El capi­ta­lis­mo cli­má­ti­co gana en Cancún.Todos los demás pierden-Rebelión.

La clau­su­ra el 11 de diciem­bre de la 16 Con­fe­ren­cia de las Par­tes –la cum­bre glo­bal del cli­ma– en Can­cún fue mos­tra­da por la mayo­ría de los par­ti­ci­pan­tes y perio­dis­tas de los medios domi­nan­tes como una vic­to­ria, un ‘paso ade­lan­te’. El jefe nego­cia­dor del Depar­ta­men­to de Esta­do de EE.UU., Todd Stern, alar­deó: “El año pasa­do las ideas fue­ron esque­má­ti­cas y no se apro­ba­ron, aho­ra se han ela­bo­ra­do y se han aprobado”.

Des­pués del aba­ti­mien­to de la eli­te cuan­do el Acuer­do de Copenha­gue se fir­mó entre bas­ti­do­res el 18 de diciem­bre pasa­do por cin­co paí­ses, pro­vo­can­do la crí­ti­ca uni­ver­sal, aho­ra hay un cier­to gra­do de opti­mis­mo para la pró­xi­ma reu­nión de jefes de Esta­do y minis­tros den­tro de un año en el calu­ro­so Dur­ban en la caní­cu­la del verano suda­fri­cano. Pero esta espe­ran­za se basa en un rena­ci­mien­to de estra­te­gias cli­má­ti­cas basa­das en el mer­ca­do que, en reali­dad, fra­ca­san don­de­quie­ra que se han probado.

El ses­go posi­ti­vo de las eli­tes se basa en lograr un con­sen­so inter­na­cio­nal (aun­que Boli­via mos­tró ofi­cial­men­te su des­acuer­do) y en el esta­ble­ci­mien­to de ins­tru­men­tos para admi­nis­trar la cri­sis cli­má­ti­ca uti­li­zan­do téc­ni­cas capi­ta­lis­tas. Los defen­so­res de Can­cún argu­men­tan que los acuer­dos de las últi­mas horas inclu­yen el reco­no­ci­mien­to de que los recor­tes de emi­sio­nes deben man­te­ner los aumen­tos de las tem­pe­ra­tu­ras del mun­do por deba­jo de 2º C, y que se debe­rá con­si­de­rar el obje­ti­vo de la reduc­ción a menos de 1,5º C.

Los nego­cia­do­res tam­bién apo­ya­ron más trans­pa­ren­cia con res­pec­to a las emi­sio­nes, un Fon­do Ver­de del Cli­ma diri­gi­do por el Ban­co Mun­dial, la intro­duc­ción de inver­sio­nes rela­cio­na­das con los bos­ques, trans­fe­ren­cias de tec­no­lo­gía para ener­gía reno­va­ble, crea­ción de capa­ci­da­des y una estra­te­gia para lograr pro­to­co­los legal­men­te vin­cu­lan­tes en el futu­ro. Según la fun­cio­na­ria del cli­ma de la ONU Chris­tia­na Figue­res, ex impor­tan­te nego­cia­do­ra de com­pras de emi­sio­nes de car­bono, “Can­cún ha cum­pli­do su tarea. Las nacio­nes han mos­tra­do que pue­den tra­ba­jar jun­tas bajo un techo común, para lle­gar al con­sen­so en una cau­sa común.”

¿Sta­tu quo o paso atrás?

Pero con­si­de­re­mos sobria­men­te lo que era nece­sa­rio para rever­tir el actual calen­ta­mien­to y lo que se logró en reali­dad. Los nego­cia­do­res en el com­ple­jo hote­le­ro de lujo Moon Pala­ce de Can­cún fra­ca­sa­ron des­de cual­quier pun­to de vis­ta. Tal como se que­jó el pre­si­den­te boli­viano Evo Mora­les: “Es fácil que gen­te en una sala con aire acon­di­cio­na­do con­ti­núe las polí­ti­cas de des­truc­ción de la Madre Tie­rra. En vez de eso debe­ría­mos poner­nos en los zapa­tos de fami­lias en Boli­via y en todo el mun­do que care­cen de agua y ali­men­to y sufren mise­ria y ham­bre. La gen­te aquí en Can­cún no tie­ne la menor idea de lo que sig­ni­fi­ca ser víc­ti­ma del cam­bio climático.”

