Reda­da con­tra la juven­tud vas­ca: “Con­mi­go no es” por Inés Garcia

Hace unos años, con moti­vo de la ley de extran­je­ría, For­ges hacía una viñe­ta con este texto:

Pri­me­ro des­pi­die­ron a los sindicalistas
… pero como yo no era sin­di­ca­lis­ta, no hice nada

Lue­go des­pi­die­ron a las mujeres
… pero como yo no era mujer, no hice nada.

Des­pués des­pi­die­ron a los cincuentones…
… pero como yo no era cin­cuen­tón, no hice nada.

…Mas tar­de des­pi­die­ron a los casados…
Pero como yo no era casa­do, no hice nada.

Ayer empe­za­ron a des­pe­dir a los inmigrantes
… pero como yo no era inmi­gran­te, no hice nada.

Y hoy nos han des­pe­di­do a los restantes…

Si lo lle­go a saber, no les voto.

Enton­ces For­ges habla­ba de des­pe­di­dos y la cifra de 4 millo­nes de para­dos actual mues­tra que no esta­ba desencaminado.

Tam­po­co lo esta­ba el autor del tex­to ori­gi­nal, Mar­tin Nie­mö­ller, un pas­tor pro­tes­tan­te ale­mán, cuan­do decía aque­llo de “Pri­me­ro se lle­va­ron a los comu­nis­tas pero a mí no me impor­tó, por­que yo no era comu­nis­ta…» si mira­mos lo que está pasan­do en el País Vasco.

Y es que ser acti­vis­ta de los movi­mien­tos socia­les es sufi­cien­te para reci­bir sin más la acu­sa­ción de terro­ris­ta. El deta­lle de ser vas­co es la excu­sa que uti­li­za el Esta­do y sus ins­ti­tu­cio­nes para tener car­ta blan­ca y que en el res­to del país nos que­de­mos tan tran­qui­los por­que “con­mi­go no es”.

Pero todo se anda­rá. En medio de una cri­sis monu­men­tal, el sis­te­ma deja cla­ro un día sí y otro tam­bién que el enemi­go a batir son los que luchan y que para ellos irá diri­gi­do todo “el peso de la ley”. Una ley que se hace a medi­da para con­tro­lar día a día a la disi­den­cia, cual­quier disi­den­cia que pue­da hacer­le cos­qui­llas a este sis­te­ma inhu­mano e irra­cio­nal. Hoy son los jóve­nes vas­cos, maña­na todos los demás.

Evi­den­te­men­te el estri­bi­llo “lo lla­man demo­cra­cia y no lo es”, no es solo algo que can­ta­mos sin más. Este sis­te­ma per­mi­te las leyes arbi­tra­rias y el “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”. Por eso el PP, con total sober­bia, pue­de denun­ciar el sis­te­ma de escu­chas Sitel cuan­do los escu­cha­dos son ellos. O pue­den defen­der el pago de un res­ca­te por los 36 mari­ne­ros del Ala­kra­na, a pesar de haber­se lle­na­do la boca con el “no nego­cia­mos con delin­cuen­tes” en casos san­gran­tes como fue, por ejem­plo, la muer­te de Miguel Ángel Blanco.

Detrás de la legis­la­ción a medi­da, se escon­de la nece­si­dad de que no cues­tio­ne­mos el fon­do de las cosas. Como, por ejem­plo, impe­dir algo tan ele­men­tal en cual­quier país “de nues­tro entorno” como es un refe­rén­dum de auto­de­ter­mi­na­ción, en nom­bre de una cons­ti­tu­ción ana­cró­ni­ca. O jus­ti­fi­car que unos mari­ne­ros pon­gan en peli­gro sus vidas en nom­bre de una eco­no­mía de saqueo y de depredación.

Sober­bia, abu­so de poder, fal­ta de con­tac­to con la reali­dad… La deten­ción de los jóve­nes vas­cos entra en la lógi­ca de que todo lo que se mue­ve en el Esta­do espa­ñol es lucha arma­da orga­ni­za­da y por tan­to, hay que apli­car a quien sea “todo el peso de la ley”.

Tene­mos que cui­dar­nos, tene­mos que orga­ni­zar­nos, tene­mos que mejo­rar los méto­dos. La sola agi­ta­ción y sen­si­bi­li­za­ción no bas­ta. Para sus leyes a medi­da, orga­ni­za­cio­nes y lucha “a medi­da”. Fle­xi­bi­li­za­ción y crea­ti­vi­dad. Nos que­da mucho tra­ba­jo por hacer.

La Hai­ne

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