Wiki­Leaks saca a la luz 250.000 docu­men­tos secre­tos del régi­men de EE.UU.- La Jornada/​La Haine/​Boltxe Kolektiboa

La diplo­ma­cia esta­dou­ni­den­se tra­ba­jó para que paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na ais­la­ran al pre­si­den­te vene­zo­lano Hugo Chá­vez, según los docu­men­tos secre­tos fil­tra­dos este domin­go por Wiki­Leaks, cuyo con­te­ni­do difun­dió entre otros el dia­rio espa­ñol El País.

Este dia­rio men­cio­na los «esfuer­zos» de la diplo­ma­cia de Esta­dos Uni­dos «por cor­te­jar a paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na para ais­lar al vene­zo­lano Hugo Chá­vez», sin publi­car por el momen­to el docu­men­to al res­pec­to difun­di­do por WikiLeaks.

La pági­na digi­tal Wiki­Leaks dis­tri­bu­yó infor­ma­ción secre­ta del Depar­ta­men­to de Esta­do esta­dou­ni­den­se al dia­rio espa­ñol y al bri­tá­ni­co The Guar­dian, el esta­dou­ni­den­se The New York Times, el fran­cés Le Mon­de y la revis­ta ale­ma­na Der Spie­gel.

Tam­bién El País infor­ma sobre las sos­pe­chas que la pre­si­den­ta de Argen­ti­na, Cris­ti­na Fer­nán­dez de Kirch­ner, des­pier­ta en Washing­ton, has­ta el pun­to de que la Secre­ta­ría de Esta­do lle­ga a soli­ci­tar infor­ma­ción sobre su esta­do de salud mental.

Los docu­men­tos secre­tos del Depar­ta­men­to de Esta­do esta­dou­ni­den­se reve­la­dos hoy dan cuen­ta de los esfuer­zos para per­sua­dir a dis­tin­tos paí­ses para que acep­ten alber­gar dete­ni­dos de la pri­sión de Guan­tá­na­mo para sos­pe­cho­sos de terro­ris­mo, un paso cla­ve para poder cerrar la con­tro­ver­ti­da cárcel.

Ade­más se difun­dió hoy que Esta­dos Uni­dos pidió a sus diplo­má­ti­cos en 2008 inves­ti­gar la posi­ble pre­sen­cia de Al Qae­da y otros «gru­pos terro­ris­tas» islá­mi­cos en Para­guay, en la zona de la tri­ple fron­te­ra con Argen­ti­na y Bra­sil, según los docu­men­tos secre­tos fil­tra­dos este domin­go por WikiLeaks.

Entre las infor­ma­cio­nes reve­la­das hoy figu­ra que el Depar­ta­men­to de Esta­do pidió el año pasa­do a fun­cio­na­rios de 38 emba­ja­das y misio­nes diplo­má­ti­cas que le envíen infor­ma­ción sobre Nacio­nes Uni­das, inclui­do su secre­ta­rio gene­ral, y en espe­cial sobre fun­cio­na­rios de paí­ses como Sudán, Afga­nis­tán, Soma­lia, Irán y Corea del Norte.

La can­ci­lle­ría esta­dou­ni­den­se, en un docu­men­to difun­di­do por la pági­na digi­tal Wiki­Leaks a varios dia­rios y publi­ca­do por el bri­tá­ni­co The Guar­dian, pidió en 2008 a su emba­ja­da en Asun­ción «infor­ma­ción sobre la pre­sen­cia, inten­cio­nes, pla­nes y acti­vi­da­des de gru­pos terro­ris­tas (…) en Para­guay, en con­cre­to en la tri­ple fron­te­ra» con Bra­sil y Argentina.

Washing­ton que­ría infor­ma­ción no sólo de la posi­ble pre­sen­cia de «Hez­bo­llah» o «Hamas», entre otras orga­ni­za­cio­nes arma­das islá­mi­cas, sino tam­bién de «Al Qae­da» y «agen­tes esta­ta­les ira­níes», según el texto.

The Guar­dian tam­bién difun­de que el rey Abda­llah de Ara­bia Sau­di­ta ins­tó a Esta­dos Uni­dos a ata­car Irán para des­truir su pro­gra­ma nuclear.

Los cables de emba­ja­das esta­dou­ni­den­ses en Medio Orien­te fil­tra­dos dan cuen­ta de las «fre­cuen­tes exhor­ta­cio­nes a Esta­dos Uni­dos para ata­car Irán y poner fin a su pro­gra­ma de armas nucleares».

