Israel nie­ga el dere­cho a la jus­ti­cia a las víc­ti­mas pales­ti­nas de la ope­ra­ción plo­mo fundido

PI24/​12/​10 Como resul­ta­do de los obs­tácu­los físi­cos, finan­cie­ros y lega­les que impo­ne Israel, los gaza­tíes –inclu­yen­do las miles de víc­ti­mas de la ope­ra­ción plo­mo fun­di­do- se ven impo­si­bi­li­ta­dos de encon­trar jus­ti­cia en los tri­bu­na­les israe­líes. Esto sig­ni­fi­ca una nega­ción sis­te­má­ti­ca de dere­chos huma­nos fundamentales.

Esta deman­da se refie­re al dere­cho a la indem­ni­za­ción y a la peti­ción de com­pen­sa­cio­nes por daños en nom­bre de esas víctimas.

Ante­ce­den­tes

La legis­la­ción inter­na­cio­nal reco­no­ce a todas las víc­ti­mas el dere­cho a la indem­ni­za­ción (inclu­yen­do la com­pen­sa­ción) en el caso de una vio­la­ción de la ley inter­na­cio­nal. Sin embar­go, las víc­ti­mas pales­ti­nas de Gaza se enfren­tan a un núme­ro de barre­ras impor­tan­tes que ter­mi­nan por impe­dir el acce­so a la jus­ti­cia, lo que vio­la sus dere­chos fun­da­men­ta­les. Los obs­tácu­los prin­ci­pa­les son tres:

1. Esta­tu­to de limi­ta­cio­nes. Según la ley de Israel, una deman­da civil pro daños debe pre­sen­tar­se en los dos años siguien­tes a la comi­sión del mis­mo, de otra for­ma se pier­de por com­ple­to el dere­cho. Como Gaza está cerra­da al exte­rior (ile­gal­men­te) y hay nume­ro­sí­si­mas víc­ti­mas, resul­ta que éstas no pue­den pre­sen­tar sus deman­das den­tro de ese tiem­po. Antes del 1 de agos­to de 2002, el pla­zo era de sie­te años.

2. Barre­ra eco­nó­mi­ca. Los tri­bu­na­les de Israel a menu­do requie­ren un pago por ade­lan­ta­do antes de empe­zar el caso. Aun­que es una tasa apli­ca­ble a dis­cre­ción del juez, en la prác­ti­ca siem­pre se apli­ca a los pales­ti­nos. La can­ti­dad no es fija y se deter­mi­na caso por caso. Si se tra­ta de un daño mate­rial, la tasa es un por­cen­ta­je del valor de la pro­pie­dad daña­da, pero los daños per­so­na­les care­cen de una fór­mu­la seme­jan­te. La expe­rien­cia del CPDH es que la tasa míni­ma ascien­de a 10.000 she­kels, unos 2.800 dóla­res, pero pue­de ser mucho mayor. En un caso recien­te de muer­te ascen­dió a 5.600 dóla­res. De esta for­ma, gra­ves vio­la­cio­nes supo­nen igual­men­te altas barre­ras a la jus­ti­cia. Con otras pala­bras, los gaza­tíes, arrui­na­dos por la devas­ta­ción eco­nó­mi­ca del ase­dio que sufren, no pue­den reu­nir esas sumas y en con­se­cuen­cia sus casos son recha­za­dos y cerrados.

3. Barre­ras físi­cas. Según la ley de Israel, la víc­ti­ma o el tes­ti­go han de decla­rar ante el tri­bu­nal para que su tes­ti­mo­nio sea váli­do. Sin embar­go, des­de junio de 2007, las auto­ri­da­des mili­ta­res no han per­mi­ti­do a nin­gún gaza­tí pre­sen­tar­se ante el tri­bu­nal. En con­se­cuen­cia sus deman­das son recha­za­das y los casos cerra­dos. Ade­más, los abo­ga­dos del CPDH tam­po­co pue­den entrar en Israel para pre­sen­tar los casos de sus clien­tes. La solu­ción es tra­ba­jar en coor­di­na­ción con abo­ga­dos israe­líes, lo que aumen­ta el cos­te legal. En todo caso a los abo­ga­dos israe­líes no se les per­mi­te entrar en Gaza, lo cual afec­ta seria­men­te su capa­ci­dad de repre­sen­tar a sus clien­tes con las debi­das garantías.

La peti­ción

El CPDH denun­cia el lími­te de dos años y soli­ci­ta un man­da­mien­to judi­cial que lo sus­pen­da. El CPDH tam­bién pone de mani­fies­to las barre­ras crea­das por la polí­ti­ca israe­lí, el cie­rre de Gaza entre éstas. Esta peti­ción se pre­sen­ta en nom­bre de 1.046 víc­ti­mas de la ope­ra­ción plo­mo fun­di­do, que son la mayo­ría de los casos pre­pa­ra­dos tras la ofensiva.

Estos casos cubren el espec­tro ente­ro de las vio­la­cio­nes de la ley huma­ni­ta­ria, de las que des­ta­can los casos infa­mes de las fami­lias Samou­ni, Abu Hali­ma y Al-Dia.

Las polí­ti­cas y prác­ti­cas a que se refie­re esta peti­ción se usan para negar el dere­cho a la jus­ti­cia de las víc­ti­mas. Per­pe­túan un cli­ma de impu­ni­dad y con­tri­bu­yen al esta­ble­ci­mien­to de una zona libre de res­pon­sa­bi­li­dad legal en la Fran­ja de Gaza.

El CPDH pue­de faci­li­tar entre­vis­tas con víc­ti­mas de la Fran­ja de Gaza.

Fuen­te: pales​ti​na​li​bre​.org

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