Y el Bor­bón se hizo el sue­co – Ama­deo Mar­ti­nez Inglés

Dos libros, dos reyes, dos sin­ver­güen­zas, dos «demo­cra­cias»

Ami­go lec­tor, con­ven­drá con­mi­go en que los súb­di­tos sue­cos, al hilo de las infor­ma­cio­nes que estos días nos lle­gan des­de ese bello y frío país rela­ti­vas a las corre­rías sexua­les extra­ma­tri­mo­nia­les de su rey, el antes admi­ra­do y aho­ra denos­ta­do Car­los XVI Gus­ta­vo, pare­cen ser todos, o por lo menos una gran mayo­ría, ade­más de monár­qui­cos recal­ci­tran­tes unos inge­nuos de armas tomar.¡Mira que orga­ni­zar un escán­da­lo nacio­nal y has­ta pedir todos al ali­món la abdi­ca­ción de su augus­to monar­ca tras ente­rar­se, a tra­vés de un valien­te libro de inves­ti­ga­ción, de que éste (el tal Gus­ta­vo) ha esta­do años y años ponién­do­le los cuer­nos a su san­ta espo­sa, es decir, aban­do­nan­do por sis­te­ma el lóbre­go dor­mi­to­rio de la reina/​azafata Sil­via en el pala­cio real de Esto­col­mo para ir a sola­zar­se y a apren­der los entre­si­jos del amor prohi­bi­do en los píca­ros tála­mos de famo­sas can­tan­tes, voca­lis­tas de pos­tín en clu­bes noc­tur­nos y, en gene­ral, de pros­ti­tu­tas de alto estanding!

Pero bueno ¿Qué pen­sa­ban has­ta pri­me­ros de noviem­bre del año pasa­do (fecha en la que salió el cita­do libro a la ven­ta) los pací­fi­cos, demó­cra­tas y monár­qui­cos ciu­da­da­nos de ese país? ¿Que a los reyes en gene­ral y al suyo en par­ti­cu­lar (apa­ren­te­men­te un hom­bre más serio que un pla­to de habas) no les han gus­ta­do his­tó­ri­ca­men­te, y les sigue gus­tan­do a rabiar a los pocos que que­dan, acos­tar­se a man­sal­va con estu­pen­das seño­ras de alto nivel y lige­ras de cas­cos? ¿Pero qué creían que han hecho, y siguen hacien­do hoy en día, los monar­cas, esa espe­cie resi­dual en vías de extin­ción, esos irre­den­tos vagos con coro­na, uni­for­me de dise­ño pla­ga­do de con­de­co­ra­cio­nes fal­sas y ban­da de diver­sos colo­res (tam­bién fal­sa o rega­la­da por com­pla­cien­te dic­ta­dor ter­cer­mun­dis­ta) en sus ratos libres, que son casi todos? ¡Pues qué van a hacer, hom­bres y muje­res de Dios, pro­bos ciu­da­da­nos nór­di­cos aman­tes de su patria, vasa­llos aman­tí­si­mos del gran Car­los XVI Gus­ta­vo de Sue­cia! Lo nor­mal, lo pro­pio de su alto car­go, lo que la mayo­ría de los euro­peos (sobre todo los del Sur) sabe­mos muy bien que han hecho siem­pre por­que lo hemos apren­di­do en el libro de his­to­ria de pri­mer cur­so de pri­ma­ria: Dar­le a la coli­lla (regia, des­de lue­go), for­ni­car como leo­nes, tra­ji­nar­se a des­ta­jo seño­ras enjo­ya­das de muy buen ver nor­mal­men­te ads­cri­tas al espec­tácu­lo internacional…

Pero no sólo eso por­que tan tras­cen­den­ta­les e inapla­za­bles “tareas de Esta­do”, muy gene­ra­li­za­das y comu­nes en las más anti­guas y nobles monar­quías del mun­do, no podrían lle­var­se a buen tér­mino sin que el divino monar­ca de turno no las acom­pa­ña­se tam­bién con el beber (tam­bién a man­sal­va) vinos vie­jí­si­mos traí­dos de las mejo­res bode­gas del mun­do y con el comer sin reca­to ali­men­tos carí­si­mos, ser­vi­dos todos ellos (las bote­llas y los man­ja­res) por idio­ti­za­dos criados/​vasallos que, para poder comer ellos tam­bién un poco de las miga­jas que tira su señor, han debi­do sus­cri­bir un humi­llan­te pac­to de silen­cio en evi­ta­ción de que las gol­fe­rías del mis­mo y sus com­pin­ches de juer­gas tras­cien­dan a la ciu­da­da­nía del reino.

