La ONCE, un gue­to auto­ri­ta­rio y anti­so­cial – Manu Agui­rre, ex-tra­ba­ja­dor de la ONCE

Iña­ki Nuño, al igual que otras muchas per­so­nas defi­cien­tes visua­les o que pade­cen algún otro tipo de minus­va­lía, tra­ta de ganar­se la vida ven­dien­do el cupón de la ONCE. Ello es debi­do a que en pleno siglo XXI, en una socie­dad pre­ten­di­da­men­te avan­za­da como es la vas­ca, ape­nas exis­ten alter­na­ti­vas reales de empleo en el mer­ca­do labo­ral ordi­na­rio para per­so­nas con discapacidad.

Pero Iña­ki Nuño, una per­so­na com­pro­me­ti­da con el movi­mien­to veci­nal gas­teiz­ta­rra, mili­tan­te sin­di­cal y miem­bro del comi­té de empre­sa por LAB, no ha sido ni es del gus­to de los ges­to­res de la ONCE y, como con­se­cuen­cia, ha per­di­do cua­tro veces su empleo y ha sufri­do un des­tie­rro, sin que de nada hayan ser­vi­do sen­das sen­ten­cias judi­cia­les esta­ble­cien­do la impro­ce­den­cia de uno de los des­pi­dos y la nuli­dad de otro. La ONCE, dejan­do cla­ra su mani­fies­ta ani­mad­ver­sión hacia su per­so­na, ha vuel­to a dejar a Iña­ki en la calle pri­ván­do­le una vez más de su úni­co medio de sub­sis­ten­cia y ha opta­do, al igual que en otras oca­sio­nes, por con­tra­tar los ser­vi­cios de un afa­ma­do abo­ga­do de pos­tín madri­le­ño y abo­nar una más que gene­ro­sa minu­ta (que difí­cil­men­te alcan­za­ría Iña­ki en lar­gos meses de tra­ba­jo) para defen­der la pro­ce­den­cia del des­pi­do, antes que dedi­car ese impor­tan­te esfuer­zo eco­nó­mi­co a la con­ti­nui­dad de la rela­ción laboral.

Sin embar­go, ésta y otras actua­cio­nes son cohe­ren­tes con la lógi­ca de la ges­tión de una enti­dad, la ONCE, aje­na al com­pro­mi­so social y la soli­da­ri­dad. El Gobierno de Gas­teiz, así como el Par­la­men­to vas­co y los gru­pos polí­ti­cos que lo con­for­man tie­nen pre­ci­so y per­fec­to cono­ci­mien­to de estos hechos y has­ta la fecha no se ha pro­du­ci­do nin­gu­na mani­fes­ta­ción de con­de­na, recha­zo, preo­cu­pa­ción o des­acuer­do res­pec­to a actua­cio­nes de injus­ti­cia como la pre­sen­te. Al con­tra­rio, a menu­do se han aplau­di­do a coro estas tropelías.

Corres­pon­de al Gobierno Vas­co en pri­me­ra ins­tan­cia la res­pon­sa­bi­li­dad máxi­ma ante hechos que vul­ne­ran los dere­chos bási­cos de la ciu­da­da­nía, y es la con­se­je­ra de Asun­tos Socia­les la que direc­ta­men­te debe actuar para repo­ner en sus dere­chos al ciu­da­dano Iña­ki Nuño, al tiem­po que esta­blez­ca polí­ti­cas públi­cas de empleo para per­so­nas dis­ca­pa­ci­ta­das, dejan­do de lado de una vez y para siem­pre esa tarea en gue­tos como la ONCE.

Por otra par­te, empla­zo públi­ca­men­te a la seño­ra Zaba­le­ta, intré­pi­da e incan­sa­ble per­se­gui­do­ra de sos­pe­cho­sos defrau­da­do­res pobres, para que se emplee con el mis­mo rigor y dili­gen­cia con direc­ti­vos de la ONCE en la Dele­ga­ción terri­to­rial del País Vas­co, como Basi­lio San Gabriel y Cris­tino Bur­goa, quie­nes, ade­más de per­ci­bir una sus­tan­cio­sa pen­sión por inca­pa­ci­dad deri­va­da de su ante­rior tra­ba­jo, ingre­san miles de euros al mes por sus ser­vi­cios en la ONCE. Estas situa­cio­nes no son com­pa­ti­bles con unas exi­gen­cias de hones­ti­dad públi­ca. Para mayor gra­ve­dad, es de seña­lar que los men­cio­na­dos emo­lu­men­tos son opa­cos a la socie­dad al no estar reco­gi­dos ni en los pre­su­pues­tos de la ONCE ni en su con­ve­nio labo­ral. ¿No son defrau­da­do­res los que así actúan y los que les apo­yan con fon­dos públicos?

Es para­dó­ji­co e increí­ble que per­so­nas situa­das en pues­tos rele­van­tes de ges­tión y que en teo­ría debe­rían velar por la con­si­de­ra­ción e inte­gra­ción de las per­so­nas que al igual que ellos pade­cen algún tipo de dis­ca­pa­ci­dad, se dedi­quen a explo­tar­las labo­ral­men­te y en muchos casos negar­les el úni­co medio de vida.

Somos miles las per­so­nas de Eus­kal Herria que, exclui­das del mer­ca­do labo­ral, nos encon­tra­mos irre­me­dia­ble­men­te abo­ca­dos a par­ti­ci­par y depen­der de una orga­ni­za­ción-gue­to como la ONCE, por una insó­li­ta deja­ción de las admi­nis­tra­cio­nes públi­cas, que man­tie­nen una situa­ción de segre­ga­ción y aban­dono como en nin­gún otro país europeo.

En Hego Eus­kal Herria segui­mos afe­rra­dos a un mode­lo sur­gi­do y desa­rro­lla­do a la par que el fran­quis­mo, en con­tra­po­si­ción con todas las polí­ti­cas públi­cas imple­men­ta­das en Euro­pa para la socia­li­za­ción, inte­gra­ción de per­so­nas dis­ca­pa­ci­ta­das. Por tan­to, los vas­cos y vas­cas con dis­ca­pa­ci­dad visual nece­si­ta­mos la inde­pen­den­cia de Eus­kal Herria para poder deci­dir libre­men­te nues­tro mode­lo de desa­rro­llo social y per­so­nal para tra­ba­jar y vivir que nos corresponde.

Al con­tra­rio de lo suce­di­do en las últi­mas sie­te déca­das, no per­mi­ta­mos que se nos exclu­ya y dis­cri­mi­ne nun­ca más, luche­mos por la ple­na inte­gra­ción social y labo­ral de todas las per­so­nas con dis­ca­pa­ci­dad cuya apor­ta­ción se hace nece­sa­ria en la cons­truc­ción de una socie­dad más jus­ta y soli­da­ria, dese­chan­do de mane­ra rotun­da y defi­ni­ti­va pro­pues­tas segre­ga­do­ras como las que repre­sen­tan la ONCE y su

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