[Fotos y manifiesto]768 pro­fe­sio­na­les de la salud, piden se libe­re a l@s pres@s gra­ve­men­te enfermos

“Los pro­fe­sio­na­les aquí pre­sen­tes, en repre­sen­ta­ción de los 768 pro­fe­sio­na­les del àmbi­to de la salud que hemos fir­ma­do el Mani­fies­to en defen­sa de la salud del Colec­ti­vo de pre­sos polí­ti­cos vas­cos, que­re­mos mani­fes­tar lo siguiente:

Como resul­ta­do de la refle­xión rea­li­za­da estos últi­mos meses, hemos cons­ta­ta­do con gran preo­cu­pa­ción que la situa­ción sani­ta­ria de los pre­sos de este colec­ti­vo ha empeo­ra­do alar­man­te­men­te. En efec­to, hemos obser­va­do que des­de que el cita­do Mani­fies­to se dió a cono­cer en los dife­ren­tes ámbi­tos de nues­tra pro­fe­sión has­ta la fecha la situa­ción ha ido dete­rio­rán­do­se y lo que es más preo­cu­pan­te, la situa­ción tie­ne visos de empe­ro­rar aun más. Es más, somos pre­ci­sa­men­te aque­llos de noso­tros que en su día hemos asis­ti­do duran­te años a estos pre­sos los que mejor hemos obser­va­do esta deri­va en la situa­ción sani­ta­ria de estos presos.

Ante la gra­ve­dad de la situa­ción, enten­de­mos que es no sólo nece­sa­ria, sino tam­bién obli­ga­to­ria la difu­sión del pre­sen­te Mani­fies­to en todos los ámbi­tos de nues­tra socie­dad. He aquí resu­mi­da­men­te la razón de nues­tra preocupación:

1.-A pesar de que duran­te años hemos denun­cia­do la pre­ca­ria y muchas veces negli­gen­te asis­ten­cia sani­ta­ria que se les ofre­ce a los pre­sos en las cár­ce­les, hemos cons­ta­ta­do que la situa­ción no ha varia­do: la dure­za de las con­di­cio­nes de vida de estos pre­sos, que no remi­te ante los pro­ble­mas de salud de los mis­mos; las con­tí­nuas difi­cul­ta­des, tra­bas y dene­ga­ción sis­te­má­ti­ca de visi­tas a los médi­cos y pri­só­lo­gos de con­fian­za de los pre­sos enfer­mos; la vul­ne­ra­ción de dere­chos fun­da­men­ta­les de los pre­sos enfer­mos: negi­gen­cia en la asis­ten­cia, vul­ne­ra­ción sis­te­má­ti­ca del dere­cho a la inti­mi­dad y con­fi­den­cia­li­dad en las con­sul­tas, el des­pre­cio a la dig­ni­dad del enfer­mo, la dene­ga­ción sis­te­má­ti­ca de la liber­tad a los pre­sos con enfer­me­da­des gra­ves e incu­ra­bles que se pro­lon­ga en años, y un lar­go etcétera.