Sí, sí, los pobres ciu­da­da­nos sue­cos andan estos días revo­lu­cio­na­dos a cuen­ta del libro “El monar­ca reti­cen­te” de los perio­dis­tas Tho­mas Sjö­berg, Dean­ne Raus­cher y Tave Meyer, que cuen­ta con pelos y seña­les las aven­tu­ras sexua­les de su otro­ra ama­do monar­ca, Car­los XVI Gus­ta­vo, y, en par­ti­cu­lar, la rela­ción ínti­ma que man­tu­vo duran­te varios años con Cami­lla Hene­mark, una can­tan­te de color del gru­po pop sue­co “Army of Lovers”, de 46 años de edad en la actua­li­dad. Pero un tan­to aton­to­li­na­dos como están, debi­do segu­ra­men­te al frío del nor­te y a su ances­tral iner­cia his­tó­ri­ca, no quie­ren toda­vía ni oír hablar de man­dar a su tra­di­cio­nal monar­quía de dere­cho divino a freír gár­ga­ras repu­bli­ca­nas, y sólo aspi­ran (en una pro­por­ción del 63%) a que el “bra­gue­tas” con coro­na que toda­vía deten­ta la jefa­tu­ra de su Esta­do social y de dere­cho (el tal Gus­ta­vo) abdi­que de inme­dia­to en la per­so­na de su hija, la gen­til prin­ce­sa Vic­to­ria (que, por cier­to, tam­bién ha pro­ta­go­ni­za­do recien­te­men­te otro escán­da­lo monu­men­tal a cuen­ta de su espec­ta­cu­lar y pre­sun­ta­men­te corrup­to via­je de novios) y se vaya con vien­to fres­co a ter­mi­nar sus días can­tan­do bala­das jun­to a su ama­da Cami­lla o al lecho de cual­quier mere­triz de postín.

¡Demen­cial, des­de lue­go! Pero así son estos nór­di­cos de bici­cle­ta, socia­lis­mo del bueno, putas que no lo pare­cen y seño­ras muy decen­tes, rubias y bue­no­tas, que sí lo pare­cen. Y si no que se lo digan a los esca­sos machos ibé­ri­cos de la déca­da de los sesen­ta del siglo pasa­do que toda­vía per­vi­ven por estos lares, algu­nos de los cua­les aún pasean su impo­ten­cia via­grí­ca por pros­tí­bu­los y putis­club nacio­na­les, que tuvie­ron que hacer fren­te a una gran empa­na­da sexual y a unas muy gra­ves equi­vo­ca­cio­nes en el ligue pla­ye­ro cuan­do la mara­bun­ta de jóve­nes sue­cas rubias y en biki­ni, mos­tran­do con gene­ro­si­dad pechos y tra­se­ro, inva­dió des­pia­da­da­men­te las cos­tas espa­ño­las del desa­rro­llo y el des­ta­pe franquista.

Pero bueno que me estoy des­vian­do del tema con esto de las huríes sue­cas de los años sesen­ta y yo lo que que­ría, en las últi­mas líneas de este tra­ba­jo, era com­pa­rar el escán­da­lo éste del sin­ver­güen­za de Gus­ta­vo de Sue­cia con el que pudo des­atar­se, y no se des­ató, en Espa­ña, rela­ti­vo a otro rey/​golferas de tama­ño natu­ral, el lla­ma­do popu­lar­men­te por la ple­be autóc­to­na “Juan­ca” o “el Cam­pe­chano” y en plan ofi­cial y con mucho más res­pe­to (que sin duda se lo mere­ce más que nada por la fami­lia y los niños) Juan Car­los I de Bor­bón, jefe del Esta­do espa­ñol a títu­lo de rey des­de noviem­bre de 1975 por la gra­cia puñe­te­ra del dic­ta­dor Franco.

