Coman­dan­te en Jefe Fidel Cas­tro: no exis­te otra alter­na­ti­va que no sea la vic­to­ria- Ida Garberi

“El éxi­to o el fra­ca­so no es lo que impli­ca que uno este correc­to en la línea, yo pien­so que si hubié­se­mos muer­tos no está­ba­mos equi­vo­ca­dos, y nues­tro camino es correcto”.

Fidel Cas­tro Ruz

En los últi­mos días, todos los millo­nes de revo­lu­cio­na­rios del mun­do, reci­bie­ron una inyec­ción de áni­mo y feli­ci­dad puden­do vol­ver a ver en acción a nues­tro gran com­ba­tien­te, Fidel Cas­tro, con su míti­ca cami­sa ver­de olivo.

Hoy, 13 de agos­to del 2010, cum­ple 84 años en lle­na for­ma y en lle­na luci­dez men­tal, como nos demues­tra en sus artícu­los, tan cla­ros y puntuales.

Han dicho de él que es al pro­fe­ta por exce­len­cia del siglo XX (y últi­ma­men­te demues­tra de ser­lo tam­bién en el siglo XXI), que Fidel tie­ne el poder de explo­rar el futu­ro y vol­ver en el pre­sen­te para con­tar­nos el camino de seguir.

Así, me sien­to hoy en deber de enviar­le un abra­zo vir­tual, para desear­le muchos, muchí­si­mos, infi­ni­tos años mas, por­que es abso­lu­ta­men­te nece­sa­rio por la super­vi­ven­cia del humanidad.

Ya ado­les­cen­te, en Ita­lia, par­ti­ci­pé en la Aso­cia­ción de Amis­tad Ita­lia-Cuba, y en el medio del perío­do espe­cial, el círcu­lo de mi ciu­dad, Bolo­nia, se ocu­pó prin­ci­pal­men­te del envío de auto­bús por el trans­por­te de la pobla­ción en un momen­to crí­ti­co, en que la isla cari­be­ña se movió prin­ci­pal­men­te en bicicleta.

Mi amor polí­ti­co por el Cai­mán­Ver­de es debi­do al líder de su Revo­lu­ción, que con su cohe­ren­cia, con su com­pro­mi­so, con su dig­ni­dad estu­vo capaz en el pasa­do y con­ti­núa toda­vía hoy a ser la luz de todos los pobres del mun­do, la espe­ran­za de noso­tros que un mun­do mejor es posible.

Al fin del 2000 deci­dí de ir a vivir a Cuba pues­to que no pude mas sopor­tar el capi­ta­lis­mo sal­va­je de mi patria, que hoy resul­ta ser peor, para ser diri­gi­do por el mafio­so Berlusconi.

Cuba me adop­tó como a una hija, me per­mi­tió estu­diar abso­lu­ta­men­te gra­tis perio­dis­mo (un sue­ño que tenia en mi cora­zón) rega­lán­do­me aque­lla impos­ta­ción de total res­pec­to de la ver­dad y de tute­la de la fuen­te de la infor­ma­ción, no me ense­ñó la com­pe­ten­cia des­pia­da­da y tam­po­co la preo­cu­pa­ción de la velo­ci­dad a toda cos­ta, sin ave­ri­guar la cali­dad de la información.

Del Coman­dan­te tam­bién apren­dí el inter­na­cio­na­lis­mo, aque­lla ense­ñan­za del Che Gue­va­ra que dice “sean capa­ces siem­pre de sen­tir, en lo más hon­do, cual­quier injus­ti­cia rea­li­za­da con­tra cual­quie­ra, en cual­quier par­te del mun­do. Es la cua­li­dad más lin­da del revolucionario”.

Así, des­pués de sie­te años de tra­ba­jo en Pren­sa Lati­na como res­pon­sa­ble de la pági­na en ita­liano, los yan­quis ase­si­nos die­ron el gol­pe de Esta­do cívi­co-mili­tar en Hon­du­ras, dejan­do com­ple­ta­men­te ató­ni­tos a todos los ciu­da­da­nos pací­fi­cos del mun­do, que pen­sa­ron que en la his­to­ria del pla­ne­ta no pudie­ran suce­der más tales genocidios.

En cam­bio, el impe­rio nos botó otra vez en la pesa­di­lla del Plan Cón­dor y cuan­do me invi­ta­ron en Hon­du­ras al even­to inter­na­cio­na­lis­ta con­tra el gol­pe de Esta­do cívi­co-mili­tar, me sen­tí delan­te de una prue­ba: ¿sabré ser con­si­guien­te a mis prin­ci­pios revo­lu­cio­na­rios y con­tes­tar afir­ma­ti­va­men­te a la invi­ta­ción o el mie­do de la vio­len­cia y la per­se­cu­ción de los gori­las hon­du­re­ños para­rán mis bue­nos propósitos?

El even­to inter­na­cio­na­lis­ta no se pudo desa­rro­llar pues­to que el dic­ta­dor Miche­let­ti decre­tó el esta­do de sitio, pero yo en cam­bio, vine igual­men­te para cono­cer de cer­ca los horro­res de las bar­ba­ries de la oli­gar­quía hondureña.

Estoy con­tan­do todo esto, por­que si hoy mi vida ha cam­bia­do y ayu­do al Comi­té de Fami­lia­res de Dete­ni­dos Des­apa­re­ci­dos en Hon­du­ras (COFADEH) por la defen­sa de los dere­chos huma­nos del pue­blo hon­du­re­ño en la lucha pací­fi­ca de con­se­guir jus­ti­cia por las milla­res de víc­ti­mas, es un cier­to sen­ti­do “cul­pa” de “mi” Coman­dan­te en Jefe.

En efec­to, es de él que apren­dí a saber sen­tir sobre mi piel el sufri­mien­to de otros pue­blos, de sen­tir­me lati­no­ame­ri­ca­na y con el deber de gri­tar las injus­ti­cias pade­ci­das, en Cuba (sobre todo con­tra las men­ti­ras mediá­ti­cas del occi­den­te y por la lucha de la libe­ra­ción de los Cin­co cuba­nos pri­sio­ne­ros polí­ti­cos del impe­rio, y entre ellos René, que cum­ple años tam­bién hoy) o en Hon­du­ras, dón­de un régi­men fas­cis­ta está matan­do impu­ne­men­te delan­te de la indi­fe­ren­cia total de las poten­cias capitalistas.

Y enton­ces, quie­ro agra­de­cer­le públi­ca­men­te de haber­me ense­ña­do a vivir y no a sobre­vi­vir, a no escon­der la cabe­za bajo la are­na delan­te del sufri­mien­to y pres­tar mi plu­ma para denun­ciar la vio­len­cia y el cinis­mo, cre­yen­do pro­fun­da­men­te que el socia­lis­mo es la úni­ca vía posi­ble para sal­var el planeta.

Lo quie­ro, como a un padre inmen­so, que tie­ne los bra­zos tan lar­gos para poder con­so­lar y dar apo­yo al mun­do ente­ro, que nos ense­ñó has­ta la nece­dad “Patria o Muer­te, Ven­ce­re­mos”… y como dijo de él un fis­cal de los Esta­dos Uni­dos: “Fidel ha mos­tra­do que es posi­ble que un país en medio de la lucha sin recur­sos edu­que, pro­por­cio­ne vivien­da, salud, tra­ba­jo y todo lo que requie­re la huma­ni­dad. Y miren el res­to del mun­do. Nece­si­ta­mos ese modelo”.

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