2.- Ade­más de la per­sis­ten­cia de estos fac­to­res nega­ti­vos para cual­quier pacien­te, la polí­ti­ca espe­cial que se apli­ca hoy en día a los pre­sos polí­ti­cos vas­cos redun­da cla­ra­men­te en el empeo­ra­mien­to de la gra­ve­dad de su situa­ción. En efec­to, a las deten­cio­nes, reda­das y encar­ce­la­mien­tos masi­vos de ciu­da­da­nos vas­cos de los últi­mos años hay que aña­dir la cade­na per­pe­tua que se apli­ca de fac­to a los pre­sos polí­ti­cos vas­cos; todo ello gene­ra­rá sin lugar a dudas situa­cio­nes muy gra­ves en lo rela­ti­vo a la salud de los pre­sos. Así, la edad media de este colec­ti­vo de pre­sos aumen­ta­rá inde­fec­ti­ble­men­te en los pró­xi­mos años, con todas sus con­se­cuen­cias en el cam­po de la salud. De este modo, siguen­do los pará­me­tros que rigen la evo­lu­ción de la salud en nues­tra socie­dad, es evi­den­te que un núme­ro sig­ni­fi­ca­ti­vo de estas per­so­nas desa­rro­lla­rá algún tipo de enfer­me­dad a cor­to pla­zo. De la mis­ma mane­ra, aque­llos que en este momen­to estan enfer­mos sufri­rán un empeo­ra­mien­to en su salud debi­do a la edad y los años de encie­rro acu­mu­la­dos has­ta el pun­to de ter­mi­nar su con­de­na con algún tipo de enfer­me­dad gra­ve e incu­ra­ble. Y, por últi­mo, aque­llos que en este momen­to sufren una enfer­me­dad gra­ve e incu­ra­ble de cual­quier índo­le tie­nen un ries­go muy alto de falle­cer antes de cum­plir la con­de­na en su tota­li­dad. Esto es, se hallan some­ti­dos a una pena de muer­te en pri­sión encu­bier­ta. O como ha ocu­rri­do en algu­nos casos, con­de­na­dos a falle­cer al poco de salir en libertad.

3.-Estos últi­mos casos son los que nos preo­cu­pan espe­cial­men­te, aque­llos que a pesar de sufrir una enfer­me­dad gra­ve e incu­ra­ble se les ha dene­ga­do sis­te­má­ti­ca­men­te la liber­tad: Jon Agi­rre Agi­riano, de 67 años de edad, con 29 años cum­pli­dos; , con inter­ven­cio­nes qui­rúr­gi­cas en su haber, sufre de artro­sis gene­ra­li­za­da y dia­be­tes prin­ci­pa­men­te, ade­más de fal­ta de visión y gra­ve ries­go coro­na­rio deri­va­do de la dia­be­tes. José Miguel Etxean­dia Mea­be, de 50 años, con­de­na­do a lar­gos años; sufre de tras­torno obse­si­vo-com­pul­si­vo des­de hace años, agra­va­do con un cua­dro de ansie­dad agu­da; José Ramón Foru­ria Zubi­la­dea, de 60 años, con­de­na­do a lar­gos años de pri­sión; pade­ce un cán­cer de veji­ga con impor­tan­te reac­ti­va­ción en los últi­mos años. Gotzo­ne López de Luzu­ria­ga Fer­nan­dez, de 50 años, con más de 20 años en la cár­cel y con­de­na­da a cum­plir 30 años efec­ti­vos; sufre un cán­cer de mama que pre­ci­sa de un tra­ta­mien­to y con­trol estric­to. Juan José Rego Vidal, de 71 años, lle­va más de 15 años en pri­sión; cua­dros de angi­na de pecho, enfer­me­dad coro­na­ria muy gra­ve, dia­be­tes y enfer­me­da­des deri­va­das de la mis­ma, como pér­di­da impor­tan­te de visión entre otras. Josu Uri­betxe­be­rria Boli­na­ga, de 54 años, con­de­na­do a 30 años de cum­pli­mien­to efec­ti­vo; cán­cer de riñón con nefrec­to­mía inclui­da que pre­ci­sa de un con­trol y con­di­cio­nes de vida estric­tas y ade­cua­das. Pre­so que pade­ce un tras­torno esqui­zo­fre­ni­for­me, con sín­to­mas psi­có­ti­cos y cua­dro depre­si­vo, con­de­na­do a 30 años de cum­pli­mien­to efec­ti­vo. Hay que rese­ñar tam­bién el caso de José Luis Elko­ro, de 75 años de edad, diag­nos­ti­ca­do de cán­cer de prós­ta­ta, y el de Juan Pablo Die­guez, de 67 años, recien­te­men­te inter­ve­ni­do de un car­ci­no­ma de próstata.

