Ramón Llan­qui­leo, un pre­so polí­ti­co Mapuche

La lucha Mapu­che del Lleu-Lleu, una lucha Mapu­che y anticapitalista

R. L: Pri­me­ro que nada, deja­re en cla­ro mi con­di­ción de Mapu­che, par­tien­do con rela­tar una par­te de mi infan­cia, mis estu­dios bási­cos, mis estu­dios secun­da­rios, mi incor­po­ra­ción al movi­mien­to Mapu­che, mi reen­cuen­tro con mi iden­ti­dad y con mi mun­do. Pos­te­rior­men­te daré cuen­ta de mi mili­tan­cia en si, de mi com­pro­mi­so en el pro­ce­so de recons­truc­ción nacio­nal de nues­tro pue­blo, para lue­go lle­gar a dejar cla­ro en fren­te de este tri­bu­nal mi con­di­ción de mili­tan­te Mapu­che, y con la con­si­guien­te con­se­cuen­cias de ser un per­se­gui­do polí­ti­co por par­te de este Esta­do. Como quie­ro demos­trar y como ha que­da­do demos­tra­do duran­te estos tres meses y un poco más que lle­va­mos el jui­cio en don­de por un lado tene­mos una defen­sa par­ti­cu­lar y por otro lado tene­mos una defen­sa publi­ca del Esta­do. Ade­más, como los pre­sen­tes se darán cuen­ta, el Esta­do chi­leno esta inter­vi­nien­do direc­ta­men­te en este jui­cio por los seño­res abo­ga­dos que lo repre­sen­tan, suma­dos a ellos los seño­res fis­ca­les, y por otro lado los seño­res repre­sen­tan­tes de las empre­sas fores­ta­les, una de la segun­da fuer­za eco­nó­mi­ca de este país. En con­cre­to, quie­ro dejar de mani­fies­to que el movi­mien­to al cual per­te­nez­co se enfren­ta al sis­te­ma ECONOMICO que se pre­ten­de ins­ta­lar en el terri­to­rio Mapu­che y espe­cí­fi­ca­men­te en la zona del Lago Lleu-Lleu.

Enton­ces quie­ro dejar cla­ro des­de ya de que la situa­ción que nos ha lle­va­do a asu­mir este jui­cio es jus­ta­men­te este fin del tra­ta­mien­to que se vie­ne desa­rro­llan­do des­de hace un tiem­po atrás, en don­de están invo­lu­cra­dos miem­bros de comu­ni­da­des Mapu­che enfren­ta­dos direc­ta­men­te a los intere­ses eco­nó­mi­cos que se pre­ten­den y que ya están ins­ta­la­dos en el terri­to­rio Mapu­che. En este caso intere­ses de carác­ter eco­nó­mi­co fores­tal, intere­ses mine­ros, intere­ses de las empre­sas due­ñas de las aguas. En con­cre­to es eso que quie­ro dejar de mani­fies­to, es una pelea entre los mas pobres de los pobres, en este caso somos noso­tros los Mapu­che, y los gran­des gru­pos eco­nó­mi­cos que en este caso están sien­do repre­sen­ta­dos por el Esta­do y sal­va­guar­da­dos por ese mis­mo. Eso quie­ro dejar de manifiesto.

P. del T: seño­res abo­ga­dos pue­den empe­zar el interrogatorio.

La infan­cia de Ramón Llan­qui­leo: des­po­jo terri­to­rial, colo­ni­za­ción y pobreza

Adol­fo Mon­tiel: Por favor le vamos a hacer unas con­sul­tas. Le roga­ría que mire al tri­bu­nal para no dejar mal enten­di­do. Por favor no mire a los abo­ga­dos. Cuén­te­nos de su niñez, su lugar de naci­mien­to, su ori­gen, sus padres. Señor impu­tado por favor.

R. L: Para tra­tar de situar un poco el lugar don­de yo vivo, es una reduc­ción Mapu­che que que­do hecha por 1920, 1910, des­pués de haber sido expul­sa­do de lo que se cono­ce como el fun­do Tra­na­que­pe. En ese enton­ces, era pro­pie­dad del Señor Ova­lle y que pos­te­rior­men­te pasó a pro­pie­dad de los seño­res Ebens­per­ger. Soy pro­duc­to de una fami­lia muy pobre. Mi padre era un cam­pe­sino, pos­te­rior­men­te tra­ba­jo como tra­ba­ja­dor fores­tal en muchos luga­res. Mi madre es arte­sa­na en lana. En reali­dad para poder gra­fi­car, hay una situa­ción de pobre­za que la vivi­mos duran­te toda la infan­cia, pue­do decir que soy el cuar­to hijo de 7 hijos que tuvie­ron mis padres. Pos­te­rior­men­te lue­go del falle­ci­mien­to de mi her­mano lle­gue a ocu­par el ter­cer lugar. Recuer­do una infan­cia muy dura mar­ca­da por la pobre­za. Y si no mal lo recuer­do hubie­ron momen­tos en los cua­les fal­to la comi­da, y muchos de los her­ma­nos que vivi­mos por allí sabe­mos que duran­te la dic­ta­du­ra, en los 80, la situa­ción de nues­tra comu­ni­dad era muy gra­ve, y en algu­na oca­sión sola­men­te se tenia un poco de papa, locro e yuyo, y con eso almor­zá­ba­mos y sobrevivíamos.

Enton­ces comen­cé a tra­ba­jar por la fami­lia Jor­que­ra que era colo­nos de la zona que habían lle­ga­do en los años 30 al sec­tor. Y recuer­do haber tra­ba­ja­do para los seño­res Pablo Jor­que­ra, Gerar­do Jor­que­ra, Juan Jor­que­ra, Bruno Jor­que­ra con quien igual había una rela­ción de tra­ba­ja­dor. Por lo mis­mo con­ser­vo bas­tan­te res­pe­to por ellos, el tra­ba­jo no fue dis­cri­mi­na­to­rio. No es así cuan­do ingre­se al cole­gio, ense­ñan­za bási­ca. A pesar de que nues­tra pobla­ción el nume­ro de estu­dian­tes que había éra­mos mayo­ría los Mapu­che. Pero aun así al inte­rior de este cole­gio había chi­le­nos que nos dis­cri­mi­na­ban bas­tan­te. Pue­do decir que hemos sufri­do la dis­cri­mi­na­ción también.