Para el emba­ja­dor de Boli­via ante la ONU, Pablo Solón, Can­cún “no repre­sen­ta un paso ade­lan­te, es un paso atrás”, por­que los com­pro­mi­sos no vin­cu­lan­tes hechos para redu­cir emi­sio­nes has­ta cer­ca de un 15% antes de 2020 sim­ple­men­te no pue­den esta­bi­li­zar la tem­pe­ra­tu­ra “a un nivel que sea sos­te­ni­ble para la vida huma­na y la vida del planeta”.

Aún más eno­jo se expre­só en la socie­dad civil, inclui­da Mee­na Raman de Third World Net­work, basa­da en Mala­sia: “El para­dig­ma de miti­ga­ción ha cam­bia­do de legal­men­te vin­cu­lan­te –el Pro­to­co­lo de Kio­to, con un obje­ti­vo agre­ga­do que se fun­da­men­ta en un sis­te­ma basa­do en la cien­cia– a otro que es volun­ta­rio, un sis­te­ma de pro­me­sas y revi­sio­nes”. Como dijo Ricar­do Nava­rro, pre­si­den­te del Cen­tro Sal­va­do­re­ño de Tec­no­lo­gía Apro­pia­da (CESTA), y repre­sen­tan­te de Friends Of the Earth Inter­na­tio­nal: “Lo que se está dis­cu­tien­do en la Luna no refle­ja lo que ocu­rre en la Tie­rra. El resul­ta­do es un “Can­cunha­gue” que rechazamos.”

La mayo­ría de los espe­cia­lis­tas están de acuer­do en que inclu­so si se cum­plen las poco ambi­cio­sas pro­me­sas de Copenha­gue y Can­cún (con un gran SI), el resul­ta­do será un catas­tró­fi­co aumen­to de entre 4 y 5º C de la tem­pe­ra­tu­ra duran­te este siglo, y si no se cum­plen, es pro­ba­ble que sean 7º C. Los cien­tí­fi­cos en gene­ral están de acuer­do en que las islas peque­ñas se hun­di­rán inclu­so con un aumen­to de 2º C, que gla­cia­res andi­nos y de los Hima­la­ya se fun­di­rán, que áreas cos­te­ras como gran par­te de Ban­gla­desh y muchas ciu­da­des por­tua­rias se ane­ga­rán, y que Áfri­ca se seca­rá –o en algu­nos sitios, se inun­da­rá– de mane­ra que nue­ve de cada 10 cam­pe­si­nos no sobrevivirán.

Los polí­ti­cos y fun­cio­na­rios han sido adver­ti­dos al res­pec­to con sufi­cien­te fre­cuen­cia por cli­ma­tó­lo­gos, pero están com­pro­me­ti­dos con pode­ro­sos intere­ses empre­sa­ria­les ali­nea­dos para impul­sar el nega­cio­nis­mo cli­má­ti­co, o para crear blo­ques de nego­cia­ción de nación con­tra nación des­ti­na­dos a fra­ca­sar en su carre­ra por obte­ner mayo­res dere­chos de emi­sión. Como resul­ta­do, a pesar de un con­jun­to pro­vi­sio­nal de acuer­dos, la dis­tan­cia entre los nego­cia­do­res y la masa de la gen­te y el pla­ne­ta aumen­tó, no dis­mi­nu­yó en la últi­ma quincena.