Ade­más, enten­de­mos que la alar­ma está más que jus­ti­fi­ca­da si aten­de­mos a los casos más recien­tes: Juan José Rego, que a pri­me­ros de este años tuvo que ser ingre­sa­do urgen­te­men­te y cate­te­ri­za­do por una enfer­me­dad coro­na­ria muy gra­ve, tras pade­cer varios epi­so­dios de angi­na de pecho; Igor Gon­za­lez, que pade­ce una enfer­me­dad psí­qui­ca gra­ve, que a últi­mos del año pasa­do inten­tó qui­tar­se la vida y, como se denun­ció en su día, el mis­mo día fué tras­la­da­do de cár­cel. En efec­to, hay que cons­ta­tar la acti­tud cla­ra­men­te negil­gen­te de la admi­nis­tra­ción car­ce­la­ria en ambos casos, ponien­do en gra­ve peli­gro la vida de ambos enfermos.

Ni que decir tie­ne que unas per­so­nas con estos cua­dros debe­rían de estar en liber­tad y en unas con­di­cio­nes de vida acor­des con las enfer­me­da­des que pade­cen. Pero la admi­nis­tra­ción peni­ten­cia­ria ha desoi­do una y otra vez toda peti­ción en este sen­ti­do, limi­tán­do­se en algu­nos casos a apli­car una fór­mu­la que en nada favo­re­ce a la salud de estas per­so­nas: la deno­mi­na­da pri­sión ate­nua­da, que les con­fi­na en sus domi­ci­lios bajo unas con­di­cio­nes de vida muy simi­la­res a la cár­cel. Es evi­den­te que la úni­ca con­di­ción indis­pen­sa­ble a apli­car a estas peso­nas enfer­mas es la de dis­po­ner del dere­cho a sobre­lle­var su enfer­me­dad y tera­pia sin nin­gún tipo de con­trol ni cor­ta­pi­sas externas.

Y para fina­li­zar, pasa­mos a enu­me­rar la lis­ta de las peti­cio­nes que hemos fir­ma­do y con­sen­sua­do los pro­fe­sio­na­les de la salud:

1.-La Admi­nis­tra­ción Públi­ca, los res­pon­sa­bles de las pri­sio­nes y las ins­tan­cia judi­cia­les deben de garan­ti­zar una asis­ten­cia sani­ta­ria ade­cua­da y dig­na a toda la ciudadanía.

2.-Por enci­ma de con­si­de­ra­cio­nes pena­les o lega­les, y por enci­ma de cual­quier polí­ti­ca peni­ten­cia­ria, toda per­so­na, aun estan­do pre­sa, tie­ne el mis­mo dere­cho que cual­quier ciudadano/​a a una sani­dad inte­gral y de calidad.

3.-Pedimos que las y los pre­sos polí­ti­cos vas­cos ten­gan acce­so a una asis­ten­cia sani­ta­ria ade­cua­da y dig­na, sin obs­tácu­lo ni restricciones.

4.-Pedimos que en el caso de los y las pre­sas polí­ti­cas vas­cas, tam­bién se les garan­ti­ce la visi­ta de médi­cos y psi­có­lo­gos de confianza.

5.-Teniendo en cuen­ta la influen­cia que tie­ne en el pro­ce­so tera­peú­ti­co el entorno fami­liar y afec­ti­vo, pedi­mos que las y los pre­sos polí­ti­cos vas­cos ten­gan acce­so a una asis­ten­cia ade­cua­da en Eus­kal Herria, para el correc­to diag­nós­ti­co y tra­ta­mien­to de sus enfermedades.

6.-Pedimos la inme­dia­ta pues­ta en liber­tad de los y las pre­sas polí­ti­cas vas­cas que sufren enfer­me­da­des gra­ves e incurables.

Por todo ello, y para fina­li­zar, soli­ci­ta­mos el apo­yo de la socie­dad vas­ca a las dife­ren­tes ini­cia­ti­vas en rela­ción a las peti­cio­nes arri­ba citadas”.

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