¿A quién hay que apre­tar el cin­tu­rón? – Luis Ocampo

Una de las líneas favo­ri­tas de inter­ven­ción de la bri­ga­da mediá­ti­ca y de los par­ti­dos del régi­men, es aque­lla de que las gen­tes, duran­te los años pre­vios a la cri­sis, hemos vivi­do muy por enci­ma de nues­tras posi­bi­li­da­des, y que ello ade­más de ser una de las cau­sas de la cri­sis, tie­ne que cam­biar para poder salir de ella, y toca por tan­to apre­tar­se el cinturón.

La retó­ri­ca, de que nos corres­pon­de a los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras, apre­tar­nos el cin­tu­rón, se pre­sen­ta no sólo como una exi­gen­cia »cien­tí­fi­ca­men­te demos­tra­da» sino tam­bién como una »jus­ta peni­ten­cia» al peca­do de derro­che en el que había­mos caí­do duran­te los años pasados.

Las cifras obje­ti­vas, reales, demues­tran que ni hubo tal peca­do de derro­che por par­te de »las fami­lias», con­cep­to en el que se englo­ba el endeu­da­mien­to de la gen­te del común, ni el hecho de que nos aprie­ten, o que nos apre­te­mos el cin­tu­rón, va a ser­vir para salir de la cri­sis eco­nó­mi­co-social.

Si coge­mos las cifras que faci­li­ta el Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca y el Ban­co de Espa­ña, pode­mos com­pro­bar como eva­luan­do cua­tro indi­ca­do­res de deu­da: hoga­res, socie­da­des no finan­cie­ras, ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras y deu­da exter­na bru­ta en rela­ción con el P.I.B., las con­clu­sio­nes no van pre­ci­sa­men­te en esa dirección:

· Deu­da de los hoga­res: Para el año 2010 poco más 80 % del P.I.B. Esta deu­da era en año 2002 de poco más del 50% del P.I.B., es decir que en los años del teó­ri­co des­pil­fa­rro, del 2002 al 2010, esta aumen­tó en 30 pun­tos porcentuales.

· Deu­da de las socie­da­des no finan­cie­ras: año 2010 por enci­ma del 140% del P.I.B. En el año 2002 esa deu­da era de algo menos del 90% del P.I.B., ello supo­ne que en el perío­do en cues­tión tuvo una subi­da de más de 50 puntos.

· Deu­da de las ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras: En el año 2010 era de alre­de­dor del 110% del P.I.B. En el año 2002 esa deu­da era del 50% del P.I.B., por lo que en el perío­do ana­li­za­do tuvo un incre­men­to de 60 pun­tos porcentuales.

· Deu­da exter­na bru­ta espa­ño­la: En el año 2010 esa deu­da corres­pon­de al 170% del P.I.B. En el año 2002 corres­pon­día al 90% del P.I.B. El incre­men­to en el perío­do ana­li­za­do es pues de 80 puntos.

Es evi­den­te, par­tien­do de estas cifras que de haber exis­ti­do algún »peca­do de derro­che» por par­te de las cla­ses popu­la­res, éste ha sido un peca­di­llo venial, si lo com­pa­ra­mos con la prác­ti­ca de las ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras o con el con­jun­to del sec­tor empre­sa­rial, por no hablar de algún sec­tor en par­ti­cu­lar como el del ladrillo.

Estas con­clu­sio­nes, obje­ti­vas, se obtie­nen par­tien­do de los pro­pios datos que el régi­men faci­li­ta, que son por cier­to har­to dis­cu­ti­bles espe­cial­men­te en lo refe­ri­do a las ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras, como ellos mis­mos van reconociendo.

Sin embar­go a la hora de impo­ner peni­ten­cias estas sólo van diri­gi­das a las gen­tes del común. A la gran empre­sa y espe­cial­men­te a la ban­ca se le inyec­ta dine­ro públi­co sin lími­te alguno.

A esos sec­to­res, de los que por cier­to viven los par­ti­dos polí­ti­cos del régi­men y la bri­ga­da mediá­ti­ca, ¡qué casua­li­dad!, no sólo no se les pone peni­ten­cia algu­na, no sólo no se les aprie­ta el cin­tu­rón sino que se les ani­ma a seguir con el des­pil­fa­rro y esta vez ade­más con dine­ro público.

Es muy sin­to­má­ti­co tam­bién como des­de el Gobierno hay una opo­si­ción fron­tal a que haya una mejo­ría en las con­di­cio­nes de devo­lu­ción de las deu­das de las fami­lias a la ban­ca, a tra­vés de la con­do­na­ción de estas con la entre­ga del bien hipo­te­ca­do, tal como algu­nas sen­ten­cias judi­cia­les han resuel­to y a las que no tar­dó ni 24 horas en opo­ner­se la minis­tra de eco­no­mía y vice­pre­si­den­ta ter­ce­ra del gobierno, Ele­na Salgado.

Es evi­den­te que a quien hay que apre­tar­les el cin­tu­rón, pero has­ta la asfi­xia, es al sis­te­ma depre­da­dor y anti­so­cial finan­cie­ro que ope­ra en este Esta­do, el autóc­tono y el extranjero.

Sólo una ban­ca públi­ca pue­de ayu­dar a salir cabal­men­te de la cri­sis eco­nó­mi­ca-social.

La ban­ca pri­va­da es la prin­ci­pal res­pon­sa­ble de la géne­sis de esta cri­sis, de su con­ti­nua­ción y de las reper­cu­sio­nes sobre las cla­ses populares.

Luis Ocam­po, IzCa.

Cas­ti­lla a 14 de febre­ro de 2011.

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