Mura­lis­tas – Jakue pascual

El pri­mer artis­ta pre­gun­ta con una pal­ma­da roja a la pie­dra y la natu­ra­le­za negra le con­tes­ta. El muro es una tram­pa que la ima­gi­na­ción dis­po­ne para cazar ideas. Su topo­lo­gía le da poder mági­co y Otei­za lo con­fron­ta con la ana­to­mía del espa­cio. Fron­tón rupestre.

Los egip­cios gra­ban jero­glí­fi­cos. Teo­tihua­can engen­dra dio­ses y Quetzal­cóatl reco­rre sus talu­des. Gara­ba­tea­mos (graf­fia­re) mal­di­cio­nes en luga­res públi­cos como los roma­nos. Y la Capi­lla Six­ti­na se pue­bla con fres­cos para mayor glo­ria del Papa.

El mura­lis­mo edu­ca la post-revo­lu­ción mexi­ca­na. Indi­ge­nis­mo, nacio­na­lis­mo y mar­xis­mo. Oroz­co con­vo­ca a los Dio­ses del mun­do moderno y tran­si­ta por la Ale­go­ría nacio­nal has­ta lle­gar a sus raí­ces con Juá­rez, el cle­ro y los impe­ria­lis­tas. Die­go Rive­ra inclu­ye la efi­gie de Lenin en el Con­tro­la­dor del Uni­ver­so y Roc­ke­fe­ller des­tru­ye la obra por con­si­de­rar­la un insul­to. PC, Fri­da Kah­lo, Gue­rra Civil espa­ño­la, ase­si­na­to de Trotsky y Siquei­ros. Del mitin obre­ro de L.A. al Ejer­ci­cio plás­ti­co para el bur­gués Bota­na, su aman­te y espo­sa. Las pis­to­las indus­tria­les de aire y la «arqui­tec­tu­ra diná­mi­ca» anti­ci­pan la téc­ni­ca pic­tó­ri­ca de los grafiteros.

Tag y bom­bing. Corn­bread estam­pa la rúbri­ca en el jet de Jack­son Five. El men­sa­je­ro Taki 183 fir­ma por doquier. Super Kool inten­ta la Mas­ter Pie­ce. Broad­way Ele­gant, letras pom­pa y vomi­ta­dos. Obje­ti­vo «dejar­se ver». Asal­to a los vago­nes del metro neo­yor­quino. Flint 707 deco­ra uno ente­ro y los gusa­nos los unen. La Metro­po­li­tan Transit Autho­rity y el crack decla­ran la gue­rra al gra­fi­to. Se endu­re­cen penas, se pro­mue­ve el lin­cha­mien­to social, el con­trol del espa­cio urbano y se tra­ba la ven­ta de sprays a meno­res. Se incor­po­ra la ico­no­gra­fía, Pis­tol 1 el 3D y el Hip-Hop a los wri­ters break­dan­ce. Tin­ta infierno y aero­so­les con ancho de 20 cm.

La polí­ti­ca eco­nó­mi­ca impo­ne la fal­sa con­cien­cia de la cul­tu­ra capi­ta­lis­ta. ¿Arte o van­da­lis­mo? La pre­gun­ta esqui­zoi­de sepa­ra la con­di­ción trans­gre­so­ra de la obra de la fun­cio­na­li­dad lucra­ti­va que tie­ne para el mer­ca­do del arte. La domes­ti­ca­ción cir­cu­la de las comi­sa­rías a los museos. Street-Art. «Haces un lien­zo con un aero­sol y lo lla­man arte, mien­tras que haces lo mis­mo en un muro y lo lla­man van­da­lis­mo», expo­ne Dizebi.

195.000 libras para una obra del mis­te­rio­so artis­ta anar­co-punk Banksy. El beso de los bobby´s, la Mona Lisa con lan­za­gra­na­das y el ros­tro de la rei­na chim­pan­cé pasan de ser per­se­gui­das por Scotland Yard a estar coti­za­das por los tra­fi­can­tes de arte. El Fes­ti­val de cine pre­sen­ta su fil­me «Exit through the gift shop» y en la subi­da del cas­ti­llo un hom­bre mira el mar­co incom­pa­ra­ble­men­te vacío de la can­di­da­tu­ra donos­tia­rra a la capi­ta­li­dad cul­tu­ral euro­pea. La polé­mi­ca sobre la auten­ti­ci­dad del Banksy esta­lla y, por si aca­so, el áni­mo de lucro con­sis­to­rial amnis­tía la obra. Los ira­cun­dos gra­fi­te­ros dejan el fake hecho unos zorros y adop­tan el esti­lo del artis­ta en señal de pro­tes­ta. Odón Elor­za levan­ta como un harri­ja­sotzai­le la pie­dra «cul­tu­ra y capi­tal» en la ribe­ra del Uru­mea. Y des­de el mar­co de mi ven­ta­na obser­vo cómo un pin­tor pin­ta­do aban­do­na en el caba­lle­te su lien­zo sobre el mar­co de otra ven­ta­na y se dis­trae con un video­jue­go. «¿Donos­tia capi­tal de la cul­tu­ra?» ¡Je, je, je!

Fuen­te: Gara

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