Sex­to expor­ta­dor de armas del mun­do :: El arma­men­to espa­ñol se glo­ba­li­za y su indus­tria de defen­sa for­ma ya par­te de la eli­te mundial.

Las empre­sas pri­va­das expor­ta­ron en 2009 mate­rial de defen­sa y tec­no­lo­gía de doble uso (civil y mili­tar) por valor de unos 1.500 millo­nes de euros, una can­ti­dad simi­lar a la que pro­me­tió inver­tir el Minis­te­rio de Edu­ca­ción en los pró­xi­mos tres años. Se tra­ta del mayor cre­ci­mien­to comer­cial des­de que se rea­li­zan con­tro­les y colo­ca a Espa­ña como el sex­to expor­ta­dor mun­dial de armas, por delan­te inclu­so de poten­cias indus­tria­les como Chi­na. Ni la cri­sis ni la des­lo­ca­li­za­ción han fre­na­do las ven­tas, que hace tan sólo una déca­da situa­ban el nego­cio espa­ñol (pues­to 18) en un dis­cre­to segun­do plano.

Espa­ña expor­ta arma­men­tos a paí­ses de repre­sión terro­ris­ta como Marrue­cos con el pue­blo Saha­raui o Israel con el pue­blo Pales­tino. Ade­más exis­te un carác­ter secre­to en las exportaciones.

El arma­men­to espa­ñol se glo­ba­li­za y su indus­tria de defen­sa for­ma ya par­te de la eli­te mun­dial. Las empre­sas pri­va­das expor­ta­ron en 2009 mate­rial de defen­sa y tec­no­lo­gía de doble uso (civil y mili­tar) por valor de unos 1.500 millo­nes de euros, una can­ti­dad simi­lar a la que pro­me­tió inver­tir el Minis­te­rio de Edu­ca­ción en los pró­xi­mos tres años. Se tra­ta del mayor cre­ci­mien­to comer­cial des­de que se rea­li­zan con­tro­les y colo­ca a Espa­ña como el sex­to expor­ta­dor mun­dial de armas, por delan­te inclu­so de poten­cias indus­tria­les como Chi­na. Ni la cri­sis ni la des­lo­ca­li­za­ción han fre­na­do las ven­tas, que hace tan sólo una déca­da situa­ban el nego­cio espa­ñol (pues­to 18) en un dis­cre­to segun­do plano. Las inver­sio­nes y la polí­ti­ca de defen­sa euro­pea han hecho reco­no­ci­ble la mar­ca Espa­ña en todo el mun­do, muy por enci­ma de otros indi­ca­do­res eco­nó­mi­cos del país. El pasa­do año se envia­ron equi­pos mili­ta­res, tec­no­lo­gía y arma­men­to a 67 paí­ses. La lis­ta de clien­tes inclu­ye alia­dos (OTAN-UE) y paí­ses estra­té­gi­cos (Asia-Amé­ri­ca Lati­na), a don­de se des­ti­nó el grue­so de la pro­duc­ción nacio­nal: aero­na­ves, buques, vehícu­los, armas quí­mi­cas, armas lige­ras o muni­ción. Los usua­rios fina­les son en su mayo­ría los ejér­ci­tos, pero tam­bién empre­sas públi­cas, pri­va­das y, en menor medi­da, particulares.

Des­ti­nos «calien­tes»

Las trans­fe­ren­cias de equi­pos mili­ta­res espa­ño­les tam­bién lle­gan a los deno­mi­na­dos «terri­to­rios sen­si­bles», paí­ses en los que exis­te un cli­ma socio­po­lí­ti­co ten­so o regio­nes en ple­na carre­ra arma­men­tís­ti­ca (Asia u Orien­te Medio). El Minis­te­rio de Indus­tria, órgano encar­ga­do de super­vi­sar la expor­ta­ción de mate­rial de defen­sa, auto­ri­zó el pasa­do año el envío de equi­pos mili­ta­res a 18 paí­ses “calien­tes” por unos 53 millo­nes, un 4 por cien­to del total de las ven­tas. En este gru­po apa­re­cen Ara­bia Sau­dí, Fili­pi­nas, Indo­ne­sia, Mau­ri­ta­nia, Israel, Sri Lan­ka o Tailandia.

Pre­ci­sa­men­te, la Ley de Con­trol sobre el Comer­cio Exte­rior de Armas, apro­ba­da en 2008, nació para ase­gu­rar las trans­fe­ren­cias de mate­rial a estos des­ti­nos “sen­si­bles” y garan­ti­zar la trans­pa­ren­cia sobre las entre­gas. El Gobierno se com­pro­me­tió a enviar infor­ma­ción al Par­la­men­to cada seis meses y a hacer un balan­ce glo­bal cada año. En este perio­do, la nor­ma ha reci­bi­do el apo­yo de par­ti­dos polí­ti­cos, orga­nis­mos inter­na­cio­na­les y oene­gés. «Hay más trans­pa­ren­cia, no sólo en la expor­ta­ción de mate­rial de defen­sa, sino en la regu­la­ción de las ven­tas de armas de caza o de tiro depor­ti­vo, que supu­sie­ron 81 millo­nes de fac­tu­ra­ción en 2009. Por vez pri­me­ra sabe­mos cuán­tas licen­cias se dene­ga­ron, a qué paí­ses y por qué» , admi­te Mabel Gon­zá­lez, res­pon­sa­ble de desar­me de Greenpeace.

