Diá­lo­go automático

Jon Odrio­zo­la Periodista

Ares­ru­bal­ca­ba: bee, guau, miao, bzzz. Biz­kar­let­ti: ron­ro­nea a su füh­rer­prin­zip, quie­re mimos y saber cuál es la siguien­te pata­da a seguir para «nor­ma­li­zar» el país, demo­crá­ti­ca­men­te, eso sí

Bares­si: hola, bue­nas, venía a dia­lo­gar. Ares­kal­ten­brün­ner: ñam, glup, gulp, crunch. Bares­si: entiendo,está usted comien­do, ven­dré más tar­de. Ares­bec­ken­bauer: zzz, grronzzz, ron, funn. Bares­si: y aho­ra se me ha dor­mi­do; espe­ra­ré, soy pacien­te. Ares­bor­mann: buaaa, ñif, snif. Baret­ta (que, hacien­do fili­gra­na, tro­có de nom­bre): aho­ra le da por llo­rar a este Boab­dil, supon­go que por­que cree que nadie le entien­de en estas tie­rras vas­cas. Are­seich­mann: uoooaaay. Baret­ta: des­pués de poner­se jere­mía­co, se pone a bos­te­zar, des­con­cer­tan­te este vikin­go. Areshimm­ler: glgl, naaagh. Baret­ta: ufa, ¿pues no se me está aho­gan­do tal que mis­ma­men­te aquí el gau­lei­ter? Encen­de­ré un cel­tas mien­tras se le pasa. Ares­rom­mel: coff, aatch, atchís. Baret­ta: Ottia, si sabe toser y estor­nu­dar en eus­ke­ra. Apa­ga­ré el piti­llo, que yo he veni­do a hablar en latín vul­gar diz­que en cristiano.

Areshitler: brrr, grr, brrggl, grfjtx, urgfff. Baret­ta: admi­ra­ble jeri­gon­za. Se ha enfa­da­do el jefe de las SS. Ares­göe­ring: clang, clong, cata­croc, pata­plaff, plof. Baret­ta: ¡Hala,qué ostión se ha dado el gui­ri! Menos mal que he traí­do una vacu­na anti­rrá­bi­ca para estos casos. Ares­goeb­bels: rata­ta­tá, taka­ta­ka­ta­ka, pam, zwing, ziip, paing, bang. Baret­ta: ¡jodó, aho­ra le da la vena de sul­fa­tar­me. Este fulano o está zum­bao o no tie­ne sen­ti­do del humor o no se lo hace mirar. Ares­geh­len: bocamm, bom, bonmm, boum. Baret­ta: esos últi­mos gru­ñi­dos son o bien que ha explo­ta­do o bien que se ha ido de bare­ta, dis­cul­pen el chis­te fácil con mi alias, no vol­ve­rá a ocu­rrir, lo juro y/​o lo pro­me­to, como hacen los minis­tros españoles.

Ares­bar­bie (no la muñe­ca, sino Klaus Bar­bie): hop, toing, boling, chof, poing. Biz­kar­let­ti (Bares­si y Baret­ta vol­vió a cam­biar­se el nom­bre pen­san­do, aca­so, que era uno y trino como la san­tí­si­ma tri­ni­dad, el Pan­tó­cra­tor y el acei­te Tres en Uno para las bie­las): ¡igual va a ser que has­ta me voy de esta moque­ta, oyes! ¿Pues no se pone a dar sal­ti­tos y brin­qui­tos, esta­rá sonao?

Are­sa­de­nauer: broom, roamm, wroooaaarrr. Biz­kar­let­ti: eso es o un regüel­do o bor­bo­rig­mo gro­se­ro e impro­pio de su car­go o que alu­ci­na pen­san­do que está arran­can­do una moto. Yo me las piro. Ares­gon­zá­lez: ring, tilín, riiing, ding-dong. Biz­kar­let­ti: y eso es que está sonan­do el telé­fono, esta vez lo puse fácil para el lec­tor enemi­go (que es más tor­pe). Ares­ru­bal­ca­ba: bee, guau, miao, bzzz. Biz­kar­let­ti: ron­ro­nea a su füh­rer­prin­zip, quie­re mimos y saber cuál es la siguien­te pata­da a seguir para «nor­ma­li­zar» el país, demo­crá­ti­ca­men­te, eso sí. Al menos metió una inter­vo­cá­li­ca fri­ca­ti­va y alveo­lar, es meri­to­rio. Ares­ló­pez: ñieccc, braaauum, skveeeek. Biz­kar­let­ti: tran­ki, tron­ko, no te pases, alba­ñil, ¿eso qué es: una fre­na­da o una ace­le­ra­ción, ein? Ares­ka­raox­tium: ¡Meca­goen­tupu­tama­drehi­jo­de­la­granpu­ta! Bares­si (reco­bró el nom­bre pri­me­ro): ¡Jo, qué carác­ter, pero por fin nos enten­de­mos! Aho­ra se te entien­de todo ese papia­men­to que se mar­có vos. Sobre todo esas inter­jec­cio­nes, ono­ma­to­pe­yas y soni­dos inar­ti­cu­la­dos pero recios, viri­les y gutu­ra­les. Un libro abier­to. Ya esta­re­mos. Cuí­de­se, míster.

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