Mili­tan­cia comunista

Pos­te­rior­men­te des­pués de haber ter­mi­na­do la ense­ñan­za bási­ca, me voy a estu­diar en un liceo Fores­tal acá en la comu­na ¿ (18.28) que es el ins­ti­tu­to de edu­ca­ción rural, y don­de comen­cé a tener algu­na acer­ca­mien­to con gen­te que supues­ta­men­te plan­tea­ba la lucha con los pobres. Es así como empe­cé a vin­cu­lar­me con gen­te vin­cu­la­da al Par­ti­do Comu­nis­ta. Me recuer­do haber ingre­sa­do a la juven­tud comu­nis­ta alre­de­dor del año 96. Pero a la vez en el liceo recuer­do que había un gru­po cul­tu­ral Mapu­che al cual me inte­gro y al cual pos­te­rior­men­te me hago res­pon­sa­ble de diri­gir­lo. Así en el 98, don­de ya esta­ba con­clu­yen­do la ense­ñan­za media, comen­cé a ver­me que había un con­flic­to, que las comu­ni­da­des comen­za­ban a recu­pe­rar sus tie­rras que con­si­de­ra­ban pro­pias. En vis­ta de eso yo tam­bién comen­cé a inte­rio­ri­zar­me un poco de mi his­to­ria, comen­cé a leer mucho, tam­bién comen­cé a leer en rela­ción a los hechos ocu­rri­dos antes de los 90, antes de la dic­ta­du­ra mili­tar, y me fui ente­ran­do de la situa­ción de per­se­cu­ción y de ase­si­na­tos por par­te de un régi­men dic­ta­to­rial que pode­mos con­si­de­rar como fascista.

El com­pro­mi­so con el pro­ce­so de recu­pe­ra­ción de tie­rras Si bien es cier­to ya comien­zo a tener mi for­ma­ción como pro­fe­sio­nal. Comien­zo a inte­rio­ri­zar­me de esta reali­dad de las comu­ni­da­des don­de había des­de fal­ta de agua, ni don­de pas­to­rear un ani­mal, ni don­de sem­brar una papa o tri­go. Por que si bien es cier­to la situa­ción que pasa­ba en mi lugar, no es dis­tin­ta de la situa­ción que pasa­ba en todas las otras comu­ni­da­des. Eso sig­ni­fi­ca­ba pobre­za y espe­cial­men­te fal­ta de espa­cio para cul­ti­var y para criar. Vien­do esta reali­dad, sien­to la nece­si­dad a res­pal­dar esta deman­da. Por que a raíz de los ante­ce­den­tes his­tó­ri­cos que exis­tían y que exis­ten, esas deman­das son jus­tas. Tam­bién, vien­do la con­for­ma­ción del Esta­do chi­leno en esta par­te del terri­to­rio nacio­nal que hoy se cono­ce, me fui ente­ran­do que a noso­tros nos fue­ron arre­ba­tan­do la tie­rra a san­gre y fuego.

Es así como me comien­zo a ente­rrar de un señor que se lla­ma­ba el coro­nel Cor­ne­lio Saa­ve­dra que había paci­fi­ca­do jus­ta­men­te la pro­vin­cia de Arau­co. En esta paci­fi­ca­ción, no obe­de­cía a un hecho, ni a la nece­si­dad de ellos, sino que fue una deci­sión por par­te del Esta­do, y es así como revi­san­do tam­bién ante­ce­den­tes his­tó­ri­cos que el 2 de Julio de 1852 jus­ta­men­te se crea la pri­me­ra ley en don­de se incor­po­ra el terri­to­rio de Arau­co al domi­nio del Esta­do chi­leno. Enton­ces bus­can­do todos esos ante­ce­den­tes, empe­cé a lle­gar a la con­clu­sión que el pue­blo Mapu­che es un pue­blo ocu­pa­do mili­tar­men­te, polí­ti­ca­men­te y admi­nis­tra­ti­va­men­te por el Esta­do chi­leno. Por lo tan­to, fren­te a esta situa­ción, encon­trán­do­me con otros her­ma­nos en este jui­cio, la pre­gun­ta que per­so­nal­men­te me hago: noso­tros si somos un pue­blo ocu­pa­do por este Esta­do, ¿este Esta­do nos dará las garan­tías por un jui­cio jus­to? Es lo que me pregunto.

Aho­ra bien siguien­do con el rela­to sobre mis estu­dios y el pro­ce­so de invo­lu­crar­me, el reen­cuen­tro con mi mun­do, eso ter­mi­na alre­de­dor del año 98. Des­de ya dere­cha­men­te, me pro­du­ce la nece­si­dad de apo­yar los pro­ce­sos de recu­pe­ra­ción que se desa­rro­llan en la pro­vin­cia de Arau­co y tam­bién en la Nove­na Región.

De Cuyin­co a Trai­guen, a recu­pe­rar las tie­rras usurpadas

A. M: Bue­nos días don Ramón. Don Ramón, reto­man­do la decla­ra­ción empe­za­do ayer, podría usted decir al tri­bu­nal cual fue su acti­vi­dad en rela­ción con el con­flic­to que usted lla­ma entre el Esta­do chi­leno y la nación o pue­blo Mapuche.