Los docu­men­tos dicen tam­bién que el monar­ca sau­di­ta lla­mó a Esta­dos Uni­dos a «cor­tar­le el cue­llo a la ser­pien­te», y que afir­mó que tra­ba­jar con Washing­ton para con­tra­rres­tar la influen­cia ira­ní en Irak era «una prio­ri­dad estra­té­gi­ca para el rey y su gobierno».

Israel ase­gu­ró a EE.UU. que Irán no está fabri­can­do armas nucleares

Israel ani­mó a Esta­dos Uni­dos en diciem­bre de 2009 a aumen­tar el nivel de agre­sión con­tra Irán, al afir­mar que su estra­te­gia de nego­cia­ción con Tehe­rán «no fun­cio­na­rá», según un docu­men­to publi­ca­do por Wiki­Leaks y reto­ma­do el domin­go por la pági­na en Inter­net del dia­rio fran­cés Le Mon­de.

Un tele­gra­ma esta­dou­ni­den­se rela­ta una con­ver­sa­ción del 1 de diciem­bre de 2009 entre Amos Gilad, direc­tor de los asun­tos polí­ti­co-mili­ta­res en el Minis­te­rio israe­lí de Defen­sa, y Ellen Taus­cher, la sub­se­cre­ta­ria de Esta­do estadounidense.

«Miran­do en su bola de cris­tal», escri­be la diplo­má­ti­ca esta­dou­ni­den­se, «Gilad dice que no es segu­ro que Irán haya deci­di­do fabri­car un arma nuclear, pero que Irán está “deter­mi­na­do” a tener la opción de cons­truir una».

El prin­ci­pal diplo­má­ti­co de Esta­dos Uni­dos en Roma con­si­de­ra que el pri­mer minis­tro Sil­vio Ber­lus­co­ni no es un líder efec­ti­vo y que derro­cha su ener­gía en fies­tas, indi­can docu­men­tos difun­di­dos este domin­go por WikiLeaks.

Una fuen­te chi­na infor­mó a la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se en Pekín de los nume­ro­sos esfuer­zos del gobierno chino por hac­kear Goo­gle y los sis­te­mas infor­má­ti­cos de gobier­nos extran­je­ros, de acuer­do con los docu­men­tos del Depar­ta­men­to de Esta­do estadounidense.

Más infor­ma­ción en La Haine

El dia­rio El País anun­cia auto cen­su­ra por ade­lan­ta­do. Aná­li­sis de su infor­ma­ción por par­te de Boltxe Kolektiboa

...El párra­fo de El País que des­ta­ca­mos demues­tra que se encu­bre la infor­ma­ción sen­si­ble acer­ca del Esta­do Espa­ñol. Todo se sabrá, a pesar del dia­rio del impe­ria­lis­mo espa­ño­lis­ta. No obs­tan­te, lo resal­ta­mos por ser una cla­ra con­fe­sión de par­te…(” EL PAÍS no ha podi­do corro­bo­rar todos esos rela­tos y ha pres­cin­di­do de algu­nos que ha con­si­de­ra­do de dudo­sa cre­di­bi­li­dad. Pero sí ha cer­ti­fi­ca­do otros y ha ope­ra­do de for­ma res­pon­sa­ble con el país obje­to de la fil­tra­ción con la inten­ción de cau­sar el menor daño posi­ble”. EL PAÍS no ha podi­do corro­bo­rar todos esos rela­tos y ha pres­cin­di­do de algu­nos que ha con­si­de­ra­do de dudo­sa cre­di­bi­li­dad. Pero sí ha cer­ti­fi­ca­do otros y ha ope­ra­do de for­ma res­pon­sa­ble con el país obje­to de la fil­tra­ción con la inten­ción de cau­sar el menor daño posi­ble, pero sí ha cer­ti­fi­ca­do otros y ha ope­ra­do de for­ma res­pon­sa­ble con el país obje­to de la fil­tra­ción con la inten­ción de cau­sar el menor daño posi­ble”. (Es decir, ocul­tan­do infor­ma­ción! – nota de Boltxe).

Por otra par­te, las emba­ja­das USA han fun­cio­na­do como si fue­sen hac­kers pri­va­dos. La web de la orga­ni­za­ción que trae de cabe­za a los pode­res fác­ti­cos de EE.UU. ha sido ata­ca­da ciber­ne­ti­ca­men­te des­de un buen núme­ro de ellas según expli­ca Wiki­leaks. En otro tiem­po EEUU hubie­se echa­do manos de sica­rios para silen­ciar a los ges­to­res de la web, el impe­ria­lis­mo no es lo que era.

