Oba­ma ante la mitad del camino o del pre­ci­pi­cio- Txen­te Rekondo

Cuan­do se cum­ple la mitad del man­da­to del actual pre­si­den­te nor­te­ame­ri­cano, las encues­tas refle­jan un retro­ce­so en la popu­la­ri­dad de Oba­ma, el con­tex­to la polí­ti­ca ins­ti­tu­cio­nal en Esta­dos Uni­dos refle­ja tam­bién un revés para los intere­ses del Par­ti­do Demó­cra­ta, y tan­to esta for­ma­ción como sus riva­les en el Par­ti­do Repu­bli­cano han comen­za­do a sacar cuen­tas de cara a la pró­xi­ma cam­pa­ña de las pri­ma­rias del 2012, que demar­ca­rán el can­di­da­to de cada par­ti­do a la pre4sidencia de EEUU a fina­les de ese mis­mo año.

Tras el bata­ca­zo demó­cra­ta en las elec­cio­nes de medio man­da­to, que ha sig­ni­fi­ca­do la pér­di­da del con­trol demó­cra­ta en la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes y una pér­di­da de su poder en Sena­do, con una ele­va­da tasa de des­em­pleo, tras la cri­sis del ver­ti­do de petró­leo, y con diver­gen­cias den­tro del Par­ti­do Demó­cra­ta, no se anti­ci­pa una camino de rosas para los dos años que le res­tan de man­da­to a Oba­ma. No obs­tan­te, y a pesar de todos los obs­tácu­los que debe afron­tar, de momen­to es el can­di­da­to mejor situa­do en su par­ti­do para pre­sen­tar­se a la reelec­ción, ya que es dema­sia­do pron­to (como ya ocu­rrió en las ante­rio­res cam­pa­ñas pre­si­den­cia­les) para que los posi­bles riva­les demó­cra­tas se pos­tu­les públi­ca­men­te, y algo pare­ci­do pue­de estar ocu­rrien­do entre los republicanos.

Las elec­cio­nes de medio man­da­to han supues­to un pun­to de infle­xión que con­di­cio­na­rá los inten­tos de Oba­ma para sacar a delan­te todo un aba­ni­co de pro­yec­tos. Las reti­cen­cias de sus pro­pios com­pa­ñe­ros de par­ti­do (las supues­tas dos almas enfren­ta­das, los con­ser­va­do­res y el cen­tro-izquier­da) tam­po­co pare­ce que ayu­de a un cómo­do trán­si­to de estos dos años para las inten­cio­nes pre­si­den­cia­les. Como bien le recor­da­ba recien­te­men­te un ana­lis­ta al pro­pio Oba­ma, una cosa es ?diri­gir una cam­pa­ña? (can­di­da­to) y otra muy dife­ren­te ser el ?líder del país? (pre­si­den­te).

Los inten­tos pre­si­den­cia­les para poner en mar­cha una nue­va ley en torno a la inmi­gra­ción (que ha sido recha­za­da recien­te­men­te), el recor­te de impues­tos, la sali­da de Afga­nis­tán o el nue­vo tra­ta­do START en torno a la reduc­ción de armas nuclea­res serán un buen momen­to para ver el desa­rro­llo de la pre­si­den­cia de Oba­ma no ya sólo en los pró­xi­mos dos años, sino en los meses cer­ca­nos venideros.

Algu­nos bus­can para­le­lis­mos con el pasa­do. De esta mane­ra, pre­sen­tan la situa­ción de Oba­ma tras la pér­di­da de las elec­cio­nes de medio man­da­to como una situa­ción que ya vivie­ron Tru­man en 1947 o Clin­ton en 1995. Evi­den­te­men­te nos encon­tra­mos ante dos coyun­tu­ras dife­ren­tes, pero en ambos casos, aque­llos pre­si­den­tes demó­cra­tas tam­bién per­die­ron las elec­cio­nes de medio man­da­to. Sin embar­go, lo que pre­ten­den resal­tar con esta com­pa­ra­ción es el camino dife­ren­te que adop­ta­ron uno y otro ante esa pér­di­da elec­to­ral, y bus­can anti­ci­par cuál será la acti­tud de Oba­ma en estos dos años que le quedan.