Ramón Llan­qui­leo: Bue­nos días su seño­ría, bue­nos días a todos los pre­sen­tes en la sala. Reto­man­do lo que ayer rela­ta­ba a su seño­ría sobre la, prin­ci­pal­men­te sobre mi infan­cia para que se con­si­de­re a que tipo de per­so­na se esta juz­gan­do. Alre­de­dor del año 1998, fin del año 98 espe­cí­fi­ca­men­te, prin­ci­pio del año 99, había un pro­ce­so de recu­pe­ra­ción de tie­rra que se esta­ba desa­rro­llan­do en la zona, en el sec­tor de Cuyin­co, en la comu­na de los Ala­mos, don­de la fami­lia Fren recla­ma­ba dere­cho ances­tral sobre su terri­to­rio que esta­ba en mano de Bos­que Arau­co. A par­tir de esta fecha, comien­zo a visi­tar esta comu­ni­dad, comien­zo a visi­tar su gen­te, que esta­ba vivien­do en espe­cie de Rukas. Y ya den­tro de esta fecha tam­bién tome una deci­sión muy impor­tan­te que era jus­ta­men­te no hacer­me par­te o seguir­me invo­lu­cran­do en el pro­ce­so de chi­le­ni­dad, es decir deje de lado los estu­dios con el fin de entre­gar­me a tiem­po com­ple­to a res­pal­dar esas recu­pe­ra­cio­nes de tie­rra que se esta­ban desa­rro­llan­do espe­cí­fi­ca­men­te en Coyin­co y en otra zona de la pro­vin­cia de Arau­co. Pos­te­rior a eso y creo que al mis­mo momen­to tam­bién, se esta­ba desa­rro­llan­do un pro­ce­so de tie­rra en la zona de Trai­guen en don­de tam­bién fui a res­pal­dar este pro­ce­so de recu­pe­ra­ción de tie­rra y así fui inte­grán­do­me a todo el pro­ce­so de recu­pe­ra­ción de tie­rra que como ayer lo men­cio­na­ba per­so­nal­men­te con­si­de­ro que es un pro­ce­so jus­to, ya que esto se sos­tie­ne en dos ele­men­tos principales.

Leyes chi­le­nas y pos­ter­ga­ción Mapu­che: la colo­ni­za­ción del terri­to­rio Mapuche

Dos ele­men­tos prin­ci­pa­les que deto­nan, que deto­nan esos pro­ce­sos de recu­pe­ra­ción de tie­rra, que deto­nan la deman­da Mapu­che, en don­de por un lado el Esta­do chi­leno gene­ro una polí­ti­ca a tra­vés de las leyes con el fin de ir vali­dan­do la ocu­pa­ción, con el fin de ir entre­gan­do esos terri­to­rios Mapu­che a colo­nos prin­ci­pal­men­te extran­je­ros, colo­nos que algún momen­to y hubo una dis­cu­sión Mapu­che al inte­rior de la eli­te polí­ti­ca de ese enton­ces, en don­de se prio­ri­za­ba la colo­ni­za­ción con extran­je­ros, ya que esta gen­te era intere­sa­da en el desa­rro­llo y en la indus­tria, y no es así con colo­nos chi­le­nos que goza­ban de muy mala fama, de ser inclu­so mal hecho­res que se esta­ban apro­pian­do de esas tie­rras. En vir­tud de eso, el Esta­do comien­za a res­pal­dar todas esas accio­nes a tra­vés de las leyes. Como ante­rior­men­te, ayer igual lo men­cio­na­ba, una de las prin­ci­pa­les leyes que se dic­tan es la ley del 2 de Julio de 1852 don­de el Esta­do chi­leno ane­xa el terri­to­rio Mapu­che que has­ta este enton­ces o has­ta esta fecha GOZABA de auto­no­mía, auto­no­mía que había sida reco­no­ci­da en dife­ren­tes par­la­men­tos por la coro­na espa­ño­la y el Esta­do, per­dón el pue­blo-nación Mapuche.

Enton­ces la reali­dad que se venia vien­do a fina­les de los 90, era una reali­dad que se sus­ten­ta­ba en que el des­po­jo había sido ampa­ra­do por las leyes que había sido dic­ta­das por el Esta­do. En ese enton­ces había que civi­li­zar a los bár­ba­ros, había que civi­li­zar a los sal­va­jes. Eso era el con­cep­to que se venia desa­rro­llan­do. Y suce­de una situa­ción bien impor­tan­te, que lo que se cono­cía como el terri­to­rio Mapu­che paso a lla­mar­se terri­to­rio de colo­ni­za­ción, todo ampa­ra­do en las leyes. En con­cre­to, la usur­pa­ción vio­len­ta, la masa­cre, el geno­ci­dio fue ampa­ra­da por las leyes del Esta­do chi­leno. Las cifras hablan por si solas: 600 000 muer­tos, otros hablan de 700 000 que le cos­to al pue­blo Mapu­che esta gue­rra de geno­ci­dio. En la prac­ti­ca en que se tra­du­jo eso, eso tam­bién esta en la memo­ria his­tó­ri­ca de nues­tros anti­guos, de nues­tros Cui­fi­ke­che, en don­de se dice que venían los chi­le­nos con un ejer­ci­to muy pro­fe­sio­nal des­pués de la gue­rra del Paci­fi­co, venían con fusi­les, que­man­do rukas, ase­si­nan­do muje­res, matan­do niños, y en algu­nos casos que­man­do fami­lias ente­ras al inte­rior de sus rukas. Esa reali­dad se vivió sin men­tir­les, inclu­so has­ta 1930, 1940.

