Copa­la: para­mi­li­ta­res aco­san­do a un pue­blo en resis­ten­cia – Los Brigadistas-UNAM

El de Feli­pe Cal­de­rón es un gobierno sin legi­ti­mi­dad y frá­gil en muchos sen­ti­dos. El pue­blo hoy ten­dría un cam­po fér­til para avan­zar en la cons­truc­ción de un mejor país; sin embar­go, el movi­mien­to social tam­bién es débil, está poco orga­ni­za­do, tie­ne enci­ma un gigan­tes­co cer­co mediá­ti­co y duras repre­sio­nes que le impi­den cami­nar a paso fir­me. Uno de los ins­tru­men­tos que Cal­de­rón ha usa­do para man­te­ner el con­trol, ha sido la vio­len­cia, el ase­si­na­to, la per­se­cu­ción, la cárcel.

Los mili­ta­res no son agen­tes de pro­tec­ción de la nación. Sus abu­sos hacia la pobla­ción están amplia­men­te docu­men­ta­dos en todos los esta­dos don­de se supo­ne que com­ba­ten al nar­co­trá­fi­co: robos, gol­pi­zas, vio­la­cio­nes y ase­si­na­tos. Están ade­más los lla­ma­dos daños cola­te­ra­les, como los estu­dian­tes masa­cra­dos en Sal­var­car, los niños muer­tos en el retén de Nue­vo León, los estu­dian­tes del Tec­no­ló­gi­co de Mon­te­rrey y quien sabe cuán­tos más. Las poli­cías fede­ra­les y esta­ta­les no sir­ven para gene­rar segu­ri­dad, pero son muy úti­les para impe­dir la movi­li­za­ción, des­alo­jar plan­to­nes, encar­ce­lar diri­gen­tes socia­les, etc. Aten­co y el SME son prue­ba de este uso fac­cio­so de la fuer­za pública.

Hay otro meca­nis­mo del que poco se habla en los medios de comu­ni­ca­ción, pero que exis­te y es uno de los favo­ri­tos de los gobier­nos, de uno u otro par­ti­do, para aplas­tar la rebel­día del pue­blo. Son los para­mi­li­ta­res, resul­ta­do de la des­com­po­si­ción social, mer­ce­na­rios al ser­vi­cio del poder, arma­dos y entre­na­dos por él y dis­pues­tos a usar las for­mas más viles y crue­les para sem­brar terror en las comu­ni­da­des. El más recien­te ejem­plo de su accio­nar es la masa­cre ocu­rri­da en el muni­ci­pio autó­no­mo de San Juan Copa­la, Oaxaca.

Esa comu­ni­dad, hoy con­for­ma­da por unos 700 indí­ge­nas tri­quis, está encla­va­da en la mix­te­ca oaxa­que­ña. Des­de hace años sufre las con­se­cuen­cias de una pug­na por el con­trol de los pode­res muni­ci­pa­les. Prin­ci­pal­men­te, a cau­sa de que el PRI se nie­ga a per­der el con­trol de la región y para ello, creó en 1994 la Unión de Bien­es­tar Social para la Región Tri­qui (Ubi­sort), gru­po para­mi­li­tar dota­do de arma­men­to de alto poder, que ha come­ti­do todo tipo de crí­me­nes con­tra la pobla­ción pro­vo­can­do que huyan de la zona más de la mitad de los habitantes.

La Ubi­sort impi­dió el 28 de noviem­bre del año pasa­do, que los cam­pe­si­nos del Fren­te de Pue­blos en Defen­sa de la Tie­rra de Aten­co visi­ta­ran la comu­ni­dad de Copa­la duran­te el reco­rri­do que hicie­ron en la segun­da eta­pa de la cam­pa­ña Liber­tad y Jus­ti­cia para Aten­co. Un día des­pués, las ins­ta­la­cio­nes muni­ci­pa­les y el alber­gue infan­til fue­ron balea­dos, que­dan­do muer­to un niño. El 10 de diciem­bre, un puña­do de para­mi­li­ta­res de Ubi­sort, asal­tó el muni­ci­pio y des­alo­jó a las auto­ri­da­des autónomas.

