La gen­te es muy que­ji­ca – Jon Odriozola

Des­de el Más Allá ‑pues vivo en un país mila­gre­ro y mila­gro­so que vive de milagro‑, me escri­be un anti­guo ami­go sumi­nis­tran­do un palia­ti­vo para la puta cri­sis. Mi ami­go no es un revo­lu­cio­na­rio ni un maxi­ma­lis­ta como yo que deli­ra que bas­ta con tum­bar el capi­ta­lis­mo como exuto­rio para que supu­ren los males de la gran mayo­ría del pue­blo. Bas­ta­ría con cam­biar las rela­cio­nes socia­les de pro­duc­ción y expro­piar a los expro­pia­do­res. Pero los ladro­nes no se dejan y, ade­más, son gen­te honrada.

Lo que le pone car­día­co a mi cla­ri­vi­den­te y swe­den­bor­giano cole­ga son los gas­tos corrien­tes de no impor­ta qué gobierno. Se refie­re, apar­te de los gas­tos de luz y telé­fono, a los hono­ra­rios de lo que él lla­ma «polí­ti­cos» otro­sí «cla­se polí­ti­ca» (los entre­co­mi­lla­dos son míos). Pro­po­ne un «sala­rio éti­co» para los «polí­ti­cos». Para ello, par­te del prin­ci­pio ‑asaz idea­lis­ta- de que el «polí­ti­co» es una per­so­na que actúa por voca­ción de ser­vi­cio al pue­blo por­que quie­re apor­tar a la socie­dad lo mejor de sí mis­mo sin nin­gún tipo de inte­rés per­so­nal ni lucra­ti­vo. Avan­za, este espí­ri­tu frac­tal, como sala­rio digno y éti­co, 25.000 euros anua­les, algo ‑agre­ga- muy por enci­ma de lo que cobran la mayo­ría de los ciudadanos.

No los barre­ría con una esco­ba revo­lu­cio­na­ria ‑que es lo que yo haría- para man­dar­los al museo de la his­to­ria por­que, deci­di­da­men­te, mi incon­sú­til ami­go, es un refor­mis­ta. Pone ejem­plos de los polí­ti­cos mejor paga­dos seña­lan­do la fuen­te: el perió­di­co eco­nó­mi­co «Expan­sión» con data 4 de agos­to de 2008. Ahí se seña­la que José Mon­ti­lla, pre­si­den­te de la Gene­ra­li­tat de Cata­lun­ya, tie­ne un suel­do anual de 164.000 euros. Si fue­ra de 25.000 euros, como pro­po­ne este foro­fo del Ath­le­tic, el aho­rro anual sería de 139.000 euros de vellón. O sea, en las anti­guas pese­tas, de 27 millo­nes a 4 millo­nes de pelas. Un aho­rro con­si­de­ra­ble. Apues­to a que mi ami­go esta­ría de acuer­do con Zapa­te­ro cuan­do habla de «con­ge­lar» los esti­pen­dios de los (altos) fun­cio­na­rios pero yo, un tipo iras­ci­ble, habla­ría de bajar­les el suel­do y subir­lo a los tra­ba­ja­do­res. Así el IVA sería más justo.

Puso más ejem­plos. Ten­go aquí la rela­ción de pecu­lios de todos y cada uno de los pre­si­den­tes autó­no­mos que, por obvias razo­nes de espa­cio, no pue­do rese­ñar. Nues­tro hom­bre en el Más Allá, esto sí, se extien­de en seña­lar los pecu­nios y mar­tin­ga­las, sine­cu­ras y pre­ben­das, cuan­do no «mor­di­das», que cobran los pará­si­tos en con­cep­to de die­tas y com­ple­men­tos que, sal­vo los dipu­tados «rasos» del Con­gre­so, no tri­bu­tan. Men­cio­na a dipu­tados pro­vin­cia­les y sena­do­res. Tam­bién a la Mesa del Con­gre­so, vice­pre­si­den­tes de la Cáma­ra, los secre­ta­rios con sus gas­tos de repre­sen­ta­ción y libre dis­po­si­ción, los por­ta­vo­ces de los gru­pos par­la­men­ta­rios, las Comi­sio­nes y ello por no hablar de los euro­dipu­tados, alcal­des, con­ce­ja­les eta abar…

Tie­ne razón mi ami­go en lo que dice pero igno­ra que este argu­men­ta­rio ‑horri­ble pala­bro- ha sido hecho suyo por la dere­cho­na, no por con­vic­ción, sino por evic­ción. Y yo que pen­sa­ba que la buro­cra­cia era típi­ca de los paí­ses comunistas

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