Wiki­Leaks fil­tra infor­ma­cio­nes sobre el soborno climático

Como ilus­tra­ción: gobier­nos más peque­ños fue­ron “pre­sio­na­dos, aco­sa­dos, ten­ta­dos con peque­ños sobor­nos, insul­ta­dos y coac­cio­na­dos para que acep­ta­ran el jue­go de las nacio­nes ricas y emer­gen­tes-ricas,” dice Soum­ya Dut­ta de Diá­lo­gos Suda­siá­ti­cos sobre la Demo­cra­cia Eco­ló­gi­ca. “Muchas peque­ñas nacio­nes afri­ca­nas aco­sa­das por las deu­das ven el dine­ro que podrían obte­ner median­te las estra­ta­ge­mas del Pro­gra­ma de Reduc­ción de Emi­sio­nes de Car­bono cau­sa­das por la Defo­res­ta­ción y la Degra­da­ción de los Bos­ques (REDD, por las siglas en inglés), y han capi­tu­la­do bajo el ata­que de esta bri­ga­da del REDD. Es una situa­ción en la que no pue­den per­der las nacio­nes ricas ni los ricos de las nacio­nes pobres. Los ver­da­de­ra­men­te pobres son en todo caso un las­tre que hay que man­te­ner lejos, o más lejos.”

El soborno de los gobier­nos del Ter­cer Mun­do que en 2009 fue­ron los crí­ti­cos más elo­cuen­tes de las pos­tu­ras cli­má­ti­cas del Nor­te se lle­gó a cono­cer gra­cias a las reve­la­cio­nes de Wiki­Leaks de cables del Depar­ta­men­to de Esta­do de EE.UU. de febre­ro de 2010. El 11 de febre­ro pasa­do, por ejem­plo, la comi­sio­na­da para acción cli­má­ti­ca de la UE, Con­nie Hede­gaard, dijo a EE.UU. que los miem­bros de la Alian­za de Peque­ños Esta­dos Insu­la­res “‘podrían ser nues­tros mejo­res alia­dos’, en vis­ta de su nece­si­dad de financiamiento”.

Unos meses antes, las Mal­di­vas ayu­da­ron a enca­be­zar la cam­pa­ña con­tra obje­ti­vos bajos de emi­sio­nes como los esta­ble­ci­dos en el Acuer­do de Copenha­gue. Pero sus diri­gen­tes echa­ron mar­cha atrás, al pare­cer por un paque­te de ayu­da de 50 millo­nes de dóla­res orga­ni­za­do por el envia­do adjun­to por el cam­bio cli­má­ti­co de EE.UU., Jonathan Pershing. Según un cable del 23 de febre­ro, Pershing se entre­vis­tó con emba­ja­dor en EE.UU. de las Mal­di­vas, Abdul Gha­foor Moha­med, quien le dijo que si se daba ‘ayu­da tan­gi­ble’ a su país, otros paí­ses afec­ta­dos se darían cuen­ta de “las ven­ta­jas que podían obte­ner­se median­te la con­for­mi­dad” con la agen­da cli­má­ti­ca de Washington.

El dine­ro pro­me­ti­do, sin embar­go, está en duda. Hede­gaard tam­bién seña­ló con preo­cu­pa­ción que par­te de los 30.000 millo­nes de dóla­res de la ayu­da Nor­te-Sur pro­me­ti­da en rela­ción con el cli­ma para el perío­do 2010 – 2012 –es decir de Tokio y Lon­dres– lle­ga­ría en for­ma de garan­tías de prés­ta­mos, no sub­si­dios. Pershing no se opu­so a esa prác­ti­ca, por­que “los donan­tes tie­nen que equi­li­brar la nece­si­dad polí­ti­ca de pro­veer un finan­cia­mien­to real con las res­tric­cio­nes prác­ti­cas de pre­su­pues­tos limitados”.

Wiki­leaks tam­bién reve­ló que Meles Zena­wi, pri­mer minis­tro etío­pe, el prin­ci­pal jefe de Esta­do afri­cano res­pec­to al cli­ma, tam­bién se con­vir­tió al Acuer­do de Copenha­gue, a pesar de obser­var la ten­den­cia de Washing­ton de rom­per sus pro­me­sas finan­cie­ras. Al pare­cer fue resul­ta­do de la pre­sión apli­ca­da por el Depar­ta­men­to de Esta­do de EE.UU., según un cable del 2 de febre­ro, ante el pedi­do de Zena­wi de más recur­sos Nor­te-Sur a cambio.