El 10 de mar­zo de este año, niños y muje­res de la comu­ni­dad autó­no­ma, con gran valen­tía, reto­ma­ron el edi­fi­cio. Acto siguien­te, la comu­ni­dad fue balea­da por los furio­sos priís­tas, que­dan­do heri­da una seño­ra de 64 años y obli­gan­do al des­pla­za­mien­to a muchas fami­lias de San Juan Copa­la. Cerró la ofi­ci­na de la Comi­sión Nacio­nal para el Desa­rro­llo de los Pue­blos Indí­ge­nas, cerró el cen­tro de salud, cerra­ron las escue­las y el cer­co de Ubi­sort ha deja­do a la comu­ni­dad con una extre­ma esca­sez de agua y alimentos.

En medio de esa situa­ción, pro­fe­so­res y miem­bros de orga­ni­za­cio­nes defen­so­ras de los dere­chos huma­nos en Oaxa­ca, con­vo­ca­ron a la Cara­va­na de Apo­yo y Soli­da­ri­dad con el Muni­ci­pio Autó­no­mo de San Juan Copa­la, acom­pa­ña­da de obser­va­do­res extran­je­ros. Era una medi­da huma­ni­ta­ria, para lle­var agua y ali­men­tos a la pobla­ción y dar cober­tu­ra a los pro­fe­so­res que regre­sa­ban a dar cla­ses allá. Rufino Juá­rez, líder de Ubi­sort, anun­ció en una con­fe­ren­cia de pren­sa y en decla­ra­cio­nes a la radio, que no per­mi­ti­rían la lle­ga­da de la cara­va­na, y que sus par­ti­ci­pan­tes se atu­vie­ran a las consecuencias.

El día 27 de abril, la cara­va­na fue agre­di­da con armas de alto poder por inte­gran­tes de la orga­ni­za­ción priis­ta, a la altu­ra de la comu­ni­dad de La Saba­na. Fue­ron ase­si­na­das dos per­so­nas: Bea­triz Alber­ta Cari­ño, defen­so­ra de los dere­chos huma­nos del Cen­tro de Apo­yo Comu­ni­ta­rio Tra­ba­jan­do Uni­dos (Cac­tus), y un joven fin­lan­dés de nom­bre Tyri Ante­ro Jaak­ko­la, cola­bo­ra­dor del colec­ti­vo Voces Oaxa­que­ñas Cons­tru­yen­do Auto­no­mía y Liber­tad (Vocal). Con gran cinis­mo, Ubi­sort nie­ga ser auto­ra de tal masa­cre y dice que es un “auto­aten­ta­do” de las auto­ri­da­des del muni­ci­pio autó­no­mo para “que­dar como mártires”.

Por un momen­to la gen­te vol­teó a ver a San Juan Copa­la, se habló de sus habi­tan­tes y de la bru­tal repre­sión que obli­gó a varios sobre­vi­vien­tes a huir a las mon­ta­ñas. Hoy los indí­ge­nas tri­quis que habi­tan esta comu­ni­dad, con una his­to­ria de déca­das de resis­ten­cia, siguen sin luz, sin agua, sin cen­tro de salud, sin escue­las, sin ali­men­tos. Es urgen­te brin­dar nues­tra soli­da­ri­dad y exi­gir el fin del aco­so para­mi­li­tar priís­ta con­tra esta y muchas comu­ni­da­des en Oaxaca.

Los para­mi­li­ta­res son una reali­dad que sufren miles de per­so­nas en Méxi­co y en toda Amé­ri­ca Lati­na. Este meca­nis­mo de con­trol arte­ro y san­grien­to, debe ter­mi­nar de una vez por todas.

Fuen­te: Rebe­lión

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