Enton­ces para reto­mar, por un lado tene­mos las leyes que dice que es nece­sa­rio incor­po­rar el terri­to­rio al Sur del Bio-Bio al Esta­do chi­leno, por que esos terri­to­rios tie­nen recur­sos natu­ra­les, por que esos terri­to­rios tie­nen sue­los para la indus­tria agrí­co­la y en ese tiem­po esos sue­los tenían bos­ques nati­vos que se usa­ron para la cons­truc­ción de líneas férreas, así como tam­bién por la cons­truc­ción de gran­des vivien­das prin­ci­pal­men­te en la capi­tal. Como ya el pue­blo Mapu­che se nos había arrin­co­na­do, se nos había redu­ci­do, era nece­sa­rio una cosa que es trans­cen­den­tal por el Esta­do chi­leno, que es civi­li­zar­nos bajo su con­cep­to, bajos sus for­mas. Es así como empie­zan a ins­ta­lar sus pri­me­ras escue­las por aque­llos tiem­pos jesui­tas y capu­chi­nos en don­de se va a estu­diar y apren­der el idio­ma cas­te­llano, la mayo­ría hijos de Lon­kos y comen­za­mos a hablar el castellano.

Así tam­bién nos tra­je­ron su reli­gión, al final lle­ga­mos a una reali­dad en que esta­mos con un pue­blo abso­lu­ta­men­te des­trui­do, des­es­truc­tu­ra­do, sin terri­to­rio, sin iden­ti­dad, sin su cul­tu­ra pro­pia, sin su reli­gión pro­pia. Y es esta reali­dad que tra­jo con­si­go pobre­za, mise­ria, des­nu­tri­ción, ham­bre. El Esta­do chi­leno no hace más que agu­di­zar toda esa polí­ti­ca duran­te todos esos años. Polí­ti­ca que tra­jo deses­pe­ro en nues­tras comu­ni­da­des, tra­jo migra­ción hacia las ciu­da­des, aumen­tan­do el cor­dón peri­fé­ri­co en las ciu­da­des, en don­de nues­tra gen­te o se ha con­ver­ti­do en delin­cuen­tes, o se ha con­ver­ti­do en dro­ga­dic­tos. Pos­te­rior­men­te a eso como la reduc­ción has­ta el día de hoy sigue tan igual, y en don­de el Esta­do no ha teni­do nin­gu­na volun­tad polí­ti­ca de resol­ver este con­flic­to, las comu­ni­da­des qui­sie­ron bus­car y inclu­sos nues­tros abue­los qui­sie­ron bus­car resol­ver este con­flic­to por la vía legal.

Es así como nues­tros anti­guos fue­ron a los tri­bu­na­les de indios, a los Juz­ga­dos de indios que eran en Vic­to­ria e iban a caba­llos, se demo­ra­ban un día ente­ro, con el fin de recla­mar las tie­rras que le habían sido usur­pa­dos y que habían sido entre­ga­dos a colo­nos extran­je­ros, res­pues­tas que nun­ca las tuvie­ron. Res­pues­tas que no la han teni­do has­ta el día de hoy, por que a raíz de toda esta situa­ción de deses­pe­ro la gen­te de las comu­ni­da­des ha hecho pro­pio el dere­cho a recla­mar, pero lamen­ta­ble­men­te ante el recla­mo, cual es la repues­ta, solo para situar el lago Lleu-Lleu, ante la apro­pia­ción de los recur­sos natu­ra­les, seño­ría en el lago Lleu-Lleu si uste­des tie­nen la posi­bi­li­dad en algún momen­to podrán dar­se cuen­ta que el 70 o el 80% de la ribe­ra del lago Lleu-Lleu per­te­ne­ce a las empre­sas fores­ta­les. Sin ir mas allá, las empre­sas fores­ta­les tie­nen más de un millón y medio de hec­tá­reas, o sea de las dos empre­sas fores­ta­les, una empre­sa fores­tal tie­ne el doble o el tri­ple de lo que tie­ne en tie­rra o en terri­to­rio todo el pue­blo Mapu­che. Ese con­flic­to, esa reali­dad se ha inten­tan­do ocul­tar aquí.

Por otro lado que es lo que esta en dis­cu­sión, la ins­ta­la­ción de empre­sas mine­ras en el lago Lleu-Lleu o en la cor­di­lle­ra Nahuel­bu­ta, que trae­rá con­si­go por las comu­ni­da­des eso. El lago Lleu-Lleu ya no le per­te­ne­ce a las comu­ni­da­des del sec­tor, el 80% de esta agua esta en mano de Ende­sa Espa­ña. Enton­ces nues­tro recla­mo es legí­ti­mo, nues­tras deman­das son legí­ti­mas. Eso solo por ver la ame­na­za direc­ta. Pero por otro lado noso­tros vemos la reali­dad que hay en nues­tras comu­ni­da­des, hay pobre­za, hay ham­bre, hay alcoho­lis­mo. Ante esta reali­dad per­so­nal­men­te yo me he pro­pues­to cam­biar­la. Yo no soy alcohó­li­co, soy una per­so­na. Y como unos por allí unos poli­cías, no se si bien inten­cio­na­dos, dije­ron si efec­ti­va­men­te Ramón es una per­so­na res­pec­ta­da, Ramón es una per­so­na tra­ba­ja­do­ra, como no iban a poder a esta con­clu­sión si todos los días me vigi­la­ban, todos los días me vigilaban.

En con­cre­to quie­ro lle­gar a este pun­to. La poli­cía y los seño­res fis­ca­les se le olvi­do decir que mi casa toda­vía tie­ne piso de tie­rra, de que en mi espa­cio a pena ten­go una col­cho­ne­ta para dor­mir. Pero no es el momen­to de venir a vic­ti­mi­zar­se, yo sola­men­te quie­ro dejar de mani­fies­to la reali­dad que hay, la reali­dad que tene­mos, enton­ces ante esta reali­dad per­so­nal­men­te yo me he pro­pues­to inten­tar cam­biar­la, pero no bajo la lógi­ca actual. Su seño­ría, noso­tros como pue­blo indí­ge­na nos han nega­do todo. No tene­mos ni siquie­ra la posi­bi­li­dad de hablar nues­tra pro­pia len­gua, no pode­mos hablar de fuer­za, de espí­ri­tu, que hay en la tie­rra, de expre­sar nues­tra cos­mo­vi­sión, nues­tra for­ma de ver el mun­do, por que sabe­mos si nos van a entender.