El REDD como cuña

Apar­te de la direc­ción boli­via­na, la mejor espe­ran­za del mun­do de que se impug­nen esas rela­cio­nes de poder es la socie­dad civil. Jun­to con la red de orga­ni­za­cio­nes cam­pe­si­nas de La Vía Cam­pe­si­na, que atra­jo una cara­va­na de todo Méxi­co y orga­ni­zó una mar­cha mili­tan­te que casi lle­gó a la carre­te­ra de acce­so del aero­puer­to en la maña­na del 7 de diciem­bre mien­tras los jefes de Esta­do lle­ga­ban a Can­cún. Los repre­sen­tan­tes de los pue­blos pobres más visi­bles fue­ron de la Red Indí­ge­na Ambien­tal (Indi­ge­nous Envi­ron­men­tal Net­work, o IEN por sus siglas en inglés). El 8 de diciem­bre se negó la entra­da al foro de la ONU al por­ta­voz de IEN, Tom Gold­tooth, por su cono­ci­do papel en las pro­tes­tas no violentas.

Según Gold­tooth, la ‘trai­ción’ de Can­cún es “la con­se­cuen­cia de una con­ti­nua ofen­si­va diplo­má­ti­ca de EE.UU. de tra­tos con­fi­den­cia­les, pre­sio­nes per­so­na­les y sobor­nos hacia nacio­nes opues­tas al Acuer­do de Copenha­gue”. Para Gold­tooth, ardien­te opo­si­tor al REDD, “seme­jan­tes estra­te­gias ya han resul­ta­do infruc­tuo­sas y se ha vis­to que vio­lan dere­chos huma­nos e indí­ge­nas. Los acuer­dos pro­mue­ven implí­ci­ta­men­te mer­ca­dos de car­bono, com­pen­sa­cio­nes, tec­no­lo­gías no pro­ba­das y apro­pia­ción de tie­rras –todo menos un com­pro­mi­so con ver­da­de­ras reduc­cio­nes de las emi­sio­nes- El len­gua­je que ‘seña­la’ dere­chos está exclu­si­va­men­te en el con­tex­to de meca­nis­mos de mer­ca­do, mien­tras que no garan­ti­za sal­va­guar­das para los dere­chos de pue­blos y comu­ni­da­des, las muje­res y los jóvenes.”

El fun­da­dor de la ONG REDD-Moni­tor, Chris Lang, argu­men­ta que los inten­tos de refor­mar el sis­te­ma fra­ca­sa­ron; pri­me­ro por­que “Pro­te­ger los bos­ques natu­ra­les intac­tos y la res­tau­ra­ción del bos­que natu­ral degra­da­do no es un ‘obje­ti­vo cen­tral’ del tra­to del REDD acor­da­do en Can­cún. Toda­vía no tene­mos una defi­ni­ción sen­sa­ta de bos­ques que exclu­ya plan­ta­cio­nes indus­tria­les de árbo­les, para dar el ejem­plo más obvio de cómo la pro­tec­ción del bos­que natu­ral intac­to no tie­ne nada que ver. Tam­bién inclu­ye ‘la admi­nis­tra­ción sos­te­ni­ble de bos­ques’, lo que se tra­du­ce como tala.”

Segun­do, dice Lang, “los dere­chos e intere­ses de los pue­blos indí­ge­nas y de las comu­ni­da­des fores­ta­les no se pro­te­gen en el tra­to del REDD de Can­cún –se des­pla­zan a un ane­xo con una nota de que se debe­rían “impul­sar y apo­yar sal­va­guar­das’. Eso pue­de sig­ni­fi­car lo que quie­ran los gobiernos.”

Duran­te las nego­cia­cio­nes de Can­cún, la posi­ción fren­te al REDD lle­gó a seña­lar si los acti­vis­tas del cli­ma eran pro o anti­ca­pi­ta­lis­tas, aun­que un área difí­cil entre las dos posi­cio­nes fue patro­ci­na­da por Green­pea­ce y el Foro Inter­na­cio­nal sobre la Glo­ba­li­za­ción, que ambos, con­fu­sa­men­te, pro­pug­na­ron un acuer­do de un REDD no depen­dien­te del mer­ca­do (como si el equi­li­brio de fuer­zas lo per­mi­tie­ra). Pero ellos y sus alia­dos per­die­ron, y como expli­ca­ron orga­ni­za­cio­nes de Ami­gos de la Tie­rra en Lati­noa­mé­ri­ca y el Cari­be: “Los nue­vos tex­tos siguen vien­do los bos­ques como sim­ples reser­vas de car­bono (sumi­de­ros) y se orien­tan hacia el comer­cio de emisiones”.