Bueno, pues resul­ta que en un gran para­le­lis­mo con lo ocu­rri­do en Sue­cia a cuen­ta del disi­pa­do rey Gus­ta­vo tam­bién en Espa­ña se publi­có un libro simi­lar (va a hacer aho­ra tres años, con­cre­ta­men­te en febre­ro de 2008) titu­la­do “Juan Car­los I, el últi­mo Bor­bón, Las Men­ti­ras de la monar­quía espa­ño­la”, 415 pági­nas, escri­to por este modes­to his­to­ria­dor des­pués de algo así como vein­te años de inves­ti­ga­ción y en el que se des­ve­lan una por una todas y cada una de las perre­rías (pre­sun­tos deli­tos, casi todas) come­ti­das por el sim­pá­ti­co y cam­pe­chano monar­ca (ya un poco vie­ji­to el pobre en estos momen­tos) que ha rei­na­do (y gober­na­do en la som­bra) en este país duran­te trein­ta y cin­co años. Perre­rías que no sólo me per­mi­tí estam­par­las en las pági­nas del libro en cues­tión sino que tam­bién tuve a bien poner­las en cono­ci­mien­to, y por tres veces en los últi­mos tres años, del pre­si­den­te del Con­gre­so de los Dipu­tados, del jefe del Eje­cu­ti­vo y de los pre­si­den­tes de todas y cada una de las más altas ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do. Para que, dada la gra­ve­dad de todas esas irre­gu­la­ri­da­des regias, una Comi­sión de Inves­ti­ga­ción del Par­la­men­to espa­ñol las estu­dia­ra y toma­ra las medi­das oportunas.

¿Y cuá­les eran, se pue­de pre­gun­tar en este momen­to algún ama­ble lec­tor un poco des­pis­ta­do o no muy ver­sa­do en el tema, las irre­gu­la­ri­da­des, las infi­de­li­da­des, las juer­gas o los pre­sun­tos deli­tos come­ti­dos por el toda­vía rey de Espa­ña, Juan Car­los I, y que figu­ran tan­to en el libro como en los Infor­mes remi­ti­dos a las más altas ins­ti­tu­cio­nes espa­ño­las? Pues ahí va ¡fal­ta­ría más! muy extrac­ta­do, un peque­ño resu­men no exhaustivo:

* Mató a su her­mano peque­ño, Don Alfon­so, aspi­ran­te tam­bién al trono de Espa­ña, en 1956, con su pro­pia pis­to­la y en cir­cuns­tan­cias que toda­vía no se han acla­ra­do por la jus­ti­cia. En aquél momen­to era un caba­lle­ro cade­te del Ejér­ci­to espa­ñol, de 18 años de edad y exper­to en toda cla­se de armas portátiles.

* Exis­ten indi­cios racio­na­les irre­fu­ta­bles en el sen­ti­do de que auto­ri­zó a los gene­ra­les Arma­da y Milans a orga­ni­zar y eje­cu­tar el fal­so gol­pe mili­tar del 23‑F.

* Exis­ten docu­men­tos del CESID que prue­ban que esta­ba al tan­to de los crí­me­nes de Esta­do de los GAL y no inter­vino para pararlos.

* Man­tu­vo duran­te más de quin­ce años un tórri­do roman­ce sen­ti­men­tal con una famo­sa vedet­te espa­ño­la del espec­tácu­lo que des­pués qui­so chan­ta­jear­le con unos videos de natu­ra­le­za sexual. Para evi­tar el escán­da­lo, el Esta­do tuvo que pagar más 500 millo­nes de pese­tas a tra­vés de fon­dos reser­va­dos. Apar­te de esta rela­ción extra­ma­tri­mo­nial, ha man­te­ni­do otras muy nume­ro­sas que han sido silen­cia­das por los medios de comunicación.

* Se ha enri­que­ci­do espec­ta­cu­lar­men­te duran­te su rei­na­do has­ta el pun­to que su for­tu­na actual, según auto­ri­za­das revis­tas espe­cia­li­za­das, ascien­de a 1790 millo­nes de euros (300.000 millo­nes de pesetas).

* Ha acep­ta­do de for­ma con­ti­nua­da rega­los y dona­cio­nes millo­na­rias en for­ma de yates, coches de lujo, mansiones…etc, etc.

Ami­go lec­tor, des­pués de lo ante­rior­men­te leí­do le pido que siga y com­pa­re lo suce­di­do aquí en Espa­ña con lo acae­ci­do en Sue­cia. Esta­mos hablan­do de dos paí­ses demo­crá­ti­cos, moder­nos y avan­za­dos de Euro­pa y en los dos un libro de inves­ti­ga­ción, valien­te, docu­men­ta­do, exhaus­ti­vo… ha reve­la­do las infi­de­li­da­des, las orgías y las vidas licen­cio­sas de sus res­pec­ti­vos reyes.