Otro tipo de prác­ti­cas con­ti­núan acti­vas, como la de acu­sar de vio­la­ción a su máxi­mo repre­sen­tan­te. Son los tics y usos fas­cis­tas de siem­pre. Pero los pape­les fil­tra­dos han vuel­to a ver la luz. ¿Quien fil­tra esta docu­men­ta­ción?. Es un enig­ma, aun­que pue­de dar­se una com­bi­na­ción de ele­men­tos, gen­tes con con­cien­cia que no aguan­tan más crí­me­nes con­tra la huma­ni­dad o agen­tes dobles a suel­do de paí­ses y poten­cias intere­sa­das en poner palos a las rue­das de la cada vez más pre­ca­ria hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se. Sea como sea, dis­tin­tos dia­rios euro­peos y esta­dou­ni­den­ses han reci­bi­do la docu­men­ta­ción y Washing­ton no ha podi­do evi­tar su publi­ca­ción en el día de hoy. Es una mues­tra más de la cre­cien­te debi­li­dad del ren­quean­te colo­so impe­ria­lis­ta sin duda algu­na, así vemos des­de Boltxe este nue­vo pati­na­zo inter­na­cio­nal de la Casa Blan­ca y sus vale­do­res internacionales.

Una segun­da hipó­te­sis toda­vía sería más preo­cu­pan­te. ¿Podrían estar rea­li­zan­do las fil­tra­cio­nes ele­men­tos de la ultra dere­cha yan­kee que han deci­di­do expul­sar a Oba­ma del gobierno a tra­vés de hacer ingo­ber­na­ble su man­da­to, ponien­do­lo todos los días a los pies de los caba­llos?. Todo es posi­ble en las cor­tes de los impe­rios en deca­den­cia, no des­car­te­mos nada a priori.

EL PAÍS, en cola­bo­ra­ción con otros dia­rios de Euro­pa y Esta­dos Uni­dos, reve­la a par­tir de hoy el con­te­ni­do de la mayor fil­tra­ción de docu­men­tos secre­tos a la que jamás se haya teni­do acce­so en toda la his­to­ria. Se tra­ta de una colec­ción de más de 250.000 men­sa­jes del Depar­ta­men­to de Esta­do de Esta­dos Uni­dos, obte­ni­dos por la pági­na digi­tal Wiki­leaks, en los que se des­cu­bren epi­so­dios iné­di­tos ocu­rri­dos en los pun­tos más con­flic­ti­vos del mun­do, así como otros muchos suce­sos y datos de gran rele­van­cia que des­nu­dan por com­ple­to la polí­ti­ca exte­rior nor­te­ame­ri­ca­na, sacan a la luz sus meca­nis­mos y sus fuen­tes, dejan en evi­den­cia sus debi­li­da­des y obse­sio­nes, y en con­jun­to faci­li­tan la com­pren­sión por par­te de los ciu­da­da­nos de las cir­cuns­tan­cias en las que se desa­rro­lla el lado oscu­ro de las rela­cio­nes internacionales.

Estos docu­men­tos reco­gen comen­ta­rios e infor­mes ela­bo­ra­dos por fun­cio­na­rios esta­dou­ni­den­ses, con un len­gua­je muy fran­co, sobre per­so­na­li­da­des de todo mun­do, des­ve­lan los con­te­ni­dos de entre­vis­tas del más alto nivel, des­cu­bren des­co­no­ci­das acti­vi­da­des de espio­na­je y expo­nen con deta­lle las opi­nio­nes ver­ti­das y datos apor­ta­dos por dife­ren­tes fuen­tes en con­ver­sa­cio­nes con emba­ja­do­res nor­te­ame­ri­ca­nos o per­so­nal diplo­má­ti­co de esa nación en nume­ro­sos paí­ses, inclui­do España.

Que­da en evi­den­cia, por ejem­plo, la sos­pe­cha nor­te­ame­ri­ca­na de que la polí­ti­ca rusa está en manos de Vla­di­mir Putin, a quien se juz­ga como un polí­ti­co de cor­te auto­ri­ta­rio cuyo esti­lo per­so­nal machis­ta le per­mi­te conec­tar per­fec­ta­men­te con Sil­vio Ber­lus­co­ni. Del pri­mer minis­tro ita­liano se deta­llan sus “fies­tas sal­va­jes” y se expo­ne la des­con­fian­za pro­fun­da que des­pier­ta en Washing­ton. Tam­po­co mues­tra la diplo­ma­cia esta­dou­ni­den­se un gran apre­cio por el pre­si­den­te fran­cés, Nico­las Sar­kozy, a quien se sigue con gran meticu­losi­dad acer­ca de cual­quier movi­mien­to para obs­ta­cu­li­zar la polí­ti­ca exte­rior de Esta­dos Unidos.