Así, mien­tras que Tru­man deci­dió apos­tar por una agen­da de carác­ter de cen­tro-izquier­da (siem­pre aten­dien­do a los pará­me­tros polí­ti­cos que este tipo de ter­mi­no­lo­gía repre­sen­ta en la polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se), Clin­ton optó por bus­car una cla­ra apro­xi­ma­ción hacia el elec­to­ra­do más con­ser­va­dor, movién­do­se hacia la dere­cha. A ambos les valió su movi­mien­to pues logra­ron la reelec­ción pre­si­den­cial. De ahí que aho­ra en los círcu­los polí­ti­cos de EEUU se espe­cu­le por el camino o la acti­tud que adop­ta­rá Obama.

Toda­vía, y a la vis­ta de las recien­tes encues­tas, pare­ce que el actual pre­si­den­te cuen­ta con el apo­yo de impor­tan­tes sec­to­res esta­dou­ni­den­ses. En ese sen­ti­do las comu­ni­da­des afro-ame­ri­ca­nas y lati­nas se decan­tan mayo­ri­ta­ria­men­te por Oba­ma, sobre todo la pri­me­ra, así como la mayo­ría de las bases demó­cra­tas y los sec­to­res más jóve­nes de la socie­dad. No obs­tan­te, habrá que eva­luar la reac­ción de esos sopor­tes del actual pre­si­den­te si éste deci­de final­men­te acen­tuar su giro hacia la derecha.

De momen­to, las pro­me­sas elec­to­ra­les, en bue­na medi­da, se están que­dan­do en papel moja­do y son cada vez más los que sos­tie­nen que bue­na par­te de la polí­ti­ca de Oba­ma sigue el guión esta­ble­ci­do por su ante­ce­sor, Geor­ge W. Bush. Ahí se ha ido que­dan­do los pla­nes para cerrar Guan­tá­na­mo, la sali­da camu­fla­da de Iraq (don­de tras el cam­bio de deno­mi­na­ción, las tro­pas mili­ta­res siguen en las bases per­ma­nen­tes de ese país). Y de cara al futu­ro nos encon­tra­mos con el ?olvi­do? de sus pre­ten­sio­nes ini­cia­les de subir los impues­tos a las cla­ses más ricas, y en lugar de ello, está afe­rrán­do­se al pro­gra­ma de Bush y al apo­yo de los repu­bli­ca­nos para apli­car una polí­ti­ca eco­nó­mi­ca cla­ra­men­te con­ser­va­do­ra. O el espi­no­so tema de Afga­nis­tán, don­de nadie pare­ce encon­trar una sali­da al con­flic­to y sobre el que pesa la pro­me­sa de Oba­ma de redu­cir en el futu­ro su pre­sen­cia militar.

Otra cla­ra ven­ta­ja que de momen­to tie­ne Oba­ma de cara a su posi­ble can­di­da­tu­ra a la reelec­ción es que de momen­to el Par­ti­do Demó­cra­ta no cuen­ta con una figu­ra para hacer­le som­bra de cara a esa nomi­na­ción. Eso no quie­re decir que en los pró­xi­mos meses no se pro­duz­can movi­mien­tos en el seno del par­ti­do, pero de momen­to, el que pare­ce mejor colo­ca­do es el pro­pio Oba­ma, y no hay que olvi­dar que los posi­bles can­di­da­tos debe­rán poner en mar­cha su maqui­na­ria (apo­yos socia­les y eco­nó­mi­cos) en los pró­xi­mos meses, sino lo han hecho toda­vía, y el tiem­po sue­le pasar más rápi­do de lo que se cree.

