Etxe­rat ante los últi­mos sucesos

Etxe­rat quie­re denun­ciar con fir­me­za lo acon­te­ci­do duran­te las últi­mas fechas en las pri­sio­nes de los Esta­dos espa­ñol y fran­cés. Una cruel reali­dad que se repi­te cons­tan­te­men­te y que no hace más que ahon­dar en el sufri­mien­to y la vul­ne­ra­ción de dere­chos que sufren las y los pre­sos polí­ti­cos vas­cos. Noso­tros y noso­tras, los fami­lia­res, ami­gos y ami­gas tam­po­co nos libra­mos del aco­so cons­tan­te al que veni­mos sien­do some­ti­dos a lo lar­go del últi­mo año. Las per­so­nas que nos mues­tran su soli­da­ri­dad tam­po­co se libran de ser cas­ti­ga­dos sin visita.

Pron­to se va a cum­plir un año de la pues­ta en mar­cha de los cacheos humi­llan­tes antes de entrar en los vis a vis. Una situa­ción que ha pro­vo­ca­do la pér­di­da de cien­tos de visi­tas y, en la prác­ti­ca, el robo de cien­tos de besos, cari­cias, abra­zos, son­ri­sas y momen­tos irre­pe­ti­bles. Una ini­cia­ti­va con la que el Minis­te­rio del Inte­rior espa­ñol ha bus­ca­do rom­per la uni­dad del Colec­ti­vo de Pre­sas y Pre­sos Polí­ti­cos Vas­cos (EPPK) así como bus­car la dis­cor­dia entre fami­lia­res. Una medi­da que, ade­más de vul­ne­rar los dere­chos más ele­men­ta­les per­si­gue con­se­guir intere­ses polí­ti­cos abso­lu­ta­men­te bas­tar­dos a tra­vés del sufri­mien­to de una gran par­te de la socie­dad vasca.

Ata­car a los fami­lia­res, ami­gos y ami­gas de las y los pre­sos polí­ti­cos vas­cos supo­ne arre­me­ter con­tra la socie­dad vas­ca. Y es que fami­lia­res, ami­gos y ami­gas de las y los pre­sos polí­ti­cos vas­cos los pode­mos encon­trar en todas las capas y ámbi­tos de la socie­dad vas­ca. Miles de per­so­nas per­te­ne­cien­tes al mun­do de la cul­tu­ra, la músi­ca, el arte, la lite­ra­tu­ra, el depor­te de alta com­pe­ti­ción, la polí­ti­ca, el sin­di­ca­lis­mo, la uni­ver­si­dad, la medi­ci­na, la cien­cia y las nue­vas tec­no­lo­gías, los medios de comu­ni­ca­ción, el sec­tor públi­co, la empre­sa o la res­tau­ra­ción cuen­tan con rela­ción direc­ta con las y los pre­sos polí­ti­cos vas­cos. Por tan­to, le corres­pon­de a toda la socie­dad arro­par a los fami­lia­res, ami­gos y ami­gas de las y los pre­sos polí­ti­cos vas­cos. Es tarea de todos y todas denun­ciar estas con­cul­ca­cio­nes de derechos.

Más aún en el esce­na­rio que se está abrien­do en Eus­kal Herria. Un tiem­po para la espe­ran­za y la acu­mu­la­ción de fuer­zas en torno a un eje fun­da­men­tal: el res­pe­to a los dere­chos de todas las per­so­nas en toda Eus­kal Herria. Inclui­dos, por supues­to, el res­pe­to a los dere­chos de nues­tros fami­lia­res, ami­gos y ami­gas encar­ce­la­das y su par­ti­ci­pa­ción en un pro­ce­so que trai­ga con­si­go una solu­ción demo­crá­ti­ca a Eus­kal Herria. Lo dicho, es tarea de todos y todas cons­truir un futu­ro mejor para este pue­blo y poner un enor­me dique de con­ten­ción para des­ac­ti­var la polí­ti­ca peni­ten­cia­ria vigen­te. Una polí­ti­ca peni­ten­cia­ria que vul­ne­ra dia­ria­men­te los dere­chos más elementales.

Lectura de la asociación Etxerat  ante los últimos sucesos

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