Los cables prue­ban la inten­sa acti­vi­dad de ese país para blo­quear a Irán, el enor­me jue­go que se desa­rro­lla en torno a Chi­na, cuyo pre­do­mi­nio en Asia se da casi por acep­ta­do, o los esfuer­zos por cor­te­jar a paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na para ais­lar al vene­zo­lano Hugo Chávez.

En oca­sio­nes, las expre­sio­nes usa­das en estos docu­men­tos son de tal natu­ra­le­za que pue­den dina­mi­tar las rela­cio­nes de Esta­dos Uni­dos con algu­nos de sus prin­ci­pa­les alia­dos; en otras, pue­den poner­se en ries­go algu­nos pro­yec­tos impor­tan­tes de su polí­ti­ca exte­rior, como el acer­ca­mien­to a Rusia o el apo­yo de cier­tos Gobier­nos árabes.

El alcan­ce de estas reve­la­cio­nes es de tal cali­bre que, segu­ra­men­te, se podrá hablar de un antes y un des­pués en lo que res­pec­ta a los hábi­tos diplo­má­ti­cos. Esta fil­tra­ción pue­de aca­bar con una era de la polí­ti­ca exte­rior: los méto­dos tra­di­cio­na­les de comu­ni­ca­ción y las prác­ti­cas emplea­das para la con­se­cu­ción de infor­ma­ción que­dan en entre­di­cho a par­tir de ahora.

Todos los ser­vi­cios diplo­má­ti­cos del mun­do, y espe­cial­men­te de Esta­dos Uni­dos, don­de esta fil­tra­ción se suma a otras ante­rio­res de menor tras­cen­den­cia con pape­les rela­ti­vos a Irak y Afga­nis­tán, ten­drán que replan­tear­se des­de este momen­to su modo de ope­rar y, pro­ba­ble­men­te, modi­fi­car pro­fun­da­men­te sus prácticas.

Inten­sas gestiones

Tra­tan­do de anti­ci­par­se a ese per­jui­cio, la Admi­nis­tra­ción de Esta­dos Uni­dos lle­va varios días, des­de que supo la exis­ten­cia de esta fuga de docu­men­tos, rea­li­zan­do inten­sas ges­tio­nes ante el Con­gre­so nor­te­ame­ri­cano y los Gobier­nos de gran par­te de las nacio­nes ante los que tie­ne repre­sen­ta­ción diplo­má­ti­ca para infor­mar­les sobre el pre­vi­si­ble con­te­ni­do de las fil­tra­cio­nes y sus posi­bles con­se­cuen­cias. El Depar­ta­men­to de Esta­do envió a prin­ci­pio de esta sema­na un infor­me a los prin­ci­pa­les comi­tés de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes y del Sena­do pre­vi­nién­do­les sobre la situación.

La pro­pia Secre­ta­ria de Esta­do, Hillary Clin­ton, ha tele­fo­nea­do en las últi­mas horas a los Gobier­nos de los paí­ses más impor­tan­te afec­ta­dos por esta fuga de infor­ma­ción, entre otros los de Chi­na, Ale­ma­nia, Fran­cia y Ara­bia Sau­dí, para aler­tar­les de lo suce­di­do y ofre­cer algu­nas justificaciones

En Rei­no Uni­do, Israel, Ita­lia, Aus­tra­lia y Cana­dá, entre otros socios de Esta­dos Uni­dos, por­ta­vo­ces de sus res­pec­ti­vos minis­te­rios de Rela­cio­nes Exte­rio­res con­fir­ma­ron que habían reci­bi­do infor­ma­ción de par­te de los emba­ja­do­res nor­te­ame­ri­ca­nos, aun­que no reve­la­ron deta­lles sobre los datos pre­ci­sos que habían sido pues­tos en su cono­ci­mien­to. No ha habi­do, sin embar­go, comu­ni­ca­ción direc­ta entre la Emba­ja­da en Madrid y el Gobierno espa­ñol acer­ca de este asunto.

