Mikel Zabal­tza y Jon Antza

Mien­tras una de las par­tes del con­flic­to ha reco­no­ci­do siem­pre su res­pon­sa­bi­li­dad, la otra ha blan­di­do el nega­cio­nis­mo como ban­de­ra, y segui­rá sin duda blan­dién­do­lo si no se arti­cu­lan medios efi­ca­ces para impedirlo

Aho­ra que se cum­plen 24 años de la muer­te bajo tor­tu­ras de Mikel Zabal­za, que apa­re­ció «aho­ga­do» en el río Bida­soa tras ser dete­ni­do por la Guar­dia Civil y estar 20 días des­apa­re­ci­do, qui­sie­ra ren­dir­le un sen­ti­do home­na­je y al mis­mo tiem­po remar­car que lo suce­di­do duran­te aque­llos 20 inten­sos días nos debe ser­vir de ejem­plo para redo­blar esfuer­zos en la denun­cia por otra des­apa­ri­ción cuya res­pon­sa­bi­li­dad apun­ta tam­bién cla­ra­men­te a los tor­tu­ra­do­res espa­ño­les, la de Jon Anza.

En efec­to, la enor­me pre­sión popu­lar que se vivió en Eus­kal Herria tras la des­apa­ri­ción de Mikel Zabal­za no dejó otro reme­dio a las auto­ri­da­des que el de hacer apa­re­cer su cadá­ver, que de otro modo pode­mos dar por des­con­ta­do hubie­se des­apa­re­ci­do para siem­pre, pues según la ver­sión ofi­cial éste habría logra­do fugar­se cuan­do era tras­la­da­do por tres guar­dias civi­les a reco­no­cer un supues­to zulo de ETA que nun­ca apareció.

Bien poca gen­te se dejó enga­ñar en Eus­kal Herria por aque­lla inve­ro­sí­mil ver­sión, y años más tar­de se supo que Mikel murió en el tris­te­men­te famo­so cuar­tel de Intxau­rron­do, mien­tras era some­ti­do a la «bañe­ra» por varios guar­dias civi­les, entre los que se encon­tra­ban Enri­que Dora­do y Feli­pe Bayo, con­de­na­dos más tar­de, jun­to con su jefe Enri­que Rodrí­guez Galin­do, en el caso Lasa-Zabala.

De for­ma simi­lar a lo suce­di­do en aquel caso, los ser­vi­cios secre­tos cono­cían ya en 1985 lo ver­da­de­ra­men­te suce­di­do con Zabal­za, como cons­ta en uno de los infor­mes inter­nos del CESID, pero tan­to los Gobier­nos del PSOE como los del PP han dene­ga­do siem­pre la incor­po­ra­ción de dicho docu­men­to a la cau­sa judi­cial, ale­gan­do que es secre­to y su des­cla­si­fi­ca­ción pon­dría en peli­gro la segu­ri­dad del Esta­do, por lo que nun­ca se ha lle­ga­do a juz­gar el caso.

Eso sí, por for­tu­na, la fami­lia de Mikel Zabal­za pudo al menos recu­pe­rar su cadá­ver, y tam­bién pudie­ron recu­pe­rar­los las de Josean Lasa y Joxi Zaba­la, pero otros mili­tan­tes inde­pen­den­tis­tas que según todos los indi­cios sufrie­ron el mis­mo horri­ble final en aque­lla épo­ca (Per­tur, Napa­rra, Popo) aún siguen desaparecidos.

Recien­te­men­te ha vuel­to a suce­der un hecho simi­lar. El refu­gia­do Jon Anza des­apa­re­ció en el Esta­do fran­cés cuan­do se diri­gía de Baio­na a Tou­lou­se en tren, y sus fami­lia­res y ami­gos, tras denun­ciar el hecho ante la fis­ca­lía fran­ce­sa y con la abso­lu­ta segu­ri­dad de que su des­apa­ri­ción se debió a una acción de las fuer­zas de segu­ri­dad espa­ño­las, la enmar­ca­ron en la «gue­rra sucia del siglo XXI».

Casi seis meses des­pués, el 3 de octu­bre, GARA infor­mó de que, según fuen­tes de toda sol­ven­cia, Anza habría sido secues­tra­do por agen­tes poli­cia­les espa­ño­les, y al encon­trar­se gra­ve­men­te enfer­mo falle­ció cuan­do lo some­tie­ron a tor­tu­ras para inte­rro­gar­lo. Gara aña­dió que «estas fuen­tes ase­gu­ran que deci­die­ron enton­ces des­ha­cer­se del cuer­po sin vida, ente­rrán­do­lo en terri­to­rio fran­cés». Muy sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te, mien­tras la fis­cal fran­ce­sa que lle­va el caso reac­cio­nó de inme­dia­to ante dichas reve­la­cio­nes, tan­to auto­ri­da­des como gran­des medios de comu­ni­ca­ción espa­ño­les guar­da­ron el más abso­lu­to mutis­mo al respecto.

Mikel Zabal­za tam­bién tenía pro­ble­mas de salud cuan­do lo detu­vo la Guar­dia Civil (había sido ope­ra­do varias sema­nas antes), y no cabe duda que dichos pro­ble­mas tuvie­ron mucho que ver con su muer­te al ser some­ti­do a la «bañe­ra». De no ser por ello, segu­ra­men­te habría sobre­vi­vi­do como otros miles de víc­ti­mas de los tor­tu­ra­do­res, y tam­bién es muy pro­ba­ble que el des­tino de Jon Anza no hubie­se sido su actual des­apa­ri­ción de no ser por su muy dete­rio­ra­da salud, pues no pare­ce que la inten­ción ini­cial de sus cap­to­res fue­se hacer­le des­apa­re­cer, como a Lasa y Zaba­la, Per­tur, Napa­rra o Popo. «Se les fue», como en su día Mikel Zabal­za, y mucho me temo que su cadá­ver no apa­re­ce­rá jamás a no ser que les obli­gue­mos a ello, como en el caso de Mikel.

Hay que recor­dar que, sien­do minis­tro del Inte­rior del Gobierno de José María Aznar, Jai­me Mayor Ore­ja mani­fes­tó que «ETA mata, pero no mien­te». El Esta­do espa­ñol, en cam­bio, no sólo mata sino que sobre todo mien­te a espuer­tas; muy espe­cial­men­te en lo que se refie­re a la tor­tu­ra y la gue­rra sucia, que han esta­do siem­pre ínti­ma­men­te liga­das. Así, mien­tras una de las par­tes del con­flic­to ha reco­no­ci­do siem­pre su res­pon­sa­bi­li­dad, la otra ha blan­di­do el nega­cio­nis­mo como ban­de­ra, y segui­rá sin duda blan­dién­do­lo si no se arti­cu­lan medios efi­ca­ces para impedirlo.

Por eso es tan urgen­te des­en­mas­ca­rar ese nega­cio­nis­mo hipó­cri­ta y obli­gar­les a des­ta­par las cloa­cas del Esta­do reco­no­cien­do lo suce­di­do con esas miles de víc­ti­mas de la gue­rra sucia y la tor­tu­ra que siguen sin ser reco­no­ci­das como tales. ¡Que­re­mos la ver­dad y la que­re­mos ya!

Xabier Maka­za­ga

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