¿Quie­nes son los terroristas?

En con­cre­to, hay dos reali­da­des, hay dos mun­dos, el mun­do chi­leno que noso­tros lo defi­ni­mos como el mun­do occi­den­tal, que tie­ne otra for­ma de ver la vida, que tie­ne otra for­ma de ver el mun­do, y el mun­do nues­tro en don­de noso­tros tene­mos otra for­ma de ver el mun­do, tene­mos otro con­cep­to, don­de noso­tros no que­re­mos des­truir nues­tro mun­do en que esta­mos, noso­tros que­re­mos defen­der lo que con­si­de­ra­mos nues­tra madre, nues­tra madre, la Nuke Mapu. Eso lo que noso­tros que­re­mos defen­der. Los meno­kos se están secan­do, meno­ko sig­ni­fi­ca pan­tano, los mon­tes se están secan­do. A noso­tros hoy día se nos quie­re, y los seño­res fis­ca­les se han encar­ga­do de decir­nos que somos terro­ris­tas, que somos terro­ris­tas, resul­ta tan iró­ni­co, no se no encuen­tro pala­bra para defi­nir este con­cep­to, terro­ris­ta noso­tros! Enton­ces que seria Cor­ne­lio Saa­ve­dra, que seria Her­nán Tri­sano! Memo­ria e his­to­ria de la auto­no­mía Mapuche

A. M: Don Ramón per­do­na que lo inte­rrum­pe pero que­rría hacer­le una con­sul­ta res­pe­to a lo que aca­ba de expo­ner, usted hablo de algu­nos tra­ta­dos o par­la­men­tos que habría cele­bra­do la nación-pue­blo Mapu­che con la coro­na espa­ño­la e inclu­so con la nacien­te Repú­bli­ca chi­le­na, podría usted, si es que se acuer­da, nom­brar algu­nos de esos docu­men­tos jurídicos.

R. L: Si. Yo creo que eso es tam­bién par­te de la cul­tu­ra gene­ral que se ha pre­ten­di­do ocul­tar, que la his­to­ria de los par­la­men­tos entre la coro­na espa­ño­la y el pue­blo Mapu­che. Y pos­te­rior­men­te ten­go enten­di­da, si no me equi­vo­co, se hizo con pos­te­rio­ri­dad a la con­for­ma­ción de Chi­le como Repu­bli­ca. Recuer­do el par­la­men­to de Qui­lin en 1641, en esa fecha apro­xi­ma­da­men­te, pos­te­rior­men­te el par­la­men­to de Tapihue vien­do un poca la his­to­ria y revi­sán­do­la alre­de­dor de 1774 y este par­la­men­to resul­ta intere­san­te, por que en este par­la­men­to la coro­na espa­ño­la reco­no­ce una fron­te­ra con el pue­blo Mapu­che que es la fron­te­ra del Bio-Bio, en don­de efec­ti­va­men­te al pue­blo Mapu­che se le reco­no­ce su auto­no­mía y por con­si­guien­te su liber­tad. Y des­pués ten­go enten­di­do que se hizo un par­la­men­to con el Esta­do chi­leno que en este momen­to no lo recuer­do. Pero eso debe­ría hacer par­te de la cul­tu­ra gene­ral tan­to de noso­tros como Mapu­che y de la socie­dad chi­le­na, si es que exis­tía esta volun­tad de cono­cer esta par­te de la historia.

Resis­ten­cia a la hege­mo­nía fores­tal en terri­to­rio Mapuche

A. M: Don Ramón, ¿podría usted rela­tar al tri­bu­nal fren­te a este diag­nos­ti­co que usted ha seña­la­do tan cla­ra­men­te cual fue la acti­tud con­cre­ta de las comu­ni­da­des Mapu­che don­de usted se inser­ta? Tri­bu­na­les y CONADI como ins­tan­cia insa­tis­fac­to­ria de reso­lu­ción de las deman­das Mapuche

R. L: La vía para recu­pe­rar esas tie­rras roba­das, mal adqui­ri­das has­ta el año 95, 96, inclu­so has­ta la fecha es la vía legal. Pero esta vía legal lamen­ta­ble­men­te no tuvie­ron res­pues­tas para las deman­das de las comu­ni­da­des, no tuvie­ron res­pues­tas! O si han teni­do res­pues­tas en el últi­mo tiem­po, ha sido de acuer­do a las for­mas como el Esta­do ha deci­di­do. Eso sig­ni­fi­ca que si bien es cier­to el Esta­do ha hecho unas devo­lu­cio­nes de tie­rras, unas com­pras de tie­rras, la mayo­ría de los casos, no se devuel­ven las tie­rras que se deman­dan y que están alre­de­dor de una empre­sa fores­tal. Sino lo que ha hecho el Esta­do chi­leno es tra­tar de SACAR a los mapu­ches y lle­var­los a otros luga­res en don­de están entre medio de par­ce­le­ros chi­le­nos y en don­de la gen­te se sume y se sumer­ge en los que es la socie­dad domi­nan­te de este lugar, o sea la chilenidad.

La hege­mo­nía Forestal

A. M: Don Ramón, usted nom­bro una empre­sa fores­tal que tie­ne mas tie­rra que el pue­blo Mapu­che, ¿que empre­sa es esta?