En Sue­cia, se publi­can las sor­pren­den­tes reve­la­cio­nes en todos los medios de comu­ni­ca­ción, se abren deba­tes en los mis­mos, la socie­dad civil inter­vie­ne ya que se tra­ta nada menos que de su rey y jefe del Esta­do, se orga­ni­za un escán­da­lo mayúscu­lo, el monar­ca da un paso al fren­te y da la cara en rue­da de pren­sa, se dis­cul­pa ante el país y su fami­lia, la mayo­ría de la ciu­da­da­nía (63%) pide, no obs­tan­te, la abdi­ca­ción de su soberano…

Aquí, en Espa­ña, con un escán­da­lo en poten­cia mucho mayor pues no sólo se tra­ta de infi­de­li­da­des y vida licen­cio­sa del rey sino de pre­sun­tos deli­tos de gol­pis­mo, ase­si­na­to juve­nil, terro­ris­mo de Esta­do, mal­ver­sa­ción de fon­dos reser­va­dos, enri­que­ci­mien­to ilí­ci­to, corrup­ción generalizada…etc, etc, se da la calla­da por res­pues­ta des­de todas las ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do, se cer­ca y se nin­gu­nea el libro con el fin de limi­tar su dis­tri­bu­ción ya que, por mie­do a que esta­lle el escán­da­lo, nadie se atre­ve a ins­tar a los jue­ces a que sea secues­tra­do, se con­si­gue que las gran­des super­fi­cies comer­cia­les blo­queen su ven­ta, nin­gún medio de comu­ni­ca­ción sabe nada del mal­di­to libro, nadie lo cri­ti­ca en ellos, nin­gu­na radio o tele­vi­sión lo comen­ta, se inten­ta y se con­si­gue par­cial­men­te (por­que a pesar de todo ello varios miles de ejem­pla­res lle­ga­rán a los lec­to­res) matar el mal­di­to docu­men­to y con ello al men­sa­je­ro de la incu­ria real de este país.

Segui­mos en Espa­ña: el rey cam­pe­chano no da la cara, no dice ni pío, la ley del silen­cio que le pro­te­ge des­de su ile­gí­ti­ma subi­da al trono por orden de Fran­co en 1975 actúa con toda su fuer­za. En este país de la mági­ca tran­si­ción y de la modé­li­ca Cons­ti­tu­ción del 78, hecha por fran­quis­tas y vigi­la­da por carros de com­ba­te tam­bién fran­quis­tas, nun­ca pasa nada, nada es real sal­vo lo polí­ti­ca­men­te correc­to y acor­de al más puro dere­cho, tam­bién franquista…

Los espa­ño­les, efec­ti­va­men­te, nadie lo duda en estos momen­tos, tene­mos un rey mucho más gol­fe­ras que el que tie­nen los sue­cos, pero sal­vo algu­nos valien­tes que luchan por la ver­dad en Inter­net nadie se atre­ve a decir­lo. Por lo menos has­ta que este monar­ca divino, impues­to por el dic­ta­dor que tuvo en un bre­te a los espa­ño­les duran­te cua­ren­ta años, se vaya él soli­to al pudri­de­ro de El Esco­rial. Y se lle­ve con él la corrup­ta monar­quía que repre­sen­ta. Por­que, y esto es toda­vía una muy impor­tan­te asig­na­tu­ra pen­dien­te en este país, nadie en su sano jui­cio pue­de pen­sar que a estas altu­ras los espa­ño­les, aún aban­do­na­dos y pere­zo­sos como nadie inclu­so par qui­tar­se de en medio a los dic­ta­do­res por muy san­gui­na­rios que sean, pue­den tra­gar muchos años con el “prín­ci­pe vague­te” como nue­vo rey de dere­cho franquista.

Ami­gos, para ter­mi­nar. ¡Que envi­dia me dan los sue­cos! Aun­que si he de ser sin­ce­ro, no estoy muy segu­ro de si esto que yo sien­to en estos momen­tos es envi­dia o, en reali­dad, es pena, mucha pena… de mí mis­mo y de los millo­nes de com­pa­trio­tas que con­vi­ven con­mi­go en esta desér­ti­ca y arrui­na­da piel de toro ibérica.

Insur­gen­te

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