¡Fue­ra crucifijos!

Esta­lla la ira del Vati­cano, el gobierno de cen­tro­de­re­cha acu­sa, la opo­si­ción demo­crá­ti­ca bal­bu­cea («es una cues­tión de cul­tu­ra, de tra­di­ción»). Muy bien; abra­mos, pues, el libro negro de esa cul­tu­ra y de esa tradición.

Exis­te un Madrid soli­da­rio con Eus­kal Herria

No fue mucha gen­te pero todas las per­so­nas que estu­vie­ron demos­tra­ron tener prin­ci­pios soli­da­rios y demo­crá­ti­cos. Una bue­na base para la recons­truc­ción de la izquier­da com­ba­tien­te. A la cita fal­tó el PCE en una cos­tum­bre que ya ni supo­ne noti­cia algu­na. O con los Dere­chos Demo­crá­ti­cos o con la Monar­quía. Para siem­pre el PCE es un par­ti­do carri­llis­ta pate­ti­ca­men­te retó­ri­co sin rele­van­cia polí­ti­ca alguna.