Aigor y su irreal anor­ma­li­dad por Gabi­rel Ezkurdia

En los 70 del pasa­do siglo, en el film El joven­ci­to Fran­kens­tein de Mel Brooks, hay una hila­ran­te esce­na en la que el doc­tor Fron­kons­tin, en la alme­na del cas­ti­llo here­da­do de su tío Fran­kens­tein y tras sufrir una pali­za bru­tal por el mons­truo recién lle­ga­do a la vida en la his­tó­ri­ca tor­men­ta eléc­tri­ca, tras sedar al mons­truo, y en esta­do cata­tó­ni­co, per­ple­jo, pre­gun­ta a su pin­che el joro­ba­do Aigor, (inigua­la­ble Mar­tin Feld­man) <¿Aigor, el cere­bro que robas­te en el laboratorio…era el que tenía la eti­que­ta de “nor­mal”?> Y Aigor con­tes­ta con cara de no haber roto un pla­to, <sí jefe, “normal”…pero se me cayó y cogí otro“normal” que tenía una “a” por delante…>”

Des­de hace seis meses lar­gos… trein­ta y tan­tos años por pre­ci­sar, el dis­cur­so gené­ri­co de la “nor­ma­li­za­ción” me recuer­da sis­te­má­ti­ca­men­te a la esce­na en la que Aigor pone cara de poker para hablar de nor­mal ante la evi­den­te anormalidad.

No es nada nue­vo a estas altu­ras per­ci­bir que el PPSOE cuan­do habla de nor­ma­li­za­ción habla real­men­te de asi­mi­la­ción, de homo­ge­nei­za­ción, de españolización.

Pero ese no es el deba­te. Lo que real­men­te asom­bra es el nivel de con­tra­dic­ción, la medio­cri­dad y la incohe­ren­cia de las accio­nes y no accio­nes que siguen como no podía ser de otra mane­ra el para­dig­ma cha­pu­ce­ro de Aigor, la ima­gen níti­da de lo que está sien­do este pro­ce­so de normalización.

El lar­go lis­ta­do de cha­pu­ci­llas guber­na­men­ta­les de nues­tro Aigor par­ti­cu­lar es archi­co­no­ci­do. Men­ti­ras en el currícu­lo, saraos bíbli­cos, impú­di­cos repor­ta­jes, embus­tes polí­ti­cos, pac­tos antinatura…Al igual que es can­si­na­men­te sabi­do el mono­te­ma guber­na­men­tal, la matra­ca de la uti­li­za­ción de víc­ti­mas y la repre­sión indis­cri­mi­na­da con­tra toda rei­vin­di­ca­ción no homo­lo­ga­da por el Sistema.

Pero si aca­so nues­tro par­ti­cu­lar Aigor auto­nó­mi­co fue­ra míni­ma­men­te cui­da­do­so man­ten­dría cier­tos míni­mos de cohe­ren­cia por lo menos inte­lec­tual. Sí lo se es difí­cil pedir peras al olmo.

Vie­ne al caso por­que con el mapa del tiem­po, reco­gien­do la Nava­rra his­tó­ri­ca ple­na, como con el men­sa­je navi­de­ño del Bor­bón, Aigor aco­me­te con mayo­res legi­ti­ma­cio­nes hacia los que pre­ten­de deslegitimar.

Siem­pre recuer­do que los eus­kal­du­nes tene­mos la suer­te de que si comien­za la 3º gue­rra mun­dial mori­re­mos oyen­do tri­ki­tri­xa. El 11‑S de 2001 mien­tras todas las teles del mun­do emi­tían sin cesar las imá­ge­nes del WTC cayen­do y anun­cia­ban, como en la edi­ción ves­per­ti­na de ABC:“comienza la 3ª GM”, la úni­ca cade­na que tras los infor­ma­ti­vos seguía con su pro­gra­ma­ción coti­dia­na era ETB1. Ya pue­de arder el mun­do que noso­tros seguía­mos delei­tán­do­nos con el cer­ta­men de tri­ki y Txi­rri Mirri eta Txiribiton.

Aho­ra es igual que es lo mis­mo. Está cla­ro que los eus­kal­du­nes no somos súb­di­tos del monar­ca espa­ñol por­que el dis­cur­so real no se emi­ti­rá en ETB1. Nues­tro Aigor en su afan nor­ma­li­za­dor dejan­do todo a medias…¡con lo poco que cues­ta sub­ti­tu­lar el cló­ni­co dis­cur­so anual!