R. L: Esta empre­sa es Bos­que Arauco.

A. M: Y ¿hay otras empre­sas que tie­nen tie­rras den­tro de lo que usted lla­ma terri­to­rio del pue­blo Mapuche?

R. L: De hecho, uno de los seño­res que esta aquí es repre­sen­tan­te de una empre­sa que es Fores­tal. No me que­da cla­ro toda­vía si este hom­bre repre­sen­ta Fores­tal Minin­co o Fores­tal Cre­cex. Pero en el caso par­ti­cu­lar de Fores­tal Minin­co es una empre­sa que nos debe­ría lla­mar la aten­ción en que tiem­po se hizo sus recur­sos y den­tro de este mis­mo jui­cio ha que­da­do cla­ro que por lo menos las pro­pie­da­des en el sec­tor de Cho­que estas pro­pie­da­des han pasa­do a mano de las empre­sas fores­ta­les alre­de­dor de 1979, en pleno régi­men mili­tar. Como bien es sabi­do, el régi­men mili­tar, prio­ri­zo la entre­ga de esas tie­rras a las empre­sas fores­ta­les, hacien­do un espe­cie de rema­te pero que en la prac­ti­ca pare­ce como un rega­lo, por que si bien es cier­to el decre­to 701 que es un decre­to de fomen­to a la acti­vi­dad fores­tal, resul­ta que a las empre­sas fores­ta­les el Esta­do chi­leno lo bene­fi­cio con este decre­to en don­de se cubría casi el 100% de los cos­tos para la implan­ta­ción de esas plan­ta­cio­nes forestales.

Enton­ces tene­mos a Fores­tal Minin­co con un patri­mo­nio gigan­tes­co, aquí tam­bién duran­te el jui­cio nos pudi­mos dar cuen­ta que los seño­res, si no me equi­vo­co, el jefe de área, de la pro­vin­cia, o de la zona, vino a dejar cla­ro que ellos eran due­ños de muchas tie­rras en la pro­vin­cia. Por otro lado tene­mos Fores­tal Vol­te­rra que tam­bién tie­ne un patri­mo­nio muy intere­san­te. Pero su seño­ría aquí hay otra situa­ción que igual se ha que­da­do, o que se ha pre­ten­di­do silen­ciar, hay una polí­ti­ca del Esta­do que ha defi­ni­do Chi­le como un país fores­tal. ¿Que sig­ni­fi­ca eso? Aumen­tar la pro­duc­ción por exi­gen­cias de los mer­ca­dos inter­na­cio­na­les tan­tos de celu­lo­sas y otros deri­va­dos de la made­ra. Enton­ces? El Esta­do tam­bién como el pri­mer momen­to solo bene­fi­ció a las gran­des empre­sas con el decre­to 701 y pos­te­rior­men­te que modi­fi­ca­ron este decre­to 701 en don­de se dijo tene­mos que bene­fi­ciar tam­bién al peque­ño cam­pe­sino. Es así como la mayo­ría de los cam­pe­si­nos pro­duc­tos de la modi­fi­ca­ción que se da por esta­ble­cer plan­ta­cio­nes fores­ta­les han ido plan­tan­do sus tie­rras. Pero la pro­duc­ción final ¿don­de esta ter­mi­nan­do? En los gran­des con­sor­cios agre­ros, gran­des con­sor­cios made­ros que a la vez tie­nen inver­sio­nes en dis­tin­tos ámbi­tos: Copec, Fala­be­lla por nom­brar algunos.

A. M: Don Ramón, fren­te a la pre­sen­cia de los gran­des gru­pos fores­ta­les ¿que hace el pue­blo Mapuche?

Fores­ta­les y fal­ta de agua

R. L: La des­truc­ción. Eso trae direc­ta­men­te la des­truc­ción de la vida Mapu­che y del mun­do Mapu­che. Se han adue­ña­do de nues­tros cerros cere­mo­nia­les, han seca­do las ver­tien­tes de don­de las comu­ni­da­des extraen agua. Se me vie­ne a la cabe­za inme­dia­ta­men­te esta situa­ción que en este momen­to alre­de­dor de vein­te comu­nas o mas hay camio­nes de argi­des repar­tien­do agua. Por ejem­plo: Colli­pu­lli. Uno se pre­gun­ta­ra ¿por que Colli­pu­lli? Luma­co, Puren, Gal­va­rino son comu­nas que en este mis­mo momen­to andan camio­nes argi­des repar­tien­do agua. ¿Por que? Por que las empre­sas fores­ta­les ocu­pa­ron el cerro don­de salían estas ver­tien­tes. Aho­ra uno se pre­gun­ta que más pro­du­ce el esta­ble­ci­mien­to de un bos­que de pinos o euca­lip­tos. Y yo creo que aquí no es nece­sa­rio a lo mejor entrar a rela­tar por que unos podrían decir ¡no, son inven­tos!. Su seño­ría creo que en coti­dia­ni­dad por allí en alguno momen­to ha teni­do la opor­tu­ni­dad de entrar a esos bos­ques, a esos bos­ques de las empre­sas fores­ta­les en don­de no exis­te mas que pinos y euca­lip­tos. No hay árbo­les que noso­tros con­si­de­ra­mos nati­vos, en las que­bra­das no hay medi­ci­na que para noso­tros es impor­tan­te. En con­cre­to ha traí­do unos pro­ble­mas tan gra­ve que en algu­nos luga­res y en algu­nas zonas hay comu­ni­da­des que están des­apa­re­cien­do. Aho­ra uno se podría pre­gun­tar ¿Son inven­tos? ¿Noso­tros esta­mos mag­ni­fi­can­do el problema?

Eso es así.

El Esta­do chi­leno, un Esta­do al ser­vi­cio del capital

A. M: Don Ramón, den­tro de este con­flic­to que nos ha con­ta­do, ¿cual fue la acti­tud del Esta­do chileno?

R. L: Lamen­ta­ble­men­te, el Esta­do chi­leno des­de su ini­cio fue diri­gi­do por la oli­gar­quía crio­lla, asien­te, que siem­pre bus­co velar por sus pro­pios intere­ses. Res­pues­tas posi­ti­vas enton­ces para noso­tros como pue­blo y para las comu­ni­da­des ¿Podrán haber? Podrán haber res­pues­tas posi­ti­vas cuan­do el gobierno a tra­vés de sus fis­ca­les en con­jun­to con las empre­sas fores­ta­les no hacen mas que cri­mi­na­li­zar las deman­das de las comu­ni­da­des. Pero no resul­ta casual que esta res­pues­ta ha sido así, si el fon­do, y eso es una apre­cia­ción per­so­nal, el Esta­do chi­leno no es más que un ins­tru­men­to de los gran­des gru­pos económicos.

