Cómo se ve en Irak la reti­ra­da de EE.UU.

PI03/​08/​10 El pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, Barack Oba­ma, con­fir­mó que cum­pli­rá con su pro­me­sa de reti­rar las uni­da­des de com­ba­te de Irak a fin de mes.

¿Qué país dejan las tro­pas de EE.UU.?

Pero en un país azo­ta­do por com­ple­ja cade­na de con­flic­tos sec­ta­rios que hace pen­der de un hilo la demo­cra­cia, aus­pi­cia­da pre­ci­sa­men­te por EE.UU. y las demás fuer­zas inva­so­ras, ¿cuán opor­tu­na es la par­ti­da de las tro­pas esta­dou­ni­den­ses? y ¿cómo ven los ira­quíes este escenario?

En pri­mer lugar, EE.UU. aban­do­na un país sin gobierno. Tras las elec­cio­nes par­la­men­ta­rias de mar­zo pasa­do, los líde­res loca­les aún no logran for­mar un nue­vo Poder Ejecutivo.

En segun­do lugar, aun­que en Washing­ton ase­gu­ren que la poli­cía y el ejér­ci­to ira­quíes que­da­rán lis­tos para lidiar con la situa­ción, en Medio Orien­te rei­na el escepticismo.

Segu­ri­dad en duda

Como expli­ca el perio­dis­ta ira­quí Ali Al-Sha­waf, del ser­vi­cio ára­be de la BBC, casi nadie en su país, inclui­do el gobierno, cree que las fuer­zas loca­les vayan a estar pre­pa­ra­das para tomar el con­trol de la seguridad.
En esto coin­ci­de Ghas­san al-Atti­yah, direc­tor del Ins­ti­tu­to Ira­quí para la Demo­cra­cia y el Desa­rro­llo, con sede en Londres.

Como le expli­có a BBC Mun­do, des­pués de que 144.000 sol­da­dos esta­dou­ni­den­ses no fue­ran capa­ces de brin­dar segu­ri­dad ‑pagan­do ade­más un alto pre­cio con nume­ro­sas bajas- la duda es qué hará el medio millón de poli­cías y sol­da­dos que «lamen­ta­ble­men­te no cum­plen con los están­da­res profesionales».

En este con­tex­to, el incre­men­to de los ata­ques mor­ta­les en julio ‑el más san­grien­to de los últi­mos dos años- aumen­ta la preo­cu­pa­ción de que la red al-Qae­da pue­da apro­ve­char el vacío polí­ti­co para ali­men­tar la vio­len­cia religiosa.

Entra­ma­do

En Irak hay sen­ti­mien­tos encon­tra­dos res­pec­to a la reti­ra­da estadounidense.
Por un lado, a pesar de la preo­cu­pa­ción por la segu­ri­dad, la gran mayo­ría cele­bra la par­ti­da de EE.UU. Al-Sha­waf ase­gu­ró que la gran mayo­ría de la pobla­ción des­aprue­ba la pre­sen­cia esta­dou­ni­den­se en el país, tan­to en la teo­ría como en la práctica.

Este no es el mejor momen­to para que las tro­pas se vayan. La vio­len­cia empeo­ra­rá y la gue­rra civil se va a recrudecer

Arif You­nes, pro­fe­sor de la Uni­ver­si­dad de Dohuk

En la teo­ría, por­que los ven lisa y lla­na­men­te como inva­so­res. En la prác­ti­ca, por la gran can­ti­dad de civi­les ira­quíes que han resul­ta­do muer­tos, heri­dos y dete­ni­dos por estadounidenses.

Escán­da­los como los abu­sos en la cár­cel de Abu Ghraib tam­po­co ayu­dan a la ima­gen de EE.UU. en el país asiático.

Pero ana­li­zar los sen­ti­mien­tos de los ira­quíes es una tarea difí­cil, ya que hace fal­ta disec­cio­nar el com­ple­jo entra­ma­do sec­ta­rio y étni­co que da for­ma al país.

