Un acto atroz – Fidel Castro

Una tris­te noti­cia se divul­gó en la tar­de de hoy des­de Esta­dos Uni­dos: la con­gre­sis­ta demó­cra­ta por Ari­zo­na, Gabrie­lle Gif­fords, fue víc­ti­ma de un aten­ta­do cri­mi­nal mien­tras par­ti­ci­pa­ba en un acto polí­ti­co en su dis­tri­to elec­to­ral de Tuc­son. Al otro lado de la fron­te­ra se encuen­tra Méxi­co, el país lati­no­ame­ri­cano al que per­te­ne­cía ese terri­to­rio, cuan­do en una injus­ta gue­rra le fue­ra arre­ba­ta­do más de la mitad de su extensión.

Por su ári­da super­fi­cie, muchos de los que emi­gran de Méxi­co, Cen­troa­mé­ri­ca y otros paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos inten­tan esca­par del ham­bre, la pobre­za y el sub­de­sa­rro­llo a los que han sido con­du­ci­dos esos pue­blos por Esta­dos Uni­dos. El dine­ro y las mer­can­cías pue­den cru­zar libre­men­te la fron­te­ra; los seres huma­nos, no. Sin hablar de las dro­gas y las armas que en una y otra direc­ción cru­zan esa línea.

Cien­tos de miles de lati­no­ame­ri­ca­nos, que en aquel país rea­li­zan los tra­ba­jos más duros y peor paga­dos, son cap­tu­ra­dos cada año y devuel­tos a sus pun­tos de par­ti­da, muchas veces sepa­ra­dos de sus fami­lia­res más alle­ga­dos. Ellos espe­ra­ban de la nue­va admi­nis­tra­ción una rec­ti­fi­ca­ción de esa polí­ti­ca cri­mi­nal e inhumana.

De acuer­do a las noti­cias recién lle­ga­das, 18 per­so­nas fue­ron alcan­za­das por las balas, y seis murie­ron, entre ellas, una niña de 9 años y el juez fede­ral John Roll.

La con­gre­sis­ta fue gra­ve­men­te heri­da por un dis­pa­ro en la cabe­za. Los médi­cos lucha­ban por pre­ser­var­le la vida.

Está casa­da con el astro­nau­ta de la NASA Mark Kelly. Fue elec­ta por pri­me­ra vez al Con­gre­so en el 2006, a la edad de 36 años. “Es par­ti­da­ria de la refor­ma migra­to­ria, la inves­ti­ga­ción con célu­las embrio­na­rias y las ener­gías alter­na­ti­vas”, medi­das que detes­ta la extre­ma derecha.

Había sido reelec­ta como repre­sen­tan­te demó­cra­ta en las pasa­das elecciones.

Pre­gun­ta­do su padre por la pren­sa si tenía enemi­gos, res­pon­dió: “Todo el Tea Party“.

Se cono­ce que la ex can­di­da­ta a la vice­pre­si­den­cia de Esta­dos Uni­dos en las elec­cio­nes del 2008 y líder del Tea Party, Sarah Palin, publi­có en su sitio web como obje­ti­vo para los segui­do­res de su par­ti­do, un mapa del dis­tri­to con­gre­sio­nal de 20 de los repre­sen­tan­tes que habían apo­ya­do la pro­pues­ta de refor­ma de salud del pre­si­den­te Oba­ma, y los tenía mar­ca­dos con la miri­lla de un fusil.

El con­trin­can­te de la con­gre­sis­ta Gabrie­lle Gif­fords, era un ex marino que en la cam­pa­ña elec­to­ral apa­re­ció con un fusil M‑16 en un men­sa­je, cuyo con­te­ni­do según se infor­ma era: “Ayu­da a sacar a Gabrie­lle Giffords…Dispara el car­ga­dor com­ple­to de un M‑16 auto­má­ti­co con Jes­se Kelly.”

En mar­zo de 2010 la ofi­ci­na elec­to­ral de Gabrie­lle fue ata­ca­da. Ella decla­ró que cuan­do la gen­te hacía eso se tie­ne que dar cuen­ta de sus con­se­cuen­cias; los líde­res polí­ti­cos deben reu­nir­se y decir el límite.

Cual­quier per­so­na sen­sa­ta podría pre­gun­tar­se si un hecho como este ocu­rrió en Afga­nis­tán o en un dis­tri­to elec­to­ral en Arizona.

Oba­ma decla­ró tex­tual­men­te: “Es una tra­ge­dia inca­li­fi­ca­ble, un núme­ro de esta­dou­ni­den­ses fue­ron baleados…”.

“Y mien­tras segui­mos inves­ti­gan­do, sabe­mos que algu­nos han falle­ci­do y que la repre­sen­tan­te Gif­fords está gra­ve­men­te herida…”.

“Aún no tene­mos todas las res­pues­tas. Lo que sabe­mos es que un acto de vio­len­cia tan insen­sa­to y terri­ble no tie­ne cabi­da en una socie­dad libre…”.

“Pido a todos los esta­dou­ni­den­ses unir­se a mi y a Miche­lle para tener a la con­gre­sis­ta Gif­fords, las víc­ti­mas de esta tra­ge­dia y sus fami­lias pre­sen­tes, en nues­tras oraciones.”

Es rela­ti­va­men­te dra­má­ti­ca y bas­tan­te tris­te su ape­la­ción. Has­ta los que no com­par­ti­mos en abso­lu­to sus ideas polí­ti­cas o filo­só­fi­cas, desea­mos sin­ce­ra­men­te que no mue­ran niños, jue­ces, con­gre­sis­tas, ni ciu­da­dano alguno de Esta­dos Uni­dos de for­ma tan absur­da e injustificable.

Es tris­te recor­dar que en el mun­do están per­dien­do la vida cada año muchos millo­nes de per­so­nas, como con­se­cuen­cia de gue­rras absur­das, pobre­za, ham­bru­nas cre­cien­tes y dete­rio­ro al medio ambien­te, pro­mo­vi­da por las nacio­nes más ricas y desa­rro­lla­das del planeta.

Nos gus­ta­ría que Oba­ma y el Con­gre­so de Esta­dos Uni­dos com­par­tie­ran con los demás pue­blos esas preocupa.

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