Muchos dirán ¡que radi­cal esta pos­tu­ra!. ¿Quie­nes man­dan en este país? Los gru­pos económicos!

Nega­ción, repre­sión y cri­mi­na­li­za­ción de las expre­sio­nes (polí­ti­cas) Mapuche

A. M: Don Ramón, ¿En que for­ma criminalizan?

R. L: Pri­me­ro ellos par­ten acu­san­do a noso­tros que somos vio­len­tos. Pero se han olvi­da­do de todo el daño que nos han hecho a noso­tros. El esta­do en algún momen­to se ha pues­to a ana­li­zar su polí­ti­ca en rela­ción a noso­tros. ¿Aca­so no es vio­len­cia alcoho­li­zar a nues­tra gen­te? ¿Aca­so no es vio­len­cia man­te­ner­nos en cár­ce­les al aire libre que son las reduc­cio­nes? ¿Aca­so no es vio­len­cia que nos nie­gan nues­tra pro­pia len­gua? Nues­tros padres decían cuan­do noso­tros lle­ga­mos a la escue­la nos obli­ga­ron a hablar el cas­te­llano. Y toda vez que hablá­ba­mos nues­tra len­gua, los pro­fe­so­res nos cas­ti­ga­ban. Hoy día ¿que se dice? No todos los que van a los Ngui­lla­tun o que andan par­ti­ci­pan­do en las cues­tio­nes Mapu­ches, o los evan­gé­li­cos por ejem­plo dicen eso es brujería.

¿Bru­je­ría? Pero ¿Quien ha acu­na­do este con­cep­to? Enton­ces noso­tros nos pre­gun­ta­mos eso es vio­len­cia. Y nos res­pon­da­mos eso es vio­len­cia. Nos han nega­do todos nues­tros dere­chos polí­ti­cos y terri­to­ria­les duran­te todos estos años y el Esta­do no ha hecho abso­lu­ta­men­te nada. Es más. Se ha hecho cóm­pli­ce de los atro­pe­llos que han exis­ti­do en con­tra de nues­tro pue­blo. Pero ¿De que for­ma? Toda­via siguen matan­do. Toda­vía siguen matan­do. Sus agen­tes siguen matan­do cobar­de­men­te, por la espal­da, y sin posi­bi­li­dad de defen­der­nos. ¿Alex Lemun? Muer­to. ¿Matias Catri­leo? Muer­to ¿Men­do­za Collio? Muer­to. ¿Por que? Por inten­tar recu­pe­rar espa­cios usur­pa­dos. Eso es vio­len­cia. Y a noso­tros nos vie­nen a decir que somos terro­ris­tas. Su seño­ría, noso­tros no tene­mos nues­tras manos man­cha­das con san­gre. Nues­tra lucha no ha sido más que defen­der lo nues­tro. Aho­ra en rela­ción a eso mis­mo, al ase­si­na­to por la espal­da, resul­ta, inclu­so lle­gar a risa, a noso­tros por enca­be­zar una lucha, por desa­rro­llar una idea que apun­ta a que noso­tros tene­mos que tra­tar de sacu­dir­nos de toda esta situa­ción, de pobre­za, de toda esta situa­ción de mise­ria, por por­tar esta pro­pues­ta, por lle­var­la a las comu­ni­da­des, el Esta­do a tra­vés de sus fis­ca­les esta pidien­do con­de­nas por mas de 103 años. En cam­bio por el cara­bi­ne­ro, el señor Wal­ter Ramí­rez que ase­sino por la espal­da Matias Catri­leo, le die­ron 3 años fir­man­do. La pre­gun­ta es: ¿quie­nes son vio­len­tos? ¿Quie­nes?

A. M: Pero en la zona que usted vive y tra­ba­ja, con­cre­ta­men­te ¿Que acción reali­zo el Esta­do chi­leno de lo que usted nom­bra criminalización?

R. L: A par­tir del año 99, cuan­do yo comien­zo a tener par­ti­ci­pa­ción en estos pro­ce­sos de lucha, y de hecho las comu­ni­da­des alre­de­dor del lago Lleu-Lleu comen­za­ron a deman­dar tie­rras usur­pa­das, inclu­so al inte­rior del pro­pio titu­lo de Mer­ced, que fue­ron títu­los entre­gaos pos­te­rior a la reduc­ción, comen­za­ron a ser per­se­gui­dos, algu­nos encar­ce­la­dos. Y las deman­das que estas comu­ni­da­des tenían fue­ron cri­mi­na­li­za­das con la con­se­cuen­te mili­ta­ri­za­ción de la zona del lago Lleu-Lleu. Aquí mis­mo ha que­da­do de mani­fies­to que cara­bi­ne­ros de Chi­le tenia dos cam­pa­mien­tos mili­ta­ri­za­dos en dos pun­tos. Uno el lado Nor­te del lago Lleu-Lleu y otro en el lado Sur del lago Lleu-Lleu. Y ade­más todo un tra­ba­jo de inte­li­gen­cia entre comi­llas que ha que­da­do de mani­fies­to en este tri­bu­nal tam­bién, en don­de el gobierno puso gen­te alta­men­te espe­cia­li­za­do for­ma­do en el FBI nor­te­ame­ri­cano, algu­nos for­ma­dos según lo que dice la pren­sa en algu­nos, en el Mosad israe­lí, inclu­so con fis­ca­les for­ma­dos en el FBI. Enton­ces ha sido la repues­ta del gobierno: mili­ta­ri­zar, per­se­guir y eso ha ocu­rri­do en la zona alre­de­dor del lago Lleu-Lleu, hecho que no es la excepción.

Pablo Orte­ga: ¿Y la mili­ta­ri­za­ción usted fue rea­li­za­da solo por carabineros?