Por ejem­plo, la mino­ría kur­da está des­ilu­sio­na­da por la par­ti­da de EE.UU., al que ven como un pro­tec­tor que aho­ra los deja­rá a mer­ced de sus enemi­gos inter­nos y de los veci­nos tur­cos, ira­níes y sirios.

Pre­ci­sa­men­te des­de esa zona, en el Kur­dis­tán ira­quí, Arif You­nes, pro­fe­sor de la Uni­ver­si­dad de Dohuk, le dijo a BBC Mun­do: «Este no es el mejor momen­to para que las tro­pas se vayan. La vio­len­cia empeo­ra­rá y la gue­rra civil se va a recrudecer».

En el sur, don­de la mayo­ría es ára­be, muchos esta­rán con­ten­tos, dijo You­nes, «pero en el nor­te sen­ti­mos afi­ni­dad con Esta­dos Uni­dos y el Rei­no Unido».

Entre la mayo­ría ára­be, son los suni­tas los que más cele­bran la reti­ra­da. Entre ellos impe­ra un fuer­te sen­ti­mien­to anti­es­ta­dou­ni­den­se tras haber sido los más mar­gi­na­dos y cas­ti­ga­dos des­pués del derro­ca­mien­to de su líder, Sad­dam Hussein.

El «fac­tor iraní»

La inter­ven­ción ira­ní, otro de los temores.
Sin embar­go, entre los suni­tas más mode­ra­dos hay quie­nes creen que EE.UU. debe­ría ser más cau­te­lo­so antes de dejar el país en manos de los diver­sos gru­pos chií­tas, alia­dos a los iraníes.

Los chií­tas tam­bién están divi­di­dos. Según Ghas­san al-Atti­yah, los que en los últi­mos sie­te años se han alia­do a Tehe­rán se ale­gran, pero la mayo­ría le tie­ne mie­do al «fac­tor iraní».

El perio­dis­ta ára­be afir­mó que entre algu­nos inte­lec­tua­les ira­quíes hay temor de que la inci­pien­te demo­cra­cia se vea heri­da por la reti­ra­da de EE.UU. y que el país se vuel­va a una dic­ta­du­ra al tomar el poder fuer­zas pro iraníes.

Para al-Atti­yah, des­de la ocu­pa­ción esta­dou­ni­den­se se desa­rro­lló una cul­tu­ra de depen­den­cia, un acos­tum­bra­mien­to a que los esta­dou­ni­den­ses resuel­van los pro­ble­mas, y aho­ra hay temor de que los ira­quíes no logren resol­ver su situación.

Ade­más, otro com­po­nen­te de la tra­ma es Israel. Los esta­dou­ni­den­ses son un para­cho­ques entre Irán e Israel y una vez que se reti­ren de Irak podrían dejar el terreno libre a la nación hebrea para ata­car a los islá­mi­cos, según el analista.

2011: ¿aban­dono estudiado?

Para al-Atti­yah, la reti­ra­da es un «ries­go cal­cu­la­do» que EE.UU. asu­me: se va de Irak, da a enten­der que no tie­ne intere­ses allí y de paso deja a su rival Irán como la ame­na­za principal.

Ése es el men­sa­je que quie­re dar Wahing­ton y «así será como lo refle­ja­rán los medios», anticipó.
Sin embar­go, gran par­te de la opi­nión publi­ca rela­ti­vi­za la reti­ra­da: vale recor­dar que los 50.000 efec­ti­vos que que­da­rán como «ase­so­res» podrán seguir ejer­cien­do la fuer­za para «luchar con­tra el terrorismo».

Por lo tan­to, el pro­ble­ma mayor será a par­tir de 2011, cuan­do real­men­te se vayan todos los estadounidenses.
Toda­vía fal­ta un año y, como comen­tó el ana­lis­ta, «una sema­na en la polí­ti­ca es mucho tiempo».

Fuen­te: BBC

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