De la mis­ma mane­ra, el Fon­do Ver­de fue impul­sa­do por el pre­si­den­te del Ban­co Mun­dial, Robert Zoe­llick, cuyo dis­cur­so más des­ta­ca­do en una con­fe­ren­cia para­le­la pro­me­tió exten­der el prin­ci­pio de mer­can­ti­li­za­ción del REDD a sec­to­res más amplios de la agri­cul­tu­ra e inclu­so a ani­ma­les caris­má­ti­cos, como los tigres, en alian­za con el diri­gen­te ruso Vla­di­mir Putin. El 8 de diciem­bre, las pro­tes­tas exi­gie­ron que el Ban­co Mun­dial fue­ra exclui­do del finan­cia­mien­to del cli­ma, en par­te por­que bajo Zoe­llick las inver­sio­nes anua­les de la ins­ti­tu­ción en com­bus­ti­bles fósi­les aumen­ta­ron de 1.600 millo­nes de dóla­res a 6.300 millo­nes, y en par­te por­que el Ban­co impul­sa el cre­ci­mien­to basa­do en las expor­ta­cio­nes, la extrac­ción de recur­sos, la pri­va­ti­za­ción de la ener­gía y mer­ca­dos de car­bono con un imper­té­rri­to dog­ma neoliberal.

Según Gra­ce Gar­cía de COECOCEIBA, Ami­gos de la Tie­rra Cos­ta Rica: “Sólo a un gru­po de luná­ti­cos se le pue­de ocu­rrir invi­tar al Ban­co Mun­dial a reci­bir los fon­dos del cli­ma, con el his­to­rial inmen­so que tie­ne de finan­cia­mien­to de los pro­yec­tos más sucios del mun­do y de con­di­cio­na­mien­tos de muer­te a nues­tros pueblos”.

Des­gra­cia­da­men­te, sin embar­go, algu­nos gru­pos de pue­blos indí­ge­nas y ONG del Ter­cer Mun­do acep­tan el REDD, y alia­dos nor­te­ños bien finan­cia­dos como el Envi­ron­men­tal Defen­se Fund (Fon­do de Defen­sa del Medio Ambien­te, EDF, por sus siglas en inglés) han esta­do uti­li­zan­do tác­ti­cas de divi­dir para con­quis­tar a fin de ampliar las bre­chas. El peli­gro que esto repre­sen­ta es extre­mo, por­que la estra­te­gia del Meca­nis­mo de Desa­rro­llo Lim­pio (CDM por sus siglas en inglés), esta­ble­ci­da por Al Gore en 1997 –cuan­do pro­me­tió erró­nea­men­te (y por puro inte­rés per­so­nal) que EE.UU. apo­ya­ría el Pro­to­co­lo de Kio­to si el comer­cio de car­bono era cen­tral en el acuer­do– pue­de per­fec­ta­men­te seguir que­bran­tan­do la defen­sa del clima.

El REDD es una de varias tác­ti­cas de chan­ta­je del Nor­te, median­te la cual se pagan peque­ñas sumas para pro­yec­tos como la plan­ta­ción de árbo­les o la admi­nis­tra­ción de con­ser­va­ción de bos­ques. En algu­nos casos, así como median­te CDM (meca­nis­mos de desa­rro­llo lim­pio) como la extrac­ción de metano de ver­te­de­ros, esos pro­yec­tos resul­tan en el des­pla­za­mien­to de resi­den­tes loca­les o, en el caso del prin­ci­pal CDM de Dur­ban, en la con­ti­nua ope­ra­ción de un vas­to ver­te­de­ro, racis­ta des­de el pun­to de vis­ta eco­ló­gi­co, en el vecin­da­rio negro de Bisa­sar Road, en lugar de cerrar­lo. Lue­go las cor­po­ra­cio­nes del Nor­te que com­pran los cré­di­tos de emi­sio­nes con­ti­nua­rán sus nego­cios como siem­pre sin hacer los cam­bios impor­tan­tes nece­sa­rios para resol­ver la crisis.