R. L: Hay una cosa tam­bién que ha sido tapa­da pero que de algu­na for­ma que­do en evi­den­cia tam­bién, que cuan­do las empre­sas fores­ta­les veían ame­na­za­dos sus intere­ses con­tra­ta­ban guar­dias, guar­dias de dudo­sa, dudo­sas repu­tación. Pues aquí mis­mo en este tri­bu­nal ha que­da­do de mani­fies­to que eran ex mili­ta­res, ex cara­bi­ne­ros. Inclu­so hay una empre­sa de segu­ri­dad que era, que pres­ta­ba ser­vi­cio a las empre­sas fores­ta­les y esta­ba diri­gi­do por un señor de ape­lli­do Itu­rria­ga Neu­man. Enton­ces ten­dría­mos cara­bi­ne­ros, la guar­dia pri­va­da de las fores­ta­les y ade­más todo el tra­ba­jo de inte­li­gen­cia que como vimos en este tri­bu­nal en este tri­bu­nal lo rea­li­za­ba per­so­nal de la Poli­cía de Inves­ti­ga­ción. Y ade­más en su momen­to en el lago Lleu-Lleu fue­ron pues­tos en algu­nos pues­tos per­so­nal de la Arma­da de Chi­le. Enton­ces esta reali­dad efec­ti­va­men­te exis­tía y aho­ra no tan­go cono­ci­mien­to pues­to que debe hacer alre­de­dor de dos años que estoy en pri­sión. Des­co­noz­co si esta reali­dad continúa.

Iti­ne­ra­rio social, cul­tu­ral y polí­ti­co de un mili­tan­te Mapu­che: los cami­nos hacia la for­ma­ción de una con­cien­cia Mapuche

P. O: Señor Llan­qui­leo, ade­más de vivir a Trai­guen, ¿Usted vivió en otro lado? ¿Ha esta­do en otro lado?

R. L: Como aquí ha que­da­do de mani­fies­to por una cues­tión de moral estoy tra­tan­do de decir la ver­dad. Duran­te este tiem­po en Trai­guen, tuve la opor­tu­ni­dad de cono­cer algu­nas reali­da­des más allá de mi pue­blo y reci­bí una invi­ta­ción a un encuen­tro de orga­ni­za­cio­nes socia­les e indí­ge­nas en Bue­nos Aires, Argen­ti­na. Y a par­tir de allí, comien­zo a tener algu­nas rela­cio­nes con… bueno de hecho a este encuen­tro par­ti­ci­pa­ron her­ma­nos de dis­tin­tos luga­res, dis­tin­tos paí­ses con los cua­les esta­blez­co rela­cio­nes. Pero me que­do un tiem­po a cono­cer la reali­dad de los barrios pobres de Argen­ti­na. Y hay una cosa súper anec­dó­ti­ca, según la visión que tenia noso­tros los negros, de piel moreno, los de piel oscu­ra, sola­men­te está­ba­mos con­de­na­do a la pobre­za, pero allá en Argen­ti­na en los barrios vi gen­te de ojos rubios o sea de ojos ver­des cabe­llo rubio que esta­ban en medio del basu­ral selec­cio­nan­do car­to­nes y latas. Des­pués de eso, cono­cer un poco esta reali­dad, comen­cé a… pro­duc­to de los con­tac­tos con algu­na gen­te de las orga­ni­za­cio­nes indí­ge­nas prin­ci­pal­men­te de Ame­ri­ca Lati­na, comien­zo a hacer un via­je lar­go y comen­cé a vivir y a estar algún tiem­po en algu­nos lugares.

Con los pobres y los indí­ge­nas de Ame­ri­ca Latina

P. O: ¿Podría decir­nos en que luga­res estuvo?

R. L: Pos­te­rior­men­te a Argen­ti­na, estu­ve en Boli­via a cono­cer el movi­mien­to indí­ge­na y prin­ci­pal­men­te la reali­dad de algu­nos pue­blos indí­ge­nas: Que­chua, Ayma­ra y Gua­ri­ni que se agru­pa entorno al movi­mien­to indí­ge­na Pacha­ku­ti. Estu­ve un tiem­po allí, des­pués pos­te­rior­men­te como había otra reali­dad impor­tan­te, el movi­mien­to indí­ge­na tenia una fuer­za impor­tan­te en Ecua­dor, fui en Ecua­dor en algu­nas comunidades.

Y pos­te­rior­men­te hubo un encuen­tro de jóve­nes indí­ge­nas en Vene­zue­la, estu­ve un tiem­po allí, cono­cí algu­nas expe­rien­cias que se esta­ban desa­rro­llan­do en este enton­ces, ya sea expe­rien­cias orga­ni­za­ti­vas del movi­mien­to popu­lar, tam­bién algu­nas expe­rien­cias orga­ni­za­ti­vas que se esta­ban dan­do en los pue­blos indí­ge­nas, tuve la opor­tu­ni­dad de cono­cer una reali­dad muy dis­tin­ta de la de aquí. Allá los indí­ge­nas en Vene­zue­la tie­nen la posi­bi­li­dad de estar en la Asam­blea Nacio­nal, son par­la­men­ta­rios. Y es bien cier­to que sus deman­das son reco­no­ci­das. Inclu­so hay una cosa bien impor­tan­te, a pesar que algu­nos pue­den tener disi­den­cia con el gobierno vene­zo­lano, el gobierno Vene­zo­lano res­pe­ta el con­ve­nio 169, le da pro­tec­ción a los pue­blos indí­ge­nas. Tam­bién pude ver la expe­rien­cia que el gobierno esta­ba desa­rro­llan­do en los barrios, por ejem­plo la ofer­ta de estu­dios por algu­nos adul­tos, cono­cí su sis­te­ma de dis­tri­bu­ción de mer­ca­de­ría, sis­te­ma de mer­ca­do, cono­cí su sis­te­ma de salud.

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