El por­ta­voz del Depar­ta­men­to de Esta­do, P. J. Crow­ley, ha reco­no­ci­do que no cono­ce con exac­ti­tud las infor­ma­cio­nes que apa­re­ce­rán en los pape­les fil­tra­dos, aun­que ha ade­lan­ta­do que “estas reve­la­cio­nes son dañi­nas para los intere­ses de Esta­dos Uni­dos”. “Van a crear ten­sio­nes entre nues­tros diplo­má­ti­cos y nues­tros ami­gos alre­de­dor del mun­do”, decla­ró este fin de semana.

El Depar­ta­men­to de Esta­do, que ha nego­cia­do con uno de los perió­di­cos que hoy publi­can los cables algu­nos con­te­ni­dos par­ti­cu­lar­men­te lesi­vos para sus intere­ses o peli­gro­sos para cier­tas per­so­nas, está espe­cial­men­te preo­cu­pa­do por el daño que esto pue­de cau­sar en la gue­rra con­tra Al Qae­da en algu­nas regio­nes en la que la libran de for­ma encu­bier­ta, como Yemen o Pakis­tán, así como los efec­tos que pue­de tener para las difí­ci­les rela­cio­nes con otras poten­cias, como Rusia y China.

Los dos últi­mos años

Los docu­men­tos ‑251.287 men­sa­jes que cubren un perio­do has­ta febre­ro de 2010 y, en su mayor par­te, afec­tan a los dos últi­mos años- fue­ron faci­li­ta­dos por Wiki­Leaks hace varias sema­nas, ade­más de a EL PAÍS, a los dia­rios The Guar­dian, de Rei­no Uni­do; The New York Times, de Esta­dos Uni­dos; Le Mon­de, de Fran­cia, y al sema­na­rio Der Spie­gel, de Ale­ma­nia. Estos medios han tra­ba­ja­do por sepa­ra­do en la valo­ra­ción y selec­ción del mate­rial, y pon­drán a dis­po­si­ción de sus lec­to­res aque­llas his­to­rias que cada uno con­si­de­re de mayor inte­rés; en algu­nos casos serán coin­ci­den­tes, en otros no.

Ese pro­ce­so se ha lle­va­do a cabo bajo una exi­gen­te con­di­ción de no poner en peli­gro en nin­gún momen­to fuen­tes pro­te­gi­das de ante­mano o per­so­nas cuya vida podría ver­se ame­na­za­da al des­ve­lar­se su iden­ti­dad. Al mis­mo tiem­po, todos los medios han hecho un esfuer­zo supre­mo por evi­tar la reve­la­ción de epi­so­dios que pudie­ran supo­ner un ries­go para la segu­ri­dad de cual­quier país, par­ti­cu­lar­men­te de Esta­dos Uni­dos, el más expues­to por estas reve­la­cio­nes. Por esa razón, algu­nos de los docu­men­tos que serán pues­tos a dis­po­si­ción de nues­tros lec­to­res a par­tir de hoy apa­re­ce­rán par­cial­men­te mutilados.

EL PAÍS no ha esta­do en el ori­gen de la fil­tra­ción y, por tan­to, des­co­no­ce los cri­te­rios con los que se ha lle­va­do a cabo la selec­ción del paque­te que final­men­te ha lle­ga­do a manos del dia­rio. Resul­ta evi­den­te que los pape­les ana­li­za­dos no son todos los emi­ti­dos en el mun­do por el Depar­ta­men­to de Esta­do en el perio­do de tiem­po com­pren­di­do, pero igno­ra­mos si esos son todos a los que ha teni­do acce­so WikiLeaks.

Pese a eso, el lec­tor com­pro­ba­rá el valor que en sí mis­mo encie­rra el con­jun­to de docu­men­tos faci­li­ta­dos, al mar­gen de que pue­dan exis­tir otros muchos que aún se des­co­no­cen. Se tra­ta de un mate­rial que apor­ta nove­da­des rele­van­tes sobre el mane­jo de asun­tos de gran reper­cu­sión mun­dial, como el pro­gra­ma nuclear de Irán, las ten­sio­nes en Orien­te Pró­xi­mo, las gue­rras de Irak y Afga­nis­tán y otros con­flic­tos en Asia y África.

“Terro­ris­mo” y radi­ca­lis­mo islámico

Tam­bién se reco­gen los movi­mien­tos entre Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos para hacer fren­te al que deno­mi­nan terro­ris­mo y al radi­ca­lis­mo islá­mi­co, así como deta­lles reve­la­do­res sobre epi­so­dios de tan­ta tras­cen­den­cia como el boi­cot de Chi­na a la empre­sa Goo­gle o los nego­cios con­jun­tos de Putin y Ber­lus­co­ni en el sec­tor del petró­leo. De espe­cial inte­rés son las prue­bas que se apor­tan sobre el alcan­ce de la corrup­ción a esca­la pla­ne­ta­ria y las per­ma­nen­tes pre­sio­nes que se ejer­cen sobre los dife­ren­tes Gobier­nos, des­de Bra­sil a Tur­quía, para favo­re­cer los intere­ses comer­cia­les o mili­ta­res de Esta­dos Unidos.

