Las éli­tes con­fis­can la revo­lu­ción en Túnez

En la Pla­za del Gobierno de Túnez, don­de cien­tos de per­so­nas seguían ayer pasan­do frío y pena­li­da­des para borrar “cual­quier res­to de la tira­nía de Ben Alí del Gobierno”, expli­ca­ba uno de los mani­fes­tan­tes, Nou­red­di­ne Ammar, son legión quie­nes temen que los hom­bres del vie­jo régi­men y las éli­tes que los apo­yan “roben” su revolución.

Tam­bién están doli­dos por­que aún están espe­ran­do a que alguno de los líde­res de los par­ti­dos polí­ti­cos a los que las pro­tes­tas popu­la­res han libe­ra­do de la repre­sión apa­rez­ca por allí.

Ni Ahmed Brahim, del movi­mien­to Ettaj­did, ni Nej­jib Cheb­bi, del Par­ti­do Demo­crá­ti­co Pro­gre­sis­ta (PDP), aho­ra fla­man­tes minis­tros de Edu­ca­ción Supe­rior y de Desa­rro­llo Local, res­pec­ti­va­men­te, han subi­do has­ta el lugar de la pro­tes­ta para hablar con las per­so­nas que pusie­ron en fuga al dic­ta­dor tras 23 años en el poder, según denun­cian los acam­pa­dos. Y ello a pesar de que repre­sen­tan a dos for­ma­cio­nes que se defi­nen como miem­bros de la fami­lia de la izquierda.

“Brahim y Cheb­bi ya tie­nen su peda­zo de la tar­ta y aho­ra nadie ha veni­do a pre­gun­tar­nos nues­tra opi­nión. Los líde­res de la opo­si­ción sólo que­rían que alguien les lla­ma­ra señor minis­tro’ y aho­ra pre­ten­den pre­sen­tar­se como revo­lu­cio­na­rios”, expli­ca Ammar.

El perio­dis­ta Saif Eddi­ne Amri coin­ci­de en par­te con este pun­to de vis­ta: ”¿Por qué Cheb­bi ha ele­gi­do el supues­ta­men­te menor Minis­te­rio de Desa­rro­llo Local? Para hacer­se pro­pa­gan­da de cara a las elec­cio­nes: sabe que tie­ne que pare­cer que da un buen ser­vi­cio a las regio­nes pobres para ganar las elecciones”.

Maya Jri­bi, la secre­ta­ria gene­ral del PDP, la for­ma­ción de Cheb­bi, ase­gu­ró a este dia­rio que los mani­fes­tan­tes de la Pla­za del Gobierno “tie­nen dere­cho a expre­sar­se, pero no tie­nen repre­sen­tan­tes”, un argu­men­to para­dó­ji­co vinien­do de unos par­ti­dos que, en los pri­me­ros días tras la caí­da de Ben Alí, ase­gu­ra­ron que aspi­ra­ban a “cana­li­zar” la pro­tes­ta popular.

La opo­si­ción no es la úni­ca que está obte­nien­do rédi­tos de la revo­lu­ción mien­tras olvi­da a quie­nes la empe­za­ron. Según expli­có a este dia­rio Mej­ri Mok­dad, coor­di­na­dor de la acam­pa­da de pro­tes­ta en la Pla­za del Gobierno, nin­gu­na aso­cia­ción, a excep­ción del Cole­gio Nacio­nal de Abo­ga­dos de Túnez, ha ofre­ci­do aún su soli­da­ri­dad ni su ayu­da a los mani­fes­tan­tes. “Ni siquie­ra el Cre­cien­te Rojo Tune­cino (sec­ción nacio­nal de la Cruz Roja)”, se lamenta.

Vetan comi­da y agua

Tahar Che­ni­ti, secre­ta­rio gene­ral de esta orga­ni­za­ción, expli­có a Públi­co que la orga­ni­za­ción no está pre­sen­te en la acam­pa­da por “la neu­tra­li­dad” que debe regir la labor de la Cruz Roja y el Cre­cien­te Rojo inter­na­cio­nal. “Noso­tros no hace­mos polí­ti­ca”, subrayó.

Las auto­ri­da­des, por supues­to, van aún más lejos. Des­de el miér­co­les, la poli­cía tra­ta de impe­dir a los ciu­da­da­nos que lle­van agua y comi­da a los acam­pa­dos que acce­dan a la pla­za. El Gobierno no olvi­da que esta y otras pro­tes­tas con­tra la per­ma­nen­cia de los hom­bres de Ben Alí en el poder han ido arran­can­do, una por una, las enor­mes con­ce­sio­nes que la vie­ja guar­dia se ha vis­to for­za­da a hacer. Y a no pocos de ellos les ha cos­ta­do ya sus cargos

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