La ofen­si­va impe­ria­lis­ta de EEUU: estan­ca­da en Asia, a toda mar­cha en África.

EEUU tra­ta de dis­fra­zar su derro­ta en Irak y su pró­xi­ma expul­sión de Afga­nis­tán, afe­rrán­do­se a sus fren­tes asiá­ti­cos mien­tras que expan­de los esce­na­rios de agre­sión hacia el sur, hacia Yemen, Soma­lia, y la tota­li­dad de Áfri­ca. “El obje­ti­vo es rodear el petró­leo y los recur­sos mine­ra­les de Áfri­ca, tra­zar nue­vas líneas del impe­rio para dejar fue­ra a Chi­na e inclu­so a paí­ses alia­dos europeos.”

“Nin­gún gobierno ira­quí pue­de sobre­vi­vir mucho tiem­po si no se le per­ci­be como com­pro­me­ti­do a expul­sar a los estadounidenses.”

EEUU está per­dien­do o ha per­di­do ya sus dos gran­des gue­rras de inva­sión, en Afga­nis­tán e Irak. Más de un millón de per­so­nas han paga­do con sus vidas que EEUU apren­da una lec­ción del siglo XXI: que el arse­nal más moderno, caro y mor­tí­fe­ro en el mun­do no pue­de ocu­par con éxi­to un país en el cual par­tes sig­ni­fi­ca­ti­vas de la pobla­ción están deci­di­das a resis­tir. Esa es la mis­ma lec­ción que los viet­na­mi­tas le ense­ña­ron a los esta­dou­ni­den­ses en los 60 y prin­ci­pios de los 70, al cos­te de dos a tres millo­nes de vidas vietnamitas.

EEUU des­ple­ga­rá cual­quier tru­co sucio y soborno habi­do y por haber para per­ma­ne­cer en Irak más allá de fina­les del año pró­xi­mo – la fecha lími­te arran­ca­da por los ira­quíes al Pre­si­den­te Bush – y es posi­ble, aun­que impro­ba­ble, que cual­quie­ra que sea el régi­men ira­quí en Bag­dad éste le de a los esta­dou­ni­den­ses una pró­rro­ga de algún tipo. Pero nin­gún gobierno ira­quí pue­de sobre­vi­vir mucho tiem­po si no se le per­ci­be como com­pro­me­ti­do a expul­sar a los esta­dou­ni­den­ses. Apar­te del 15% de la pobla­ción que es kur­da, no hay nin­gún apo­yo sig­ni­fi­ca­ti­vo por par­te de los votan­tes para una pre­sen­cia de EEUU en Irak. Por lo tan­to, los esta­dou­ni­den­ses no pue­den que­dar­se. Como un poder impe­ria­lis­ta que nun­ca, en tiem­pos moder­nos, ha cedi­do volun­ta­ria­men­te nin­gu­na base mili­tar en otro país, la reti­ra­da de EEUU de Irak, aun­que por eta­pas y gri­tan­do y pata­lean­do, repre­sen­ta una enor­me derrota.

Se supo­nía que Irak sería la pri­me­ra para­da en una ofen­si­va ava­sa­lla­do­ra que habría pro­yec­ta­do el poder de EEUU pro­fun­da­men­te den­tro de Asia, con­te­nien­do a Chi­na y Rusia y alte­ran­do el table­ro de aje­drez glo­bal a favor de EEUU duran­te las déca­das futu­ras. En vez de eso, la posi­ción de EEUU en el mun­do ha decli­na­do más aún. El Pre­si­den­te Oba­ma tra­zó una línea en Afga­nis­tán, con­vir­tien­do esa gue­rra en su pro­pia gue­rra. Pero EEUU ha falla­do de mane­ra espec­ta­cu­lar en la cons­truc­ción de un régi­men clien­te via­ble o inclu­so algo pare­ci­do a algún tipo de apo­yo efec­ti­vo afgano para la ocu­pa­ción con­ti­nua­da del país. Lo que es más, cada día que los esta­dou­ni­den­ses per­ma­ne­cen en Afga­nis­tán des­es­ta­bi­li­zan el vecino Pakis­tán, el lugar de naci­mien­to real de los tali­bán, una nación don­de todos excep­to una frac­ción peque­ña de la pobla­ción detes­tan a EEUU, y, ade­más, una poten­cia nuclear. Por lo tan­to, EEUU debe­rá un día cer­cano reco­ger sus pér­di­das en esta par­ti­da y mar­char­se. Oba­ma pue­de pen­sar que con­tro­la el calen­da­rio afgano, pero no lo hace.

“Soma­lia y todo el Cuerno de Áfri­ca son zonas calien­tes, some­ti­das al asal­to pro­lon­ga­do de EEUU.”

Al ver­se for­za­do a enca­rar la pers­pec­ti­va de reti­ra­da y derro­ta en sus gue­rras de ocu­pa­ción en Asia, el régi­men de Oba­ma tras­la­da el énfa­sis a fuer­zas espe­cia­les, avio­nes no tri­pu­la­dos y otros arti­lu­gios de terror y ase­si­na­to en un esce­na­rio de gue­rra en expan­sión hacia el sur. Yemen, Soma­lia y todo el Cuerno de Áfri­ca son zonas calien­tes, some­ti­das al asal­to pro­lon­ga­do de EEUU. AFRICOM está acti­vo en casi cada nación del con­ti­nen­te, atra­yen­do de for­ma metó­di­ca a los ejér­ci­tos afri­ca­nos a la orbi­ta de EEUU. El obje­ti­vo es rodear el petró­leo y los recur­sos mine­ra­les de Áfri­ca, tra­zar nue­vas líneas del impe­rio para dejar fue­ra a Chi­na e inclu­so a paí­ses alia­dos euro­peos. Washing­ton está deci­di­do a con­se­guir en Áfri­ca lo que el impe­rio está en el pro­ce­so de per­der en Asia. Éste es ya el capí­tu­lo más san­grien­to de todos, con, al menos, seis millo­nes de vidas per­di­das solo en la Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca del Con­go, prin­ci­pal­men­te debi­do a las depre­da­cio­nes de los esbi­rros de EEUU Ruan­da y Ugan­da. No hay mane­ra de evi­tar que se aho­gue a Áfri­ca en san­gre, mien­tras EEUU inten­ta una vez más cam­biar el table­ro glo­bal. Eso es lo que hacen los impe­rios, antes de morir. 

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