La deu­da cli­má­ti­ca y man­do y con­trol (CAC)

Nume­ro­sos crí­ti­cos de la RED y otros CDM, inclui­do Mora­les, ponen la idea de la deu­da cli­má­ti­ca en el cen­tro de un mar­co de finan­cia­mien­to de reem­pla­zo. Por ello exi­gen que los mer­ca­dos de car­bono se saquen del ser­vi­cio acti­vo, por­que sus defec­tos fata­les inclu­yen cre­cien­tes nive­les de corrup­ción, una caó­ti­ca vola­ti­li­dad perió­di­ca y pre­cios extre­ma­da­men­te bajos inade­cua­dos para atraer capi­tal de inver­sión en ener­gía reno­va­ble y trans­por­te más efi­cien­te. Seme­jan­tes inver­sio­nes cos­ta­rían como míni­mo el equi­va­len­te de 50 euros por tone­la­da de car­bono, pero el Régi­men de Comer­cio de Dere­chos de Emi­sión de la UE (RCCDE) o Emis­sion Tra­ding Sche­me (EU ETS, por sus siglas en inglés), cayó de 30 euros por tone­la­da en 2008 a menos de 10 euros por tone­la­da el año pasa­do, y aho­ra se mue­ve alre­de­dor de 15 euros por tone­la­da. Esto hace que sea mucho más bara­to para las empre­sas seguir con­ta­mi­nan­do que reestructurar.

Des­pués de pasar una tar­de en Can­cún dis­cu­tien­do estos pun­tos con los prin­ci­pa­les comer­cian­tes de car­bono del mun­do, estoy más con­ven­ci­do de que los mer­ca­dos tie­nen que cerrar­se para que poda­mos avan­zar en sis­te­mas mucho más efec­ti­vos, efi­cien­tes, de man­do y con­trol. En res­pues­ta Henry Der­went, jefe de la Aso­cia­ción Inter­na­cio­nal para el Comer­cio de Emi­sio­nes (IETA, por su sigla en inglés), afir­mó que los mer­ca­dos ter­mi­na­ron el daño por la llu­via áci­da cau­sa­do por emi­sio­nes de dió­xi­do de azu­fre. Sin embar­go, en Euro­pa duran­te comien­zos de los años noven­ta, la regu­la­ción esta­tal fue mucho más efec­ti­va. De la mis­ma mane­ra, el man­do y con­trol fun­cio­nó bien en la emer­gen­cia del agu­je­ro en la capa de ozono, cuan­do los clo­ro­fluo­ro­car­bu­ros (CFC) fue­ron prohi­bi­dos por el Pro­to­co­lo de Mon­treal des­de 1996.

La Agen­cia de Pro­tec­ción del Medio Ambien­te (EPA) de EE.UU. tie­ne aho­ra poder de man­do y con­trol sobre emi­sio­nes de gases inver­na­de­ro, y su máxi­ma admi­nis­tra­do­ra, Lisa Jack­son, pue­de dar la aler­ta a cer­ca de 10.000 impor­tan­tes fuen­tes de CO2 para que comien­cen a redu­cir de inme­dia­to las emi­sio­nes. Pero sin más pro­tes­ta con­tra la Agen­cia, tal como la ini­cia­da por habi­tan­tes de Vir­gi­nia Occi­den­tal exi­gien­do un fin de la mine­ría de car­bón de mon­ta­ña, Jack­son ha dicho que sólo comen­za­rá este pro­ce­so en 2013 (des­pués de la cam­pa­ña por la reelec­ción de Oba­ma). Por el lado posi­ti­vo, el prin­ci­pal res­pon­sa­ble de IETA en Washing­ton, David Hun­ter, me con­fir­mó que los mer­ca­dos de car­bono de EE.UU. están estan­ca­dos por­que el Sena­do no apro­bó legis­la­ción de comer­cio de emi­sio­nes. Gra­cias a dios por la pará­li­sis en Washington.

