo­ría sin­di­cal ins­ta al Esta­do espa­ñol a que pro­ce­da, sin más dila­ción, a la lega­li­za­ción de SORTU.

En Bil­bao, a 14 de mar­zo de 2011
ELA-LAB-STEE/EILAS-EHNE-HIRU

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ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru han recla­ma­do al Esta­do espa­ñol que no sea «un obs­tácu­lo» y lega­li­ce Sor­tu «sin más dila­ción», por­que «es un dere­cho y un deber democrático». 

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