Sucesos que se han dado en el plazo de una sola semana, nos muestran claramente que la situación de represión y persecución que vivimos en Euskal herria sigue vigente.
Por una parte, han comenzado a detener uno a uno a los y las ocho jóvenes independentistas que han participado en la iniciativa de Izpura. Estos jóvenes han reivindicado sin tapujos su militancia política, han podido explicar a decenas de agentes sociales, políticos y sindicales de iparralde que su trabajo ha sido totalmente público. Estos, les han abierto las puertas de sus casas al acabar la iniciativa. Durante estos días, nuevamente a salido a flote una realidad que en Euskal herria pasa demasiado desapercibida. La realidad de la tortura. Los y las ocho jóvenes han hablado claramente. Huyeron de sus casas y sus pueblos para evitar la tortura. En esa huida han llegado a Ipar Euskal herria. Sus nombres aparecían en declaraciones realizadas bajo tortura por otros jóvenes detenidos anteriormente, y lo sabían. Sabían que su destino podría concurrir por el mismo camino, que podían ser torturados y torturadas. Les juzgarán en el tribunal de Pau el próximo martes.
Por otro lado, la incomunicación de las cuatro personas detenidas ayer en Bilbo por la Guardia Civil, nos lleva a activar todas las alarmas. La brutalidad empleada por la Guardia Civil en las últimas operaciones policiales nos que crea un gran desasosiego solamente con pensar el trato que puedan estar sufriendo las cuatro personas detenidas. La Guardia Civil emplea terribles métodos de tortura con los y las detenidas en Euskal herria, y estas torturas son sistemáticas. Estas torturas tienen claros objetivos políticos. En esta dirección el gobierno del PSOE tiene una responsabilidad directa en los 64 casos de tortura del pasado año. Es el Gobierno del PSOE el responsable de lo que les este sucediendo a los y las detenidas en estos momentos.
En estos momentos no hay más violencia encima de la mesa que la violencia que emplea el Estado español. Están alimentando el debate de la violencia, situando la pelota de la violencia en el tejado de otros, pero en la práctica, en la oscuridad, deciden en las oficinas de La Moncloa emplear las más brutales torturas, y las ponen en práctica en las comisarias. Nos resulta lamentable ver al Partido Nacionalista Vasco aplaudiendo las detenciones, porque al hacerlo son muy conscientes de que al finalizar este tipo de detenciones los brutales testimonios de tortura son habituales. ¿Dirán algo si los y las detenidas denuncian torturas?
La represión política tiene claros objetivos. Por un lado persigue castigar a los y las ciudadanas que se han levantado ante la opresión estructural que sufre Euskal herria, tal y como nos ha enseñado la historia de nuestro pueblo. Los militantes políticos que se han rebelado empleando diferentes moldes ante esta opresión estructural, han estado en el punto de mira de la represión política. De esta manera las personas que se han organizado en favor de los derechos de Euskal herria han sido castigadas con grilletes, torturas, cárceles y juicios. Al fin y al cabo los estados han intentado mantener a este pueblo aterrado y humillado durante décadas, durante siglos. Y la violencia política utilizada por el estado ha respondido en cada momento a ese objetivo. Han pretendido acallar y humillar al movimiento de liberación castigando la militancia política e imponiendo por la fuerza el proyecto político de España y Francia en Euskal herria .
Pero la represión ha sabido adecuarse a los diferentes etapas políticas que hemos vivido en Euskal herria. Es innegable que el momento político actual es especial. Con el transcurso de los meses y mediante el trabajo en común de los agentes, las movilizaciones en las calles, la intervención de organizaciones y personas de gran prestigio internacional y las decisiones de ETA han situado a nuestro pueblo en una nueva era. Se han afianzado las bases para el desarrollo real de un proceso, mientras todo este trabajo conjunto ha ido tomando cuerpo en compromisos y hojas de ruta. Como decíamos los firmantes del acuerdo de Gernika el sábado, hemos entrado en la etapa de empezar a cumplir el acuerdo, y nos ratificamos en ello. Pero es evidente que los gobiernos español y francés no están en la hoja de ruta de Gernika. Estos tienen una hoja de ruta propia, y hoy por hoy la planificación política de ambos estados se rige por la represión.
Siendo esto así, nos corresponde continuar en el camino emprendido durante los últimos meses. Los y las que estamos trabajando por una solución real, debemos seguir aunando fuerzas, profundizando en nuestros compromisos, multiplicando las movilizaciones, y entre otras tareas, organizando el trabajo anti-represivo en todos los ámbitos. En ellos estamos, como se ha podido ver en las grandes movilizaciones que hemos realizado durante los últimos meses. La desaparición y desactivación de la represión, vendrá de la mano de la intervención y activación de los y las ciudadanas. La solidaridad junto con amplias respuestas, será necesaria ante la represión. Ese es nuestro compromiso. Sin nada más que decir, queremos emplazar a los y las ciudadanas a participar en las movilizaciones que se realizarán los próximos días.