Enfren­te ten­drá todos los recur­sos que pue­dan entron­car en torno suyo los posi­bles can­di­da­tos del Par­ti­do Repu­bli­cano. En este ámbi­to nos encon­tra­mos en una situa­ción pare­ja, aun­que algu­nos nom­bres ya han comen­za­do a sonar de cara a la carre­ra de las pri­ma­rias repu­bli­ca­nas. La popu­lis­ta ex gober­na­do­ra de Alas­ka Sarah Palin, o los tam­bién anti­guos gober­na­do­res de Arkan­sas, Mike Huc­ka­bee o de Mas­sa­chus­sets, Mitt Rom­ney, ya han comen­za­do a via­jar a dife­ren­tes par­tes del país, sobre todo a Iowa y New Ham­pshi­re, dos esta­dos que sue­len ser refe­ren­cia­les al comien­zo de la cam­pa­ña de las primarias.

Otros posi­bles nom­bres que han ido aso­man­do estos días en los dife­ren­tes medios son Tim Paw­lenty (gober­na­dor de Min­ne­so­ta), Haley Bar­bour (gob. de Mis­si­si­pi), Match Daniels (gob. de India­na) y el sena­dor de Dako­ta del Sur, John Thu­ne. Aun­que todos ellos, de momen­to no son muy cono­ci­dos para el públi­co en gene­ral, y por lo tan­to par­ten en una situa­ción de des­ven­ta­ja con los tres primeros.

De momen­to todo pare­ce indi­car que fina­li­zan­do el 2010 ya sabe­mos quién ha sali­do seria­men­te derro­ta­do en la vida polí­ti­ca e ins­ti­tu­cio­nal de EEUU, aun­que es dema­sia­do pron­to para tras­la­dar esas apre­cia­cio­nes al 2012. Ya en el pasa­do se han vis­to impor­tan­tes vuel­cos en las pri­ma­rias de ambos par­ti­dos (el caso de Giu­lia­ni y de Clin­ton en la ante­rior cam­pa­ña), por ello no se debe des­car­tar que en los pró­xi­mos meses hagan su irrup­ción algu­nos can­di­da­tos a día de hoy ?tapa­dos?.

Otro fac­tor a tener en cuen­ta es la acti­tud que ten­gan los lla­ma­dos inde­pen­dien­tes, que es una par­te del elec­to­ra­do que pue­de decan­tar la balan­za den­tro de dos años. De momen­to, las encues­tas cons­ta­tan que Oba­ma ha ido per­dien­do el apo­yo de éstos, tan­to por el incum­pli­mien­to de su pro­gra­ma como por la dere­chi­za­ción de su pre­si­den­cia. Y es que el actual inqui­lino de la Casa Blan­ca no debe olvi­dar que el elec­to­ra­do siem­pre pre­fie­re el ori­gi­nal a una copia, y que si final­men­te apues­ta por la polí­ti­ca con­ser­va­do­ra, buen par­te de la pobla­ción que has­ta aho­ra le ha apo­ya­do pue­de aca­bar dán­do­le la espalda.

Tam­po­co hay que olvi­dar el apo­yo que a día de hoy sigue reci­bien­do Oba­ma de las éli­tes polí­ti­cas, eco­nó­mi­cas y mediá­ti­cas del país, y que los repu­bli­ca­nos inten­ta­rán uti­li­zar la téc­ni­ca del des­gas­te, acre­cen­tan­do el des­gas­te del actual pre­si­den­te, en línea con la téc­ni­ca que el pro­pio Oba­ma puso en mar­cha hace más de dos años. Si el ?cam­bio? no aca­ba de mate­ria­li­zar­se, es muy pro­ba­ble que ese mis­mo lema se vuel­va con­tra el actual pre­si­den­te y que sus riva­les aca­ben por uti­li­zar­lo como ban­de­ra, tal y como hemos vis­to en las recien­tes elec­cio­nes de medio man­da­to. Una para­do­ja más de una polí­ti­ca que en EEUU ya ape­nas pue­de dis­tin­guir un par­ti­do de otro.

TXENTE REKONDO.- Gabi­ne­te Vas­co de Aná­li­sis Inter­na­cio­nal (GAIN)

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