En un recien­te infor­me, las oene­gés cri­ti­ca­ron la con­ce­sión de algu­nas entre­gas a luga­res con gra­ve ines­ta­bi­li­dad o con­flic­tos arma­dos laten­tes. Ello, pese a que el artícu­lo 8 de la cita­da ley espe­ci­fi­ca en qué sitios no debe­ría ven­der­se mate­rial de defen­sa. El euro­par­la­men­ta­rio de Izquier­da Uni­da Willy Meyer, que ha pre­sen­ta­do varias ini­cia­ti­vas en Bru­se­las sobre este asun­to, cita dos «fla­gran­tes agu­je­ros negros» de la ley: Marrue­cos e Israel, «paí­ses que no cum­plen con el dere­cho inter­na­cio­nal ni con las reso­lu­cio­nes de la ONU».

El caso de Rabat es para­dig­má­ti­co. Espa­ña envía de for­ma perió­di­ca ayu­da huma­ni­ta­ria al pue­blo saha­raui y a su vez auto­ri­zó el pasa­do año la expor­ta­ción a Marrue­cos de equi­po mili­tar y poli­cial por valor de 31 millo­nes. «Algu­nas de estas armas se uti­li­zan para repri­mir a la pobla­ción civil de la zona ocu­pa­da, sobre todo equi­pos anti­dis­tur­bios», ase­gu­ra el abo­ga­do y acti­vis­ta Luis Man­gra­né, quien ha pre­sen­ta­do una denun­cia ante la Audien­cia Nacio­nal para que no pros­pe­ren suce­si­vas entre­gas. La cau­sa saha­raui no pasó des­aper­ci­bi­da en el Con­gre­so y varios par­la­men­ta­rios pre­gun­ta­ron en junio a la enton­ces secre­ta­ria de Esta­do de Comer­cio, Sil­via Iran­zo, por este pun­to. Iran­zo defen­dió la lega­li­dad de las ven­tas. «Se ana­li­zó cada ope­ra­ción de for­ma estric­ta. No se ali­men­tó nin­gu­na vio­la­ción de los dere­chos huma­nos», afir­mó ante los diputados.

Secre­to

El órgano que super­vi­sa los envíos es una jun­ta inter­mi­nis­te­rial com­pues­ta por repre­sen­tan­tes de Indus­tria, Exte­rio­res, Defen­sa, Eco­no­mía e Inte­rior, y que cuen­ta con el apo­yo del CNI. Su hom­bre fuer­te es Ramón Mur Mar­tí­nez, alto res­pon­sa­ble de Comer­cio Exte­rior, quien defien­de la efi­ca­cia de los con­tro­les. «Se valo­ra el país de des­tino, la sen­si­bi­li­dad del pro­duc­to, la fia­bi­li­dad del usua­rio final, las dene­ga­cio­nes de otros paí­ses y, muy espe­cial­men­te, el ries­go de des­vío de la expor­ta­ción a un uso o des­tino inde­bi­dos», expli­ca. La jun­ta dene­gó el pasa­do año 14 licen­cias de pro­duc­tos quí­mi­cos con des­tino a Irán, Egip­to, Pakis­tán, Siria y Yemen por «ries­go de des­vío para la pro­duc­ción de armas de des­truc­ción masi­va». El veto a Tehe­rán atien­de a los embar­gos decre­ta­dos por la ONU para impe­dir el desa­rro­llo de su pro­gra­ma nuclear. Sin embar­go, se ha apli­ca­do una cláu­su­la espe­cial para auto­ri­zar seis envíos de tec­no­lo­gía civil a Irán al no estar en la lis­ta de control.

Los exper­tos con­sul­ta­dos repro­chan el carác­ter secre­to de las deci­sio­nes de este órgano super­vi­sor. No para el caso con­cre­to de Irán, sino para las con­ce­sio­nes más «san­gran­tes» a Marrue­cos o Israel. A Tel Aviv las empre­sas espa­ño­las envia­ron casi 800.000 euros en mate­rial mili­tar, tec­no­lo­gía y com­po­nen­tes de pis­to­las depor­ti­vas. El des­tino eran sus Fuer­zas Arma­das. Por ello recla­man más peso de la socie­dad civil en esta jun­ta y la posi­bi­li­dad de remi­tir infor­mes vin­cu­lan­tes sobre la situa­ción de cada país, según pro­po­ne Willy Meyer. «Fue una pro­me­sa elec­to­ral del Gobierno, pero pare­ce que solo intere­sa la salud de un nego­cio sin escrú­pu­los», admi­te el acti­vis­ta Luis Man­gra­né. «Se tra­ta, en suma, de una cues­tión de fe», concluye.

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