Sin embar­go, los gru­pos Big Green de Washing­ton han admi­ti­do que invir­tie­ron 300 millo­nes de dóla­res de dine­ro de la fun­da­ción para pro­pug­nar el comer­cio de car­bono en el con­gre­so, a pesar de que miem­bros de Cli­ma­te Jus­ti­ce Now! hacen cam­pa­ña con­tra ese enfo­que. La crí­ti­ca ha inclui­do la cin­ta The story of cap and tra­de (http://​www​.stor​yofs​tuff​.com/​i​n​t​e​r​n​a​t​i​o​n​al/ que duran­te el año pasa­do tuvo 750.000 visi­tas. El inmen­so derro­che de dine­ro tuvo que ver con una sequía de recur­sos en la base.

En octu­bre, tres gru­pos eco­lo­gis­tas con bue­nos recur­sos –350​.org, Rain­fo­rest Action Net­work y Green­pea­ce– con­clu­ye­ron que se nece­si­ta­ría más acción direc­ta. Ya tie­ne lugar, por cier­to. Dos doce­nas de gru­pos esta­dou­ni­den­ses, inclui­dos IEN, Grass­roots Glo­bal Jus­ti­ce y Move­ment Gene­ra­tion, argu­men­ta­ron en una car­ta abier­ta del 23 de octu­bre que “Comu­ni­da­des de pri­me­ra línea, uti­li­zan­do estra­te­gias de base, basa­das en redes y enca­be­za­das por accio­nes en todo el país han teni­do un éxi­to con­si­de­ra­ble en la lucha con­tra indus­trias con­ta­mi­na­do­ras del cli­ma en los últi­mos años, con mucho menos recur­sos que los gran­des gru­pos eco­lo­gis­tas en Washing­ton, D.C. Estas ini­cia­ti­vas han impe­di­do que se sume una can­ti­dad masi­va de car­bono indus­trial adicional.

Jus­ti­cia cli­má­ti­ca en lugar de capi­ta­lis­mo climático

Pero des­de todo pun­to de vis­ta, un moti­vo por el cual la fan­ta­sía cli­má­ti­ca capi­ta­lis­ta avan­zó tan deci­si­va­men­te en Can­cún fue la natu­ra­le­za frag­men­ta­da de este tipo de resis­ten­cia. Cru­cia­les divi­sio­nes ideo­ló­gi­cas y geo­grá­fi­cas fue­ron evi­den­tes den­tro de las fuer­zas pro­gre­sis­tas de Méxi­co, un pro­ble­ma que debe evi­tar­se en el pró­xi­mo perío­do al pro­se­guir la supera­ción de divi­sio­nes res­pec­to a estra­te­gias rela­cio­na­das con el mer­ca­do. Los acti­vis­tas de base no están con­ven­ci­dos por el últi­mo inten­to en Can­cún de reani­ma­ción cli­má­ti­ca capitalista.

Por cier­to, las pers­pec­ti­vas limi­ta­das de mane­jo eco­ló­gi­co de esta cri­sis por la eli­te con­fir­man has­ta qué pun­to se nece­si­ta una alter­na­ti­va cohe­ren­te. Por suer­te, el Acuer­do de los Pue­blos de Cocha­bam­ba sur­gió en abril de una Con­fe­ren­cia Mun­dial que atra­jo a 35.000 acti­vis­tas, en su mayo­ría de la socie­dad civil. El lla­ma­do de la Con­fe­ren­cia de Cocha­bam­ba incluye:

  • Una reduc­ción de un 50% en las emi­sio­nes de gases inver­na­de­ro has­ta el año 2017.
  • La esta­bi­li­za­ción de los aumen­tos de tem­pe­ra­tu­ra a 1º C y 300 par­tes por millón.
  • El reco­no­ci­mien­to de la deu­da cli­má­ti­ca de los paí­ses desarrollados.
  • El pleno res­pe­to de los dere­chos huma­nos y los dere­chos inhe­ren­tes de los pue­blos indígenas.
  • La decla­ra­ción uni­ver­sal de dere­chos de la Madre Tie­rra para ase­gu­rar la armo­nía con la naturaleza.
  • El esta­ble­ci­mien­to de una Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia Climática.
  • El recha­zo de los mer­ca­dos de car­bono y de la con­mo­di­fi­ca­ción de la natu­ra­le­za y de los bos­ques median­te el REDD.
  • La pro­mo­ción de medi­das que cam­bien los mode­los de con­su­mo de los paí­ses desarrollados.
  • El fin de los dere­chos de pro­pie­dad inte­lec­tual para tec­no­lo­gías úti­les para miti­gar el cam­bio climático.
  • El pago de un 6%% del PIB de los paí­ses desa­rro­lla­dos para enfren­tar el cam­bio climático.