A no, pero cla­ro, se me olvi­da­ba. Cuan­do van malas Aigor se cam­bia la che­pa de dere­cha a izquier­da y vice­ver­sa. Así, tam­bién es muy pro­cli­ve a cali­fi­car de irreal todo lo que no le gus­ta. Cla­ro qui­zá sea que vivi­mos una nor­ma­li­za­ción irreal, o será ¿una real anormalización?

Aigor entien­de que son irrea­les y anor­ma­les las encues­tas que dan un 71% de recha­zo al actual eje­cu­ti­vo, ¡es impo­si­ble! pero eso sí, son nor­ma­les y reales las que hablan de un apo­yo ínfi­mo a la izquier­da aber­tza­le o a ETA. Cla­ro, es total­men­te nor­mal y real decir a un encues­ta­dor que el encues­ta­do ¡apo­ya a ETA!

En el mis­mo sen­ti­do, decía hace pocos días que las con­sul­tas en el Prin­ci­pat de los Pai­sös Cata­lans eran una anor­ma­li­dad e irrea­li­dad. Para Aigor lo que exis­te fue­ra de su reali­dad ins­ti­tu­cio­nal es irreal, es anor­mal, es…, como decía cier­to fis­cal, ETA, aun­que usted no lo sepa. Por eso en la mis­ma lógi­ca era anor­mal y por lo vis­to tam­bién irreal la final de ber­tso­la­ris del BEC o la Feria de la cul­tu­ra vas­ca de Durango…eventos dig­nos de haber sido visi­ta­dos por una dele­ga­ción guber­na­men­tal nor­mal, en un país nor­mal y con nor­ma­les acti­tu­des… pero eso es efec­ti­va­men­te de otro planeta.

Por eso es lógi­co y nor­mal para Aigor pen­sar que el lehen­da­ka­ri de “todos los vas­cos” no esté ni en Bara­kal­do ni en Duran­go, más aún cuan­do el eje de su dis­cur­so sis­te­má­ti­co es el de “bus­car la nor­ma­li­dad”. Pura lógi­ca “a‑normal” como el cere­bro que entre­gó al doc­tor Fronconstin.

Quin­ce mil per­so­nas son a dos millo­nes de habi­tan­tes lo que tres­cien­tas mil son a cua­ren­ta y cin­co millo­nes. ¿Un fes­ti­val de fla­men­co que reu­nie­ra a tres­cien­tas mil per­so­nas no sería digno de tener repre­sen­ta­ción guber­na­men­tal? Cla­ro es que qui­zá no fue­ra nor­mal. Efec­tí­va­men­te miles de per­so­nas, en pleno siglo XXI sin con­tar los que se que­da­ron sin entra­da por fal­ta de afo­ro y las dece­nas de miles que lo dis­fru­ta­ron por tele­vi­sión, en silen­cio abso­lu­to, duran­te casi ocho horas, escu­chan­do a ocho fenó­me­nos del repen­tis­mo en la len­gua más anti­gua de Euro­pa, a cape­lla, sin nin­gu­na otra esce­no­gra­fía ni efec­to espe­cial más que sus res­pec­ti­vas ocho sillas, es lo más anor­mal del mun­do! ¡Por eso es nor­mal que el lehen­da­ka­ri nor­ma­li­za­dor no acudiera!.

Y enci­ma el hito es doble, ya que la úni­ca mujer entre sie­te “caba­lle­ros”, nun­ca mejor dicho, logró la txa­pe­la, el triun­fo abso­lu­to. Pero eso tam­bién es nor­mal, común, coti­diano. No como la Este­ban, la “prin­ce­sa del pueblo”.

Por­que lo que sí es nor­mal y real, en el mun­do de Aigor, en su país, es que el 40% de la audien­cia tele­vi­si­va del pasa­do vier­nes estu­vie­ra pen­dien­te del minu­to de oro que fue la lle­ga­da de la recién ope­ra­da “Prin­ce­sa del pue­blo” como le lla­man a la Esteban.

Seis millo­nes de ciu­da­da­nos espa­ño­les más preo­cu­pa­dos por la nue­va cara de la mario­ne­ta tele­vi­si­va más que por la catás­tro­fe polí­ti­ca de Copenha­gue, las subi­das de pre­cios esen­cia­les o el kaf­kiano jui­cio a los diri­gen­tes de un periódico.

Efec­ti­va­men­te la irrea­li­dad es nor­mal y la reali­dad anormal.¡Arriba la Este­ban y cie­rra España!

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