Entre los pri­me­ros docu­men­tos que hoy se hacen públi­cos, se des­cu­bre el páni­co que los pla­nes arma­men­tís­ti­cos de Irán, inclui­do su pro­gra­ma nuclear, des­pier­tan entre los paí­ses ára­bes, has­ta el pun­to de que alguno de sus gober­nan­tes lle­ga a suge­rir que es pre­fe­ri­ble una gue­rra con­ven­cio­nal hoy que un Irán nuclear maña­na. Se apre­cia la enor­me preo­cu­pa­ción con la que Esta­dos Uni­dos obser­va la evo­lu­ción de los acon­te­ci­mien­tos en Tur­quía y la estre­cha vigi­lan­cia a la que se man­tie­ne al pri­mer minis­tro, Erdogan.

Y, sobre todo, esta pri­me­ra entre­ga reve­la las ins­truc­cio­nes que el Depar­ta­men­to de Esta­do ha cur­sa­do a sus diplo­má­ti­cos en Nacio­nes Uni­das y en algu­nos paí­ses para desa­rro­llar una ver­da­de­ra labor de espio­na­je sobre el secre­ta­rio gene­ral de la ONU, sus prin­ci­pa­les ofi­ci­nas y sus más deli­ca­das misiones.

Los lec­to­res des­cu­bri­rán al acce­der a las suce­si­vas cró­ni­cas deta­lles insos­pe­cha­dos sobre la per­so­na­li­dad de algu­nos des­ta­ca­dos diri­gen­tes y com­pro­ba­rán el papel que desem­pe­ñan las más ínti­mas face­tas huma­nas en las rela­cio­nes polí­ti­cas. Eso resul­ta par­ti­cu­lar­men­te evi­den­te en Amé­ri­ca Lati­na, don­de se dan a cono­cer jui­cios de diplo­má­ti­cos nor­te­ame­ri­ca­nos y de muchos de sus inter­lo­cu­to­res sobre el carác­ter, las afi­cio­nes y los peca­dos de las figu­ras más controvertidas.

Maña­na EL PAÍS ofre­ce­rá deta­lles, por ejem­plo, sobre las sos­pe­chas que la pre­si­den­ta de Argen­ti­na, Cris­ti­na Fer­nán­dez de Kirch­ner, des­pier­ta en Washing­ton, has­ta el pun­to de que la Secre­ta­ría de Esta­do lle­ga a soli­ci­tar infor­ma­ción sobre su esta­do de salud men­tal. El mis­mo día se darán a cono­cer algu­nas de las ges­tio­nes que la diplo­ma­cia nor­te­ame­ri­ca­na ha rea­li­za­do para repa­triar a los pre­sos de Guan­tá­na­mo, así como la inten­sa acti­vi­dad en Asia para fre­nar el peli­gro que repre­sen­ta Corea del Nor­te para EE.UU. y sus alia­dos en la zona.

Cables con­tro­ver­ti­dos

Entre los cables con los que ha tra­ba­ja­do este perió­di­co se encuen­tran infor­mes extra­or­di­na­ria­men­te con­tro­ver­ti­dos, como los men­sa­jes del emba­ja­dor nor­te­ame­ri­cano en Trí­po­li en los que cuen­ta que el líder libio, Mua­mar el Gada­fi, usa botox y es un ver­da­de­ro hipo­con­dría­co que hace fil­mar todos sus exá­me­nes médi­cos para ana­li­zar­los pos­te­rior­men­te con sus doc­to­res, y rela­tos con meticu­losas des­crip­cio­nes del pai­sa­je local, como el que hace un diplo­má­ti­co esta­dou­ni­den­se invi­ta­do a una boda en Dagues­tán que sir­ve para ilus­trar el gra­do de corrup­ción en la zona.