El aná­li­sis en el que se basan estas deman­das se ha ela­bo­ra­do duran­te los últi­mos años. Pero aho­ra el desa­fío para los movi­mien­tos por la jus­ti­cia cli­má­ti­ca en todo el mun­do no es sólo con­ti­nuar –e inten­si­fi­car drás­ti­ca­men­te– un vibran­te acti­vis­mo en la base con­tra gran­des emi­sio­nes de com­bus­ti­bles fósi­les y sitios de extrac­ción, que van de las are­nas bitu­mi­no­sas de Alber­ta al Ama­zo­nas ecua­to­riano, a las refi­ne­rías de San Fran­cis­co, al Del­ta del Níger, a las mon­ta­ñas de Vir­gi­nia Occi­den­tal, a los yaci­mien­tos de car­bón aus­tra­lia­nos y suda­fri­ca­nos. Ade­más, si Can­cún reani­ma los mer­ca­dos finan­cie­ros con el pro­pó­si­to de que el deba­te cli­má­ti­co sea mani­pu­la­do por el Nor­te, la adver­ten­cia de Gold­tooth se hace más urgen­te: “Las nacio­nes indus­tria­li­za­das, el gran dine­ro y com­pa­ñías sin escrú­pu­los como Gold­man Sachs se bene­fi­cia­rán con­si­de­ra­ble­men­te de los Acuer­dos de Can­cún mien­tras nues­tra gen­te muere”.

Dur­ban pre­sen­cia­rá el pró­xi­mo gran enfren­ta­mien­to entre estra­te­gias capi­ta­lis­tas imprac­ti­ca­bles por una par­te y los intere­ses de las masas popu­la­res y el entorno del pla­ne­ta por la otra. Estos últi­mos han vivi­do lar­gas his­to­rias de movi­li­za­ción eco-social, como la Con­fe­ren­cia Mun­dial Con­tra el Racis­mo de 2001 que atra­jo una pro­tes­ta de 15.000 par­ti­ci­pan­tes con­tra el sio­nis­mo y el hecho de que la ONU no haya inclui­do en su agen­da repa­ra­cio­nes por la escla­vi­tud, el colo­nia­lis­mo y el apartheid.

Será un desa­fío para man­te­ner la pre­sión con­tra el REDD y los mer­ca­dos de car­bono, pero a más tar­dar en noviem­bre debe­ría que­dar cla­ro que nin­guno de los dos dará resul­ta­do. Por lo tan­to, como escri­bió el pre­si­den­te de Ami­gos de la Tie­rra Inter­na­cio­nal y acti­vis­ta del Del­ta del Níger, Nnim­mo Bas­sey, galar­do­na­do con el Right Live­lihood Award (Pre­mio Nobel Alter­na­ti­vo) de este año:

La par­te des­car­ta­da será la par­te correc­ta en Durban

Lo que no se ha hecho

Será bien hecho

La sobe­ra­nía popular

La con­ver­gen­cia del movi­mien­to de masas

¡Las espe­ra­mos ansiosos!

Patrick Bond tra­ba­ja en el Cen­tre for Civil Society en la Uni­ver­si­dad of Kwa­Zu­lu-Natal – http://​ccs​.ukzn​.ac​.za – y rea­li­za un año sabá­ti­co en el Depar­ta­men­to de Geo­gra­fía de Cal-Ber­ke­ley. Es coedi­tor del libro publi­ca­do en el año 2009 Cli­ma­te Chan­ge, Car­bon Tra­ding and Civil Society, publi­ca­do por UKZN Press. 

Tra­du­ci­do del inglés para Rebe­lión por Ger­mán Leyens y revi­sa­do por Caty R.


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