Hay cables de gran valor his­tó­ri­co, como el que reve­la la apues­ta de la diplo­ma­cia nor­te­ame­ri­ca­na por el derro­ca­mien­to del gene­ral pana­me­ño Manuel Anto­nio Norie­ga o el que deta­lla cier­tos movi­mien­tos de Esta­dos Uni­dos duran­te el gol­pe de Esta­do que des­ti­tu­yó a Manuel Zela­ya en Hon­du­ras, y cables de enor­me inte­rés sobre acon­te­ci­mien­tos actua­les, como el que pre­ci­sa la pre­sión ejer­ci­da sobre el pre­si­den­te de Afga­nis­tán, Hamid Kar­zai, para que con­ten­ga los abu­sos de sus alle­ga­dos y faci­li­te la gober­na­bi­li­dad del país.

En lo que res­pec­ta al esta­do espa­ñol, estos docu­men­tos regis­tran el enor­me acce­so de la Emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos a per­so­na­li­da­des des­ta­ca­das del ámbi­to polí­ti­co y judi­cial, y su influen­cia en algu­nos acon­te­ci­mien­tos que han mar­ca­do la actua­li­dad de los últi­mos años. Tam­bién se des­cu­bre el pun­to de vis­ta que fun­cio­na­rios esta­dou­ni­den­ses tie­nen de la cla­se polí­ti­ca espa­ño­la, así como el que algu­nos polí­ti­cos expre­san sobre sus com­pa­ñe­ros y adversarios.

En deter­mi­na­dos casos, estas reve­la­cio­nes tie­nen el estric­ta­men­te el valor que tie­ne la opi­nión de una per­so­na de posi­ción influ­yen­te. En otros casos, se tra­ta de rela­tos que apor­tan pis­tas sobre acon­te­ci­mien­tos impor­tan­tes pero que son narra­dos por una sola fuen­te: el ser­vi­cio diplo­má­ti­co de Esta­dos Uni­dos. EL PAÍS no ha podi­do corro­bo­rar todos esos rela­tos y ha pres­cin­di­do de algu­nos que ha con­si­de­ra­do de dudo­sa cre­di­bi­li­dad. Pero sí ha cer­ti­fi­ca­do otros y ha ope­ra­do de for­ma res­pon­sa­ble con el país obje­to de la fil­tra­ción con la inten­ción de cau­sar el menor daño posi­ble (es decir, ocul­tan­do infor­ma­ción! – nota de Boltxe).

Entre otras pre­cau­cio­nes, se ha deci­di­do acep­tar los com­pro­mi­sos a los que The New York Times lle­gue con el Depar­ta­men­to de Esta­do para evi­tar la difu­sión de deter­mi­na­dos docu­men­tos, con lo que aque­llo que el dia­rio de Pri­sa ocul­te verá la luz a tra­vés de las web de la con­tra­in­for­ma­ción, sin duda algu­na y aten­ción a los pró­xi­mos días.

No todos los pape­les obte­ni­dos por Wiki­leaks han sido uti­li­za­dos para la ela­bo­ra­ción de las infor­ma­cio­nes de El País, y solo una par­te de ellos serán expues­tos públi­ca­men­te, inde­pen­dien­te­men­te de lo que la pro­pia Wiki­Leaks o los demás medios que han reci­bi­do el mate­rial deci­dan hacer, dice el dia­rio de Cebrian. Se han selec­cio­na­do tan solo aque­llos que con­si­de­ra­mos impres­cin­di­bles para res­pal­dar la infor­ma­ción ofrecida.

Las infor­ma­cio­nes han sido pre­pa­ra­das y escri­tas úni­ca­men­te por redac­to­res de El País aten­dien­do a sus exi­gen­cias de rigor y cali­dad, es decir, de auto­cen­su­ra estra­té­gi­ca espa­ño­la, algo que con­fie­sa sin rubor alguno. A lo lar­go de varios días se irán ofre­cien­do las cró­ni­cas que reco­gen la sus­tan­cia de esos docu­men­tos, aña­dién­do­les el con­tex­to y la valo­ra­ción reque­ri­dos, así como sus posi­bles reac­cio­nes y consecuencias.

Algu­nas de esas reac­cio­nes esta­rán, segu­ra­men­te, diri­gi­das a exa­mi­nar las cau­sas por las que pue­de haber­se pro­du­ci­do una fuga de seme­jan­te mag­ni­tud. El ori­gen de este pro­ble­ma pue­de remon­tar­se a los días pos­te­rio­res al ata­que del 11 de sep­tiem­bre de 2001, cuan­do se detec­ta­ron unos fallos de coor­di­na­ción entre los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia que reco­men­da­ron la nece­si­dad de un mode­lo de comu­ni­ca­ción que per­mi­tie­ra a los dife­ren­tes res­pon­sa­bles de la segu­ri­dad com­par­tir datos extraí­dos por el Depar­ta­men­to de Estado.

Un sis­te­ma de Inter­net del Ejército

Se exten­dió, por tan­to, a par­tir de esa fecha el uso de un sis­te­ma de Inter­net del Ejér­ci­to nor­te­ame­ri­cano deno­mi­na­do SIPRNET, un acró­ni­mo de Secret Inter­net Pro­to­col Rou­ter Net­work. Todos los cables que se inclu­yen en esta fil­tra­ción fue­ron envia­dos por ese medio, como se com­prue­ba por la eti­que­ta que cada uno de ellos lle­va en su cabe­ce­ra, la pala­bra SIPDIS, que son las siglas para Secret Inter­net Pro­to­col Distribution.

Al menos 180 emba­ja­das nor­te­ame­ri­ca­nas alre­de­dor del mun­do uti­li­zan actual­men­te ese sis­te­ma de comu­ni­ca­ción, según infor­mes ela­bo­ra­dos por el Con­gre­so nor­te­ame­ri­cano. Aun­que se exi­gen fuer­tes medi­das de segu­ri­dad para el uso de ese sis­te­ma, como la de man­te­ner­lo abier­to úni­ca­men­te cuan­do el usua­rio está fren­te a la pan­ta­lla, la exi­gen­cia de cam­biar la cla­ve cada cin­co meses o la prohi­bi­ción de uti­li­zar cual­quier cla­se de CD u otro méto­do de copia de con­te­ni­dos, el núme­ro de per­so­nas que aho­ra acce­den a la infor­ma­ción ha cre­ci­do considerablemente.

A ese cre­ci­mien­to ha ayu­da­do tam­bién la nece­si­dad de ampliar el núme­ro de per­so­nas tra­ba­jan­do en cues­tio­nes de segu­ri­dad y, como con­se­cuen­cia, la del núme­ro de per­so­nas a la que se da acce­so a docu­men­tos cla­si­fi­ca­dos. El Depar­ta­men­to de Esta­do cla­si­fi­ca sus infor­mes en una esca­la que va del Top Secret al Con­fi­den­tial. En los docu­men­tos faci­li­ta­dos a EL PAÍS no hay nin­guno cla­si­fi­ca­do como Top Secret, aun­que sí más de 15.000 situa­dos en la esca­la infe­rior, Secret.

Según se pue­de dedu­cir de datos ela­bo­ra­dos por la Ofi­ci­na de Con­trol del Gobierno, per­te­ne­cien­te al Con­gre­so nor­te­ame­ri­cano, y otros expues­tos recien­te­men­te por medios de comu­ni­ca­ción de ese país, más de tres millo­nes de esta­dou­ni­den­ses están auto­ri­za­dos al acce­so a ese mate­rial Secret. Eso inclu­ye dece­nas de miles de emplea­dos del Depar­ta­men­to de Esta­do, fun­cio­na­rios de la CIA, del FBI, de la DEA, de los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia de las fuer­zas arma­das y de otros depar­ta­men­tos impli­ca­dos en la bús­que­da de infor­ma­ción. En Esta­dos Uni­dos fun­cio­nan 16 agen­cias con res­pon­sa­bi­li­da­des de espionaje.

Será muy cos­to­so, por tan­to, para ese país repa­rar el daño cau­sa­do por esta fil­tra­ción, y lle­va­rá años poner en pie un nue­vo sis­te­ma de comu­ni­ca­ción con ple­nas garan­tías. Lo más impor­tan­te, sin embar­go, es el valor infor­ma­ti­vo que esos docu­men­tos tie­nen actual­men­te. Esta­mos ante una serie de rela­tos, sin pre­ce­den­tes en el perio­dis­mo, que ser­vi­rán para una mejor com­pren­sión de algu­nos con­flic­tos y de per­so­na­li­da­des que afec­tan deter­mi­nan­te­men­te a nues­tra vida y que pue­den abrir a a una nue­va inter­pre­ta­ción de la reali­dad que les rodea.

Indu­da­ble­men­te la pren­sa del régi­men opta por hacer de la nece­si­dad vir­tud y en tan­to que El País pro­me­te auto cen­su­ra pac­ta­da con los EE.UU. en su cali­dad de peón impe­ria­lis­ta tra­ta a la vez de sacar par­ti­do de la par­te del botín expan­di­do por Wic­ki­leaks para uti­li­zar­lo como fuen­te sucu­len­ta de ingre­sos. Se con­fir­ma que el dine­ro no tie­ne principios.

Toma­do de elpais​.com (edi­ción global)

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